Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Rumiko Takahashi. Por el contrario, la trama es completamente mía.
Aviso especial: Este short-fic (quizás tres o cuatro capítulos) está dedicado por completo, a Rinnu, mi baby girl favorita! Es mi regalo especial por su cumpleaños que fue hace unos días. ¡Feliz cumpleaños, nena! Espero te guste esta pequeña y sensual historia(?).
Un amor a prueba de… ¿Agua?
De haber sabido que el entrenador de su hermano era tan atractivo habría decidido acompañarlo a sus prácticas desde hace mucho, solo por la oportunidad de apreciar a tan buen espécimen. Solo verlo nadar le provocaba unas enormes ganas de… lanzarse al agua, pero se abstenía y se quedaba observándolo silenciosamente.
Capítulo 1
—Recuérdame por qué estoy llevándote a natación —pidió Kagome a su hermano menor.
—Porque a mamá se le daño el auto, soy tu hermano preferido y me quieres mucho.
—Eres mi único hermano —aclaró—, y no es por eso, bien puedes venir solo. Tenía cosas que hacer ¿sabes?
—Quedarte encerrada en tu cuarto leyendo no es muy urgente.
—Para mí lo es.
—Sabes que así nunca encontraras un chico, ¿cierto?
—¿Y quién ha dicho que quiero encontrarlo?
Souta vio a su hermana y suspiró, admitía que había ocasiones en que le gustaba que no se interesara en chicos ya que le facilitaba de hacer el trabajo de hermano protector, aun siendo el menor; pero otras veces pensaba que ya venía siendo hora, o que al menos su hermana debería salir más y rodearse de más personas.
Llegaron al club justo cuando comenzaban a llegar el resto de los chicos, Kagome vio que había de todas las edades, tanto niñas como niños, tal cual como cuando ella solía tomar aquellas prácticas.
—Hey, Souta ¿vienes preparado para todo? —escuchó a alguien saludar a su hermano y lo vio con interés.
—Siempre vengo preparado, orejas de perro —respondió su hermano y le pareció extraño que lo llamase de aquella manera.
Kagome se quedó viendo al hombre que se había despedido de Souta con una palmada en la espalda y le había dedicado una mirada a modo de saludo a ella. Lo vio alejarse, llevaba puestos unos monos y una chaqueta deportiva en color rojo; aunque lo había visto por muy poco tiempo le había parecido alguien bastante atractivo y atlético, además que tenía un color de ojos bastante llamativos.
—¿Quién es ese hombre? —no pudo evitar preguntar a su hermano mientras lo acompañaba al interior del club.
—Es el entrenador.
—¿En serio? —preguntó ahora con más curiosidad. Pensó que de ella haber tenido esa clase de entrenador hubiese seguido asistiendo a las prácticas hasta volverse jugadora olímpica si era posible, sacudió la cabeza para alejar aquella clase de pensamientos de su cabeza, ella era una mujer adulta, debía ser objetiva.
—Hermana, ¿me escuchas? —Souta intentaba obtener su atención.
—¿Qué sucede?
—Ya puedes irte a casa.
—¿Ah? No, me quedare a esperarte y nos iremos juntos.
Souta vio con curiosidad a su hermana.
—¿No se suponía que tenías cosas importante que hacer?
—Nada que no pueda esperar —hizo un movimiento con la mano restándole importancia—. Además, eres mi hermano preferido, no te puedo dejar ir solo a casa.
Si, definitivamente su hermana estaba actuando muy raro, sin pensar mucho en el asunto Souta se dirigió con Kagome al área de las piscinas.
Ella se encaminó hacia las bancas con el resto de los acompañantes mientras que su hermano siguió hacia los vestidores, no habían cambiado muchas cosas desde la última vez que estuvo allí, pensó. Hasta cumplir los quince años ella asistió a prácticas de natación, y aunque era buena y el que fue en aquel momento su entrenador le pidió que siguiese ella se negó alegando que quería dedicarse por completo a la universidad, y ahora nueve años después regresaba y no podía evitar sentir cierta nostalgia.
Vio a su alrededor y le sorprendió ver a unas cuantas chicas jóvenes sentadas esperando, la mayoría solían ser madres o familiares de los niños que iban a entrenar, quizás y esas chicas, al igual que ella, iban por sus hermanos o quizás novios.
