Este es un cuento que es relativamente largo….creo…. bueno está inspirado en la historia "Bitter Sugar" búsquela está bien buena, pero aún no está terminada. u_u

En fin espero que les guste, es algo que ha estado en mi cabeza y sé que si no la escribo, no dejare ir esta idea.

Los primeros capítulos son medios lentos, y sí después viene algo de lemon, osea sexo o hacer el amor, no sé cómo quieran llamarlo, traté de hacerla más de suspenso que de romance…pero el romanticismo ha consumido mis ideas, espero que revise mi ortografía, se lo agradecería mucho. xD

A y los personajes no me perteneces bla bla bla bla….

El comienzo de la cara feliz

Con un gran suspiro Marceline para al frente de un edificio abandonado, patea una lata, que le llega a un demonio, este al ver quien le había pateado se alega rápidamente, al ver esto Marceline toma otra gran suspiro, y continúa su camino al despacho de su padre.

Aunque todos en la nocheosfera vivian como en una ciudad que un día fue grande y majestuosa, desde la llegada de Huson Abadeer, nunca más fue así, y es él quien vive en un gran edificio, es solo él quien dentro de este algunos lugares aún están en buenas condiciones como su despacho, Marceline odia ir a ese lugar, porque siempre sale con una decisión inmensa sobre sus hombros.

-es mejor que pases, te siento hija mía, que ¿crees que soy un demonio de segunda clase?

Marceline entra volando al despacho y se sienta, o más bien se derrumba en una silla, sopla para quitar un mechón de su cara y mira a su padre sin mencionar ninguna palabra.

-no me mires así, ni sabes a qué te llame.

-papá la última vez que estuve aquí fue para pedirme un favor, fue el de matar al rey de los vampiros, con esa hacha que me prestaste, puff, créeme que ahora debe ser algo más grande si te has encerrado con ESOS demonios.

Mientras él le lanza una mirada seria, coloca un mapa al frente de la mesa.

-bien, si así lo quieres, sin rodeos, esté es un mapa del nuevo mundo que se está construyendo se llama ahora Ooo.

Al ver la cara de aburrida de Marceline, decide ir al grano.

-vez este reino se llama "dulce reino"—pausa—si está hecho de dulces, pero ya no son esos dulces que te atacaban, ahora estos son, algo así como buenos. El rey de este reino, ayudo a una tal…princesa tortuga a crear su reino de biblioteca, donde dentro de todos los libros, está el inicio de las razas y este rey obtuvo la información de nuestro portal.

-ese portal con que me trajiste acá, ¿no es así? Bien déjame adivinar, él es rosado y es quien vino hace algún tiempo, ¿puede ser que te pidió ayuda para defender su reino o algo así?

- ¡Bingo!, y me interesa que esté rey tenga confianza de nuestra nueva unión, más del papel o de los demonios que suelte en sus tierras, y como sé que quieres volver a la tierra, él y yo hemos hecho un trato ¿quieres adivinar cuál es?- espera un momento mientras Marceline solo lo mira con cara de aburrimiento— tú te casaras con su hermana, siendo así solo un matrimonio de unión y no de reproducir nuevos seres.

- ¡Que! No me pueden hacer eso ¿porque no Marshall? Por lo menos es el hombre.

-Tú sabes que matrimonio del mismo género solo se hace cuando no se quiere reproducir nuevos seres, en este caso él y yo estamos de acuerdo, sería raro demonios con seres dulces. Además creo que esté rey Gumball quiere mandar a vivir a su hermana aquí, así que este es el trató. Tú te casas con esta chica, vives con ella, juras protegerla, hasta que yo realice mis planes con esté rey Gumball y podrás vivir en ese mundo libremente, ¿Qué te parece? O quieres pensarlo Mar Mar.

No le quedaban muchas opciones a Marceline, si ella se arrancaba al otro mundo como trató una vez, su padre la perseguiría y si este trató resulta, ella podrá ir y venir a su antojo, además que es una mujer, quizás solo tenga que soportarla un tiempo.

-¿Cuál es el nombre de mi futura esposa? Por lo menos podría saber algo de ella.

Con una sonrisa en el rostro, Huson Abadeer le explica su futuro y las cosas que Marceline tendrá que obedecer con ojos cerrados para que el trato funcione.

