Prompt: Introducción
Pareja/Personajes: El Raimon eleven-Go!
Fandom: Inazuma Eleven, Inazuma Eleven Go!, Inazuma Eleven Go! Chrono Stone.
Advertencia: Universos alternos, líneas del tiempo diferentes, Uso de algunos sufijos japoneses Genderbender. Que lo haya hecho yo es suficiente.
Disclaimer: Inazuma Eleven no me pertenece –si fuera mío, ah~… Kageyama y Rushe serían los padres de Hikaru. (Pensándolo así, creo que escribiré algo con eso. Lo juro)
Nota: Este fanfic nació de conversaciones random con mi querida Oveja-san. Así que dedicado a ella. Mezcla de lineas y paradojas de tiempo ¡Esto está raro!
PARADOX
Introducción
El partido acababa de terminar, y Tenma no podía creer que realmente había jugado contra el Raimon Eleven. Tal y como lo imaginaba, eran un equipo formidable: ver a sus entrenadores en su juventud y con tales técnicas fue sin lugar a duda, una de las mejores experiencias en toda aquella gran aventura.
— ¡Eso fue excelente! ¡Muchas gracias, Endou-san!
Todos agradecieron, al tiempo que subían al autobús y despedían a sus homólogos del pasado.
— ¡Fue un gran juego, muchas gracias Tenma!
Y el nuevo capitán, pensó entonces que nada podría salir mejor. Y para cuando el grito de Time Jump de Wandaba llenó el ambiente, se permitió recordar a sus nuevos amigos: A Fey, Alpha, Beta, Ganma y especialmente a Saru y su promesa de cuidar del fútbol.
Quizá debió haber deseado que alguien cuidara de ellos también.
Y que tal sí…
— ¡Muy bien chicos! ¡El entrenamiento terminó por hoy!— La alegre voz de Endou Mamoru llegó hasta los oídos de todos los miembros del Raimon eleven, quienes sonrientes gritaron un "Gracias" al unísono y se dispusieron a ir a los cambiadores.
—Los chicos mejoran cada día, Endou— Fue el alegre saludo del coentrenador, al tiempo que le daba una palmada en la espalda. Haruto Otonashi sin lugar a dudas le ponía la chispa al equipo.
—Eso es verdad—coincidió sonriente su hermana mayor, al tiempo que se llevaba una de las rastas tras la oreja derecha. Sus ojos rojos escondidos tras unas gafas miraban fijamente la pantalla de su ordenador.
—Yuukio y sus gráficas, ¡Nunca cambias!—El peliazul rió, para lanzarse a abrazar por el cuello a la morena; quien tenía un lindo sonrojo decorando su rostro.
—H-hermano…
Y Endou no pudo evitar sonreír, pensado que sus compañeros de equipo no habían cambiado nada.
— ¡Entrenador!
— ¡Oh, Tsurugi!
La sonrisa de su delantero estrella le saludó de vuelta. Podía ser que Tsurugi Kyosuke apenas estuviera en primer año, pero era una de las mejores promesas que tenía el fútbol soccer, de eso estaba seguro.
Siempre con una sonrisa pintada en los labios y dispuesto a trabajar en equipo.
—Kirino-sempai me dio algo para usted—informó el delantero, dándole un sobre sellado a su entrenador.
Oh cierto, Kirino. Su defensa pelirosa de segundo año, el muchacho tenía sin lugar a dudas mucha habilidad en el campo, pero su actitud no siempre era la mejor: Llevaba siempre el cabello corto y una mirada de cansancio en el rostro. Recordaba que hacía poco habían tenido un problema acerca de su permanencia en el equipo.
Y aquella era… ¿la quinta o la sexta carta de renuncia al equipo que le daba? Realmente no lo recordaba, pero no importaba mucho: Endou estaba seguro que Ranmaru no hablaba en serio.
Además, siempre estaba el capitán Ryoma para hacer entrar al joven defensa en razón.
— ¿Entrenador?— Mamoru parpadeó. Dándose cuenta que se había desconectado por un momento. La mirada de Tsurugi estaba cargada de confusión.
—No es nada—dijo al tiempo que guardaba la carta en el bolsillo de su chaqueta—Ve con tus demás compañeros, ¿deben estar cansados, no?
Kyosuke asintió, decidiendo dejar el asunto por sentado. Kirino-sempai estaría bien, estaba seguro.
Y hablando del mentado defensa: Kirino Ranmaru observaba toda la escena con el ceño fruncido. Desde hacía ya unos meses se había planteado la idea de dejar el club de fútbol. Suspiró.
Algunos dirían que sus razones no tenían fundamentos, pero qué podía hacer si la persona que hasta ese momento había sido el centro de su vida poco a poco se alejaba de él por el mentado deporte.
—Kirino— Una suave mano tocando su mejilla derecha lo despertó de su ensoñación, y la cálida sonrisa pintada en el bello rostro de su mejor amiga le saludó desde unos centímetros más abajo.
Takumi era tan linda.
—Shindou— Ranmaru se permitió sonreír, como pocas veces lo hacía. Para tomar la mochila de la muchacha y colgársela al hombro—vayamos a casa.
Dijo, para con un pequeño ademán indicar que comenzara a caminar. Shindou asintió y emprendió el paso.
