«Prologo»
[Siempre había dado prioridad a sorprender al público, dejarle con ganas de más. Hacer que anhelaran ver nuevamente un espectáculo similar. Pero nunca imagine que alguien me sorprendiera de una forma tan peculiar.]
GRAN PRIX FINAL DE SOCHI.
Hii~ I'm a Viktor Nikiforov, tengo veintiséis años (1) y represento a la federación rusa de patinaje artístico. Mi nombre comenzó a hacerse oír en la categoría Junior, aunque es ahora cuando soy conocido en este deporte. Soy un icono dentro de este mundo. En este último Gran Prix quede primero, llevando otra medalla de oro a mi país.
Desde el centro de la pista sonreí al público mientras una de las chicas colocaba ese pedazo de metal al rededor de mi cuello. Mire a Christophe, que estaba lanzando un montón de besos a los espectadores. Cuando ya tenía la medalla en mi poder, me deslice por la pista, seguido de Chris y Jean, mientras continúe saludando a la gente. Extendí los brazos antes de llevarme la medalla a mis labios y besarla.
Normalmente podría decir que la emoción corría por mis venas, de hecho, es lo que se supondría que tendría que estar pasando. Pero no era así, la adrenalina que antes solía recorrer cada centímetro de mi cuerpo ante esta situación no estaba presente. Era como una rutina más. Algo ordinario y simple, algo que no sorprende. Y yo no podía permitir algo así, mis emociones siempre quedaban plasmadas en el hielo y estaba seguro de algo. Nadie se había sorprendido, tal vez habría demostrado que aun estaba en forma, pero no había magia.
Transmitir sensaciones a través de una secuencia de pasos elegida perfectamente para ganar una puntuación alta, pero que no tenía la chispa necesaria para dejar con ganas a la gente. Ya no brillaba como antes y eso lo sabía. Aunque lo mejor en estos casos es ignorar esas cosas.
Una vez fuera de la pista, Yakov estaba esperándome para ir a una entrevista. Estaba exhausto, no solo por la presentación del programa, estaba agotado tanto física como mentalmente. No me apetecía atender a una entrevista donde seguramente me harían las mismas preguntas de siempre. Pero tenía que ser amable, después de todo ellos no tenían la culpa de mi estado de ánimo. Hice a un lado mis sentimientos y respondí a todo como acostumbraba a hacerlo, con una sonrisa y siempre amablemente.
Aunque el día no acababa ahí, por la noche sería el banquete, pero antes tenía que ir a ver la presentación del Gran Prix Junior. Me obligue a apartar mis preocupaciones, a encerrarlas en un cofre hasta que fuera el momento de pensar.
—Vitya. — Ante la mención del apodo con el que solía llamarme mi entrenador, me gire para ver lo que quería. — Ya va a salir.
Mis orbes azulados se posaron automáticamente en la pista, era el turno del campeón de la categoría Junior, porque en efecto era como todo el mundo decía. El nivel de Yuri Plisetsky estaba muy por encima del resto de competidores. Estaba seguro de que él podría rivalizar contra los seniors, y encima sería una competencia complicada de ganar.
Como siempre, sus saltos fueron perfectos, limpios. Cometió un único fallo, aparte de la brusquedad que hay en sus movimientos, pero eso ya es un asunto más personal, había tenido un pequeño error en la secuencia de pasos. Pero algo como eso no evitaría que alcanzara el podio. La próxima temporada tenía pinta de ser interesante.
Al finalizar todo, lo único que quería era ir a mi habitación del hotel antes de tener que arreglarme. Descansar un poco y liberarme de todas las tensiones que había acumulado. Pero aún quedaba la gala final. Como siempre, no entre a la pista hasta que nombraron mi nombre, después de Leroy.
Antes, cuando era Junior, disfrutaba un montón de este momento. Donde todos los competidores se reúnen en la pista y hacen por así decirlo, el tonto un rato. Hacen saltos que por no planearlos suelen fallar o improvisan coreografías entre ellos. Chris intentaba que viviera ese momento, pero solo quería ir a mi habitación. Hice un par de saltos y algún paso con los pies para no ser el único que no hacía nada. (Aunque no lo era) Para cuando todo dio su fin, me deslice hacia fuera de la pista pasando por el murete que separaba a la gente de la pista y me despedí del público antes de agradecerles por todo.
Aproveche que tenía que ir con Yuri para comentarle el fallo que había tenido en su programa, aunque no hizo caso de lo que le dije. Así que fue el turno de Yakov de reclamarle.
En ese momento me desetendí de la conversación, ya sabía cómo iba a acabar después de todo. Me percate que alguien me estaba mirando, así que me gire para ver a la persona que lo hacía. No repare en quien era, simplemente hice lo mismo de siempre.
— ¿Quieres una foto? — Vi cómo se sorprendía un poco, pero supuse que era un fan. Así que quise ser amable con él. — Esta bien.
Pero ese chico acabó por sorprenderme, simplemente se dio la vuelta y comenzó irse. No me esperaba algo así, lo único que pude hacer fue quedarme viendo como se alejaba. No mentiré, me sentí herido. Eso había sido un golpe a mi orgullo, acababan de rechazar una foto de la leyenda viviente del patinaje artístico. Aunque deje de lado el tema de mi orgullo cuando repare en otra cosa, la cara de ese chico se me hacía familiar.
Cuando finalmente desapareció por la puerta, fui consciente de que Yakov me estaba llamando, así que fui hasta ellos. Aun sin conseguir saber de qué me sonaba.
