NOTA:

Clasificación: MA por futura violencia y escenas sexuales.

Disclaimer: Los personajes de pertenecen a L. J. Smith y estan basados en la serie de The Vampire Diaries. La historia esta basada en la novela Secuestrada de Anna Zaire.


Cuando Lo Conci.

I.


—¡¿Es enserio, Caroline?¡

Escucho a Bonnie protestar mientras me mira acusadoramente unas cuantas gradas más debajo de donde estoy. Sé que está enfadada, yo también lo estaría si estuviese en sus zapatos.

—Jeremy, Bonnie—susurro suavemente y ella resopla antes de volver a recostarse en la banca y coger el libro que llevaba con ella desde hace semanas.

Normalmente ella no es así, es más calmada y amable pero no con este tema. Bonnie detesta profundamente el acompañarme a ver los entrenamientos, pero la deuda que tenía conmigo respecto a su actual pareja la hacía venir a hacerme compañía.

Futbol americano, llevábamos una hora mirando a los chicos del equipo practicar y mentiría si dijese que entiendo una mierda de lo que está pasando, no se absolutamente nada de futbol más allá de animar y las animadoras normalmente no vamos a los entrenamientos. Pero finjo que me gusta para poder verlo, allí, en el campo entrenando día tras día.

Tyler Lockwood, actual quarterback y el chico más bueno de la escuela además del hijo de una de las mejores familias de Mistic Falls. No es que fuera tras él solo por su estatus social.

—No entiendo realmente por qué te aburres—Le digo—el futbol es divertidísimo.

—Ya, claro, el futbol. ¿Por qué no solo vas y charlas con él?, tu nunca has sido del tipo tímida. Anda y ve.

Bueno, eso es verdad, pero yo solo no podía ir y hablarle a Tyler, para empezar, él y yo no nos movemos en los mismos círculos. Las animadoras de más bajo nivel se le pagaban como lapas y llevaba el tiempo suficiente observando como para saber que le iban más las castañas que las rubias.

Además, era más divertido jugar a la chica enamorada. Disfrutar de mirarlo a hurtadillas y fingir ser solo otra chica. Sé que solo es una ilusión por que no se si Tyler me guste como persona, pero me encanta como se ve si camiseta. Cuando paso por su lado mi corazón se acelera y me lleno de alegría. También he soñado con él, sueños eróticos donde me toma sin compasión.

El año pasado, mientras salía con Matt habíamos intentado llegar a hasta el final, pero antes de que eso sucediera él se había emborrachado como una cuba y me había dicho sin ningún tapujo que estaba enamorado de otra chica y yo era su remplazo. Matt y yo terminamos después de eso.

—Salgamos esta noche—dice Bonnie mientras sube las gradas para sentarse a mi lado—Noche de chicas. Podemos ir a Charlottesville para celebrar tu cumpleaños.

Levanto una ceja ante aquello.

—Mi cumpleaños es dentro de la próxima semana—le recuerdo aun cuando sé que tiene la fecha marcada en su calendario.

—¿Y qué?, podemos adelantar un poco la celebración.

—¿Y si vuelven a echarnos por los carnets?—rio un poco ante el recuerdo.

Solo tengo diecisiete años, por lo que aún no soy legal de ninguna forma, aun así, Jeremy, el novio de Bonnie nos consiguió esos carnet el verano pasado, nos sirvió mucho en la mayor parte de los bares fuera del pequeño pueblo de Mistic Falls, pero la última vez que fuimos a Charlottesville nos habían descubierto y fuimos echadas de uno de los mejores club.

—No vamos a ir al mismo lugar, Caro.

—Está bien—digo—¿Por qué no?


Bonnie me recoge a las nueve.

Va vestida para pasarlo en grande, un pantaloncillo corto negro, una blusa de lentejuelas plateados con más abiertas de las que debería y usando unos tacones de infarto. Ella es de tez negra, pero eso solo hace ver más exótica en su sexy conjunto, lleva su cabellera lisa y suave, lo que la hace ver una cascada de cabello por sus hombros desnudos.

