Disclaimer: Estos dos no me pertenecen, y todo lo que reconozcáis no es de mi propiedad, si no de la de Tolkien. No hay ánimo de lucro en esto, si no únicamente deseos de que pasen un buen rato y sueñen con estos dos perfectos hombretones. Un beso y disfruten (:


~Demasiado pequeño para ti~

-Tío Thorin me va a matar...Me va a matar...- Un pequeño chiquillo, casi adolescente, de cabellos oscuros contenía a duras penas las lágrimas que amenazaban con derramarse sobre su rostro. Y es que Kili, sobrino del gran Thorin Escudo de Roble, tenía varias razones de peso para estar así de angustiado. La primera de ellas, era que había desobedecido una orden directa de su tío, entrando en la sala de armas aun sabiendo que lo tenía prohibido. La segunda, había sido romper una de las hachas de guerra que su tío guardaba celosamente en la enorme y acorazada sala. Había intentado cogerla para entrenar con ella y así poder ser como su hermano mayor Fili y como el tío Thorin, pero la maldita arma se le cayó al suelo por lo pesada que era, acabando con el mango partido en dos debido a la caída. Solo se le ocurría una solución. Una solución algo cobarde, pero era una solución al fin y al cabo. Pedirle ayuda a su hermano Fili. A si pues, salió como un torbellino de la sala de armas, intentando pasar desapercibido, en busca de su hermano, rezando por no encontrarse a su tío o alguno de sus amigos por el camino. Cuando llegó a la habitación de su hermano entró sin llamar si quiera, como tenía acostumbrado, dado que la confianza con su hermano era total. Pero aquella vez debió llamar primero, pues no se esperaba lo que vería allí dentro. Su hermano estaba tumbado en su cama, desnudo de cintura para arriba. Nada muy raro dado que de normal, en verano, Fili dormía con el pecho descubierto, pero no fue eso lo que le hizo pararse en seco, con los ojos como platos. No, fue el ver al chico, también semidesnudo que acariciaba el pecho de su hermano con ambas manos, sentado a horcajadas sobre la cintura de Fili.

-¿Kili? -su hermano, al verlo, separó al chico de su lado y se levantó de la cama, caminando hasta él. Al ver las marcas de las lágrimas en el rostro del pequeño el rubio se preocupó. -¿Has estado llorando?

-Her-hermano...Yo...-el pequeño tartamudeó, aun en estado de shock por lo que acababa de ver.

-¿Qué te ha pasado? ¿Alguien te hizo daño? -el rostro de Fili se endureció con el simple hecho de pensar que alguien había osado tocar a su pequeño Kili.

-No, es que...Entré en la sala de armas...-el moreno no pudo contener las lágrimas. -Lo siento, yo no quería romperla, fue un accidente...El tío Thorin me va a matar. -el rubio se relajó levemente, incluso se permitió reír un poco.

-Tranquilo hermano, no dejaré que el tío Thorin te haga nada. ¿Que rompiste? - el mayor de los hermanos colocó su mano sobre el liso cabello del menor, revolviéndolo.

-El...El hacha, el hacha de piedra, la de las ru-runas en los laterales. -el mayor frunció el ceño. Esa era una de las armas más apreciadas de su tío, por lo que encubrir a su hermano le iba a costar muy caro. No quería ni pensar en la reprimenda que le echaría el gruñón de su tío, pero valía la pena por proteger a su hermanito.

-Bueno, no te preocupes, yo me encargaré de todo.-el pequeño le abrazó con fuerza, aun gimoteando un poco. El mayor le limpió el rostro con el dorso de la mano con cariño.

-Gracias hermano. -el pequeño Kili se separó del rubio. -Por cierto, ¿quién es...?-ladeó su cuerpo hasta poder ver tras su hermano, para poder observar al muchacho moreno que los miraba desde la cama de su hermano.

-Cuando seas mayor te lo contaré Kili. -le dijo el mayor, empujándolo suavemente fuera de su habitación.

-Pero Fili, yo ya soy ma...

-Adiós, Kili, luego nos vemos.

Y lo último que vio el mayor fue el gracioso mohín que el menor hizo. Lo último que vio el pequeño fue la divertida sonrisa de su hermano mayor.

Definitivamente, a Kili, el moreno que entretenía a su hermano mayor, no le caería nunca bien.