No podía alcanzar los documentos que Caitlin escondía sobre un estante en el córtex del laboratorio. Se empino y no pudo tomarlos, sin embargo, sintió como alguien se apoyaba tras él y alcanzaba lo que estaba sobre su cabeza.
-Es esto-susurró Oliver quedando pegado a él y mostrando con una mano el objeto que necesitaba.
Sólo pudo mover afirmativamente la cabeza y luego mirar los labios del arquero, quien no se separó de él.
-Gracias-murmuró sonrojado y se dio cuenta que el rubio no se movía.
-¿Harás algo ahora?-murmuró tan suave que si no estuviera pegado a él no lo habría escuchado.
-Tengo que revisar esto-dijo indicando los papeles que ya estaban en sus manos.
-Y después-inquirió inclinándose en su dirección.
-Lo que tu quieras-susurro sintiendo el aliento de Oliver contra sus labios y se decidió, todo o nada, y él lo quería todo. Por eso eliminó la distancia entre ellos, bajo peligro de que lo rechazara; sin embargo, el vigilante lo sujetó por las caderas y lo pego a su cuerpo.
Y Oliver se convenció, lo había estado mirando un par de minutos antes de decidir acercarse y aunque la visión de Barry empinado lo deleitaba, definitivamente era mejor al tacto. Sobre todo su trasero que tenía sujeto con ambas manos.
-¡Ollie!-grito indignado el velocista.
