Disclaimer: One piece no me pertenece, todo es de Eichiro Oda.
EL REY DE LOS PIRATAS
Lágrimas amargas corrían por sus mejillas, por más que deseaba contenerse no podía. Lo único que le quedaba era dar la espalda, aún le quedaba algo de orgullo como para no dejar que "él" la viera en ese estado. Aquel que prometió protegerla, la persona que ahora la dejaba morir en vida…
ººººººººººººººººººººººººº
Días antes…
ººººººººººººººººººººººººº
Una vez más despertó con el sutil aroma de mandarinas, sonrió y se dedicó a realizar lo que se había convertido en un hábito desde hace un tiempo. Verla dormir en su cama plácidamente, sin preocuparse de nada, su cuerpo desnudo envuelto en las sábanas. Podría quedarse contemplándola así hasta que ella decidiera despertar, pero era el capitán y tenía que vestirse y salir. Para su fortuna ella decidió no torturarlo y despertó poco después encontrándose con la mirada de "su capitán".
-Buenos días –saludó Luffy con una sonrisa.
-Buenos días, desde cuándo hace que estás despierto. –preguntó la pelirroja.
-Tan sólo un rato –dijo acercándose a ella para depositar un suave beso que Nami aceptó gustosa.
Luego del usual "buenos días" Nami se dedicó a observar a Luffy vestirse sentada aún entre las sábanas. Luffy la observó a través del espejo, tenía algo diferente, tal vez su mirada, o su sonrisa, además la noche anterior había sido inusual ya que Nami no habló mucho durante la cena, luego de terminar fueron al camarote que compartían y cuando él le preguntó si pasaba algo ella sólo se tiró en él besándolo como si la vida se le fuera en ello, habían hecho el amor hasta quedar exhaustos, y ahora estaba mirándolo de esa forma tan extraña.
-Luffy… -preguntó en tono cándido -¿quién fue el hombre que prometió protegerme?
Luffy la miró desconcertado, pero luego una mueca cercana a la sonrisa apareció en su rostro.
-El hombre a quien todos llaman "el Rey de los Piratas", y no deberías olvidarlo, tienes motivos suficientes para estar orgullosa.
-Mmm… -Nami quedó pensativa, tanto que no se dio cuenta cuando Luffy llegó hasta ella. –Nami, si hay algo que tengas que decirme…
-Sí, lo sé… Luffy hemos estado juntos por mucho tiempo, -Luffy asentía –y hemos pasado por tantas cosas ¿verdad?, por ello creo que es justo que te diga los resultados que obtuvo Chopper al examinarme.
-¿Qué sucede, estás enferma? –preguntó preocupado Luffy, ahora recordaba que últimamente Nami no se encontraba bien, las náuseas en las noches y uno que otro mareo no eran síntomas muy alentadores tratándose de la mejor navegante de Grand Line.
-No, no estoy enferma, pero sucede que… -Nami lo miró a los ojos, había imaginado este momento miles de veces pero ahora se le hacía tan difícil, pero ya no podía dar marcha atrás, así que tomó aire y lo soltó de un solo golpe.
-Estoy embarazada Luffy y quiero tener al bebé.
Luffy se quedó procesando cada palabra que salió de la boca de Nami, no por nada todos le decían que era algo lento, tardó un rato en reaccionar y comprender lo que eso significaba, ya no más el hijo de aquél, o el nieto de tal, ahora él tendría un hijo propio a quien mostrarle todo lo que sabía, un hijo de Nami, la mujer que lo amó y siguió a pesar de todo.
Cuando hubo salido del shock, ya Nami se había vestido y se peinaba frente al espejo con aire molesto. Él se acercó lentamente mirándola con seriedad.
-Nami… -quería decir tantas cosas pero curiosamente su boca estaba totalmente seca y las palabras no salían –yo…
-Antes que nada Luffy no voy a aceptar ningún reproche o queja… -Nami quedó en silencio con Luffy acorralándola contra la pared besándola de la forma más intensa que podía, al separarse él sonreía ampliamente.
-Perdóname, fue lo único que se me ocurrió para que supieras que estoy contento.
-Fue la mejor forma Luffy, la mejor. Pero ahora, ¿qué vamos a hacer?
-¿Sobre qué?
-Ahora todo mundo está detrás de nosotros y son pocos los momentos que podemos estar tranquilos.
-No tiene caso que te preocupes por eso ahora, yo seguiré manteniendo mi promesa. Lo que vamos hacer es ir a decírselo a todos, supongo que el único que sabe es Chopper.
-Sí, no te imaginas lo difícil que fue para él guardar el secreto.
-Ahora entiendo porqué salía corriendo cada vez que me veía. Shiishiiishii…
-¿Seguro que podemos hacerlo?
-¿Y porqué no? son nuestros nakamas.
-Pero se supone que dentro de poco se irían, no quiero que esto intervenga con sus decisiones.
-No te preocupes –Rió Luffy como si todo esto se tratara de un juego, Nami suspiró resignada, así era él después de todo.
-Bien, pero después del desayuno, quiero comer a gusto.
-¡Yosh! –entonces la tomó de la mano y salió volado a la cocina. Tal como dijo Nami almorzaron sin ningún inconveniente salvo que Luffy a veces soltaba carcajadas y risas sin ninguna causa aparente. Al final, cuando Sanji terminó de fregar los platos Luffy los citó a todos en cubierta.
-Hey Luffy no tenemos todo el día –replicó Zoro malhumorado porque no había empezado con sus ejercicios.
-Si es que…bueno, lo que yo quería decir es que… Luffy se rascó la cabeza dándose cuenta de que no era tan fácil como él creía
-Lo que Luffy quiere decir es que él… y yo
-Nami-swan, ya era hora de que mandaras a este tarado a volar –gritó Sanji con corazones en sus ojos.
-¡ERES IDIOTA O QUÉ TE PASA! –gritaron ambos dándole un buen coscorrón. Sin embargo a Luffy se le fue también la lengua.
-CÓMO, SI VAMOS A TENER UN BEBE.
-¡QUÉEEE! …
