Capitulo 1

Frustración era la palabra correcta que caracterizaba el estado de ánimo de cierto azabache.

Se encontraba en el salón de clases de su tercer año en preparatoria, hacia un mes que las clases habían comenzado. Llevar estudiando en una escuela consecutiva no era la mayor emoción que se puede encontrar en la vida, ya que, tarde o temprano terminas hastiado de ver siempre las mismas caras.

-Otra carrera de tus fans, Sasuke- dijo un rubio al ver como su amigo tomaba asiento a un lado de la ventana.

-Cállate Naruto- aunque lo dijo de una manera fría, en ningún momento altero el estado de ánimo de su mejor amigo, el cual ya estaba acostumbrado a su trato.

-He escuchado que hay una alumna nueva- emocionado vio como la directora entraba al aula.

-Hmp- fue lo único que salió de Sasuke, no muy interesado en eso.

-Guarden silencio- la directora, estricta a su manera, trataba de poner orden- el día de hoy se incorpora a la escuela, precisamente a ese salón, la señorita Sakura Haruno, pase por favor- y en ese momento se empezaron a escuchar murmullos de todo tipo, sobre todo por el exótico color rosa de su cabello, si rosa.

Todas las miradas estaban sobre ella, incluida la de cierto muchacho de ojos negros – puedes sentarte a un lado de Uchina- dijo el maestro queriendo empezar de una buena vez la clase.

Una vez en su sitio y con la clase ya tomando su rumbo, Sakura empezó a tomar apuntes ignorando, lo mejor posible, las miradas interrogantes de sus, ahora, nuevos compañeros.

La clase término de una forma tranquila y sin percances, dando inicio al pequeño receso de 15 minutos que se les otorgaba.

-¿Que te parece la nueva?- pregunto Naruto a Sasuke.

-A de ser igual que las otras- decía el azabache mientras veía como entraba al salón cierta pelirroja- mierda, Karin.

-Hola Sasu- dijo Karin con cierta lujuria marcada en la voz, Sasuke rodo los ojos en señal de fastidio.

-Vete de aquí- ordenó

-¿Por que?- decía mientas se acercaba mas a él.

Naruto al ver como se desarrollaban las escena decidió alejarse. Sin tener nada mas que hacer se acerco a su nueva compañera, la cual ni siquiera se había movido de su asientos. Se encontraba dibujando.

-Hola- dijo alegremente el rubio sentándose frente a ella, acto que llamo la atención de cierto pelinegro que por fin se había quitado se encima a Karin.

-Hola- contesto Sakura con un tono de voz neutral, clavando sus hermosos ojos color jade en los azules de él.

-¿Qué haces?- pregunto Naruto.

-Nada- y de este modo parecía que la conversación se daba por terminada.

-Ya déjala Naruto, es algo obvio que no quiere habla contigo- decía Sasuke mientras clavaba sus oscuros ojos en la pequeña figura que era su nueva compañera.

-Yo…- trato de decir algo pero la mirada que puso Sakura lo dejo sin palabras, pareciera que fuera a llorar. Naruto no sabia que hacer.

-A sus lugares- ordenó el maestro encargado de la clase de esa hora.

De vez en cuando Sasuke veía de reojo a Sakura, le había impresionado la mirada que había puesto al momento en que su amigo se disponía a hablar. Seguía teniendo una mirada perdida, sin ningún rastro de vida. En ese momento sintió una molestia en el pecho. Lo ignoro.

Sakura no dejaba de tomar apuntes, como si quisiera reunir toda la información necesaria para que en un futuro no se viera en la necesidad de pedir que le quitaran las dudas. Quería evitar relacionarse con las demás.

A la hora del almuerzo Naruto estaba dispuesto a seguir platicando con la nueva pero esta ya no se encontraba en el aula.

-Salió en cuanto el maestro se fue- dijo Sasuke, el cual había estado pendiente de cada movimiento de Sakura, ¿Por que? No lo sabía.

Sakura se encontraba en el baño, trataba de tranquilizarse, no le gustaba el nuevo colegio, ni el nuevo salón, ni su compañero, el cual le había clavado su oscura mirada sin ningún rastro de emoción.