—Allí esta —dijo una de las muchachas señalando a los vestidores, el resto del grupo volteó al instante en esa dirección, ella lo hizo también motivada por la curiosidad.
Y allí estaba nuevamente aquel chico atractivo de ojos dorados, se había cambiado y ahora llevaba unos Yongtao en color negro y franjas rojas que cruzaban a la altura de los muslos y le llegaban justo por encima de las rodillas, aún mantenía la chaqueta deportiva roja pero ya no llevaba ninguna franela debajo, dejando descubierto el musculoso pecho.
Kagome tuvo que reprimir un suspiro de admiración, y se mordió los labios. ¿Desde cuándo ese chico era el entrenador de su hermano? Y ¿Por qué, Dios bendito, ella no estaba al tanto?
Pronto se dio cuenta que las chicas estaban allí con la única intención de observar, tal como lo estaba haciendo ella misma, al entrenador. Para intentar distraer su atención de aquel hombre se enfocó en el área de entrenamiento infantil, allí se encontraba una entrenadora, la joven castaña parecía tener su edad y al parecer se comunicaba muy bien con los niños; el traje de baño que ella usaba era negro con franjas en color fucsia.
Del otro lado, en el área de las piscinas más profundas, estaba un hombre de cabello corto pero que aun así llevaba una diminuta coleta, su Yongtao era una combinación entre negro y morado; por lo visto era el encargado de entrenar a los mayores de quince.
Se mantuvo toda la tarde allí, observando los distintos grupos de prácticas, y pudo notar que quien parecía tener más dificultades era la castaña, tenía al menos doce niños, y se veía que se le dificultaba un poco controlarlos a todos, principalmente porque todos querían ir al área de las piscinas de adultos. En un momento el hombre de coleta se acercó al sector infantil para darle apoyo, aquello tenía sentido, pues su grupo era un poco más independiente.
Volvió su atención al grupo donde estaba su hermano y lo vio junto a su entrenador quien estaba en uno de los podios y Souta junto a otro compañero lo observaban atento, el hombre les hablaba y en ese momento ella cayó en cuenta que se había quitado la chaqueta y entonces fijo su atención en la bien formada espalda. Vio al entrenador zambullirse a la piscina y posicionarse para nadar de espalda, al parecer les enseñaba aquel estilo; lo vio nadar de forma ágil al otro extremo y luego regresar, no podía evitar sentirse fascinada, su antigua nadadora gritaba de emoción y pedía volver a sumergirse en las aguas.
Una vez el entrenador estuvo fuera del agua instó al compañero de Souta a lanzarse al agua, este lo hizo y una vez que terminó fue el turno de Souta para hacerlo, lo vio hacer la salida de forma ágil y nadar de muy buena forma y no pudo evitar sentirse orgullosa.
Las madres de los niños más pequeños fueron las primeras en comenzar a levantarse para ayudar a sus hijos a cambiarse, el horario de entrenamiento de aquel día había terminado, vio que las chicas seguían con la vista clavada en el entrenador de chaqueta roja, el hombre parecía ni siquiera darse cuenta ya que ni una mirada dirigía a las bancas.
Vio que su hermano junto al joven que había a su lado casi toda la tarde no parecían tener intenciones de ir a cambiarse, y permanecían hablando con el entrenador, al parecer se llevaban bastante bien con él. Cuando notó que ya comenzaba a anochecer y Souta seguía sin intenciones de alistarse tuvo que acercarse al grupo.
—Disculpen —habló para obtener la atención de los tres—. Souta, se hace tarde, deberíamos irnos —intentó no ver mucho al entrenador, pues sentía su mirada sobre ella.
—Sí, lo siento. Me cambiare en un minuto.
—¿No viene tu madre a buscarte? —preguntó el entrenador.
—No, se ha dañado el auto, y me ha traído mi hermana, debemos regresar andando. Nos veremos el viernes —Souta no había terminado de dar media vuelta cuando el entrenador habló de nuevo.
—Si me esperan unos minutos más, puedo llevarlos —se ofreció y Kagome se sorprendió ante eso.
—Oh, no quisiéramos molestarlo.
—No es ninguna molestia, ya he llevado a este enano en otras ocasiones —reveló y ella se sintió aún más intrigada. ¿Su madre dejaba que alguien más llevara a Souta a casa? En ese momento pensó que quizás si estaba un poco distanciada del mundo al vivir encerrada en su habitación, bien fuese estudiando, trabajando o leyendo.