—Vitya, ve a tu habitación y descansa, no quiero que montes ningún número en el banquete. — Asentí ante las palabras de mi entrenador. No esperé mucho más y me encamine hasta mi habitación. Abrí el grifo del agua caliente y deje que el agua corriera hasta que llenará por lo menos la mitad de la bañera. Mientras tanto, me metí en Twitter para ver qué decían las redes sobre el campeonato. Como tenía el móvil silenciado, no me había percatado de la cantidad de menciones que tenía, al igual que en Instagram felicitándome.
Mire y agradecí la mayoría, pero no fue hasta que vi una comparación de mi programa con el del competidor que había quedado último cuando recordé.
Nikiforov se posiciona de nuevo en lo más alto del podio por quinta vez consecutiva. (2)
Este año, el patinador Viktor Nikiforov logra que la Federación Rusa se lleve la medalla de oro por quinta vez en el Gran Prix Final. Mucha gente afirmaba que se retiraría antes de que esta temporada comenzase, pero grande fue la sorpresa al ver que no fue así. Aunque todo el mundo se esperaba su victoria, su programa, en efecto, era merecedor de tal puesto…
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Enlace a Twitter por Maylov Kit_0923 ¡Lo habéis visto, ¿verdad?! Ha estado increíble. Como se esperaba de alguien que bate su marca personal tantas veces. #ViktorNikiforov #GPF
Nikgold Rose67 • ¡Lo sé Kit_0923 Viktor ha estado impresionante! Su presentación ha sido sublime. #GPF #VN
DiegHer _Diego • Venga, por favor. Las fans de Nikiforov deberían calmarse. No quiero imaginarme la que se armara cuando de vaya. #GPF
Cat1594 _LoveIce_ • _Diedo ¿¡Cómo te atreves a decir algo como eso?! Viktor es y será el mejor patinador del mundo.
Cutefire teddybexr • #PerfectNikiforov ¡Su traje! OMG era hermoso. Mi cosa bonita y sensual con ese hermoso traje.
NinNin Nin_Nin • teddybexr ¡Ha estado impresionante! ¡Y Oh Dios MÍO LA GALA FINAL! Christophe y JJ. OMG y como no, nuestro ruso. #GPF
ZoeLin _Zxe_ • Plisetsky le va a dar guerra al actual campeón el año que viene.
YuuYuu _Pxnk • #KatsukiYuuri #GPF ¡Ánimo Yuuri! Lo has hecho muy bien para ser la primera vez que compites.
VityaLegends Elenxt • _Pxnk Pero si ha quedado el último y además de qué forma. Ha hecho el ridículo delante de millones de personas.
Kitty Kitkitty • Elenxt _Pxnk Tampoco es para ser así, el pobre estaba nervioso, seguro que lo hará bien la próxima vez. #SaveKatsuki #GPF
Lyly _Perfxct_ • Mirad las diferencias entre el programa del campeón del Gran Prix Final y la persona que ocupa el último lugar en la tabla de marcadores… https /www youtube com/watch?v=…
—Oh... Shit...— Murmuré al ver el programa del chico, cuyo nombre era compartido por mi compañero de equipo. «Katsuki Yuuri» y que encima, era la persona a la que hacía una hora aproximadamente había ofrecido hacerse una foto. Me sentí muy mal por ello, al parecer ese chico era la primera vez que participaba en un Gran Prix. Y que el competidor que había quedado en primer lugar le dijera eso... Seguramente le habría hecho sentir fatal.
Tendría que pedirle disculpas en el banquete. Suspire ante ese pensamiento, me sentía mal por ello, aunque mi ego también estaba dañado, ¿Acaso no era mi fan? al menos un pequeño deje de admiración.
Me cuestione un par de veces cómo es que no logre reconocerle, a pesar de que había quedado último, era la primera vez que participaba en un Gran Prix, llegar a la final ya era algo digno de recordar. Había que admitir que su programa había sido un desastre, pésimo... ¿Pero tanto como para no reconocerle?
Cuando salí del baño me dispuse a buscar algún traje, me había relajado algo, pero aun sentía como mi cuerpo gritaba por el esfuerzo. Aunque al menos había conseguido alejar esos pensamientos que me agotaban mentalmente.
Acabe por escoger un traje que gris oscuro, casi negro. Justo cuando estaba atándome la corbata, llamaron a mi puerta. Solo había dos opciones, Yakov o Yuri y por la intensidad que habían tenido los golpes, apostaría por el segundo. Me acerque a la puerta con una sonrisa, dispuesto a recibir a mi compañero de equipo.
—Viejo, Yakov te está llamando. — Pero apenas me dio tiempo a decirle algo, pues nada más decirme eso se dio la vuelta para irse. Ya estaba arreglado para el banquete, llevaba un traje azul y una corbata blanca, mal abrochada...
—Yuri, el nudo no se hace así. — Le dije antes de agarrarle por la manga para atraerle a mi. Ignorando sus protestas e insultos, deshice el nudo de su corbata para hacerlo de nuevo bien. El rubio era como un hermano pequeño para mi, desde que lo conocí hace ya un par de años, siempre había tenido esa actitud tan a la defensiva, por ello, casi nunca puedo tomarme en serio los comentarios agrios que salen por su boca.
— ¿Ya estas contento? Pareces mi padre. — Siseo una vez que ya estuvo arreglado. Reí ante su comparación dándole un par de palmadas en su espalda.
— ¿Qué quería Yakov?— Pregunte volviendo al tema por el cual se había presentado en mi habitación. Aunque ya me hacía a la idea, seguramente pensaba que me habría quedado dormido o algo así y por ello había mandado a Yuri a por mí.
— Yo que sé.