Ya mas calmada decidió encaminarse a la cafetería, sonde, suponía, debían de estar todos. Una mueca se poso en sus rosados labios al pensar que estaría rodeada de gente, y es que, desde la muerte de su madre y el aislamiento al que la había sometido su padre la habían convertido en una persona temerosa de los demás.

Al llegar sintió una grandes nauseas. Demasiada gente.

-¡Sakura!- gritaron en un extremo del salón.

Sobresaltada, la nombrada posó su vista en las personas que le indicaban que se acercara.

Una rubia junto con una pelinegra.

Ino y Hinata, según recordaba.

Se acerco lentamente a ellas al notar que la mesa nada mas la ocupaban ellas dos.

-Ven, siéntate- decía Ino.

Obediente, tomo asiento frente a ellas.

-¿Estas bien? ¿Sakura?- preguntaba la rubia al ver la mirada perdida que tenia en su almuerzo.

-Ah, si, si, es solo que se me fue el apetito- dijo tratando de calmarse.

Sentía una mirada clavada en su espalda y eso le incomodaba demasiado.

¿Quién…¿Quién me esta mirando?- pregunto Sakura incomoda.

-Sa…Sasori- contesto Hinata, nerviosa al ver como él se acercaba a su mesa.

Sakura no dijo nada, simplemente se dejo transporta por su mente a cualquier lugar, algo le decía que nada bueno pasaría.

-Pero miren que hermosura tenemos aquí- dijo Sasori.

Ninguna de las tres dijo algo, simplemente se contemplaron entre ellas.

-¿Qué quieres?- pregunto Ino con desesperación, causada por el silencio.

-Simplemente quería conocer a este bombón- dijo a la vez que tomaba del bazo a Sakura, provocando que se levantara abruptamente, tirando la silla que ocupaba.

-Auch- se quejo la pelirosa, pero en su mirada se reflejaba el temor ante los recuerdos que golpeaban su mente. Empezó a temblar.

-¡Serás animal!- grito Ino al ver que nadie hacia nada. Simplemente miraban.

Sakura temblada de pies a cabeza, rogaba a Dios porque no sucediera nada. Tenía miedo. Con sus ojos color jade suplicaba por que todo terminara.

-Na… Naruto- la voz de Hinata lleno los oídos del muchacho.

-¿Qué pasa hina?- dijo.

-Tienes que hacer algo, por favor, ayúdala- suplicaba Hinata para que este fuera a ayudar a la que, estaba segura, será su amiga.

-Por favor, suéltame. Susurraba Sakura con la esperanza de que la dejaran ir. Sasori la agarro con las fuerza. De segura dejaría algún cardenal. Una mas, pensaba la chica.

-Dijo que la soltaras, o ¿es que estas sordo?- preguntaron mientras separan a Sakura de Sasori.

-Tu no te metas, Sasuke, que nadie te hablo- dijo el pelirojo, enojado porque le quitaran la diversión.

-Mejor lárgate y deja de estar fregando- gruñía el azabache que posicionaba a la pelirosa a espaldas suyo. Sakura inconscientemente se aferraba a la camisa de Sasuke buscando protección.

Una guerra de miradas se contemplaba. Sasuke todavía no sabia el porque de su actitud, él simplemente había sentido el impulso de protegerla cuando Hinata le pidió ayuda a Naruto.

Con su cuerpo, seguía interponiéndose entre Sasori y Sakura, sentía la furia arder en si. ¿Cómo se atrevía ha hacerle daño? No entendía.

Las lágrimas de Sakura empezaron a escaparse, provocando que mojara la prenda del azabache. Él lo noto.

Imposible. Ella esta llorando, pensó. Apretó los puños, estaba enfadado.

De un rápido movimiento tomó a Sakura de la mano y la saco de la cafetería, se encaminaron hacia lo más retirado de los jardines.

Una vez ahí quedaron uno frente al otro, Sakura no resistió más y se abrazo a Sasuke, rompiendo a llorar.

El simplemente correspondía el abrazo, sintió un calor recorrerle todo el cuerpo, demasiado agradable. No sabia porque, pero ahora sabia que le resultaría difícil hacer como si ella no existiera.