Resumen:
La vida tiene altas y bajas, los mejores momentos son compartidos con cualquier desconocido pero los peores solo con aquellos que están dispuestos a cargar con nuestras penas. Siempre estuve convencido de mi realidad, que alguien como yo no puede amar... un simple asesino en serie que disfruta con el sufrimiento de sus víctimas. Recordé un dicho muy popular que mis padres solían susurrarme cuando era pequeño; la vida trae sorpresas. Hoy lo confirmo al descubrirme siendo amado y amando por igual, Sora... ¿seré digno de tú amor? Después de todas las desgracias que he causado... Un final feliz no es digno para alguien como yo. ¿Sabes algo? Tú quién amas al arte más que a nada, eres el dichoso que me enseño a apreciarlo también.
La verdad es que mi amor por el arte... eres tú.
Roxas x Sora: "El amor artístico de un asesino"
Capítulo 1: El comienzo, un pasado incierto. El amor es la esperanza.
*~ La vida es como un cuento relatado por un idiota; un cuento lleno de palabrería y frenesí, que no tiene ningún sentido. Carente de sentido y razón. Las cadenas de la esclavitud que destruyen la vida solamente atan las manos: es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo. ~*
1993 – La muerte es incompatible con la esperanza:
El amor tal vez sea lo único capaz de salvarme. La vida da muchas vueltas, encontrarle el sentido es nuestro deber, mi vida se resume en rayos y truenos en un día lluvioso, solo eso. Es una suerte que ame la lluvia y esta sea mi mejor compañera, porque mi vida… siempre es una tormenta.
Tal vez el clima me diese una señal, el mundo confabulaba en mi contra, las gotas de lluvia chocaban fuertemente contra el pavimento, un día apropiado y concorde con mis penas, digno de mi presencia. Uno, dos, tres… y dejando de jugar cruelmente con el hombre frente a mí, decidí terminar mi trabajo.
- ¡NO! ¡Auxilioooooo! – gritó el pobre señor, víctima de su propia estupidez, si tan solo hubiese sido fiel… Despiadadamente use mis dagas como objeto de diversión y las clave ágilmente en su pecho una y otra vez, sonreí de manera cruel observándolo retorcerse de dolor en el suelo, moribundo… Y pare con su sufrimiento, deleitándome con el charco de sangre correr por los alrededores, sin importarme un ápice me dispuse a drenarle toda la sangre, cuando acabe con él, simplemente lo dejé tirado en el suelo riéndome despiadadamente del miserable infeliz, mi último aliento, lo dedique a sonreír con autosuficiencia. Como siempre, un trabajo perfecto.
Aburrimiento, la única palabra capaz de describir como me sentía actualmente. Cerré mi mano en un puño y la recosté de mi mejilla, apoyando mi codo sobre mi pierna. Use mi otra mano para agarrar el control remoto por enésima vez en el día y cambiar el canal uno por uno, sin prestar atención alguna en el televisor.
Voltee la mirada discretamente; la lluvia continuaba.
"Y en últimas noticias, se ha encontrado un cuerpo mutilado de un hombre no identificado, se presume unos aproximados 30 años, las autoridades siguen sin dar detalles de la investigación, solo sabemos que fue encontrado en su apartamento, el investigador en jefe se negó rotundamente a informar a la prensa. Por un fotógrafo novato quien indagaba por los alrededores hemos obtenido detalles de la masacre y algunas imágenes del apartamento, por las fotos podemos observar grandes cantidades de sangre, se presume que el asesino sea ni más ni menos que "El carnicero del ajedrez", los medios de comunicación informaron la participación del departamento de policía…"
Apague le infernal aparato y me dispuse a dormir plácidamente, otro caso sin resolver para la estación de policía… Sonreí ampliamente, amaba ser un asesino.
Antes de caer en la inconciencia escuche el sonido infernal del tedioso aparato a mi lado. Levante el celular del suelo con pereza y lo coloque irritado en mi oído, contestando en el proceso. Espere malhumorado las palabras del otro lado de la línea, estas no tardaron en llegar.
- Tienes un nuevo trabajo, quiero que investigues a Cloud Strife y me informes de todo lo relevante al caso, si mis sospechas son ciertas tendrás que asesinarlo, ¿quedó claro? – sentí un fuerte dolor de cabeza al escuchar la orden, la ira recorrió cada centímetro de mi cuerpo.
- ¿Quién diablos te has creído para andar dándome ordenes? No tengo ganancias, búscate a otro. – repliqué frunciendo el ceño
- Siempre hay ganancias en este negocio, Roxas. Se bueno y has lo que te digo, recuerda quien está al mando. – recordé sus contactos y suspiré con frustración, lo necesitaba, al menos por el momento. – ¿Qué dices, número trece?
