Yo no lo podía permitir. No iba a dejar que me quitaran a Kiku, justo cuando había conseguido que él sintiera lo mismo por mí, que yo por él. Por eso cuando, me entere de su muerte, me encerré en mi casa por un par de años. Las demás naciones temían que me hiciera algo, pero yo simplemente no quería estar con nadie. Ellos pensaban que estaba deprimido y llorando la pérdida del japonés, pero no era cierto.

Yo buscaba una manera de traerlo de regreso. Leía todo el tiempo, practicaba magia prohíba, hacia rituales extraños. Todo lo que sea para traer a mi japonés de vuelta.

Hasta que un día lo conseguí. Baje al sótano, donde tenía su cuerpo perfectamente conservado. Le acaricie el rostro una vez más e inicie con el ritual. Fue largo y agotador, pero lo había conseguido. Logre regresarlo a la vida. O algo así...
No reaccionaba y era agresivo. Solo quería morder y comerme. A sí que le coci la boca, para que pudiera besarle sin que me mordiera.

Un día, Francis se entero de mi pequeño secreto. No daré mas detalles, solo diré que… Fue el primer día que Kiku comió. Fue el primero, pero no el último.

-Te amo, Kiku…-Le susurre mientras le abrazaba. El trataba de atacarme.

-"¡Mmh…!"- Fue lo que contesto. Pero para mí era "Y yo a ti, Asa-san" Que repetían mis recuerdos. Una y otra vez en mi cabeza…


¿Reviews?:3