Antes de que ella pudiese objetar algo más los dos jóvenes y el entrenador se dirigieron a los vestidores mientras seguían hablando, ella notó que Souta le reñía por haberle llamado enano, y el hombre reía, divertido por tomarle el pelo, aquella relación de familiaridad le parecía un poco extraña, desconocía eso de su hermano.
Un par de minutos más tarde su hermano ya estaba de regreso y le dijo que su entrenador llegaría en breve, ella moría de ganas de preguntarle acerca de él, pero no se atrevía, no quería que su interés se mostrara de manera exagerada.
—Todos estamos listos, podemos irnos —informó el hombre de ojos ámbar, había llegado en compañía del chico de coleta, la castaña y el compañero de Souta—. Nos vemos mañana, Sango, Miroku.
—A la misma y mismo lugar —dijo el hombre.
—Nos vemos el viernes, Kohaku —se despidió Souta y el otro chico se despidió a su vez.
Souta entonces siguió a su entrenador y a ella no le quedó más que hacer lo mismo, él ni siquiera se tomó la molestia de presentarlos, y si era sincera tenia curiosidad por saber su nombre.
Durante el trayecto a casa ella viajó en la parte trasera del auto mientras su hermano y el hombre hablaban, sentía como si para ellos ella fuese inexistente.
—¿Cuándo me dejaras practicar con ustedes? —preguntó Souta.
—Aun te falta.
—¿Practican para el campeonato? ¿Van a participar?
—No, practicamos para no perder la costumbre.
—Oh, vamos. Tienen que participar, son los mejores.
—Nos falta una persona. Exigen a cuatro personas por equipo.
—Pero pueden participar individualmente. Tú podrías y ganarías.
—Eres un entrometido, ¿te lo habían dicho?
—Sí, mi hermana —la señaló con el pulgar y ella pensó que después de todo no se había olvidado de ella, al menos. El hombre se volvió un segundo a verla, ¿se habría olvidado él que estaba allí?
—Ya deja de preguntar sobre eso.
Casi nada dijeron después de eso, cuando llegaron a su casa a ella ni le dio tiempo de agradecerle al hombre, su hermano fue quien le agradeció y se despidió de él, y cabe decir que se sintió un poco tonta, nada más verlo y se quedaba como muda.
Su madre los recibió en casa y ya se olfateaba la cena.
—Kagome, creí que regresarías temprano.
—Quise quedarme para acompañar a Souta de regreso —se excusó.
—Han regresado tarde —señaló su madre, queriendo decir que si ella estaba tuvieron que haber regresado antes.
—Inuyasha nos ha traído.
¿Inuyasha? ¿Ese era su nombre? ¿Era por eso que su hermano le llamaba "orejas de perro", por ese nombre tan extraño?
—Oh, siempre tan atento él.
—Sí, y creo que a Kagome le ha gustado —lo último lo dijo ya subiendo las escaleras y corriendo a su habitación.
—No es cierto —quiso defenderse de inmediato pero sentía su cara roja de vergüenza, su madre la vio y sonrió.
—Es un chico atractivo, y no estaría mal tenerlo como yerno —la mujer rió.
—¡Mamá! —chilló Kagome aún más avergonzada, ¿Qué clase de conspiración era aquella?
—Ese chico tiene razón, podríamos participar individualmente, y al menos así iríamos —comentó Miroku.
Estaban realizando los estiramientos antes de comenzar las prácticas. Él les había comentado lo que le había dicho Souta solo por decirles algo, no pensó que estarían de acuerdo.
—La idea de todo esto era participar como equipo, pero si no conseguimos a nadie más esa sería la única manera de asistir al campeonato —habló ahora Sango.
—Admito que será gratificante ganarle al lobo pero aún tendrá la ventaja en los relevos —gruñó.
Bien sabía que si participaban individualmente cada uno ganaría en su competencia, pero les faltaría una de las más importantes.
—Aún tenemos cuatro meses para el campeonato y podemos inscribirnos hasta un mes antes, si en dos meses no conseguimos a nadie más con quien participar, nos inscribimos individualmente, ¿de acuerdo? —sugirió Miroku.
Tanto él y Sango estuvieron de acuerdo, mejor eso a quedarse fuera por completo, aunque esperaba poder encontrar a alguien lo suficientemente bueno para hacerlo parte del equipo.
