ADVERTENCIAS:

Lenguaje vulgar y escenas de sexo explícitas

Parejas:

SasuSaku

NaruHina

Capítulo 1

Sakura miró a su mejor amigo, se veía muy serio, cosa extraña en él. Sasuke Uchiha, acomodó sus lentes y le dio una sonrisa melancólica. La había hecho subir a la vieja colina que estaba cerca del parque donde se habían conocido a los cinco años, así que debía ser algo muy importante, este era un lugar sagrado para ambos.

—Dentro de dos días me voy. —soltó él sin más. Sakura abrió la boca para decir algo, pero sin saber que, la cerró y guardo silencio.

Ambos se sentaron a mirar el atardecer.

—Sabes, esto parece una escena de una de las novelas romanticonas que te gusta leer. —comentó Sakura. —Dos viejos amigos, sentados en una colina viendo el atardecer ¿no crees?

Sasuke sonrió de medio lado —Sí. Solo falta el beso y la declaración de amor.

Sakura abrazó sus rodillas y coloco su barbilla en el valle que se formaba entre estas. —No quiero que te vayas. —susurró sin poder contener las lágrimas.

—Tampoco quiero hacerlo, pero mi tutor cree que ya tengo edad para empezar a hacerme cargo de mis obligaciones

—Tienes 16 años. —Sakura quiso gritarle e ir a golpear al idiota de su tutor.

Él se encogió de hombros. —No puedo hacer nada.

Volvieron a guardar silencio. Sasuke y ella siempre habían estado juntos, eran uña y mugre. Bonnie y Clyde. El dúo dinámico. No podía imaginar su vida sin él.

Miro el perfil de su amigo. Tenía lindas facciones, pero no era atractivo, era demasiado alto y demasiado flaco, usaba lentes grandes y su cabello siempre iba perfectamente arreglado con fijador.

—¿Quién va a defenderte cuando los brabucones quieran golpearte? —le dijo Sakura.

—Creo que tendré que aprender a hacerlo por mí mismo.- —le sonrió dejando ver aquellas hileras de dientes perfectos, hacía cuatro meses que le habían quitado los aparatos, y ahora lucía una de esas sonrisas de un millón de dólares.

—¿Quién me detendrá cada vez que desee partirle el hocico a Karin?

—Koji puede hacerlo. —dijo el nombrando a su novio. Sakura hizo una mueca.

—Lo más seguro es que disfruté viéndonos pelear, claro que agregaría una piscina de barro y nosotras usando trajes de baño.

—Sí, tal vez hiciera eso. —y no podía entender porque ella seguía con él, si sabía perfectamente que era un idiota.

—Koji quiere que lo hagamos.

—¿Y tú que quieres?

—No sé. Simplemente no quiero que sea el primero.

—Entiendo.

—¿Sí?

—Aun no estás preparada. —le dijo serio.

—Quiero que seas el primero. — le pidió mirándolo a los ojos. —Eres mi amigo y sé que no vas a lastimarme. Estoy segura que no voy a arrepentirme más tarde.

Sasuke buscó algún rastro de mentira en sus ojos, debía estar bromeando. Se detuvo a ver a su amiga, Sakura era hermosa, con su piel clara, ojos verdes y aquel cabello rosa, era un pequeño ángel.

—¿Hablas en serio? —la incredulidad era tan notoria en su voz, que Sakura soltó una risilla.

—¿Por qué no? Eres mi mejor amigo. —sí, pensó Sasuke, su mejor amigo, siempre sería eso y nada más.

—Voy a estar en mi casa mañana todo el día, llega cuando quieras. —dijo ausente, sus ojos estaban fijos en el atardecer.

.-.-.-.-.-.

Sakura llamó a la puerta, Sasuke apareció minutos después. Sin lentes, con el cabello despeinado y mojado, con una camiseta, una pantaloneta y descalzo.

—Lo siento, acaba de salir de la ducha.

—¿Ves bien sin lentes? —preguntó sorprendida, ya que sabía que Sasuke era casi ciego, bueno, no tanto así.

—Algo. ¿Quieres algo de tomar?

—No intentes confundirme. Sabes bien a lo que vengo.

—Sakura yo...

—Entiendo. Estás esperando a la chica indicada, no sé porque no lo pensé. —murmuró para sí misma.

—¿Qué?

—No te hagas. Eres tan cursi que seguro piensas así. ¡Qué tierno!

—No, no estoy esperando a la chica "perfecta". —dijo ofendido, pues parecía que ella decía todo aquello a modo de burla.

—Entonces, ¿por qué no? —preguntó ella con esa carita de inocencia que lo volvía loco.

Porque te amo y al final terminaría con el corazón hecho trizas, quiso decirle, pero se mordió la lengua y siguió empacado algunos libros.

—Estás perdiendo la oportunidad de perder tu virginidad con una chica linda. — dijo medio en broma, medio verdad.

—¿Qué te hace pensar que aún soy virgen?

Ella se rio de él, pero al verlo tan ofendido mejor se quedó calladita.

—Lo siento. —disculparse, era lo mínimo que podía hacer, él se encogió de hombros y siguió en lo suyo. —¿No eres virgen? — él no respondió. —No puedo creer que no me lo dijeras. ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Y por qué no quieres hacerlo conmigo? No te parezco lo suficientemente bonita, Señor Yo Ya No Soy Virgen?

