Bien, he aparecido otra vez por estos lugares. Con In The End terminado se me ocurrió hacer una historia nuevo para vosotros. Espero que la disfruten mucho y les guste. Las recomendaciones son: Leer y disfrutad de la lectura.
Ambiguas existencias.
-1-
Mundo-Mundo
No cabía duda que desde que llegaron al Nuevo Mundo los días eran siempre muy impredecibles. Desde el clima que se comportaba aún más extraño que el Grand Line, hasta los personajes que ahí encontraban. Después de enfrentar a múltiples enemigos en el pasado, era sumamente cómodo descansar un poco antes de continuar.
Los Mugiwara habían encontrado pues, una isla paradisiaca cercana en donde había decidido vacaciones un rato. Estaba sumamente cálida y en las cercanías a la playa nacían grandes palmeras cocoteras. Cabe mencionar que Sanji no perdió tiempo en ir y cortó varios cocos para hacer bebidas tropicales. Por ende ahí estaban todos, disfrutando del sol, el sonido del mar y todo lo demás.
Chopper y Usopp jugaban en la arena de la playa construyendo castillos, mientras que al mismo tiempo cuidaban a Luffy quien estaba jugando en la orilla junto con Franky y Brook. Estaban jugando con una pelota, pero siempre había que ser cuidadosos con el mar. Zoro estaba dormido debajo de una palmera. A su lado, Robin leía cobijaba con la sombra de dicha planta, bebiendo un coco que Sanji le preparó amablemente. Nami descansaba bajo el sol con un bikini y gafas negras. Era de esperarse que el cocinero estuviera revoloteándole al lado insistiendo en ponerle bloqueador solar y sirviéndole bebidas para variar.
Todo era normal, no más allá de una "familia" vacacionando. Pero… como siempre en la vida de los piratas del Sombrero de Paja las cosas "normales" nunca pasan.
De la nada, una enorme ola se avecinó contra ellos, Luffy, Brook y Franky se quedaron quietos sin hacer nada mientras la pelota se iba con la corriente y la enorme ola se empecinaba en arrasar con todo.
Los gritos de Usopp y Chopper despertaron a Zoro e hicieron que Robin quitara la vista de su libro. Nami se levantó y Sanji se colocó enfrente de ella decidido a lucirse. Lo demás fue sumamente rápido. La ola reventó sobre ellos y los arrastró a todos contra el follaje tropical de la isla.
Cuando todo terminó los usuarios se encontraban totalmente vencidos mientras que los que no corrían para darle los primeros auxilios.
—¡Tengo a Chopper! – gritó Nami, mientras intentaba sacaba al reno de una fosa llena de agua provocada por la ola.
—¡Encontré a Brook! – avisó Usopp, el esqueleto estaba atorado en la copa de una palma.
—¡Robin-chan! ¿Estás bien, mi querida Robin-swan! – preguntó Sanji mientras le daba la mano a la mujer que estaba sentada debajo de una palmera y algo mareada.
—Sí.- contestó con delicadeza y le dio la mano a Sanji para levantarse.
—¡Oigan, Luffy está atorado aquí! – todos miraron a Zoro quien intentaba sacar la cabeza de Luffy de entre dos piedras.
—¿Cómo demonios llegó hasta allá? - preguntó Sanji mientras caminaba en lentamente hasta donde estaba el muchacho. Zoro seguía intentando sacar su cabeza con empujones, pero sólo hacía que esta estirara.
—No lo sé. – insistió en su fuerza y estiró el cielo de Luffy todavía más.
—Idiota, sólo rompe la ropa. – de una patada las rocas cedieron y como resultado de la fuerza aplicada la cabeza de Luffy se regresó contra el espadachín, mandándolo a volar debido al golpe.
—¡Tú, maldito cocinero! – Zoro regresó corriendo donde Sanji, con Luffy arrastrando de lado. —¡Lo hiciste a propósito!
—¡Claro que no, tonto!
—¡¿Ah sí?!