En cuanto los ojos esmeraldas dejaron de mirarme de una forma tan desafiante, pero aun con todo su mirada seguía siendo afilada, dispuesto a atacar en cualquier momento. Vi como sus hombros se relajaban un poco, así que me permití poner una mano sobre su hombro antes de que él me diera una palmada para que dejara de tocarle. Abrió la boca para decir algo, pero en vez de hacerlo simplemente frunció el ceño.
— Me voy, no tardes en ir con el anciano.
Ante eso solo pude dejar escapar una carcajada, posteriormente, volví a entrar a mi habitación para terminar de arreglarme. No tardaría mucho más, simplemente quería acabar lo que había empezado y ya de paso, asegurarme de que iba bien. Lo cierto es que me gustaba que me mirasen.
— ¡Yakooov!— Llamé a mi entrenador una vez que llegué al hall del hotel, donde el equipo ruso estaba esperándome.
—Llegas tarde.
—Lo sé, lo sé. Pero es que tenía que arreglarme, no quiero decepcionar a mis fans. — Dije antes de ver como sus cejas se fruncían levemente.
—Vitya, la puntualidad es una virtud muy necesaria.
— Al igual que la paciencia.
— La que tengo que tener cada vez que trato contigo.
— Me alagas~
Después de sacar un poco de quicio a Yakov, me dirigí hasta Yuri y Mila, ambos habían ignorado mi conversación con Yakov, bueno, al menos solo uno de ellos, la otra estaba intentando disimular.
— Realmente tiene mucha paciencia contigo. — Lo sabía.
— ¿Tú crees?
—Claro que lo creo. — Murmuró llevándose las manos a su espalda y esbozar una pequeña sonrisa. — Nunca le haces caso.
Simplemente reí ante su comentario tan obvio, realmente no recuerdo cuando empecé a tener una relación con semejante confianza hacia mi entrenador, creo que había sido así desde que era pequeño. Después de todo, él ha visto mis inicios en el patinaje.
— Vitya, no quiero que ganas ninguna estupidez, ten la etiqueta que el pentacampeón del Gran Prix debe tener. Haz el favor de no dejarnos en ridículo.
Una de las cosas que me molestaba de este tipo de eventos era que no podía ser yo mismo, tenía que ser perfecto. No podía cometer ninguna falla en mi comportamiento, tenía que ser ejemplar. Pero yo no era así, era imperfecto. Era cabezota, impulsivo, caprichoso e infantil. Las revistas nunca decían ese tipo de cosas, habían creado una imagen perfecta sobre mí, una que no era yo. Y esa imagen tenía que verse en los banquetes, reuniones sociales y demás cosas que requirieran una etiqueta.
Otra razón, que eran aburridas, siempre se repetía la misma escena. Un montón de gente felicitando a los campeones, ánimos para aquellos que no habían alcanzado un lugar en el podio. Alguna que otra pregunta de una persona curiosa sobre cómo se desarrollará la temporada y un montón de conversaciones vacías y sin sentido.
— No haré nada Yakov, no te preocupes. — Dije en un suspiro, si él estaba cansado de mis caprichos, yo lo estaba de sus insistencias. Pero aun así, siempre se repetía la misma situación una y otra vez.
Cuando por fin llegamos al recinto, me fije en que apenas había gente, solo estaba un par de entrenadores y patrocinadores. No había aparecido ningún patinador aun. Suspire antes de que Yakov me diera un toque de advertencia. Por lo que me puse recto antes de que la función diera comienzo.
Cuando llegó Chris, me aparte de mi entrenador para ir con él. El suizo a pesar de que acababa de llegar, ya estaba rodeado de un montón de chicas a las cuales les sonreía y conversaba con ellas. En cuanto se fijó en mí, hizo un movimiento con la mano para que me acercará.
—Viktor, estas chicas estaban diciendo que querían conocerte. — Me dijo una vez llegue a su lado, yo simplemente esboce una sonrisa, los fans siempre son bienvenidos (Aunque nunca rechazaría una oportunidad para ser el centro de atención). — Chicas, os presento a la Leyenda Viviente.
— Encantado de conoceros.
— Viktor, ¿podrías firmarnos un autógrafo?— Asentí sin borrar aún la sonrisa de mis labios, siempre estaba bien dedicar tiempo a aquellas personas que te admiran. Las chicas, emocionadas, sacaron una especie de postal con una foto mía. Tras firmarles a todas, estas divisaron a Leroy, por lo que se fueron hacia él.
—Siguen sin gustarte este tipo de "reuniones", ¿verdad?
— ¿A alguien le gustan? Estoy seguro de que ni siquiera a ti lo hacen, Chris.
— Claro que no, son repetitivas. A las únicas personas que les hace ilusión es a los nuevos. — Me dijo señalando con la barbilla a Plisetsky, el cual estaba aún al lado de Yakov. La verdad es que yo no diría que le hacía ilusión, más bien parecía solo quería irse a su habitación para no aguantar a la gente que venía a felicitarle por su victoria.
— No creo que esto le haga ilusión.
— ¿Tú crees?
— Estoy completamente seguro de ello. — Vi como finalmente se separaba de Yakov para ir con Mila, aunque no creo que eso sirviera de mucho, estaba con ¿Crispino? Sí, creo que era ella. Ambas estaban hablando sobre un tema que no debió de agradar al menor, pues este había puesto una mueca antes de alejarse de ellas.
—Me da pena.
— ¿Te da pena?
—Sí, mírale, parece un gatito entre un montón de lobos. — Reí ante tal comparación, no podía haber una mejor para él en ese momento. — Dile que venga.
Al final, acabe por llamar a mi compañero de equipo y este se acercó a nosotros con su ceño-siempre-fruncido.