El viernes Kagome también acompañó a Souta al club y volvió a quedarse, se dio cuenta que le gustaba quedarse allí y observar todo, había olvidado lo bien que se sentía en ese ambiente.
Aquel día Inuyasha volvió a ofrecerse para llevarlos a casa y en esa oportunidad ella decidió presentarse por su cuenta, ya que su hermano parecía no querer hacerlo.
La semana siguiente aun cuando ya habían arreglado el auto de su madre ella siguió asistiendo con Souta, y antes de cada práctica le daba algunas sugerencias para el entrenamiento.
Una de esas tardes mientras se dirigían al club Souta le preguntó el por qué había dejado de practicar si era que sabía tanto y se veía que realmente le gustaba, ella no supo muy bien que responder, en ese momento las razones por las cuales dejó la natación le parecían excusas tontas. Entonces él le preguntó si no le gustaría volver a practicar ahora, quizás podía estar en el grupo de Inuyasha, ella tenía la edad apropiada y ya contaba con experiencia previa. Kagome se lo pensó, solo un poco, pero terminó descartando la idea, hacía mucho no practicaba y estaba lejos de llegar al nivel de Inuyasha y sus amigos, con todo el tiempo que tenía sin entrenar era como una novata más, loa había visto nadar a los tres y eran excelentes nadadores, en comparación ella solo sería una aficionada. Pero quizás, solo quizás, de seguir acompañando a Souta podría animarse a realizar un par de clavados, tal como en antaño.
Gracias a la amistad que existía entre Souta y su entrenador en varias ocasiones había terminado acercándose a él, y aunque, si, le parecía muy atractivo no se comportaba como el resto de las chicas de las bancas. Y en una oportunidad ellas la rodearon y le preguntaron a que se debía su acercamiento a Inuyasha, ya que la habían visto hablando con él en más de una oportunidad. Ella solo dijo la verdad, él era el entrenador de su hermano y por eso solían hablar.
Y no es como si hablasen de cosas importantes, casi siempre las conversaciones iban en torno a Souta o era el muchacho quien llevaba el rumbo de la conversación. Su hermano había dejado de lado el tema del campeonato pero seguía pidiéndole a Inuyasha que lo dejase practicar con ellos, a lo que él respondía que no podía hacerlo, entonces Souta reclamó que a Kohaku si lo dejaban asistir, e Inuyasha le dijo que eso era porque era hermano de Sango y que solo asistía de observador, nunca practicaba. En ese momento Souta fue con Kohaku y le reclamó, al parecer su amigo había exagerado las cosas con respecto a su asistencia al entrenamiento de los adultos.
Luego de eso Kagome se disculpó con Inuyasha, su hermano podía llegar a ser un poco testarudo cuando se le metía algo en la cabeza, él aceptó las disculpas y cambiaron el tema. Lo que Kagome no le dijo en esa oportunidad era que Souta también se comportaba así era porque veía en Inuyasha un modelo a seguir, era en quien se inspiraba a ser.
Continuara.
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Hola, gente linda! Bueno aquí me tienen con una nueva historia, si, si, ya sé que dirán que tengo como 6542 sin terminar pero esto es por una buena causa, como ya lo dije arriba este es un regalo para mi querida y hermosa Rinnu, así que por mucho merece la pena tomarme el tiempo para hacer esto.
Esta historia vendrá con varias referencias, aunque ya eso es algo que suelo hacer siempre, quizás acá este un poco más marcado.
¿Qué les ha parecido esta nueva y loca idea? Seguro que les gustara ver a Inu sin ropa, no? Jajajajajaja
Aprovecho para avisar que tambien se viene proximo un nuevo proyecto SesshRin, que tambien será un regalo para otra personita especial.
Bien, bien, no me extenderé demasiado, porque de nuevo ando de reposo y no puedo andar mucho rato ToT
Espero sus opiniones, en especial la de mi Baby Girl ;)
Me despido, no sin antes repetir las merecidas felicitaciones.
¡Feliz cumpleaños, querida Danna, Rinnu, mi baby girl!
NOTA de autor:
Yongtao: es una marca, se trata de los bañadores de poliuretano, cuyas propiedades más significativas de este material son la antiadherencia, el coeficiente de rozamiento más bajo conocido, una gran resistencia al agua clorada y ciertas propiedades de flotabilidad.
