¡Hola Gente! Espero que les vaya a gustar este One-shot. Sé que me falta el capítulo de Coraza de Hierro, pero en serio tenía una idea para esta mini historia y no me resistí en hacerla ;-;

Sin más que decir, disfruten la lectura…


Hanji estaba harta de ver a su enano amigo de esa manera.

Pues, cualquiera podía observar la notable atracción que emanaban el azabache, y la cadete, Mikasa Ackerman.

Desde lo ocurrido con la Titán Hembra, ambos aprendieron a tolerarse. Las peleas constantes, ahora eran conversaciones tranquilas. Las luchas cuerpo a cuerpo fuera del entrenamiento, pasaron a ser cabalgatas por el bosque. Y la rivalidad se volvió amistad.

Pero Hanji sabía que detrás de todo eso había algo más, algo escondido que a simple vista no se notaba, pero si pones atención lo veras. Para la Teniente, eran notorios los acercamientos de Levi a Mikasa, o las miradas de esta al Sargento. O como cada vez que salían de las murallas, la Ackerman cuidaba la espalda de Rivaille, y viceversa.

Tenía que hacerlos notar esos detalles, tenía que idear un plan.


Los jóvenes soldados de la Tropa 104°, disfrutaban de una reunión que nunca se daban el lujo de llevar a cabo.

Y eso no es todo, ya que cierta científica se unió a la reunión con sus subordinados, la cual con ayuda de su comandante y amigo Erwin, obligó a un amargado azabache, a formar parte del festejo, con la excusa de que necesitaba quitar toda la tensión que llegaba a ocasionar el exceso de papeleo.

La tertulia fue hecha en la cocina, los adolescentes (y la teniente) armaban un escándalo.

Los soldados bailaban con poco ritmo, hacían bromas entre ellos o simplemente platicaban alegremente con sus compañeros. Hasta se podía decir que el Sargento Rivaille convivía con los "mocosos".

Pasada la 1:00 de la madrugada, la castaña de ante-ojos tuvo la "grandiosa" idea de iniciar un pequeño juego.

- Todo el mundo, ¿les apetece el jugar un poco?- preguntó, a la vez que soltaba una sonora carcajada.

- ¿Qué tiene en mente, Hanji-san? - mencionó un sonriente Armin.

- Que les parece... ¡El Rey dice!- exclamó Hanji.

- Suena bien, ¿Quién es el Rey?- dijo el Kirschtein, que se encontraba al lado de una Ackerman, irritada de todos los cortejos de esa noche.

-Por supuesto, yo -se acomodó los lentes- ya que propuse el juego.

- De acuerdo, ¿Cómo empezamos el juego?- dijo Jaeger.

Hanji corrió directamente a unos cajones y sacó una hoja de papel. Comenzó a cortarla en pedacitos y escribir en ellos.

- ¡Terminado!- dijo volteándose con los presentes- cada pedazo lleva escrito un número, deben elegir uno de ellos y yo daré una orden.

Sorprendentemente nadie se quejó, solo por el hecho de que el juego les resultaba curioso y algo entretenido.

- Ahora...- extendió su mano a los cadetes- tomen uno, pero les pido por favor que se sienten.

Tal como dijo, se sentaron en el suelo en forma circular. Erwin al lado izquierdo de Levi.

- Esto será divertido- le dijo el alto rubio a su camarada.

- Solo espero que no sea una estupidez- respondió.

Sintió como alguien tomaba asiento a su lado derecho. Observó de reojo como la cadete Ackerman se acomodaba.

- Ackerman, es raro verla unirse al lado oscuro- bromeó con deje de curiosidad.

- Eren y Armin estaban por su lado, yo también puedo- dijo volteando a verlo.

Levi había sido testigo de cómo todo este tiempo la muchacha (de ahora 19 años) se volvía más independiente del chico titán, aunque aún conserva su afecto por él.

- En ese caso, bienvenida a los inadaptados de la noche- dijo burlonamente.

- Es un honor ser parte del club- respondió de la misma manera.

- Levi, Mikasa, les toca- les llamó Hanji, extendiéndole los papeles.

Ambos tomaron el suyo.

- A ver... El Rey dice que número 8 debe de saltar en un pie durante dos turnos.

El número ocho, era Jean, quien bufó y comenzó a saltar. Levi vio como Mikasa sonreía satisfecha.

Todos dejaron sus números en manos de Hanji, la cual sonrió macabramente al dar comienzo a su plan.


El juego resultó ser muy divertido, cada quien hizo el ridículo a su forma.

Eren, tuvo que estar de cabeza tres turnos hasta marearse. Christa y Sasha usaron peinados raros (hechos por Hanji) todo un turno. Y Conny bailó el "Kiyomi-Gwiyomi"*.

Todos habían participado, excepto ciertos azabaches, que por el momento se sentían aliviados de no pasar vergüenza alguna. Hasta el pobre Erwin recibió su bofetada del destino y fue obligado a usar maquillaje. Esa escena termino con un rubio con baja autoestima y una castaña de ante-ojos sacando muchas fotografías para capturar el momento.