— ¿Qué quieres, viejo?
—Solo queríamos que vinieras con nosotros, Plisetsky.
—Te hemos visto algo solo Yuri. — Vi como se cruzaba de brazos antes de atacar, al parecer no le había gustado lo que acababa de decir.
—No sé qué pinto en esta fiesta, solo hay viejos. Este entorno es perfecto para ti anciano, pero no para mí. — Me mordí la parte interior del labio, ¿por qué yo tenía que contenerme y ser la perfección personificada, mientras que el podía ser tan arisco como siempre?
Al poco, escuche a un entrenador que nombraba a "Yuri" pensé por un momento que se estaban refiriendo a mi compañero de equipo, por lo que me gire para ver quien lo había llamado, pero me encontré con el entrenador Cialdini junto a su pupilo, el pobre parecía que le habían obligado a ir al banquete. Pobrecillo.
Recordé que quería disculparme con el por cómo le había tratado, pero para cuando me decidí, ya le había perdido de vista, su entrenador estaba con un grupo de personas. Pero ni rastro del japonés.
Fruncí el ceño levemente tratando de localizarlo, aunque no lo encontré entre la multitud, realmente quería disculparme con él, después de todo, era lo menos que podía hacer.
— Viktor. — A la mención de mi nombre me gire para ver quién me había llamado, encontrándome con Mila junto a Evgenia, ambas estaban mirándome con una sonrisa.
— Pareces algo ido, ¿buscas a alguien?
— ¿Tan evidente es?
—Claro que sí, no paras de girar en círculos. — Me dijo la morena, yo simplemente sonreí levemente antes de llevarme una mano a la nuca. — ¿A quién buscas?
— Am… a Yuri Kat… Al competidor que quedo ultimo. — Me reprendí nuevamente por no acordarme del apellido del japonés. Si me había acordado de su nombre era porque se llamaba igual que mi compañero de equipo. Eso me hizo sentir aun peor, seguramente ya se sentiría mal por cómo había quedado la competencia como para que encima el medallista de oro, le hiciera eso.
— ¿A Katsuki? — Asentí con la cabeza, sí creo que ese era su apellido, sí. — Está ahí.
Automáticamente dirigí mi vista hacía donde la rusa estaba señalando, se encontraba completamente separado del resto, llevaba una copa de champán en la mano y estaba de espaldas a todo el mundo. Fruncí levemente el ceño al ver eso, me extrañaba que no estuviera con más gente, o al menos, que no estuviera con su entrenador.
—Muchas gracias Evgenia. — Me apresure para llegar hacia él, pero fue interceptado por Chris. Hice una mueca, cuando por fin me había decidido a pedirle disculpas… Mi compañero de podio puso su brazo sobre mis hombros. Un escalofrío recorrió toda mi columna vertebral, ya me imaginaba lo que vendría. — ¿Qué quieres Chris?
— Diversión. Hagamos como el año pasado y vámonos. — El suizo me apretujo más contra sí mismo, obviamente esperaba una respuesta afirmativa. Y la verdad es que no había nada mejor que hacer. Bueno, tal vez yo tuviera un asunto pendiente y solo lo estaba posponiendo. — Venga, Viktor. Tú tampoco quieres estar aquí.
Eso no era cierto del todo, si no fuera porque siempre se repetía la misma obra una y otra vez, no me molestaría. Aunque tratar con el resto de patinadores y entrenadores tampoco estaba tan mal. Pero… Era aburrido.
El año pasado Chris y yo logramos escabullirnos de la fiesta tras haber estado un rato. Al principio nos quedamos vagando por el hotel hasta que decidimos ir a algún bar. Estuvimos ahí hasta que ambos dejamos de ver con nitidez y las cosas que decíamos empezaban a ser cada vez más estúpidas. A la mañana siguiente, desperté en el suelo de mi dormitorio, con un terrible dolor de cabeza, unos golpes excesivamente fuertes contra mi puerta y un suizo ocupando toda mi cama.
— Chris, no quiero aguantar otra vez los gritos de Yakov. — Ambos sabíamos que era una excusa pésima, después de todo, nunca le hacía caso a mi entrenador y hoy no iba a ser la excepción. El medallista de plata alzó levemente las cejas.
— ¿Ya estás cansado? Es normal, ya eres mayor… O es que acaso temes que pueda pasar algo. Vamos Viktor, ahora tengo novio así que tengo que comportarme. A no ser que tú quie- — Las palabras de Giacometti se fueron apagando conforme su vista se perdía entre la multitud. Por inercia, dirigí mi vista en la misma dirección que él.
La imagen que teníamos que se nos presentaba no pudo evitar sorprendernos, aunque creo que como a todos los presentes del banquete. Ante nosotros, Katsuki caminaba a pasos torpes en nuestra dirección. Sus mejillas estaban coloreadas a causa del alcohol y en su mano diestra iba la corbata que antes llevaba en su cuello.
— Wow… — Deje escapar un leve exclamación en bajo, la cual solo fue captada por Chris, que se giró a mirarme con una sonrisa.
— Parece que este año el banquete no será tan aburrido. — Dijo quitando su brazo finalmente de mis hombros, clavando su mirada verdosa en el japonés.
— Chris, tienes novio.
—Sólo estoy admirando. — Rodé los ojos ante su último comentario, o podría estar imaginándose lo que podría suceder de aquí a un rato. El suizo solo mostro una sonrisa antes de sacar su móvil. Los ojos de todos los invitados del banquete estaban posados sobre Katsuki, quien estaba batallando con la corbata para guardarla en uno de los bolsillos del traje. Se aproximó hasta donde estábamos nosotros dos y soltó un par de palabras en su lengua materna antes de darse media vuelta con el ceño levemente fruncido.