Yo por otro lado llevo una enorme sudadera que esconde mi top negro revelador, le he dicho a mi madre que me quedaría a dormir con Bonnie, mi madre es oficial de policía así que a veces es muy estricta con eso de salir del pueblo por lo que no le comento nada.

Los pantalones negros ceñidos me quedan bien y los zapatos de tacón rojos que encontré dentro del armario hacen un buen conjunto para hacerme ver más madura. Llevo mi cabello rizado y un maquillaje impecable. Mi móvil vibra, sé que es mamá tratando de asegurarse que salgo con Bonnie, sus guardias son de noche, por lo que no me ve cuando me voy de casa.

—Sí, Caroline al habla.—Contesto, mirando de reojo como Bonnie hace una mueca burlona.

¿Esta ahí Bonnie?

Ruedo los ojos antes de poner el alta voz, dando gracias a Dios que el auto de mi amiga no hace ningún sonido y que aún no hemos bajado los vidrios.

—Aquí Bon, señora Forbes—Bonnie me mira juguetona. Ella tiene el permiso de su abuela así que mi situación le parece cómica—Estábamos a punto de ver una película.

Solo hablaba para confirma que estuviera contigo, la última vez fue Matt quien me contesto.

Y despues de eso, ella cuelga. Bonnie suelta una carcajada, mi madre era demasiado seca y directa y mi amiga ya la conocía por lo que no se sorprende cuando la llamada se corta. No me gusta escuchar las burlas de mi amiga por lo que le subo a la radio y las canciones de Rihanna hacen temblar los vidrios. La música nos encanta y cuando Umbrella comienza nos volvemos locas.

Sin darme cuenta ya hemos llegado a Charlottesville y nos dirigimos justo a la zona de bares, salimos del auto y siento las miradas sobre mí, sonrió coqueta, el top que llevo muestra buena parte de mi escote y mi vientre así que se cuan sexy me veo, me siento una reina y camino como una hasta el pub más genial que he visto.

Bonnie le sonríe al portero antes de enseñarle los carnets y nos deja entrar sin problema, no lo puedo creer, pasamos, el sonido inunda mis oídos, todo retumba, el olor a tabaco, alcohol y perfume me hace sentir en ambiente.

—¡No es genial!—Murmura Bonnie. Y lo es, pero aun así dudo.

—¿Cómo conociste este lugar?—le pregunto. Estamos es una zona privilegiada en la ciudad, pero este sitio parece sacado de otra época y la mayoría de las personas no parecen chicas de secundaria que se han colado.

—Jeremy, me conto del sitio.

No desconfió de ella, pero de su novio sí. Jeremy es un año menor que nosotras y aun así nos consiguió los carnets y nos ha hablado de los mejores bares y bebidas, por lo que no confió tanto en él como para estar segura si nos ha enviado al lugar correcto. Pero bueno, ya da igual. La zona de afuera nos parece la mejor opción y vamos ahí, la vista es genial y la música no está fuerte como dentro pero aun así ahí personas bailando entre las mesas, parecen pasarlo bien.

Bonnie se consigue aun par de chicos y hace que nos inviten unos chupitos, no bebemos mucho. Bonnie porque tiene que llevar el auto y yo porque no soy buena con el alcohol. Puede que seamos jóvenes pero no somos tontas.

Los chicos que nos han invitado bailan con nosotras, pero poco a poco nos alejamos, no son muy guapos por lo que no nos quedamos. Cerca pasan universitarios, lo sé porque llevan camisas del campus, nos acercamos a ellos y comenzamos a juguetear, Bonnie es buena con el coqueteo, sabe cómo empujar a un chico sin parecer vulgar, pero hoy no estoy de ánimo para intentar ligar, además, Tyler es a quien quiero.

Bailar me ha dado sed, por lo que me alejo para llegar hasta la barra, pido al barman un vaso de agua y lo tomo de un trago. Lo dejo en la barra y me giro un poco para ver donde ha quedado Bonnie, sin embargo, algo llama mi atención desde el otro lado de la barra. Ojos azules y penetrantes me devuelven la mirada.

Es guapo, el hombre más guapo que he visto fuera de revistas. Tiene el cabello castaño claro y rizado en las puntas, su rostro tiene facciones duras y masculinas, tienes las cejas gruesas y rectas y una boca que podría pertenecer a un ángel caído. Una barba insípida se asoma en su mandíbula, por lo clara que es apenas y la puede distinguir con las luces bajas del lugar.