Pero no fue coincidencia el que la Ackerman y Rivaille no hayan participado, no señor, todo estaba fríamente calculado por la genialidad de Hanji y su malévolo plan.

- ¿Todos ya tomaron su número?- preguntó la Zoe.

Los presentes asintieron.

- Perfecto- soltó una carcajada- Ahora, el Rey dice… ¡número 3 y número 9, beso!

Los soldados vieron sus números con terror, pero ninguno había sido elegido. Después de un suspiro, voltearon a verse entre sí, a ver si alguien daba signos de ser escogido. Pero no fue hasta que un jadeo de sorpresa proveniente de Mikasa los alertó.

- ¿M-Mikasa…? - intentó llamar su atención el chico Titán. El cual dirigió su mirada al trozo de papel- Eres el número 3… ¿pero quién es…?

- ¡S-sargento! – gritó Sasha al ver como Levi, ponía los ojos en blanco.

- ¡Vaya! ¡Parece que el enano es el número 9! – dijo Hanji fingiendo sorpresa.

Mikasa vio a Levi con su rostro rojo a más no poder. Cruzaron miradas, Hanji ya se estaba desesperando.

- ¡¿Lo van a hacer o qué?!- reclamó.

- Hanji-san, tal vez no les guste hacerlo en público, esto debería ser privado- sugirió Armin.

La Teniente se lo pensó un poco, pero una idea aún más macabra cruzo por su mente.

- Bien…. El Rey dice, número 3 y número 9, ¡7 minutos en el paraíso!

La Ackerman parecía que se desmayaría en cualquier momento. Eren intentaba mantenerla cuerda diciéndole que sea fuerte, Jean solo murmuraba molesto, Hanji se carcajeaba como nunca. Y Levi seguía sin salir de su trance.

Besar a Mikasa podría ser vergonzoso, ahora la loca quería que estuvieran encerrados en privado durante 7 minutos. No lo iba a permitir.

Muy tarde.

Cuando se dio cuenta, ya estaba siendo empujado por un Erwin sonriente hacia la bóveda cerca de la cocina. Ackerman no estaba en mejor condición, ella sufría de constantes empujones por parte de Sasha y Hanji para que dignara a entrar.

Al estar dentro, cerraron desde afuera para que no pudieran salir por 7 minutos exactos.


(POV LEVI)

- Y bien… ¿tienes idea de que debamos hacer?- dije intentando calmar la tensión en la habitación.

- En realidad si sé que debemos hacer, pero es vergonzoso- respondió con la vista en el suelo y las mejillas levemente sonrojadas.

Se escucharon fuertes golpes desde el otro lado de la puerta.

- ¡Enano! ¡No seas cobarde y dile lo que sientes!- no debía ser adivino para saber quién dijo eso.

- Tsk… estúpida cuatro ojos- maldije en voz baja.

- Sargento…- voltee a ver a Ackerman, estaba a unos centímetros de mí y yo ni siquiera escuche sus pasos, volví a maldecir.

- Ackerman…- negué con la cabeza- Mikasa…- desde el ángulo en que estábamos, sentía nuestras respiraciones chocando, el sonrojo en sus mejillas la hacía ver incluso más bella que lo acostumbrado, y eso es mucho decir.

Tome su rostro entre mis manos y nos acercamos cada vez más. Nuestras narices prácticamente chocaban, y teníamos los ojos clavados en los del otro. Hasta que…

Pasó.

Sentí sus labios moverse al compás de los míos. Una sensación nueva recorrió mi cuerpo de pies a cabeza.

Se sentía tan bien.

Besar a Mikasa se sentía como alcanzar la gloria después de tantos años de vivir en la desgracia. Como si alguien llegara a decir "Todos los titanes han sido exterminados, la humanidad ha ganado." El roce de labios, se convirtió en un beso fugaz y apasionado. Ambos manteníamos los ojos cerrados para disfrutar del momento. Pero, llego el momento en que los pulmones exigían aire, y tuvimos que separarnos en contra de nuestra voluntad.

- Levi… - susurraba aún con la respiración errada.

Le dirigí una sonrisa, pues entre nosotros los gestos valían más que mil palabras. Eso era bueno, ya que no era una persona que le agradara expresarse a todo el mundo.

Ella me respondió con otra sonrisa radiante, y acarició mi mejilla. Yo tomé su mano en señal de que la mantuviera ahí.

Tal vez ya habían pasado más de siete minutos, porque ya no se escuchaban voces del otro lado de la puerta. Creo que debería agradecerle a la loca cuatro ojos y a su estúpido juego.

El Rey dice…


*"Kiyomi-Gwiyomi"- es una canción bien Kawaii, con movimientos de las manos y gestos de la cara muy adorables :3

¿Qué tal? Espero les haya gustado tanto como a mí.

Modifique un par de cosas, y en esta historia Levi y Mikasa son buenos amigos, son camaradas. Pero tienen un oscuro secreto sobre sus sentimientos. ¡Ay que triste! Pero como siempre, tuvo un final feliz y próximamente tendrán muchos soldaditos :3 (Okey, me estoy pasando xD)

Sayonara.