Tanto Chris como yo nos quedamos perplejos. ¿Ese era el chico que había quedado último en el Gran Prix Final? ¿A quién le había ofrecido una foto? No podría ser cierto.
Lo más seguro es que el pobre estuviera deprimido, siendo este el primer Gran Prix en el que competía y llegar tan lejos para luego acabar último, tiene que ser un sentimiento muy amargo. ¿Pero tanto como para ahogar las penas en alcohol? No era algo que pudiera afirmar o desmentir, nunca había estado en semejante situación.
Cuando desvié mi vista hacía mi entrenador, este estaba mirando a Katsuki. No se me hizo difícil imaginarme lo que estaría pensando. La palabra "indecente" estaba escrita con letras muy claras a su alrededor, de ser yo quien estuviera haciendo eso, lo más seguro es que me sacara a rastras de la sala. Cuando volví mi hacía el japonés, este tenía ahora una botella en su mano.
— Es increíble. — Escuche la voz de Chris, que aún estaba con el móvil.
— ¿Vas a Grabar todo?
— Oui.
A causa de su respuesta afirmativa, solo pude echarme a reír. Aunque mi atención la volvió a tener ese pequeño borrachín cuando empezó a hablar con Yuri. Ya no llevaba la botella en la mano, esta estaba vacía en una de las mesas, pero volvía a tener la corbata entre sus manos, bueno estaba intentando ponerla de nuevo en su cuello.
— ¿Hah? ¡Déjame en paz, pareces un cerdo! — A causa de la exclamación que había dado el ruso, fruncí el ceño. No por la situación, sino por algo tan banal como que el si tenía permitido decir palabrotas. Era estúpido, aunque en sí, esa situación también lo era. Ya que Katsuki estaba sujetándole por el brazo. Sus mejillas estaban un tono más rojo que antes. Su voz estaba distorsionada por la cantidad de champán que llevaba en su cuerpo. Escuche al suizo estallar en carcajadas antes de apoyarse en mí.
— ¿Le está diciendo lo que creo que le está diciendo? — Asentí levemente con la cabeza. Acababan de retar a nuestro ruso a un duelo de baile y para desgracia de Yakov y diversión nuestra, este había aceptado.
La situación no podía ser más graciosa, Katsuki, ante la mirada de las demás personas, arrastraba a Yuri hacía lo que deduje que sería la improvisada pista de baile. Cuando le soltó, el azabache empezó a quitarse la chaqueta, no sin algo de dificultad. Pero cuando lo consiguió, busco algo con la mirada. En cuanto nuestros ojos conectaron, en sus labios se formo una sonrisa confiada. Lo que hizo que una pregunta llegará a mi cabeza.
¿Cómo alguien que presenta semejante confianza puede haber realizado un programa que denotaba todo lo contrario?
Nuestro contacto visual fue cortado de pronto cuando una tela negra fue lanzada hacía mí. La atrape antes de mirar al dueño de esta, pero el japonés ya se había centrado en su duelo de baile. Y para mí fue el momento de dejar la rutina.
Con una sonrisa, le pase la chaqueta a Chris antes de sacar mi propio móvil. Vi como Yakov me advertía con la mirada, aunque opte por no hacerle caso de nuevo. Total, un miembro del equipo ruso ya se había visto implicado, ¿por qué no dos?
— Parece que alguien ha decidió pasárselo bien finalmente. Ya tardabas… — Solté una carcajada cuando escuche a Chris. Asentí antes de levantar mi móvil para simular hacerle una foto. Me di la vuelta dispuesto a fotografiar todas y cada una de las acciones que realizará el ruso durante su duelo.
Tras semejante numero, no entendí como era posible que Katsuki ni siquiera se hubiera acercado al podio. No era lo que se representaba normalmente en la pista, pero no podía negar que Katsuki sabía lo que hacía. Yurio había perdido en su duelo de una forma magistral. Y lo mejor de todo, tenía capturas del momento, aunque sin duda, lo mejor vino cuando a Chris se le ocurrió hacer una llamada.
Algo estaba tramando y ese algo no tardó en hacerse esperar. Mis ojos se abrieron por la sorpresa, no podía ser cierto…
— Yuri no va a ser el único que se divierta. — Me dijo antes de tenderme la chaqueta del japonés. Parpadee un par de veces, definitivamente la etiqueta se había esfumado del banquete. Y en menos de un segundo, Chris había retado a Katsuki a un duelo de Pole Dance, que el más bajo había aceptado gustoso.
Si su duelo con Yuri ya me había impresionado, su forma de moverse en la barra lo era todavía más. La flexibilidad estaba jugando un papel muy importante en sus movimientos, pero aun así, sus movimientos eran… Wow.
Eran indescriptibles, al menos para mí. No pude apartar la mirada de él, cada giro que realizaba, cada deslizamiento. Todo era increíble, sus movimientos destilaban pasión por todas partes. Aunque luego llego Chris para demostrarle que él también sabía lo que hacía. Simplemente tome fotos que luego le mandaría, seguro que querría verse a sí mismo luego.
En algún momento del baile, ambos debieron de notar que la ropa sobraba, porque se quedaron en paños menores, ver al suizo así no era ninguna novedad, pero que el "nuevo" hiciera semejante demostración en su debut en el Gran Prix Final era, sorprendente.
Y no solo por lo desinhibido que estaba, sino también por sus movimientos, tan provocativos y tentadores. La música contrastaba por completo por cómo eran sus movimientos, aunque tampoco le hacía falta. La verdad es que era completamente innecesaria, el mismo la hacía con su cuerpo.
