Disclaimer: Los personajes de Full Metal Alchemist no me pertenecen a mí, sino Hiromu Arakawa.

Advertencias: Solo me queda aclarar que seria bueno que me tuvieran paciencia, como les digo a todos, mis primeros fics en un fandom nuevo son nefastos ¬¬ Espero con el tiempo ir mejorando en el manejo de los personajes… Por cierto, disculpen si hay OoC.

Hola gente!! Oh, por fin pude quitarme el gusanito que me molestaba… Sii! Mi primer fic en el fandom de Full Metal Alchemist- suenan las trompetas y se dispara confeti ¬¬…-. Si, estoy de acuerdo, eso fue muy exagerado ^^U… Bueno, espero que les agraden las loqueras que se me ocurren escribir, y como fue un Fic que surgió de repente, aun no se cuantos capítulos serán, aunque no le augurio más de 6 u 8…

Gracias por leer!!


cøмø υη þαтïтø fεø.

Soy Riza… Soy Roy…

Capitulo 1.

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¿Acaso había algo más patético en este mundo que vivírsela pendiente de la apariencia? Sinceramente no lo creía. Porque la verdad era un desperdicio de tiempo.

Y seguramente no puedes vivir la vida con tranquilidad, porque siempre estarías pegada a un espejo para ver que tu cabello no se haya desaliñado, o que tu maquillaje no se haya corrido. Irías al baño a cada momento, buscando un espejo de cuerpo completo para ver si la falda o el pantalón no se te han ensuciado con tierra. O revisarte los dientes para ver si no se te quedo un pedazo de comida entre ellos.

¿Lo ven? Un completo fastidio.

Y si alguna de las situaciones anteriores- o similares- sucedieran, también las personas además de cargar con la penosa situación de haber sido captados en su "peor" momento, algunos hasta tendrían que soportar las burlas de los demás… cargar con el peso que desde ese momento, proclamaba que su vida no volvería a ser la misma.

En su opinión era mejor pasar desapercibida, sin que nadie notara lo que vestías o lo que no, lo que comías o lo que no, si te ensuciabas o no, si ibas peinada o no. Te evitabas sencillamente muchos problemas.

Pero, oh no, ese no era el único problema de encontrarse en plena adolescencia. El problema era la escuela… si. Encontrarte rodeada de pubertos- omitan por favor el pensamiento de que ella también es una chica en la plenitud de su adolescencia-, llenos de hormonas que si bien no se encontraban ligando, buscaban cualquier excusa por mínima que fuera, para burlarse de las personas que cometían un error. O que no eran tan agraciados como los ídololos de la escuela.

Esta bien, la verdad es que también entre las personas del montón, había una categoría de sobresalía y era victima de las burlas de los lideres de la escuela, de los populares. Los Nerds… también conocidos como ñoños.

Y ella parecía encajar bien en esa categoría. ¿Por qué? Fácil. Su falda escolar le llegaba por debajo de las rodillas, nadie nunca la había visto sin suéter por lo que ningún hombre pervertido podía ser testigo de la grandeza de su… de su "pechonalidad", su cabello rubio lo llevaba siempre sujeto en un chongo que no dejaba escapar ni un solo mechón, usaba lentes de armazón grueso y negro que le confería cierta autoridad, como si se tratara de una maestra gruñona, y sus Brackets definitivamente no pasaban desapercibidos… mucho menos cuando tu padre te convencía de ponerte ligas de color verde limón, para que combinaran a la perfección con la blusa que él te acababa de regalar, y que por supuesto, nunca te pondrías para salir.

-"Si Riza, odias el verde. Sobre todo si es verde limón"- proclamó para si la rubia, mientras en su mente, se hacía acto de presencia la forma y textura de esa horrible prenda.

Pero bien, dejando a un lado sus traumas personales, mientras caminaba por los pasillos con dirección a el salón de clases al que pertenecía, se cruzó justo con el hombre más arrogante, soberbio, frío, presumido y… y guapo que puede existir- ejem, olviden el último calificativo-… por lo menos en la escuela.