—¡Sí!
—Oigan, ¿Dónde está Franky? – preguntó de pronto Nami, ya había pasado lista mentalmente, pero hacía falta el más grande de la tripulación.
—¿Eh? – Zoro y Sanji dejaron de pelear.
—Es cierto. – todos miraron a los lados buscándolo. Fue sólo cuestión de segundos para que todos se levantaran y comenzaran a buscar al ciborg.
—¡Franky! – el grito de Luffy hizo eco por toda la isla pero no hubo respuesta. Preocupados, decidieron separarse para buscarlo.
—Bien muchachos, necesitamos encontrar a nuestro carpintero, así que…
—¡Espera Nami, yo quiero hacer los equipo! – interrumpió el capitán con una alegra risa.
—Está bien, hazlo tú. – desistió la muchacha.
—Bien, Zoro y Robin son el equipo verde.
—¿Equipo verde? – el espadachín alzó una ceja. —¿Nos vas a designar colores?
—Así es. Sanji y Brook serán el equipo amarillo.
—¡Yohohoho! La verdad es que prefiero el blanco o el negro. – Brook encogió los hombros.
—Chopper y Nami irán juntos. Son el equipo naranja.
—Está bien, vamos Chopper. – el pequeño reno se acercó a la navegante.
—Usopp, tu vendrás conmigo. Seremos el equipo bermellón. – aplaudió el muchacho.
—Suena bien… ahora, ¿Por dónde buscaremos?
—Equipo verde buscará al norte, equipo amarillo buscará al oeste, equipo naranja al este y nosotros nos quedaremos con el sur.
—¿Sabes que estamos en un extremo de la isla verdad? – recapacitó Nami.
—¿Aja?
—Y que… Ah, olvídalo, cuando encuentren a Franky díganle que lance un cohete, para que así sepamos donde están. – sugirió la joven por último.
—¡De acuerdo! – respondieron en coro.
—¡Bueno, vamos todos! – Luffy saltó emocionado mientras avanzaba.
—¡Muchachos! – pero antes de que pudieran desperdigarse la voz de Franky los detuvo a todos.
—¡Ah, es Franky! – señaló Chopper al verlo llegar.
—Tal parece que nos ahorró la búsqueda. – opinó Robin mientras se sentaba sobre una roca.
—¡Ah, Franky! – Luffy fue donde él. —Íbamos a ir a buscarte.
—Sí, escuché sus gritos. – admitió el carpintero. —Es sólo que no podía salir de un agujero en el que estaba encerrado. Y entonces encontré esto. – nadie se había dado cuento pero el pirata traía en su espalda a una persona.
—¿Ah, es un herido? – el médico de la tripulación no perdió tiempo y corrió a ver al sujeto.
Franky colocó en la arena a un hombre joven, aparentemente desnutrido y desmayado. Usaba una camisa de manga larga con chaleco fino, así como un pantalón de algodón, también usaba lentes. El reno inspeccionó sus signos vitales y sus mucosas. Miró a sus compañeros y sonrió.
—No está en peligro, pero quizá esté hambriento y muy cansado. – informó el médico.
—Quizá debamos llevarlo al barco para que descanse, ¿No creen? – opinó Usopp y todos miraron a Luffy. El pelinegro asintió despreocupado.
—Chopeer, ¿Si descansa se curara?
—Es lo más probable.
—Entonces súbanlo a bordo. – sentenció el capitán y todos obedecieron. No era la primera vez que recogían a una persona lastimada. Franky volvió a tomar en sus enormes brazos y se dirigieron al barco. Tanto Chopper como Sanji se adelantaron, uno para preparar el almuerzo, Chopper para preparar la cama de la enfermería. Los demás se tomaron con más tranquilidad.