Mi pulso comenzó a hacerse cada vez más incontrolable conformé los movimientos del japonés se hacían cada vez más y más cautivadores y atrayentes. La presencia de Chris comenzó a pasar completamente desapercibida ante mis ojos, siendo el centro Katsuki. Él era todo lo que podía ver.
Quise apartar todos los posibles pensamientos subidos de tono al ver la exhibición, y más o menos lo logre. Sin duda, Katsuki era una trampa mortal. Una en la que cualquiera puede caer.
Y más al ver la tonalidad de su piel, solo estando cubierta una única parte. También el cómo se movía de forma que no solo su flexibilidad hiciera acto de presencia, sino también su cuerpo bien formado que llamaba la atención de todos.
Para cuando acabaron el baile, sentí una mano apoyándose sobre mi hombro, Yakov tenía detrás a casi todo el equipo ruso, seguro que quería acabar con la fiesta ahora, ya habíamos hecho bastante el ridículo a su parecer.
Chris se acercó a mí con una sonrisa, seguro que él tampoco olvidaría este día. Ignore a Yakov que había ido a por Mila, que tampoco le estaba haciendo caso.
— Parece que Katsuki sabe lo que se hace. — Chris me dedico una sonrisa que era de todo menos inocente. No quise imaginarme lo que pasaría por su cabeza, aunque no era muy difícil hacerlo.
— Chris… — Suspiré negando levemente con la cabeza. Definitivamente, este era e mejor banquete de todos.
— Es un cerdo asqueroso. — Escuche quejarse a Yuri, me giré para encararle. La verdad es que no me parecía bien que hablara mal de alguien. Y menos si era de la persona que había animado tanto la fiesta.
— Yur- — Pero nuevamente, la caja de sorpresas que había resultado ser el chico japonés hizo de las suyas. Sin dejarme terminar tan siquiera el nombre de mi compañero de equipo, el pequeño borrachín estaba enganchado a mí en un abrazo.
Tanto mi sorpresa como la de todos los presentes no tardó en aparecer. La cual sólo aumentó ante sus palabras.
— Viktor… Cuando acabe la temporada, ayudare en las aguas termales. Ve a verme. — Dijo arrastrando las sílabas y balanceándose un poco. — Si gano este duelo de baile, te volverás mi entrenador, ¿verdad?
Sus palabras me dejaron algo confuso hasta que logre procesarlas, aunque no por ello estas lo eran menos. No entendía por qué me decía algo así y menos aún, el por qué mi corazón latía aún más desbocado que en el duelo que Chris y él habían tenido. Sus ojos achocolatados brillaban de una forma realmente cautivadora, sentí que no podría negarme si me lo pedía de esa forma, pero antes de que pudiera responder algo se abalanzó sobre mí al grito de "Be my coach, Viktor!" No sabría explicar lo que sentí, simplemente mi corazón pegó un brinco y deje que me abrazara.
Los dos acabamos bailando. Una sonrisa se dibujó en mis labios, el sentimiento de felicidad y diversión se hizo presente, ya nada importaba, ni las composturas ni las etiquetas sociales. Nada. Seguramente Yakov me regañaría mañana, pero no me importaba. Simplemente la felicidad que sentía en ese momento no podía ser opacada por nada. No recordaba la última vez que me había divertido tanto, que había disfrutado realmente de una situación así.
Mi pulso estaba acelerado, ambos reíamos y nos sonreíamos. Por un momento quise que ese baile nunca acabara, poder seguir así bailando con Katsuki. No recordaba la última vez que me había reído tanto. Pero es que la felicidad estaba inundando cada poro de mi cuerpo, por más que quisiera no podía borrar la sonrisa de mi rostro.
Los ojos de Katsuki tenían un brillo que no lograba identificar, no sabría decir si era por el alcohol o porque estaba feliz, desde luego, yo sí que lo estaba. Cuando el baile se convirtió en uno de salón e hicimos un dueto, podía sentir la mirada de los demás clavada sobre nosotros. Pero apenas las registraba, pues estaba más concentrado en el baile. Cómo a pesar de la cercanía que mantenían nuestros cuerpos, solo seguía el paso del baile, sin que eso fuera relevante, aunque eso no me importaba a mí. Pero si al Viktor perfecto que todo el mundo esperaba ver, y que hoy no estaría presente.
Seguramente mañana Yakov tendría que buscar alguna excusa para mi comportamiento, pero ahora no importaba, ahora lo que importaba era como Katsuki bailaba mientras acariciaba suavemente mi rostro y me inclinaba hacia atrás sin dejar de sonreír o que ambos dejáramos que pequeñas carcajadas escaparan de nuestras gargantas.
Para cuando ambos nos separamos, Chris me tendió una copa de champán. El suizo me dedico una mirada llena de algo que identifiqué como burla y diversión, junto a algo de picardía. No entendí muy bien el porqué de esa mirada, pero no le di más importancia al ver que Katsuki vino también tambaleante hasta nosotros.
Chris me decía una serie de cosas a las que no le prestaba atención, estaba más ocupado viendo como Katsuki trataba de mantenerse en pie. En ese momento me gire para buscar a su entrenador, pero me extrañó no verlo en la sala.
— Chris…— Murmuré sin poder quitar la sonrisa boba que había estado en mi rostro desde hacía ya unos cuantos minutos. A pesar de que el duelo ya había terminado, esta se había negado de desaparecer. El aludido se giró a mirarme mientras levantaba una ceja. — No está su entrenador.
