NOTA DE LA AUTORA: ¡Hola, lectores! Este fanfic de Sherlock será en 1890. Por cambiar un poco, he decidido poner algo más sobre el Sherlock clásico. Los que hayáis leído los libros o visto otras películas o series lo entenderéis.

En este fanfic habrá algunos Original Character (OC), y villanos conocidos de los libros clásicos de Sherlock Holmes. Se mantienen a Benedict Cumberbatch y a Martin Freeman como descripciones físicas de Sherlock y Watson. ¡Espero que os agrade! Un beso, disfrutad de la lectura!


Prólogo

Londres, diciembre de 1890

Aquella noche, Sherlock Holmes no consiguió conciliar el sueño. No supo si era por la tormenta implacable que casi chocaba con los cristales de su residencia. Creyó encontrar la explicación de su insomnio en la soledad del 221B de Baker Street. Watson se había mudado haría unos meses, y al detective le costó adaptarse a la soledad. Pero, ninguna de esas teorías le sirvió, aquello que apartaba a Holmes del sueño, era ni más ni menos que un presagio.

"Sabía que me olvidaba de algo." – dijo casi para sí mismo cuando se percató del fuego encendido de la chimenea.

Finalmente, el detective decidió levantarse. Colocó su violín sobre su hombro, deseaba escuchar música en sus oídos, hacer resonar las cuerdas del instrumento con el arco, pero, tampoco quería comunicar de su insomnio a toda la calle Baker.

Por ello, sólo se limitó a raspar las cuerdas con los dedos, variando entre melodías ascendentes y descendentes. Sherlock sólo realizaba aquello cuando tenía que vaciar su mente, no comprendió de qué debía vaciar su mente si hasta la fecha no había tenido ningún caso importante. El detective cerró los ojos, concentrándose en la melodía, y de pronto escuchó que alguien llamaba a la puerta de entrada en el piso de abajo.

Escuchó a la señora Hudson abrir la puerta, y Gladstone, el rechoncho bulldog inglés del detective, se despertó de su letargo, olisqueando la presencia de alguien familiar.

"¿Qué sucede?" – se escuchó la voz preocupada de la mujer.

"Debo ver al señor Holmes… ahora, es importante. Muy importante." – se escuchó otra voz masculina desde la lejanía.

Holmes no tardó ni dos segundos en deducir que se trataba de Clarke, uno de los pocos policías de Scotland Yard que más solían agradarle. Reconoció el aligerado sonido de sus pasos, subiendo las escaleras hasta su habitación, además de su firme pero a la vez tartamuda voz cuando conversó con la señora Hudson.

El policía tocó la puerta tres veces, y cuando entró en la habitación de Holmes, vio que el detective se encontraba más que despierto.

"¡Señor Holmes! ¿Aún despierto a estas horas?"

"Eso me temo, amigo… y tú, ¿qué te trae por aquí?"

Sherlock cazó al segundo la expresión de Clarke: ceño fruncido, mofletes hendidos y con tensión, su bigote de un ligero pelirrojo permanecía inmóvil sobre unos labios endurecidos en una línea... Un gesto mezclado entre preocupación, y horror, que él mismo, jamás había visto en el medio veterano policía. Entonces, Sherlock pensó para sí mismo, que el presagio que le había quitado el sueño no tardaría en convertirse una realidad.

"Es una lástima que hoy no haya dormido debidamente, señor Holmes, puedo asegurar que con aquello que he presenciado…" – su voz se volvió profunda.

Sherlock Holmes sonrió sarcásticamente.

"Tardaréis en volver a conciliar el sueño." – completó el policía.

"Vaya, eso es un mal augurio, compañero." – se lamentó – "Pongámonos en marcha cuanto antes."

El detective desconocía por completo que alguien insospechado resurgirá de las cenizas para atormentarle, con más astucia, preparación y todo un juego para el intelecto, que resolverá en compañía de nuevos e inesperados personajes.

Lo que comenzó como un simple mal presagio, se convertirá en su peor pesadilla.


NOTA DE LA AUTORA: Bueno, ¿qué os ha parecido el prólogo? Dentro de poco subiré el primer capítulo! Espero que os guste. ¡Gracias!