— ¿No tenías practica hoy?— Ouch, pensó Ranmaru. Ella no pierde el tiempo.
—No importa—dijo, sin darle real importancia, en el momento que lograban ver el gran auto negro brillante de la familia de la pianista—Adelante, damisela—dijo con tono levemente irónico, mientras abría una de las puertas del auto.
Shindou se permitió reír, bajito.
—Bien, como quieras—se acomodó y dejó un poco de espacio, para que el muchacho pelirosa se sentara a su lado—y… ¿Kariya?
Pudo sentir claramente como el más alto se tensaba, puede que Ranmaru resultara muy difícil de leer para el resto de personas, pero para ella era más claro que la mañana.
—No tengo idea de qué hablas.
—Ah, ah algún día lo aceptaras—y es que claro, el muchacho había tenido una especie de crush con la muchacha de cabello azul, quien de vez en cuando venía a escuchar los conciertos que el club de música daba en el auditorio, pero estaba segura de que Kirino nunca lo admitiría. A menos que fuera con un poco de "ayuda"
—A veces puedes ser de verdad exasperante.
Y volvió a reír, de manera cantarina.
Shindou agradecía tener a Kirino como mejor amigo, lo había conocido en el jardín de infancia y aunque sus caminos siempre habían apuntado a direcciones separadas de alguna manera u otra se las arreglaban para permanecer juntos: Ranmaru era ese toque de frescura en su normalmente ajetreada vida.
A veces, cuando tenía un poco de tiempo libre, se permitía observar desde lejos la práctica de su amigo. Verlo correr por el campo con la mirada fija en el balón sin lugar a duda era lo mejor.
El brillo centellante en sus ojos claros… que no está segura de cuando, mutaron a un color dorado en su mente.
Y es que… ese tal Tsurugi tenía algo que le llamaba la atención.
—Ah, es complicado—soltó para sí, mientras apoyaba su cabeza en el mullido asiento ante la extrañada mirada de su interlocutor.
Su vida era algo bastante común, pero había algo que le decía que ese día todo podía cambiar.
—Ah, me encantaría poder volver a jugar con el entrenador— recuerda que había dicho, mientras el resto de sus compañeros asentía.
También recuerda que justo en ese momento, un extraño sonido abandonó las paredes internas del autobús, y algo así como un gritito asustado de Wandaba se dejó oír; luego turbulencia y un fuerte golpe en la cabeza, todo se tiñó de negro.
—Tenma…— ¿Acaso se había golpeado con algo? Quizá… no recordaba
—Tenma…—Tenía la mente completamente en blanco, y esa voz que le sabía familiar no le ayudaba en nada…
— ¡TENMA!— y ouch, ese golpe en la cabeza si le hizo abrir los ojos.
— ¡¿Pero qué?!— se llevó una mano a la zona adolorida, frotándola con cuidado y tratando de enfocar la mirada—¿Aoi…?
—Duh, ¿Quién más? —Le respondió la peli azul sonriendo — ¿Qué haces aquí? ¡Te estuve buscando por todas partes! ¡Aki-san también se preocupó porque desapareciste de improvisto!
Tenma se propuso refutar, pero de pronto un fuerte dolor de cabeza le dio de lleno. Se sintió mareado.
—Eh… ¿Tenma?—Sorano se aventuró a tomarle de los hombros, evitando la inminente caída—¿Estás bien? … Creo que volviste a excederte con los entrenamientos.
Tenma parpadeó, aquello se sentía diferente… él recordaba ser mucho más alto que su amiga… ¿dónde estaba el resto del equipo?
—Aoi—dijo, cuando logró articular palabra— ¿Dónde están los chicos del club de fútbol?
—¿uhm?—Extraño, la pregunta parecía haber descuadrado a su amiga—No sé qué ocurre contigo, mujer—rió finalmente
¿mujer…? ¿qué?
—Están practicando, por supuesto ¡Justo como tú deberías hacer! ¡Vamos! ¡Mostrémosles que el club de atletismo no tiene comparación!
¿Mujer? ¿Atletismo? ¡¿QUÉ?!
Y sólo entonces reparó en si mismo, o debería decir misma… pues su figura espigada había mutado en un cuerpo delicado y aerodinámicamente…femenino.
¡¿PERO QUÉ?!
Notas Finales: Inicio extraño, es extraño. Massiel se aprovecha de las lineas del tiempo, de las cosas extrañas que tiene el chrono stone, y que Wandaba en mi headcanon no es buen mecánico (?) ejem. El universo o linea de tiempo donde nuestros queridos terminaron, como se dieron cuenta, es muy diferente al original.
Además de las personalidades, en el género. Para que no se pierdan-?-
Shindou Takumi Mejor amiga de Kirino, y presidenta del club de música.
Kariya Misaki Estudiante de primero, pertenece al club de volver a casa.
Kageyama Hotaru Mejor amiga de Kariya
Tenma Matsukaze De primer año, promesa del club de atletismo por ser una de las novatas más rápidas.
Otonashi Haruto & Yuukio Kidou Hermanos y co-entrenadores del Raimon Eleven de la mano de Endou.
Esos son unos de los cambios que se ven en este universo, los demás se verán en el siguiente episodio:
¿Un tsurugi que ama trabajar en equipo? ¿Kirino desertor? ¿Midori es un muchacho?
¡Sí, esto es raro!