Me quedo sin aire. Estoy mirando a un desconocido descaradamente, no me importa que se allá dado cuenta, por que sigo cada facción de su rostro minuciosamente. Una sensación electrizante me recorre mientras imagino esos gruesos labios sobre los míos, segura de que me devorarían en un segundo.

Una sonrisa de lo más malévola se extiende por sus labios, se levanta y comienza a caminar hacía mi sin dejar de mirarme. Anda sin prisa, tranquilo. Se le ve de los más seguro de sí ¿Y por qué no iba a estarlo?, es atractivo y parece saberlo muy bien.

No puedo saber qué edad tiene, pero estoy muy segura que no entra en el rango universitario, por lo que yo no debería ni de mirarlo. Cuando se ha acerca me doy cuenta que es alto y fornido, tengo levantar el rostro para verle, quizá me saque ahora mismo unos cuantos centímetros, pero soy consciente de que llevo tacones alto y sin ellos apenas le llegaría por encima del hombro.

—¿Cómo te llamas?—me pregunta con una voz baja pero audible. Su tono es ronco, oscuro y aterciopelado.

Tengo que obligarme a mí misma a respirar.

—Caroline—Respondo aduras penas. Me quede fascinada y creo que él lo sabe.

—Caroline. Me gusta—el ligero acento ingles que tiene hace que me derrita.

Espero en segundo a que se presente, no lo hace, en cambio le da un pequeño sorbo a su mojito por lo que me tengo que armar de valor para preguntar.

—¿Y el tuyo?

Normalmente no soy así, me gusta ser arrojada e ir por lo que me interesa, pero este hombre frente a mi tiene aura de chico malo, por lo que me intimida un poco.

—Klaus, llámame Klaus—mis ojos siguen el suave movimiento de sus labios—¿Cuántos años tienes, Caroline?

Mierda. ¿De seguridad?

Lo repaso lentamente, su ropa era cómoda y elegante, no parecía ser ropa de un guardia y su postura era muy relajada, aun así, no me fié. Sonrió confiada mientras me inclinaba lentamente, tenía que hacer que su atención pasara de la edad.

—veintiuno—murmuro coqueta.

Pero sus ojos parecen volverse más oscuros y se tensa levemente. Parpadeo ante el cambio, recargándome un poco contra la barra al verle con una postura algo agresiva.

—No me mientas.

—Casi dieciocho—respondo de inmediato, intimidada por su tono oscuro.

Una sonrisa de satisfacción aparece en su rostro entes de que deje el vaso vacío en la barra. Se ha acabado el mojito, espero a que pida otro pero en vez de eso lleva su mano a mi rostro. Quedo petrificada. Es un extraño, aun así me toca como si tuviese el derecho. Sus nudillos se arrastran suave por mi mejilla para después rosar mis labios, despacio, lento antes de retirarse.

No sé cómo reaccionar a eso. Nadie jamás había hecho eso, una caricia sencilla, casi consoladora, tenía un toque seductor, posesivo, como si comprobara que mi piel era de su gusto. Frunzo el ceño cuando caigo en cuenta de que eso fue grosero aun para tratar de coquetear. Ha pasado el límite.

—Me tengo que ir—Le digo con dureza, él solo asiente como si comprendiera la situación.

Un escalofrió recorre mi cuerpo mientras doy media vuelta e intento perderme en el tumulto. Mi respiración es pesada y todo en mi está temblando. Ese hombre era un depredador, por lo que me siento un poco agradecida con que me haya dejado ir. Sé que si hubiera querido me habría retenido.

El que sea consciente de ese hecho me alarma.

Cuando me recupero de lo que paso busco a Bonnie, le cojo el brazo y le pido que me lleve inmediatamente a casa, ella parece sorprendida antes de asentir. Sé que me veo desesperada, aún estoy algo asustada por lo ocurrido. Cuando salimos me vuelvo un poco para ver dentro del pub.

Él está junto a la barandilla que separa el pub de la calle, me mira como si me prometiese algo; algo que me hace estremecer.