Franky dejó al muchacho a disposición del doctor, Luffy y Usopp, como siempre, curiosearon y se dedicaron a observar a Chopper mientras revisaba al muchacho. Se trataba de un chico de por lo menos trece años. Tenía signos de deshidratación y malnutrición, por su aspecto se podía ver que no se trataba de un pirata, al menos eso parecía. Más bien era como un niño rico o de economía media, el cual había tenido la mala suerte de ser atrapado por esa misteriosa ola.
—Me pregunto… ¿Qué sería esa ola que nos atacó de repente? – reflexionó Nami mientras se cambiaba de ropa.
—Quizá alguna treta del Nuevo Mundo. – opinó Robin, quien se cambiaba de zapatos. Ambos en su habitación.
—Pero… bueno, puede ser. Es sólo que no sentí ningún cambio en la precipitación de la atmosfera.
—¿Crees que fuera provocado por algo?
—¿Pero qué podría…? – decidió que no importaba después de pensarlo un rato. —Bueno, no importa, estamos todos vivos y sanos. – se encogió de hombros y salía a cubierta, quería terminar de broncearse.
Cuando salieron a cubierta se encontraron con Zoro recostado en el pasto del Sunny, Brook estaba tocando el violín y Sanji en la cocina. Los demás estaban en la enfermería. Franky salía de ahí y estiró sus enormes brazos para después dirigirse al timón.
—¿Qué tal está ese muchacho, Franky? – preguntó curiosa Nami.
—Chopper dice que se pondrá bien, pero que está algo desnutrido.
—Seguramente era un náufrago. – opinó Zoro, pareciera que se estaba quedando dormido.
—Probablemente. – acordó la arqueóloga detrás de Nami.
—Espero que se reponga. – terminó por decir la pelirroja y decidió ir a sentarse para tomar el sol.
Mientras tanto en la enfermería, los tres más jóvenes se encontraban charlando acerca del muchacho.
—¿Crees que sea de la realeza? – preguntó Luffy con inocencia.
—Nah, los de la realeza son personas muy excéntricas. – respondió Usopp.
—¿Qué significa excéntricas? – el capitán alzó una ceja.
—Pues es… - pero el narizón se quedó pensativo. —Oye, Chopper, ¿Qué significa excéntricas?
—Son personas con gustos extraños. – concedió el médico, mientras dejaba su estetoscopio sobre la mesa y se ponía a anotar un par de cosas.
—¿Qué quieres decir con gustos raros? – volvió a cuestionar Luffy.
—Pues… - ahora Chopper estaba pensativo. —No estoy seguro.
—¡Ah, se me ocurre un ejemplo! – intervino Usopp. —Es cuando comes cosas como… papas y leche. ¿Algo así no?
—No creo que se trate de comida. – una gotita apareció en la sien del reno.
—¡Papas con leche no suena mal! – celebró Luffy. —Debe ser un platillo muy raro.
—Sí, sí, excéntrico. – apremió el francotirador.
—Chicos, estoy seguro que no se trata de comida…
Y entre las discusiones, los ojos del muchacho al que habían salvado comenzaron a abrirse lentamente. El muchacho estaba algo aturdido, así que distinguía voces al azar que poco a poco iban haciéndose más y más altas y agresivas. Miró el techo de donde se encontraba, era de madera y estaba limpiamente tallado. Por un momento pensó en que se encontraría en un buque real pero después un insulto impropio de la realeza le hizo pensar que no. Viró la cabeza cuidadosamente y entonces se topó con el enorme cuerpo de Chopper, el cual envuelto en una discusión sin sentido se transformó de emoción. Se escuchó un grito bastante particular lo cual los hizo detener. Miraron asombrados al joven que desde hacía unos momentos habían salvado.
—O-Oye… estás brillando. – señaló Luffy al muchacho.
El chico simplemente tragó saliva al ver uno de los brazos de Luffy estirado más allá de lo normal, al enorme hombre-reno y a un narizón gracioso que también estaba peleando.
—¿Estás bien? – preguntó Chopper, todavía transformado.
—¡A-Aléjense de mí! – imploró el joven, retrocediendo en la cama, el brillo de hacía unos momentos se intensificó.