- Estoy dentro, Xemnas. – pude percibir el casi imperceptible sonido nasal que el peli plateado emitía cada vez que sonreía con satisfacción. Odiaba ser el juguete preferido de tan tremendo adefesio.
Salí con pesar de mi departamento y me dispuse a caminar por la calle, sin rumbo fijo; no tenía prisa en cumplir el encargo. Sin importarme las gotas de lluvia impactar fuertemente contra mi piel, humedeciendo mis ropas, desvié la mirada lentamente a la derecha sin interés y observe en la acera de al lado, sorprendiéndome al instante.
Parpadee atónito deteniéndome en el acto, una persona exactamente igual a mí quien podría pasar por mi propio reflejo, fue fugaz pero notorio. Aquella persona con un peinado similar, el mismo cabello rubio y ojos azulados, sostenía un paraguas negro, me dispuse a alcanzarlo pero al segundo que un auto pasa enfrente suyo se desvanece como si nunca hubiese estado presente. Y me quedo en medio de la calle, sin ser capaz de reaccionar.
"Los delirios de un asesino"
Perdido en mis pensamientos, me decido a continuar… pero la confusión se traga cada suspiro de mi ser. Alzando la mirada y extendiendo los brazos me dispongo a aceptar la lluvia como mi aliada, cierro los ojos dejándome llevar por la incontenible brisa, recordando las humillaciones y el desprecio, mi razón como asesino… mis inicios.
Suspire satisfecho y como si fuera obra del destino, miré en los edificios de enfrente tras los enormes vitrales de colores y vidrios transparentes, las gotas de lluvia nublaban mi vista pero aun así pude notar su presencia; un chico castaño de unos enormes ojos azules sentado de perfil tras el transparente vidrío, sosteniendo un par de pinceles entre sus manos mirando el lienzo frente a él, un joven pintor. Su tranquila sonrisa… es lo que más me llamó la atención.
Segundos después noté a un rubio a su lado, observando su cuadro, pero antes de poder pasar de él y centrar mi atención en el castaño otra vez, recibí una imagen a mi celular; una foto de Cloud Strife. Alcé la mirada con incertidumbre y confusión, el rubio a su lado era mi objetivo, Cloud.
La suerte no parece estar de mi parte.
1998 – Un amor incomprendido.
Sentí los parpados pesados, el estrés se evaporaba cada segundo que sentía la calidez en mis brazos, me estire perezosamente e intenté abrir los ojos, escuché un leve quejido a mi lado y sonreí inconsciente.
- Sora… – murmure quedamente, abrí lentamente los ojos y lo observe detenidamente. Sus piernas estaban por encima de mí, otra vez había tirado la sabana a un lado y ocupado la mayor parte de la cama, tenía sus brazos alrededor de mi cuerpo en un abrazo posesivo, me causo gracia y en cierto modo me alegre un poco, la imagen de un Sora posesivo me volvía loco. – Sora, despierta – susurré en su oído cariñosamente.
- Mmmm… cinco minutos más… – reí inconsciente, él siempre alegraba mis días. – Me gusta cuando ríes. – dijo adormilado causando que lo mire detenidamente, con reproché. Adivinando mis pensamientos me replicó. – No estaba fingiendo, me acabo de despertar… tú risa me despertó. – agregó con una sonrisa, se posó encima de mí y me besó apasionadamente, al separarse me dedicó todo su amor en una mirada – Es el mejor de los despertares, ¿no crees? – dijo levantándose sin más. Dejando una sensación de dulzura en mí pecho. – Iré a hacer el desayuno. – mencionó guiñándome un ojo y abandonado la habitación.
Siempre se sentía maravilloso verlo en las mañanas, sin importar el día, vivir juntos es la mejor decisión que he tomado en mi vida, ahora mis días no están teñidos de oscuridad porque Sora es la luz que ilumina mi camino. La luz más cálida que pude llegar a imaginar.
Sonó una pequeña alarma en mi celular y mi mirada se ensombreció al leer el recordatorio; misión de asesinato, objetivo: Xion, la nueva traidora.
Releyendo por enésima vez el mismo mensaje me dispuse a resignarme. Jamás podré escapar de mi destino como asesino, ni de mi inminente final. Es matar o morir y no hay forma de que asesine a mi mejor amiga, mi fin ha llegado. Este día lo había estado esperando, estaba preparado.
Sora, ¿alguna vez… podré ser feliz junto a ti? No comprendo lo que siento, pero sino es amor… es nada. El sentimiento más fuerte que he tenido en mi vida y solo por ti he sido capaz de tenerlo, mi único deseo, es ser recordado por mi amado castaño.
Mi único y último deseo.
