Se vistió rápidamente. Unos jeans sencillos, blusa negra y tenis del mismo color estarían bien. Entró a la cocina donde lo esperaban su hermana menor Gazlene-aunque ella prefería que la llamaran Gaz- y la caja de cereales de "El conde vampi-choco". Vertió lo suficiente de leche en su plato para desayunar.-Buenos días Gaz, hoy es un buen día, ¿No lo crees?-Dijo Dib. Ella solo se limitó a seguir concentrada en su consola de juego, sin responderle.-Vamos, deberías estar emocionada, hoy es el dìa en que empezamos un nuevo año escolar-Dijò, intentando animarla un poco.

-Debería, pero simplemente no lo estoy, y más vale que dejes de fastidiarme o si no, te va a ir mal.-Siempre con ese tono de odio tan característico de Gaz.- Así que por su propio bien, Dib guardo silencio hasta terminar su desayuno. Teniendo catorce años y Gaz solo once, no podía creer que ella tuviera tanto control sobre él, pero pensándolo bien, de hecho siempre había sido así.

Ambos se encaminaron juntos a la escuela primaria donde Dib solía estudiar hace solo dos años atrás, ahí se despidieron para tomar caminos distintos y el hermano mayor se dirigió a la secundaría. Estando ahí se apuró para buscar en la lista cual sería el salón que ocuparía esta vez.-Salón 30.-Se dijo a si mismo después de verificarlo, mientras lo ubicaba con la mirada. Finalmente después de tanto deambular lo encontró y a sus compañeros del año pasado también, lástima que Dib no era tan sociable como querría, sino, a esos compañeros podría llamarlos "amigos", pero era por cierta persona el que Dib no tuviera muy buena reputación, y dicha persona no se encontraba ahí.

Todos los chicos rumoraban sobre quien sería el maestro asesor que les tocaría este año e incluso Dib estaba impaciente por saberlo también. En eso, la maestraLilian Heffer hizo acto de presencia entre todos los jóvenes, respondiendo con esto a su duda.

-Hola jóvenes. Espero que hayan disfrutado sus vacaciones porque ahora los hare sufrir con ecuaciones y números y raíces cuadradas y más números que no comprenderán. Yo les impartiré la clase de matemáticas y seré su asesora.-Dijo en tono aterrador-La maestra Heffer era la peor maestra de toda la escuela. Era joven y bonita, pero eso no le quitaba el mal carácter.

-Después de todo, será como seguir en la primaría con la señorita Bitters- Pensó Dib.

Todos se decepcionaron ante la noticia y tomaron asiento tristemente. En eso alguien tocó a la puerta y Heffer se dispuso a abrir. Quien tocaba a la puerta era una chica nueva que se incorporaría al grupo.

-Te daré oportunidad de pasar solo por esta vez-Dijo la maestra amenazadoramente-Ahora preséntate con todos

-Hola chicos, mi nombre esAbey y espero llevarme bien con todos ustedes.

-Dinos que te gusta hacer y que te gustaría estudiar más adelante

-Me gusta leer y escribir historias en mi tiempo libre y pienso estudiar para la carrera de literatura

-En verdad me impresionas-Dijo Heffer, sin embargo no demostraba ningún sentimiento de asombro en su voz-Ve a tomar asiento.-Abey obedeció-.

Volvieron a llamar a la puerta y esta vez la misma persona que tocó abrió por si sola y asomó la cabeza solamente

-Llega tarde señor y no toleraré que cosas como esta se repitan-Advirtió Heffer

-Lo siento, pero no volverá a ocurrir-Dijo esto mientras se adentraba más en el aula, permitiéndole a todos ver su estado. La ropa estaba toda desgarrada y podían verse algunos arañazos entre esos huecos, se desprendía de él un olor nauseabundo como carne podrida pero ni siquiera él sabía por qué.

-Perdóneme si lo ofendo, pero debo decirlo, usted huele asqueroso-Dijo Heffer mientras se tapaba la nariz.- En serio le recomiendo que regrese a su casa a bañarse y tal vez pueda volver mañana y sin llegar tarde.

-¿Bañarme? ¡No!-Gritó-. Le juro que así estoy bien-Dijo

-Admiro y a la vez envidio su perseverancia, joven.-Tiene valor para venir aquí en ese estado

Mientras el "joven" se dirigía a su pupitre-justo delante del pupitre de Abey y a un lado del pupitre de Dib-los chicos comentaban que le habría ocurrido para estar como estaba en esos momentos.

-Dib lo miraba sorprendido y cuando finalmente el otro volteo a verlo también:

-Zim…pero…por Júpiter ¿Qué te pasó?