Hello!!!!!! Esta es mi segunda historia espero que les guste, si la leen porfavor dejen su comentario y diganme que tal salio.

Trébol de cuatro hojas x T-Annita Higurashi

Capitulo 1 – Bad day

-Esto ya no puede ponerse peor- y como si de magia se tratase, comenzó a llover.

La despiadada lluvia la empapo completamente y por si eso no hubiera sido suficiente, los automóviles que pasaban a toda velocidad se encargaron de bañarla de lodo.

Este era, oficialmente, el peor día de su vida.

No cabía duda, alguien allá arriba la detestaba, la ODIABA, si no, de que otra manera se podría explicar tantas desgracias en un solo día y a una sola persona.

No era una persona supersticiosa, nunca lo había sido, siempre atribuía los malos ratos como descuidos, o falta de atención a los detalles. Pero esto, era el colmo, su vida acababa de dar un giro de 180º y todo por su bendita suerte.

Normalmente, solía decir que la mala suerte era una excusa que daban las personas para cubrir sus errores, pero ella, Anna Kyouyama, nunca… NUNCA cometía errores, ni siquiera el más mínimo desliz, siempre procuraba tener todo en orden. Era reconocida por su impecable perfección, por su frialdad al manejar los problemas y por poder tener a raya hasta el más feroz cliente.

Pero esto, a quien demonios le importaba. Es decir, que más daba haber desperdiciado cinco años de su vida en una empresa a la que le había entregado todo su tiempo y dedicación, a la que ayudo a salir de la ruina, a la que había logrado colocar en la cima con su propio sudor y esfuerzo, a la que prácticamente dio "Todo" para que después, como si de una basura se tratase la "tiraran a la calle" junto con todas sus cosas Y un "Lo sentimos señorita Kyouyama, sus servicios ya no son requeridos, si desea, puede concertar una cita con el jefe, cuando vuelva de su viaje de negocios a Miami, dentro de seis meses"

-Viaje de negocios mis h- exclamo molesta. Por dios, estaba más que obvio que había huido a Miami, con la zorra de su secretaria, pero eso es lo que menos le importaba, lo más frustrante de esto, es que se llevo consigo todo el dinero juntado en estos cinco años, dejándola "literalmente" en la calle.

Bien dicen que el dinero mueve al mundo, ya que sin el, no podía hacer nada.

Hoy era el último día para pagar la renta de su departamento, para dar el tercer pago de su auto, para quitar de encima de una buena vez al banco y deshacerse de la hipoteca de la empresa y para comprar comida antes de que muriera de hambre.

Si hubiera dado estos simples pagos, no estaría muriéndose de hambre, no le habrían quitado su auto ni tampoco la hubieran sacado de su departamento junto con todas sus cosas, no estaría en la calle, no estaría empapada y cubierta de lodo, y no estaría maldiciendo su suerte.

-Ahora que voy a hacer, no tengo a donde ir-exclamo frustrada, mientras se sentaba en una silla que antiguamente se encontraba en su ex-departamento y meditaba la situación, cerrado los ojos y masajeándose las sienes.

No tenía a donde ir, sin un centavo no podía pagar un departamento o un hotel por más pequeño que fuera, sus padres estaban muertos y no tenia parientes a los cuales molestar, y ni que decir de amigos, en toda su vida había estado sola, sin alguna amistad que no fuera por conveniencia, es más, su pequeño gato Matamune la había abandonado esa misma tarde al llegar del "trabajo" después de hacerlo aun lado luego de que este le pidiera de comer, "que ingrato", aunque claro, de haber estado en su lugar habría hecho lo mismo.

-una vez tuve un amigo-susurro para si misma- sin embargo, antes de que lográramos una gran amistad, mi mala suerte intervino y lo alejo de mi llevándoselo a su país natal- sonrió nostálgica- China.

-a pesar de que nunca lo quise admitir, la mala suerte si existe y al parecer solo me sigue a mi…

-No creo que eso sea cierto, simplemente tuviste un mal día, a todos nos pasa.

-Eso quiere decir que aun no me conoces, yo estoy salada.