—¿Qué es eso? – cuestionó Usopp, mientras dejaba en paz a sus compañeros.
—¿Es normal que las personan brillen, Chopper? – preguntó Luffy acercándose al muchacho.
—Claro que no. – él también dio un paso al joven y éste retrocedió más.
—¡Aaah, un monstruo! – gritó completamente asustado.
—¡¿Qué dijiste?! – Chopper rugió cuando se daba cuenta que le decía a él. El resplandor aumentó en el muchacho.
—¡Oye, apaga eso! – gritó molesto Luffy y se apresuró a tocarle un hombro.
—¡Ah, no te acerques! – pero Luffy no obedeció, tocó su hombro intentando hacerle ver que no había problema, entonces el chico se tensó. —¡Sekai-Sekai! – exclamó y en cuestión de instante la luz se pasó al cuerpo de Luffy. El muchacho del sombrero de paja se observó desconcertado y entonces de la nada desapareció.
Chopper y Usopp se quedaron petrificados al ver esto. Rápidamente miraron con acusación al muchacho exigiendo respuestas.
—¡¿Qué es todo ese ruido?! – entró el resto de la tripulación, preocupados.
—¿Dónde está Luffy? – Zoro fue el que se dio cuenta primero.
—¡Este sujeto fue! – se apresuró a decir Usopp.
—¡¿Dónde está Luffy?! – Chopper lo tomó por lo hombros, el muchacho ya no brillaba.
—¡Ah, no me mate por favor! – este ocultó su cara detrás de sus brazos.
—¡Nadie está pensando en hacerte daño! – volvió a decir el reno, mientras cambiaba a su Brain Point.
—¿Qué quieren decir con que él lo desapareció? – cuestionó sin saber Brook a lo que los demás asintieron desconcertados.
—¿Luffy salió o algo? – pidió saber Robin.
—¡Les estoy diciendo que desapareció! ¡Es su culpa! – apuntó acusadoramente Usopp.
—¡Maldito, donde está Luffy! – Zoro desenvainó una espada y se la colocó en el cuello.
—¡Dijeron que no me harían daño!
—¡Si no respondes rápido te haremos daño! – amenazó el cabello verde.
—¡Ah, este tipo da miedo! – comenzó a lloriquear.
—¡Zoro, aparta tu katana de su cuello! – ordenó Nami. —¿No ves que es sólo un niño?
—¿Alguien va a decirnos a donde rayos se fue Luffy? – preguntó irritado Sanji.
—Le estamos tratando de decir que se esfumó, éste chico lo hizo. – insistió Usopp.
—¿A qué te refieres con que se esfumó? No lo dirás en el sentido literal… ¿O sí? – dijo Franky, temiendo la respuesta.
—Así es. – ante la afirmación de Chopper todos se pusieron en guardia.
—¿Quién eres y donde está Luffy? – preguntó molesto Zoro.
—Esperen, esperen… no me hagan daño, les diré pero no me lastimen. – realmente estaba asustado.
—Bien, apártense, hay que darle espacio. – admitió Nami de mala gana y todos retrocedieron.
—¿En dónde estoy? – preguntó el muchacho con temor.
—Estás en el Thousand Sunny. El barco de la tripulación de los Sombrero de Paja.
—¿Sombrero de Paja? – pareció palidecer de repente. —¡Ah, eso significa que ustedes son piratas! – volvió a arremolinarse contra la cabecera de la cama.
—¡Deja de temblar, no vamos a hacerte nada! – gritaron exasperados los Mugiwara.
—¿Lo juran?
—Sí, sí, ahora dinos, ¿Dónde está nuestro capitán? – apresuró Nami, estaba harta de la cobardía del muchacho.
—¿Con capitán se refieren a Mugiwara no Luffy?
—Sí. – todos asintieron.
—¿Era el muchacho de hacía un rato?
Todos volvieron a asentir.
—Ah… - comenzó a sudar. —Creo que… lo mandé a otro mundo.