En resumen, el arrogante, soberbio, frío y presumido Roy Mustang. El chico más popular de la escuela, el más perseguido por las mujeres, el chico que según, batió record en ser el hombre con más citas en un año, con un total de trescientas. Trescientos insufribles días en los que se dedico parlotear con arrogancia alrededor de una mujer, llenándola de halagos para ver al final como las pobres ingenuas terminaban convirtiéndose en una cifra más, una más del montón. Sinceramente pasaba de esa situación. Le daba pena ver como las mujeres caían como moscas en la miel por ese intento de hombre subdesarrollado.

¿Era dura juzgando a Mustang? La verdad lo dudaba. No sabía la razón, pero no lo soportaba, sólo era conciente de que tenía algo que la desesperaba. Bueno, si lo sabía. Le desesperaba verlo caminar por los pasillos de la escuela con su aire de superioridad, con su mirada fría cuestionando en silencio las acciones de los demás, sonriendo de manera cínica y hermosa- si, al mismo tiempo- a una mujer para que cayera a sus pies. La desesperaba que todos los días llegara a ella con la misma patética excusa de Hawkeye, pásame la tarea que nos dejaron por favor.

Por que además de todo lo mencionado con anterioridad, había que sumarle el hecho de que era un autentico perezoso, que si no hacía nada en clases, mucho menos iba a ser responsable de hacer sus tareas en su casa. Así que la pregunta del millón era, ¿Cómo demonios se las arreglaba para pasar de año? Pues la respuesta era sencillamente: seducción y suerte.

Si, el maldito tenía la desfachatez de seducir a las profesoras con sus lindos ojos y su sonrisa seductora… Y eso daba como resultado el que consiguiera aprobar. ¿A qué se refería con suerte? Pues que el magnifico hombre sexy, tenía la suerte de que todas las personas que impartían las clases en su salón, eran mujeres. Como consiguiente, Roy podía seducir a todas y todas caían a sus pies. Dios, ¿qué el director no podía poner a más hombres como profesores? Eso sería una bendición para ella, que se la vivía estudiando para pasar con buenas notas y sentirse de esa manera satisfecha y conciente de que solo estudiando era la manera de pasar los exámenes; y también sería bueno para Mustang que evidentemente aprendería algo de lo que se enseña en el curso. No se imaginaba a Roy guiñándole el ojo a un profesor.

Bueno, a esas alturas era capaz de creer que cualquier cosa era posible.

-Eh, Hawkeye… ¿Me pasarías la tarea de historia?- preguntó Roy con su sonrisa ladeada mientras se acercaba a la rubia.

¿Lo ven? Lo mismo de todos los días.

-No…- respondió Riza de manera fría.

Si, su nombre es Riza Hawkeye y detesta a Roy Mustang.

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Un día más. Que aburrido.

Pasarte todos los días sentado en un escritorio anotando lo que las profesoras dictaban o explicaba no era su idea de diversión. O de algo entretenido. No, para éll lo entretenido eran los retos que suponían para la mente. Juegos en los que aplicaba el razonamiento y el juego de estrategias.

Como el ajedrez.

Claro, no había mejor juego que ese, o el scrabble. Casi nadie lo sabía, pero le gustaba mucho. También le gustaba la historia, pero no quería que nadie lo tachara de nerd. Si, la triste realidad. En la escuela Amestris, el hecho de que a alguien le gustara jugar ajedrez o estudiar alguna materia, era sinónimo de ser un nerd, un sabelotodo, un come-libros. ¿Quería él una fama así? No, gracias.

Acciones patéticas lo defendía de no ser tachado como uno del montón, y para lograr sus deseos, no debía ser parte del montón. ¿Qué deseos tenía? Pues bien eran sencillos, y prácticamente un top secret, por que nadie a parte de Maes Hughes los conocía. Quería un mejor trato en la escuela, quería que se quitaran los privilegios a las pocas personas que eran "importantes" para la escuela. Y si a ese costo debía pagar ese sacrificio de que lo tacharan como un tipo de lo más superficial, lo haría encantado, por que los resultados se verían con el tiempo.

Más bien el sacrificio era que Riza Hawkeye lo viera como una de las personas más superficiales.

¿Por qué pensaba en ella? Bien, era cierto que Hawkeye era una de las personas que más despertaban su curiosidad. Era fría en el trato con las personas superficiales y arrogantes, pero por otro lado siempre estaba dispuesta a ayudar a los que más necesitaban, valga la redundancia ayuda… de hecho era impresionante que intuyera de manera casi instintiva quién la necesitaba.