-Sigo diciendo que eso no es cierto, ya veras que "Todo se solucionara"

-Como puedes decir eso- contesto demandante de una respuesta, su vida ya no tenía solución, eso estaba más que claro para ella –mi vida se fue al caño en menos de un día y tú me dices que "Todo se solucionara"- se burlo imitando su tono de voz – no todo tiene solución

-Vaya, eres muy negativa, pero descuida, quieras o no el tiempo te ayudara a solucionar tus problemas, ya lo veras, jijiji

AAAAAAHHHHHHHH¡¡¡¡¡¡¡¡¡ gritó internamente¡¿PERO QUE DEMONIOS LE PASA?! Si algo detestaba en este mundo más que a su ex-jefe, sin duda, que se burlaran de ella y en sus narices, Oh pero como lo odiaba, todo el que se burlaba de ella no vivía para contarlo, en parte por eso no tenía amigos, pequeño detalle que después arreglaría, primero debía dejarle en claro a este tipo quien era ella y que nadie se burlaba de ella sin recibir su merecido… UN MOMENTO, estaba tan sumergida en sus pensamientos que no se había dado cuenta de que alguien le estaba hablando.

Tan rápido como se dio cuenta, abrió los ojos desmesuradamente y se paro como un resorte para así poder encarar a aquella persona.

No logro verle bien, solo que se trataba de un hombre. Se encontraba parado frente a ella. Traía puesto un impermeable naranja con una capucha bastante grande que le tapaba los ojos y que a pesar de la lluvia que azotaba la calle y mojaba todo a su paso sin importar si llevara impermeable puesto o no, portaba una enorme sonrisa que le hizo estremecer.

El sujeto, al darse cuenta de que la joven se había levantado y le miraba insistentemente, elevo su mirada para contemplar sus ojos.

Su mirada, era penetrante y profunda, llena de una calidez y tranquilidad que jamás había sentido. Sus ojos eran de color negro, un negro lleno de misterio y brillo sin igual. Aquella sensación nueva, le agrado, es como si le hiciera olvidar todo lo que paso en el día, como si nada mas importara, como si el mundo se desvaneciera en ese instante y solo quedaran ellos dos en medio de la lluvia.

Pasaron unos segundos que le parecieron una eternidad. No deseaba que acabara ese momento, que mas daba que la lluvia estuviera helada, daría lo que fuera por perderse en aquellas perlas negras y no volver de ningún modo a la realidad.

Este pensamiento la hizo sonrojarse, y mover la cabeza negativamente, desde cuando pensaba esa clase de cosas, y aun más, con un tipo que no conocía y que encima se había burlado de ella…

-Se puede saber quien demonios eres , no tienes ningún derecho a burlarte de mí-dijo lo mas frió que pudo después de recuperarse de su sonrojo

-Jijiji pero que carácter aunque eso no te quita lo bonita- dejo caer mientras sonreía mas ampliamente

Ante este comentario se sonrojo más que la última vez, no le desagrado, en lo absoluto, pero dejaría que un extraño le coqueteara así como así. Iba a protestar pero un sonido salio del impermeable del sujeto…

-Disculpa-dijo mientras sacaba un celular de su bolsillo derecho- creo ya es muy tarde, si no llego temprano a hacer la cena Horo se tragara todo que este a su paso, y eso no me conviene, debo irme, espero volver a encontrarte en otra ocasión, cuando estés de mejor humor jijiji…-"exasperante" pensó la joven- no te enojes y como ya te dije "todo tiene solución"- y antes de que la joven pudiera protestar le entrego un papel- toma, es de buena suerte- y tan rápido como llego se fue corriendo por las calles inundadas de la ciudad dejando a la joven totalmente confundida.

-Pero que tipo más extraño- y sin más volteo a ver el papel que le había entregado.

Era un separador de libros "Y yo para que demonios quiero uno, acaso pensó que leería en medio de la lluvia, esta loco¿Qué es esto?" se dijo así misma al notar algo detrás del papel, al voltearlo encontró un trébol de cuatro hojas pegado con una leyenda en letras doradas:

"La suerte no esta hecha, nosotros mismos la creamos"