—¡¿Qué has dicho?! – todos se abalanzaron contra él para matarle.
—¡Esperen, no en ese sentido! – se hizo un ovillo asustado.
—Entonces acláralo. – comentó Sanji, con la pierna extendida, listo para atacar.
—Verán… me presento… yo soy Arian… amm, soy usuario de una fruta del diablo. La Sekai-Sekai no Mi.
—¿Sekai? – todos ladearon la cabeza.
—Sí… mi fruta del diablo me confiere la habilidad de viajar entre mundos paralelos… - esperó a que se rieran. —¿No se ríen?
—Debe ser una fruta escalofriante. – dijo de la nada Brook.
—¡Ah, un esqueleto!
—¡Oye niño, espabila, estás en medio de algo! – amenazó Usopp.
—Ah, disculpen… es que ustedes son muy extraños. – ellos no dijeron nada. —Como les decía… tengo la habilidad de viajar entre mundos o crearlos, de cualquier modo. También puedo mandar a otras personas, pero sólo una a la vez. Mi habilidad me permite plantar la existencia de esa persona en dicho mundo por un tiempo y después si quiero regresarla.
—¿Estás intentando decirnos que mandaste a Luffy a otro mundo? – cuestionó Robin de momento.
—Lo… Lo siento mucho, yo no quería… es que… me asusté y…
—Espera, espera… - Franky se le acercó. —¿Entonces Luffy está en un mundo paralelo? – Arian asintió. —¿Y no puedes traerlo de regreso?
—No ahora, mis una vez que mando a alguien a otro mundo o yo lo hago necesito descansar para volver a usar mi habilidad.
—¿Y por cuánto?
—Pues… tres días. – tragó saliva.
—¿Pero puedes traer a Luffy de regreso? – cuestionó Zoro.
—Sí. – asintió temeroso.
—¿Qué hacemos con él? – preguntó Nami. —Prometimos no lastimarlo pero… ¿Y si intenta escapar?
—No lo hará. – sentenció el segundo al mando. —Tú te quedarás aquí, serás nuestro huésped hasta que nos regreses a Luffy.
—¡¿Van a encarcelarme?! – gritó espantado el muchacho.
—No nos des más motivos. – gruñó el espadachín.
—No haremos eso. – dijo Chopper para calmarlo.
—…-
—¿Qué?
—Eres un mapache.
—¡Soy un reno! – rugió molesto.
—¡Ah, lo siento! – se inclinó como disculpa.
—Vaya que es cobarde. – se expresó Sanji, mientras exhalaba una bocanada de humo.
—Oye, Arian… y dinos, ¿En dónde está Luffy ahora? – preguntó curiosa Nami.
El muchacho se quedó callado de pronto.
—¿Qué pasa? – la muchacha alzó una ceja.
—Yo… no lo sé. – confesó con nerviosismo. —Puede estar en cualquier lugar… estaba tan asustado en ese momento que lo mandé a otro mundo sin pensar. Generalmente puedo controlar los destinos, pero…
—Ya veo. – Nami se acercó a Chopper. —¿Qué hacemos doctor?
—¿Ah? – tragó saliva. —No parece mentir y ciertamente no siento el olor de Luffy cerca. Creo que tendremos que esperar tres días para averiguar dónde está. – todos suspiraron una vez que lo dijo.
—Entonces no tenemos más opción que esperar. – argumentó Robin, observando al muchacho.
—Bueno, estamos hablando de Luffy… donde quiera que se encuentre seguramente estará bien. – intentó animarlos el francotirador, aunque él también estaba preocupado.
—Eso esperemos. – suspiró Nami.
—¿Arian, verdad? – Sanji se le acercó. —Debes tener hambre, ven, preparé algo para ti. – invitó el cocinero con cortesía.
—¿Comer? – volvió a mirarlos. —¿No iba a encerrarme en un calabozo?
—El Sunny no tiene tal cosa. – dijo indignado el astillero. —Ve a comer mocoso, estás casi en los huesos.