Ahora ambas cejas están levantadas antes de que su boca se abriera formando una "o" en señal de comprensión.
— ¿Y qué vas a hacer con él?
— ¡¿Cómo qué "qué voy a hacer con el"?! —Exclamé provocando que el rubio estallara en carcajadas.
— Que lo lleves a su habitación. No creo ni que sepa llegar. — Comentó divertido mientras miraba al japonés. El cual estaba apoyado en mi hombro murmurando cosas en su idioma natal. Eso no se podía negar, el pobre apenas lograba mantenerse en pie.
— ¿Sabes cuál es? — Pregunte esperando una respuesta afirmativa, pero el suizo simplemente negó con la cabeza. Resoplé por lo bajo causando que el azabache levantará sus almendrados ojos hacía mí. — Katsuki, ¿cuál es tu habitación?
Vi como entrecerraba sus ojos levemente mirando en mi dirección. Caí en lo que su mente borracha podría haber entendido así que procure explicarme cuanto antes. Pero tener a Chris riéndose detrás de mí no ayudaba mucho la verdad. Pero ambos guardamos silencio cuando le escuchamos decir algo.
—…ri…
— ¿Eh? — Inquirimos a la vez mirando al menor.
— Yuuri. Puedes… llamarme Yuuri... — Dijo entre balbuceos y yo simplemente solté una carcajada.
— Entonces, Yuuri ¿cuál es tu habitación? — La situación se me hacía algo cómica. Desde luego, que ocurriera eso en el banquete era lo que menos esperaba.
— La 145... — Contestó antes de incorporarse un poco aun estando apoyado en mi.
— Entonces ya sabes lo que tienes que hacer. — Dijo Chris antes de guiñarme un ojo, entrecerré los ojos mirándole. ¿Por qué tenía que relacionar todo con eso?
— Sí, ayudarle a ir a su habitación e irme a la mía. Avisa a Yakov de que me he ido. — No quise continuar con su burla, había varios factores que no estaban bien.
El primero, era hetero.
El segundo, Yuuri estaba completamente borracho. De milagro no se había quedado dormido.
El tercero, yo no me aprovecho de personas en estado de vulnerabilidad.
De alguna forma, conseguí arrastrar al japonés a su habitación. Yuuri estaba abrazado a mi cintura dificultando bastante mi movilidad. Ya que ambos tropezábamos constantemente, lo que nos provocaba pequeños ataques de risa.
— Yuuri ya hemos llegado. — Le dije mientras le sujetaba por lo hombros, aunque me dio la impresión de que no me había hecho caso, estaba más ocupado tirando con suavidad de mi corbata.
— ¿Mmm?
— Tu habitación.
— Oh. — Sus ojos de tonalidad café se desplazaron desde el pedazo de tela hasta los números escritos en su puerta. — Sí, es esta.
No pude evitarlo y empecé a reírme por la situación.
— ¿Quieres entrar?
Sí.
— No, solo quería asegurarme de que llegabas a tu habitación, ahora me iré a la mi-
— Viktor, duerme conmigo. — Aguante la respiración y mis ojos se abrieron por la sorpresa. A pesar de la seguridad que mostraba, nunca imaginé que me pidiera algo como eso. Y no solo por lo que me había pedido, sino por el tono que había empleado. Grave, tentador y que había conseguido que el vello se me erizara. Esa frase ya podía sonar sugerente de por sí, pero su noto acababa de acentuar ese pensamiento. Pero todo estaba en una simple palabra "Viktor". La forma en la que había pronunciado mi nombre era... wow.
Sin darme tiempo a responder, Yuuri me cogió de la mano y me arrastró dentro de la habitación. A pesar de que sus pasos eran torpes el agarre que mantenía en mi mano era firme. Solo me soltó cuando ambos nos quedamos frente a la cama. Tragué saliva nervioso, esta situación estaba fuera de mi zona de confort. Normalmente era yo quien ponía nervioso a los demás, no al revés.
—Viktor, cumplirás tu promesa, ¿verdad? — A causa del alcohol, cada vez que hablaba podía notar su acento, que se marcaba con fuerza. Me resultó tierno, aunque también era por la forma en la que me había hablado. Volvía a estar abrazado a mí, levantando su cabeza para mirarme a causa de la diferencia de alturas. Aunque la posición donde había puesto sus manos contrastaba por completo con ese momento, ¿acababa de apretarme una nalga? Sí, parecía que sí.
Volví a tragar saliva y me recordé a mi mismo que Yuuri estaba borracho y que todo lo que hacía era porque no pensaba con claridad. Hice un gran esfuerzo por ignorar el cúmulo de emociones que estaba comenzando a sentir. Ignorar el calor que me estaban provocando sus manos, y la sonrisa con la que ahora me estaba mirando.
— Lo harás, ¿verdad? —Asentí levemente con la cabeza y el japonés ensanchó su sonrisa, la que antes tenía un ligero toque cargado de seducción a una que mostraba claramente la alegría que sentía. Se abalanzo a mi cuello en un abrazo que por el impulso provocó que me sentará en la cama para no caer.
No sé cuánto tiempo estuvimos abrazándonos así, debió de ser bastante, porque la respiración de Yuuri empezó a ser más pausada. Eche un poco la cabeza hacía atrás para ver su rostro, el pobre estaba más dormido que despierto.
Lentamente me dejé caer en la cama, de forma que ambos quedáramos tumbados, le acomode sobre mí dejando su cabeza sobre mi pecho. Lleve mi mano hasta su cabeza y comencé a acariciar los mechones azabaches.
