Buenas! ^^
Hace tiempo tenía ganas de escribir un fanfic sobre una de mis series favoritas, medabots! Finalmente he tenido tiempo y muchas ganas de escribirlo, y ho ho~ me ha salido en un ratito. Es sobre los celos que siente metabee al saber que brass se está viendo con un personaje misterioso. Medaromance y bromas, espero que les guste y me dejen sus comentarios ^^
Lamentablemente me di cabeza para pensar en muchas situaciones y detalles, pero no me dio para ponerle un titulo a cada capitulo xD
Capítulo 1
-Oh viejo, esto apesta-se quejó el pequeño medabot amarillo mientras caminaba al lado de su amiga de falda y listón, siguiendo a sus dos camaradas-De haber sabido que ese tipo tenía tantos seguidores, me hubiera quedado en casa dándole una paliza a Ikki en los videojuegos.
-Ha-ha, muy gracioso Metabee-se quejó su medaguerrero, con una cara larga que le llegaba al piso-¿Quién diría que tanta gente asistiría a ver el estreno de la película del Medaguerrero Espacial X?
-Nadie imaginó que tendría tantos fans-suspiró Arika mientras ajustaba su cámara, lamentando haberse perdido el estreno de la película y no tener ni siquiera una buena crítica para el diario escolar.
Los cuatro amigos se fueron suspirando y quejándose de la mala suerte. El cine estaba inundado de gente que se moría por ver la película sobre la vida del misterioso medaguerrero espacial X, con actores y reparto muy parecidos a los personajes que Ikki había conocido durante el torneo Mundial de Robobatayas.
Todos se quedaron con las ganas de conocer un poco sobre el misterioso pasado de ese personaje, y especialmente si Metabee había aparecido durante la trama, y hasta se pudiera haber mencionado su última aparición en el ring de batalla.
-Tal vez hasta yo haya aparecido ahí…-se quejó Ikki arrastrando los pies.
-No seas bobo, nadie querría meter a un personaje como tú en una película tan buena-le rebatió Arika con una sonrisa.
Los dos amigos se fueron quedando atrás mientras discutían. Metabee y Brass les adelantaron. Él con las manos cruzadas tras la cabeza y la vista en el cielo, ella con su paso de señorita y la mirada al frente.
-¿Qué tienen pensado hacer tú y Arika entonces?-preguntó el escarabajo amarillo.
-Bueno, Arika tiene su clase de piano a las seis y regresará cerca de las ocho.
-¿Qué harás tú mientras?
-Voy a verme con un amigo.
Esto sorprendió un poco a Metabee. No sabía que Brass tuviera amigos fuera del círculo que ellos cuatro componían.
-¿Sumilidon?-preguntó, temiéndose lo peor.
-Claro que no-respondió ella casi riendo.
Ella siguió avanzando mientras la laguna mental que su respuesta había dejado en Metabee le dejó atrás también.
"Vaya, y yo que creía que la conocía" pensó, y fue luego empujado por los dos chicos que venían discutiendo con sus frentes pegadas y los gritos sonando por toda la calle.
-¿Qué te pasa Metabee?-preguntó Ikki esa tarde a su compañero medabot, quien jugaba latosamente un juego de carreras.
-Nada, ¿Por qué lo preguntas?
-Bueno…vas en el nivel uno y has jugado diecisiete veces la misma partida…
-No es nada, está en el nivel difícil-respondió el robot totalmente ausente de la situación.
A Ikki esto le pareció muy extraño. Metabee siempre alardeaba de lo fácil que le resultaba terminar cualquier tipo de juego y en el nivel que fuera, ¿Y ahora de pronto admitía que algo estaba difícil?
-No sé Arika, para mí está algo raro-comentó el chico a su amiga en el salón de clases, mirando por la ventana al primer piso. Ahí abajo estaba su medabot haciendo dibujos en la tierra con una ramita. Jamás lo había visto haciendo eso.
-¿Qué crees que tenga?-preguntó la chica, tomando apuntes de la pizarra.
-Anda muy desanimado…y raro…
Arika le miró seriamente.
-Con decirme que anda raro no me dices nada Ikki.
-Ya… pero anda… no sé, muy distraído, y no presta atención a lo que le digo.
Otra mirada de crítica por parte de Arika.
-Él JAMÁS ha prestado atención a lo que le dices.
-¡Pero ni siquiera presta atención a los videojuegos!-estalló el chico, harto de las miradas de la niña y su tono burlón.
-¡Señor Ikki! –llamó la profesora muy molesta ante la interrupción-Si tanto le gusta hablar sobre videojuegos, haré que escriba una composición de cien páginas sobre el daño cerebral producido por esos aparatitos.
Todos en el salón rieron, menos Ikki por supuesto. El chico se sentó muy avergonzado y regresó su mirada afuera.
Su medabot ya no estaba.
Esa tarde de regreso a casa, Ikki y Arika caminaban adelante como siempre, seguidos de sus mascotas medabots. Brass iba prestando atención a lo que los chicos hablaban sobre el colegio y los deberes, Metabee la miraba de reojo. Había algo muy sospechoso en ella, o él así creía verlo.
-¿Pasa algo Metabee?-le preguntó la chica, al notar que los ojos del robot no se movían de ella ni un segundo.
Ikki alcanzó a escuchar algo, y le hizo un gesto a su amiga para que prestara atención mientras simulaban conversar.
-No, no, nada-respondió él mirando en cualquier otra dirección.
Continuaron caminando. Los niños conversando y atentos a lo que pasaba atrás, Brass mirando alrededor de vez en cuando, y Metabee haciendo lo mismo, deteniéndose a buscar aquello sospechoso que le veía.