—¡Yohohoho, eso sería muy irónico! – río el esqueleto mientras salía con el resto.
—Lamento las molestias. – el joven se inclinó con pena.
—Está bien. – suspiró Nami. —Sólo recupérate pronto para que podamos traer a Luffy de regreso. – salió de la habitación.
—Ven. – Chopper se le acercó. —Te diré dónde está la cocina.
—Gracias. Ustedes no parecen piratas.
—Siempre nos dicen lo mismo. – sonrió el pequeño.
—Espero que su capitán esté bien… - suspiró el niño, todavía disculpándose.
—No te preocupes. Luffy es más fuerte de lo que imaginas.
—¿Seguro?
—Claro. – asintió.
Los pensamientos de Chopper aún estaban algo confusos. Pero realmente esperaba que donde quiera que se encontrara Luffy no fuera un lugar peligroso.
…
Un sonido parecido a trompetas lo despertaron de un profundo sueño. Sintió calor y que alzo lo lamia. Abrió los ojos y se encontró con un perro blanco pequeño. Hizo una mueca de fastidio y se levantó con pereza. Luffy miró a todos lados. Había muchos árboles y personas alrededor. Sólo que no conocía a ninguna. Comenzó a caminar y pisó un camino con empedrado. Parpadeó un par de veces y se llevó una mano a la cabeza. El sonido de las trompetas se hizo más fuerte y sintió que la boca se le secaba cuando contempló un gran número de extrañas maquinas que desfilaban por una calle. Había personas adentro de ellas y esas personas no parecían muy felices.
—¡Increíble! – exclamó admirado. Volvió a dirigir su cabeza a todas partes y se dio cuenta que no reconocía nada. Avanzó distraídamente por aquel enorme parque. Estaba tan distraído que no se dio cuenta que el camino se le acababa.
Luffy cayó a un lago artificial en donde había patos y carpas. Al sentir que el agua lo rodeaba por completo exclamó asustado, intentando salir en vano, pues su cuerpo era un martillo en el agua.
—¡Ese sujeto se está ahogando! – gritó una persona y Luffy sintió que ya no tenía fuerzas. Comenzó a hundirse poco a poco y cuando creyó que tocaría el fondo una persona se lanzó al agua para rescatarlo. No podía ver bien, pero de alguna manera, por un momento, pensó que era alguien conocido.
Lo tomaron de los hombros y lo subieron con avidez. Una vez arriba, todavía debilitado por el agua, Luffy sintió que lo arrastraban afuera y lo colocaban a salvo.
—¡Todos apártense, denle espacio! – de verdad que conocía esa voz. Sintió que le aplastaban el abdomen y esternón, intentando resucitarlo. El agua salió de su estómago y pulmones como era costumbre después de casi ahogarse. Luffy tosió con desesperación. Se apresuró a sentarse y respirar con normalidad.
—Gracias a dios. – exclamaban las personas alrededor. —¿Estás bien muchacho?
—Sí, sí, estoy bien, gracias. – dijo sin alzar la vista. Sintió entonces una mano en su hombro.
—¿Acaso estás loco Luffy? Casi te ahogas. – viró con cuidado para verle la cara a su salvador y al hacerlo se quedó totalmente estático. Sintió que se ahogaba de nuevo y tragó un espeso nudo de saliva. Su mandíbula tembló ligeramente y un ligero ardor apareció en sus ojos.
—¿Qué pasa? – preguntó su salvador y el moreno sólo pudo decir una sola palabra como respuesta.
—¿Ace?
Continuará…
Bueno, hasta aquí, ya después comenzarán las aventuras de Luffy en este mundo que resultó ser uno muy parecido al nuestro. Y seguro se preguntarán ¿ Aparecerán los demás en este mundo? ¿Cómo serán? Bueno, en el próximo capitulo revelaremos esas incógnitas.
Espero que les haya gustado.
¿Merece un comentario?
Yume no Kaze.
