Hacía ya bastante rato que habían partido de Water 7 montados en el Rocket Man ,el aqualaguna ya había sido vencido y continuaban su camino hacia Elies Lobbi con dos nuevos pasajeros que se habían incorporado poco tiempo después. Pero no traían buenas noticias para los demás componentes de la banda de Luffy sombrero de paja.
Ella no quería volver, ella prefería entregarse y que todos sus nakamas salieran ilesos pero olvidaba la testarudez de su capitán que jamás lo permitiría. Por eso todos estaban emocionados e inquietos por enfrentar al CP9 y poder rescatarla.
Mas había una excepción, en un rincón apartado del vagón se encontraba Zoro sentado sobre un barril con los ojos cerrados, los demás podrían pensar que dormía pues no sería de extrañar, pero la forma en la que apretaba la mandíbula lo delataba. No se había pronunciado desde que ella se marchó en Water 7 aunque la rabia lo estaba consumiendo.
-¿Quién le había permitido decidir? ¿Quién?-Repetía una y otra vez para sus adentros.
No muy lejos de allí lo que quedaba del tren marítimo seguía su curso hacia Enies Lobbi. Y en él se encontraba el objeto de sus pensamientos, Nico Robin. Ella estaba sentada en uno de los asientos contemplando el mar constantemente, los recuerdos iban y venían sin importar el dolor que pudieran producirle y cada segundo que pasaba sentía más cerca el frio aliento de la muerte.
-Tu sola existencia es un crimen; toda banda en la que ella ha estado ha acabado destruida- Las palabras de Luccy y de Kaoiji se repetían una y otra vez en su cabeza, pero lo único que conseguían era que su decisión de salvarles fuera más fuerte y sobretodo la decisión por encima de todo de salvarle a él.
Zoro desenvainó una de sus katanas con rapidez y comenzó a prepararla para el combate, el gobierno no se la iba a arrebatar eso jamás lo permitiría. Nico Robín era suya y de nadie más.
El tren marítimo había parado, ante ella se encontraba Enies Lobbi, ante ella se encontraba la muerte. Un leve suspiro se escapó de sus labios mientras todos sus pensamientos se dirigían a un mismo punto.
-Espadachín... yo…perdóname
La gran puerta principal se abrió y flanqueada por el CP9 caminó dispuesta a recibir su castigo.