Mientras tanto en la tierra de Ooo, unos meses antes, una grave explosión por culpa de la dulce princesa, provoco que algunos de los dulces ciudadanos se les fuera su relleno, matándolos, junto con el novio de la princesa. Esta se encerró para crear algo que los volviera a la vida, pero su poca información y conocimiento la limitaban. Por estos errores su hermano pensó que era hora convertirse en rey, pero sobre todo porque su hermana dejo de preocuparse de sus enemigos y estos los estaban conquistando.

Es por esa razón que esa mañana Gumball debía revelarle a su hermana una gran decisión, por el bien de los ciudadanos como para la de su hermana, o él pensaba que así podría hacer lo mejor para su reino, en tiempo de guerra.

Toca la gran puerta del despacho de Gumball y bonnibel entra con su delantal, sus gafas y una cara de muerta viviente.

-Sabes que debes dormir, cada día te veo peor hermana.

-Mira me quitas tiempo valioso, asique terminemos pronto, me acaban de informar de unos problemas con la policía Banana.

-Esté reino es todo para nosotros, pero debes conocer más tus limitaciones hermana.

Al mirar a su hermana, se levantó y tomo un libro de la estantería se lo entrego en las manos, Bonnibel mira el título, no tan extraño para ella, "La Nocheosfera", solo se habían tardado uno dos años en leer las literaturas que encierran todo Ooo, pero más información de que es solo un mito urbano no le había llegado a las manos.

-No te había entregado este libro por las razones que hemos pasado hace algunos meses, si bien después podrás leer, existe un portal que conecta ese mundo con nosotros—al ver que su hermana iba a hablar este la interrumpió—sí, es otro objeto para viajar por dimensiones, pero a esté mundo se puede llegar por un antiguo ritual, el cual para mi punto de vista es bien infantil.

-Al punto Gumball, creo que ya sé dónde vas, conozco las historias de la temida nocheosfera

-No te asustes y solo escucha. Yo fui a ese lugar, conocí el rey de esa zona, el señor del mal, mejor llamado chupa almas o Hunson Abadeer, él es eterno por un collar mágico, pero algo más importante es que él ya nos conocía, o tenía una idea, de que después de la guerra había nuevos reinos.

Gumball espero que su hermana colocara una expresión de horror, meditara un rato. Este se volvió a levantar, pero esta vez trajo unos papeles, y continúo.

-Creé un trato con él Bonnibel, un trato que nos ayudara, ya tome las medidas necesarias para que este Huson, no nos haga problemas, y como los dos sabemos, haríamos cualquier cosa para proteger a los dulces ciudadanos, quiero colocar villas expandir nuestro reino, pero no podremos si siempre nos invaden. Nuestros poderes le limitan a que somos habitantes de paz, y eso Bonnibel no puedes negarme.

-Nosotros podemos defendernos solos Gumball, debes poner más fe en la guardia banana y los ciudadanos, pero sobre todo en mis experimentos.

- ¿Es entonces por eso que tuvimos que abrir un cementerio?

Esto fue un golpe bajo para Bonnibel, quien no pudo evitar soltar unas lágrimas.

-Es por eso que aunque Hunson tenga una hija y un hijo, aremos para cerrar el pacto, una unión y no para reproducir nuevos seres—al ver que su hermana se preparaba para discutir el continuo— por varias razones debes casarte con su hija Bonnibel, yo sé que ya las estás pensando, y sí es porque no podemos reproducimos con esos seres, pero sobre todo es que él nos mandara demonios que le obedecerán hasta perder sus vidas, mientras que nosotros solo le podemos ofrecer lealtad y otros productos, que mejor manera que la princesa se case. Debes hacer esto por el reino, tenemos grandes responsabilidades que traen grandes sacrificios.

Un repentino silencio invadió la habitación. Bonnibel pensaba tan rápido como podía, no tenía escapatoria, era la única salida que tenían, se les estaban acabando las opciones, pero de repente le surgió una gran duda.

-Con eso quieres decir que yo debo ir a su mundo, ¿no es así, hermano?

Ese fue el día en que Bonnibel comprendió que no tenía opciones, sus experimentos no estaban resultando y se les acababa el tiempo y sin más remedio tuvo que aceptar.

Quedaron las dos partes en cenar en el dulce reino para confirmar el compromiso, y firmar el pacto.