— Espero que me perdones por lo de la foto. — Murmuré sin dejar las caricias. No sabía si estaba despierto o no, pero aun así quise decírselo. — No me había dado cuenta de que eras tú...
Como respuesta obtuve un ligero movimiento, se había acomodado aún más sobre mí, así que continúe hablando.
— Quise disculparme antes, pero no encontré la oportunida~d. — Me lleve mi mano libre a la boca, Yuuri no era el único cansado. Continúe con las caricias un poco más, de pequeño que me acariciaran en la cabeza era algo que solía relajarme muchísimo.
Miré el rostro dormido del japonés, tenía una ligera sonrisa en el. Desvié la mano que tenía jugando con sus hebras a su mejilla, la acaricié suavemente y Yuuri balbuceo algo en su idioma natal.
— ¿Sabes que eres una caja de sorpresas? — Dije antes de bostezar nuevamente. — No me esperaba que hicieras algo así, aunque creo que ha sido en el que mejor me lo he pasado.
Sentí mi móvil vibrar, por un momento me preocupe porque Yuuri se despertará, pero no fue así.
Chris: Ya sé que estás ocupado, pero Yakov te está buscando.
Viktor: Dile que estoy en mi habitación.
Chris: Pero no estás ahí.
Viktor: Ahora mismo voy.
Chris: ¡Tú tienes algo que contarme!
Viktor: No.
Chris: Claro que sí.
No le conteste, simplemente acomode Yuuri en la cama para que pudiera irme. Le tapé con las mantas antes de dirigirme hacía la puerta. Antes de salir, dirigí una mirada rápida a Yuuri, seguramente mañana tendría una terrible resaca. Solté una risa por ello, las apariencias engañaban y mucho.
Cuando llegué a mi habitación, apenas me dio tiempo para quitarme el traje, Yakov entró a mi habitación con el ceño fruncido.
—Vitya.
—Yakov.
— No deberías haber hecho eso.
— ¿Y qué he hecho? — Pregunté desabrochándome la camisa, ya sabía la respuesta.
— Dejar en ridículo a tu equipo.
— Oh vamos, tampoco ha sido para tanto. Creo que lo que ha hecho Chris es más gordo.
— Sí a su entrenadora le da igual lo que su pupilo haga, a mí también. Yo no solo soy vuestro entrenador. Recuerda que intento que seáis personas decentes.
— Creo que deberías desistir en eso, no tiene remedio. Uno de tus pupilos va teniendo romances por ahí, otro es como un gato huraño…
— Al menos Georgi es decente...
— Por ahora...
— No seas una mala influencia, Vitya. Eres el mayor y un ejemplo a seguir en el mundo, deberías comportarte. Alguien como tú no deberi-
— ¿No debería qué? ¿Pasármelo bien? — Normalmente cuando Yakov sacaba este tema, solía ignorarle y aceptarlo. Pero esta vez no. Vi como suspiraba antes de negar con la cabeza.
— No voy a discutir contigo ahora. Descansa y mañana hablamos.
Hice una mueca cuando salió de la habitación, siempre era lo mismo. Por suerte Chris volvía a la carga para hacer que me olvidara del enfado.
Chris: Creo que tienes unas fotos que quiero.
Viktor: Ahora te las paso.
Chris: Las quiero para hace un minuto.
Chris: Bueno, dejalo. Que estabas ocupado con Yuuri.
Viktor: Ahora te las mando.
Chris: Merci~ ¿y cómo ha sido?
Viktor: Chris, que no ha pasado nada.
Chris: Oui, oui. Pero, ¿llevabas protección?
Viktor: ¡Chis!
Chris: Vale, ya paro. ¿Quieres las fotos que yo he hecho? Tengo también un par que me ha pasado Mila.
Sonreí al ver que tenía fotos y vídeo del todo el suceso, incluso cuando Yuuri acababa de coger la botella. Y mis favoritas, nuestro "duelo" de baile. Me quedé un rato mirándolas, ambos salíamos riendo.
Automáticamente, se me contagió la expresión al recordarlo. No habían pasado más de dos horas, pero sentía que eso había pasado apenas unos minutos atrás.
Chris: Deja de babear por mis poses sensuales y cuéntame lo que ha pasado en la habitación.
Viktor: No ha pasado nada Chris.
Suspiré por la insistencia que mostraba el suizo por obtener una respuesta.
Chris: Esta bien. Te creo.
Wow, no esperaba que lo hiciera.
Chris: Mañana hablamos, que volveré pronto a Suiza~
Viktor: Okay, Споко́йной но́чи.(3)
Una vez que dejamos de hablar, termine de quitarme el traje. Volví a darme otra ducha antes de irme a dormir, ya no me sentía tan mal como cuando acabó la competencia. Ahora solo tenía sueño. Miré por última vez las fotos antes de recibir un mensaje de Yakov diciéndome que me durmiera. Ni que fuera Yuri. Pero aun así, me reí por la situación y le hice caso. Al final hice bien en ir al banquete.
つづく!
(¡Continuará!)
(1) La razón por la que he puesto que tiene veintiseis, es porque el cumpleaños de Viktor es el 25 de Diciembre y el GPF ya había acabado para esas fechas.
(2) La idea de poner los comentarios la he sacado de un fic que esta muy bien, es inglés pero ya lo están traduciendo. Until My Feet Bleed and My Heart Aches, de la autora Reiya-san y es publicado en AO3. Y la traducción esta aquí por CornerStone1. La primera parte ya está acabada.
(3) Buenas noches un ruso.
Espero que os haya gustado, la verdad es que no se si alguien más a decido hacer esto, pero yo quería poner mi granito de arena~
Un vaso de leche con galletitas para todxs, con love Vitya.