-¿Seguro de que no pasa nada?-le volvió preguntar la robot al darse cuenta de la excesiva atención que estaba recibiendo ese día.
-Que no es nada-respondió Metabee avergonzado de verse atrapado por segunda vez.
-¿Tengo algo en la cara?
-No.
-¿Hacen ruido mis piezas?
-No.
-¿Entonces?
-¿Por qué sigues preguntando?-inquirió Metabee algo irritado ante tantas preguntas.
Brass le miró algo extrañada, ladeó suavemente la cabeza y respondió.
-Es que me has mirado mucho últimamente.
Arika e Ikki se miraron y rieron despacio. Se miraron de manera cómplice.
-Ajá~ con que esas tenemos, ¿Eh Metabee?-rió su medaguerrero.
Metabee percibió el tono de burla en su voz, y no se molestó en disimular su enfado.
-¿De qué hablas? ¿Por qué te ríes?
Arika se metió, siguiendo el juego de su amigo.
-Vaya, vaya, Brass, ¿Quién diría que Metabee se convertiría en tu admirador algún día?
-¿Ah?-los termo sensores de Brass reaccionaron y la medabot se coloreó un poco-¡No digas esas cosas por favor Arika!-exclamó con su habitual tono suave.
-Ya estaba bien que Metabee se diera cuenta de lo linda que eres-le palmeó la chica en la espalda a su medabot.
Ikki reía entre dientes, mientras su compañero, sonrojado y molesto, echaba humo por los cañones sobre su cabeza.
-¡Oye viejo, déjame en paz! ¡Yo no te molesto todo el día por el hecho de que te gusta Arika!
Los dos niños reaccionaron sonrojados a la vez.
-¡¿Ah?!- exclamaron sin mirarse.
-¡¿De qué estás hablando?! ¡A mí no me gusta Arika, me gusta Karin!
-¡Bien!-respondió su medabot punzándole la nariz con el dedo-Porque a mí no me gusta Brass, mi único amor es Océana.
Terminó con esto y se fue echando humo camino a casa. Los otros tres le quedaron viendo. Brass fue la primera en romper el silencio, dirigiéndose a su amiga.
-Arika, ¿Puedo salir de nuevo esta tarde?-preguntó inocentemente.
A Metabee se le rayó el disco y se quedó estático en su lugar. Los dos chicos despertaron y se quedaron viendo a Brass, sin prestarle mayor atención al medabot amarillo.
-Por supuesto que puedes Brass. No tienes que pedirme permiso, con tal de que me avises todo estará bien-sonrió Arika.
-Muchas gracias-respondió Brass, que de haber tenido boca, le habría sonreído amablemente.
El escarabajo sintió que Brass se estaba riendo de él de algún modo. Se volteó y se dirigió a su medaguerrero.
-¡Ikki! ¡Voy a ver a Océana!-habló y se encaminó con paso firme a casa de la medabot.
-¡¿Qué?!-saltó el chico ante la repentina decisión de su medabot-¡No! ¡Metabee no puedes! ¡Tenemos práctica esta tarde con Koji!
Pero fue inútil. El medabot ya había torcido en la esquina y se había marchado.
-¿Así que Brass se ve con alguien?-preguntó la dulce medabot mientras acariciaba los pétalos de la flor que Metabee le había regalado.
-Sí…-respondió Metabee desanimado y con la mirada perdida en el brillante verde del pasto de verano.
Océana le miró, como tratando de buscar algo en él. Se quedó así unos segundos, sin que Metabee lo notara. Estaba abstraído en sus pensamientos.
-¿Y eso te molesta?
-No me molesta…-levantó un poco las manos, como queriendo explicar algo-es solo…que pudo habérmelo dicho.
A la chica le pareció muy divertido esto.
-¿Por qué habría de habértelo dicho?
-Porque…em…somos amigos-respondió Metabee, no muy convencido.
-Pero tú y yo también somos amigos, y tú no me cuentas cada vez que vas a salir a alguna parte, o vas a tener una robobataya-dijo ella con su expresión serena.
-Hoy tenía una batalla contra un amigo-se excusó él- y mañana tengo planeado aplastar a los Screws otra vez…
La mano de la chica en su rostro le hizo quedarse callado. Ella le volteó para verlo de frente, y sonrió con su mirada.
-Tontuelo, no tienes que explicarme nada, no era eso lo que quería decirte.
-¿A no?
-No. Los amigos no tienen que andarse contando todas las cosas que hacen o van a hacer. Con quien se ven y demás. No puedes manipular lo que Brass hace o no hace.
Metabee se sintió un poco traicionado por parte de Océana. Esperaba que ella entendiera su posición, pero no era así. Una mariposa blanca se posó en la flor que ella tenía en su regazo y Metabee la contempló un momento. Le trajo un viejo recuerdo, pero no podía decir con precisión qué era.
-Seme sincero Metabee, Brass te gusta, ¿No es así?-rompió ella el silencio.
El escarabajo se vio tomado por sorpresa y sus ojos lo expresaron con claridad.
-¿Qué? ¡No! ¿Cómo crees?-se arrodilló junto a la sirena y tomó su mano entre las suyas, haciendo que la mariposa saliera a volar-A mi me gustas tú Océana, eres la medabot de mis sueños.
La medabot sonrió y puso su mano en la cabeza del medabot.
Unos pasos metálicos le hicieron levantar la mirada del suelo de cemento. La medabot se acercaba con su paso de señorita y el sol reflejando en su cabeza. Él se levantó de un salto del asiento y salió a su encuentro. Se detuvo frente a ella y contempló un momento sus ojos rosa antes de saludarla con mucho afecto.
Continuará...
