Capítulo 1
"La Lunación de la Menta"
Corría el frío mes de enero, eran los primeros días
del año, cerca de las 3:00 a.m., la nieve había cesado
y un manto ligero y uniforme de blancura cubría los
autos, los tejados y las orillas de las calles. Y
claro, la mejor y más grande fábrica de chocolates en
todo el orbe no podía ser la excepción...esa noche
había una particular alegría, pues el cielo despejado
dejaba ver una hermosísima luna llena, clara, plateada
e inspiradora...
Dentro de la factoría Willy Wonka afamado empresario,
destacado por su ingenio y calidad, supervisaba con
satisfacción la "lunación de la pasta de menta". Un
proceso interesante en la fabricación de algunos
dulces.
Willy Wonka, extraño y solitario para los ávidos ojos
de la prensa, era un hombre apuesto, elegante y
pulcro, su aspecto era distinto al de la gente común
ya que reflejaba siempre en su vestimenta los rasgos
de creatividad que lo caracterizaban, siempre llevaba
elegantes sacos en tonos brillantes, siendo su
favorito el que tenía un hermoso color ciruela y
guantes de latex morados, su piel era pálida, su
cabello liso, corto y rojizo con matices cafés
brillantes y sus ojos, bueno, estos eran sin duda
extraordinarios pues eran color violeta, llevaba
siempre un sombrero que hiciera juego con su ajuar y
un bellísimo bastón transparente rematado con una
esfera parecida a un caramelo en colores blanco y
negro. Definitivamente al parecer común, todo un
excéntrico.
Pero esa noche en algún lugar alto y despejado de la
fábrica en una de las áreas del techo en un sitio
destinado para ese menester la pasta de menta era
mezclada y azucarada en un proceso llamado "Lunación",
consistente en dejarla reposar bajo los rayos de aquel
satélite natural, ciertos periodos de tiempo, debido
a que gracias a esa azúcar especial, las mentas -a las
que posteriormente se les agrega chocolate en
distintas presentaciones- absorben la frescura y
blancura de la luna, para producir lo que Willy
consideraba "Dulces Inspiradores", el apremio era tal
ya que se acercaba el día de San Valentín y desde
luego en esa fecha importante los chocolates y
caramelos se regalan por todos lados con las mejores y
más dulces intenciones...por eso el trabajo demandaba
tanto esfuerzo. Una mordida de ese increíble dulce te
hacía redactar un bello poema o escribir una linda
canción, sin duda una de las grandes innovaciones de
la temporada.
-¡Un poco más rápido y tengan cuidado!- dictó Willy
Wonka con un altavoz para que escuchara todo el equipo
de oompa loompas, que se encontraban al rededor del
enorme caldero industrial y manejaban una especie de
batidora con distintas palancas sobre la pasta,
algunos de ellos vaciaban costalitos de azúcar y otros
debían maniobrar las pértigas mezcladoras,
posteriormente debían retirar suavemente la plataforma
con todas las batidoras para dejar que toda esa pasta
acabada de mezclar recibiera los rayos de la luna...
Los oompa loompas, leales, idénticos y pigmeos
trabajadores de la fábrica asintieron seriamente y
siguieron las órdenes al pié de la letra una y otra
vez...
Willy Wonka seguía supervisando el proceso desde un
estrado un poco más alto para observar la consistencia
de la pasta, y se percató de que los saquitos de
azúcar se habían terminado ya de vaciar, se había
entonces batido la pasta por última vez y ahora sólo
faltaba la última fase del proceso, "La Espejación"
Willy Wonka llevó de nuevo a sus labios el magnavoz y
dijo:
-¡Preparen ya los espejos!, la pasta está lista.
Los oompa loompa retiraron y guardaron en el hangar la
extraña batidora y del mismo lugar comenzaron a traer
sin dificultad alguna unos enormes espejos que
doblaban en estatura el caldero con la pasta, estos
eran redondos y venían montados sobre rueditas y uno a
uno los fueron acomodando al rededor del caldero con
la cara reflejante hacia adentro, con una leve
inclinación hacia afuera, este proceso servía no sólo
para incrementar la brillantez y fuerza de aquel
satélite, sino también para fijar la luz en aquella
dulce pasta, visto desde arriba parecía una enorme y
brillante flor bajo la luna.
Willy Wonka gritó:
-¡¡Excelente, ha ha!!, descansemos un rato, recuerden
que esto es lo que más tiempo nos toma...lo han hecho
muy bien.
Conforme el tiempo pasaba de vez en cuando una nube se
atravesaba y cuando la luna volvía a brillar emanaba
destellos que salían de los espejos en diversas
direcciones, Willy y los oompa loompas descendían
apenas para retirarse juntos del techo cuando
escucharon justo sobre sus cabezas un ruido lejano,
parecido a una explosión...con extrañeza y sorpresa
todos voltearon al cielo a la vez...
