Horokeu de Ren
Disclaimer: SK no es mío...
En el reino de Canaan se celebraban grandes fiestas, pues era el onomástico número 15 del heredero al trono, Ren. La familia real constaba de En, el rey, su esposa y sus 4 hijos, que eran: la primogénita, Jun de 22 años que en su condición de mujer no podía heredar el trono y por lo tanto había sido unida en matrimonio con el rey viudo Fausto VIII, rey de uno de los países a vecinos, aliado y uno de los mas poderosos, Selah. La siguiente era Anna de 19, quien estaba comprometida con el joven Yoh Asakura, que era unos dos o tres años mayor que ella. Después seguía Tamao, sin embargo ella acababa de ser fallecer a manos de su prometido Nichrom de Lebana, país con el cual estaban iniciado una guerra con el pretexto del "asesinato". Por ultimo estaba Ren el único varón, lo que lo convertía automáticamente en heredero, por lo cual era el mas atendido de la familia, pues le eran enseñadas toda clase de artes y ciencias, desde literatura, hasta el importante arte de la guerra, esencial para la época.
Sin embargo Ren no tenía ni el menor interés por heredar algo y mucho menos comandar un reino como lo era Canaan. Normalmente estaba encerrado en su habitación leyendo, practicando el uso de la espada y la arquería o cabalgando. Nunca algo más allá de sus intereses personales o las expectativas de sus padres.
Y el día de su cumpleaños no sería la excepción.
Ese día solo se presentó en el comedor para la cena; más, para el resto de las fiestas, no se vio ni rastro del príncipe Ren.
Algunos días después del termino de las celebraciones, En llamó a su hijo, pues tenía algo importante que decirle. Así, Ren acudió de inmediato al salón principal, lugar en donde se encontraba su padre.
"Ren, adelante" dijo En con un tono de voz muy propio de él.
Ren se aproximo a su padre y se detuvo a una distancia considerable, actuando altaneramente como era su costumbre, cruzando los brazos y con la cabeza en alto, haciéndole saber a su padre que debía explicar la repentina llamada.
"Hijo" comenzó En "Con motivo de tu 15º aniversario he decidido darte un esclavo para tu uso personal..."
Ren rió sarcásticamente "¿un esclavo?" pregunto el denotando su antipatía por el "regalo" Sin embargo, En hizo caso omiso de esto y ordeno a sus sirvientes que trajeran al susodicho.
"Creo que puedo arreglármelas sólo, hay suficientes sirvientes y además ¿cómo pretendes que recuerde su cara de entre todos los demás que hay aquí¿eh, padre?" Ren estaba a punto de irse, cuando uno de los guardias llegó arrastrando a algo o a alguien con una cadena que hacia un ruido horrible.
"¡Camina¡No tengo todo el día para esperar a que reacciones" gritaba el guardia mientras jalaba la cadena que curiosamente terminaba en un grillete aferrado al cuello de alguien; sin embargo ese alguien no se quejaba ni se revelaba a las provocaciones del guardia, cosa que llamó la atención del príncipe.
"Disculpe la tardanza, Su Majestad, es todo culpa de éste, parece como si no entendiera lo que le digo" dijo el guardia mientras se arrodillaba ante el príncipe y el rey " �¡arrodíllate" grito con desesperación a tiempo tiraba al suelo a aquel, provocando una débil señal de risa en Ren.
"Ahí esta" dijo En dirigiéndose a su hijo "llévatelo".
Pero en lugar de obedecer a su padre, con los brazos aun cruzados, caminó hacia el esclavo quien instintivamente levantó la vista del suelo al percatarse de su presencia y cruzaron miradas.
Ambos se veían fijamente; la mirada del esclavo parecía que pedía a gritos su libertad, tenía una cara de desesperación y tristeza que conmovió por un momento a Ren, pero sólo dijo "No lo quiero, llévatelo tú, no me importa..." y salió de allí.
Bueno, este es un capítulo cortito porque es de prueba a ver si por ahí alguien lo lee, y si sí, pos le continúo.