Todos la subestimaban, pero él sabía- o por lo menos creía saber-, varias cosas sobre Hawkeye y que los demás ignoraban o pasaban por alto, perdiéndose de la oportunidad de conocer a tan interesante chica. Por ejemplo sabía que su cabello podía brillar como el más puro oro, que sus ojos brillaban cuando delante de ella se encontraba un trozo de chocolate o una ecuación difícil de resolver. Sabía que Hawkeye era muy buena con el arco, que nadie podía ganarle ya que su puntería era magistral, incluso era como si su apellido le hiciera un tributo a tan impresionante habilidad y sabía que lo detestaba a él.

Pero aún así, a pesar de saber lo que él representaba para ella, no podía evitar esperarla como autómata cada mañana, para hacerle la estúpida petición de que le pasara la tarea, a pesar de haberla hecho él mismo, claro que entregándola fuera de clases, para que nadie se percatara de que en realidad era un tipo responsable.

Volvemos a lo mismo, todo es fachada.

Y a pesar de todo, adoraba el ver como Hawkeye lo miraba fija y fríamente durante unos minutos, antes de decirle que no. Adoraba esos instantes, porque sabía que por lo menos una vez al día, la mirada y la atención de Hawkeye estaba dedicada exclusivamente a él, lo cual era un privilegio siendo que el estaba en la lista de las personas más despreciables para Riza Hawkeye.

-Anda, Hawkeye, no te cuesta nada que me pases la tarea- refutó Roy aun con la sonrisa pintada en su rostro.

-A ver, déjame pensar… ¿Me cuesta pasarte la tarea?- se preguntó Riza fingidamente mientras colocaba su dedo índice en su barbilla, en actitud pensativa-. Pues si, me cuesta mucho pasarte mi tarea, Mustang.

-¿Por qué?- preguntó descaradamente el hombre mientras se acercaba más a la rubia en actitud un poco altanera.

-Por que yo lo digo, ahora déjame en paz- y después de decir esto, con un brazo hizo a un lado a Roy, para continuar con su camino con tranquilidad.

Su cabello negro como el ala de un cuervo, sus penetrantes y fijos ojos oscuros, su piel pálida y su rostro atractivo, no habían funciona con Hawkeye. Nunca funcionaban, cosa que secretamente, le encantaba.

Esa era la reacción que Hawkeye siempre tomaba con él y con su grupo de amigos- exceptuando a Hughes-, por lo que estaba acostumbrado. Muchos se preguntaran porque a pesar de las constantes groserías, seguía buscando a Hawkeye de esa manera. Muchos decían que era una especie de diversión para él, hacerla enfadar, pero no podían estar más equivocados. Aunque ni él mismo entendía esa actitud, sabía que Hawkeye tenía algo que lo impulsaba a buscar su amistad de alguna manera.

Sí, su nombre es Roy Mustang y no puede dejar de buscar a Riza Hawkeye.


Hola a todo mundo!! Soy Ilusión-chan y vengo dispuesta a incursionar en el mundo RoyAi, dios en serio que amo a ese tipo sexy de nombre Roy Mustang *-* Bien, quiero agradecer a los que llegaron hasta este punto, eso significa que el fic les pareció medianamente interesante. Se que el capitulo estuvo muy corto, pero podríamos tomarlo algo así como un una presentación de los personajes principales… Se que hasta ahorita puede haber un poco de OoC, pero como dije arriba, así son siempre mis primeros intentos de fic sobre un anime… Esta bien lo admito, todos mis fics, en cualquier anime contienen siempre un poco cof cof o a veces cof cof mucho OoC ¬¬ Aún así espero de todo corazón que les haya gustado este intento de capitulo y espero contar con que me regalen un review, contándome su primer impresión… cualquier critica constructiva, queja, sugerencia o demás, será recibida de manera muy agradecida. Bueno, entonces dejo de quitarles su valioso tiempo, agradeciéndoles- perdón la redundancia-, por su tiempo y esperando encontrarnos en el siguiente capitulo ^^

Ilusión-chan…