Escape Batracil
Apegó su cuerpo contra un árbol, y observó por sobre su hombro. No podían sorprenderlo. No otra vez.
"Es ese desgraciado de Vegeta… Debo pasar desapercibido, de lo contrario volverá a intentar asesinarme... Casi logro apoderarme de esa nave aquella vez, ¡Pero el muy canalla me descubrió!… De no ser por esa mujer de cabello rubio, estaría muerto… Debo encontrar la forma de poder regresar con el gran Freezer y decirle que destruya este planeta… Si supiera por todo lo que he pasado…"
Vio despejada la vía y comenzó a saltar con cuidado hacia la compuerta, pero se encontró con la desagradable sorpresa de que estaba cerrada. Sin embargo, recordó que Vegeta había entrado, por lo que en algún momento debía salir.
Lo buscó con la mirada, pero era imposible en esa jungla.
Saltó un par de veces, para poder verlo desde otra perspectiva, pero lo único que logró ver fue el cabello de aquella desagradable mujer.
"Malvada… Lo único que hace es decirme cosas horribles cada vez que me ve… ¿Qué es ese olor?"
Su nariz pudo percibir un aroma muy familiar. Su rostro se sonrojó y de sus ojos asomaron unas lágrimas
"¡CHOCOLATE!"
Olvidó su plan de escape y se fue saltando, siguiendo el delicioso aroma. Pero cuál fue su sorpresa al encontrar a Vegeta con la mujer malvada, nada menos que uniendo sus bocas.
Llevó sus patas a su hocico para aguantar la arcada, pero entonces lo vio. Abandonada en el pasto, había una caja abierta, con bombones de chocolate.
Miró a la pareja y con cautela, se aproximó a su objetivo.
"No se han dado cuenta… ¡Me daré un festín!"
Alcanzó la caja y comenzó a tragar como si fuera su última comida. Pero en eso sintió un dolor terrible en su espalda.
-Vaya, vaya…
-Déjalo… Es sólo una rana tonta y fea.
Se oyó un gruñido y su cuerpo fue liberado.
Tomó la caja y salió huyendo. Cuando llegó otra vez a la puerta vio que un gato la rascaba y que ésta se abría.
"Lo logré"
La rubia dejó pasar al gato, pero a él lo tomó entre sus brazos y le quitó su botín.
- Esto te hace mal… Te llevaré de regreso, ranita traviesa.
Volvió al estanque y, ya resignado, cogió una piedra e hizo una nueva raya en una roca.
"Cada vez estoy más cerca...algún día gran Freezer, algún día…"
…
Fin.