Soltó un suspiro, no pensaba decirle a Sakura que su tío le había pagado a una prostituta para que le quitara la virginidad, para que así Sasuke pudiera llamarse hombre. —¿Quieres que te coja? Bien, lo haré.

Sakura caminaba detrás de Sasuke, este le abrió la puerta de su cuarto, ella entró. Había estado en ese lugar cientos de veces, pero esta vez se sintió extraño.

—Quítate esa falda. —le dijo. No quería ser extremadamente cursi, no quería que notara cuanto la deseaba, cuanto la amaba.

—¿Así como así? —preguntó, ¿no estaba siendo demasiado directo?

—¿Quieres que te quite la virginidad sí o no?

—Sí... pero… —no dijo nada.

—Túmbate en la cama con las piernas abiertas. —Sakura obedeció, pero él estaba siendo muy frío y eso no le gustaba nada, no quería que su primera vez fuera de esa manera, pero llegados a ese punto, ¿se detendría si se lo pedía? Ella supo que sí, Sasuke lo haría. Deberías ser un poco más romántico y no parecer un maldito cavernícola, pensó en decírselo, pero se lo guardó.

Él besó la cara interna de sus muslos, mientras que sus manos acariciaban los costados. —¿Qué haces? —dijo Sakura entre risas

—Vamos a prepararte. —su voz era ronca, él continuó ascendiendo por sus piernas, Sakura se tensó, porque se acercaba a esa parte de su cuerpo.

—¿Preparar qué? —Sakura chilló cuando sintió su lengua deslizarse por su vagina, succionó su clítoris mientras su dedo entraba lentamente en ella.

¡Oh Dios mío! La penetraba rítmicamente con el dedo, una succión, un lengüetazo, dos dedos entraron, dentro… fuera… dentro… Sakura se perdió en las sensaciones nuevas que recorría su cuerpo. Su respiración se aceleró, jadeaba, se retorcía, un gemido se escapó de sus labios, debería estar avergonzada, pero no podía pensar en otra cosa que no fuera lo que Sasuke le hacía.

Sasuke sonrió satisfecho, al menos había disfrutado algo antes de lo que venía. Se posicionó entre sus piernas, había hecho todo lo posible para que lubricara bastante. Ella abrió los ojos, claramente asustado, él bajó la cabeza para besarla, jamás pensó que tendría la oportunidad de probar sus labios y ahora lo estaba haciendo y era mucho mejor de lo que había pensado nunca.

—¿Estás segura de lo que vamos a hacer? —quería asegurarse.

—Sí.

—Podemos detenerlo, cuando quieras, no voy a enojar ni…—ella no lo dejó terminar, agarró su rostro entre sus manos y dijo:

—Confió en ti, señor experto.

—Gracias. —respondió aliviado.

—Ponte condón. —le ordenó, era inexperta, no estúpida y la protección era primero.

—Eso hago.

—¿Me va a doler mucho?

—No sé, pero creo que estás lo suficientemente lubricada para que entre fácil. — él empujó la punta un poco.

—Eso no me alivi... ¡Mierda! —Sasuke entró en ella de una vez, luego empezó a salir y entrar aumentando el ritmo poco a poco, despacio, no había prisa. Quería que ella se sintiera tan cómoda como pudiera.

—No te tenses tanto. —le pidió. —Levanta un poco la pelvis.

—Eres un hijo de puta. —gimió. No se sentía mal, pero tampoco también como habría esperado. Siguió penetrándola despacio. —Detente.

—¿Te duele mucho? —ella asintió. —Mejor nos detenemos.

—¿Estás seguro?

—Sí, Sakura. —le dijo saliendo de ella. —Es tu primera vez, no quiero que la recuerdes como algo feo. —la besó en la frente. —Te molestara la segunda, tercera y hasta la cuarta vez. Supongo que luego vas a sentir bien.

—Tu cama está llena de sangre. —la señaló infantilmente.

—Lo limpiaré después.

-.-.-.-.-.-.

Sakura acomodó el brassier negro y rosa de encaje que usaba, el antifaz escondía su rostro, pero resaltaba sus ojos verdes y la tanga rosa con lacitos negros a los lados, que hacía juego con el bra, le daba comezón.

—¿Lista? —preguntó Hinata, que usaba un traje igual al suyo, solo que, el de ella era morado con negro.

Ambos eran bailarinas eróticas, ambos tenían 26 años y ambas eran compañeras de cuarto y mejores amigas. La vida deba muchas vueltas, y definitivamente, ninguna de las dos se imaginó que terminaría haciendo esto para vivir.

Womanizer de Britney Spears empezó a sonar por los altavoces, ellas y otras tres chicas salieron a escena.

Sasuke se dejó convencer por Naruto para ir a un club privado a disfrutar de un espectáculo que jamás olvidaría. Y por supuesto, el pervertido de su amigo tenía razón. Estaba tan duro como una piedra y sus ojos no se apartaban de la chica de traje rosa.

—Te dije que eran buenas. —comentó con la vista fija en el escenario.

—Pareces un maldito adolescente virgen viendo su primer video porno. —le dijo.

Naruto soltó una carcajada. —Viejo, tienes que aceptar que son buenas… Todas están buenísimas.

—Nunca dije que no lo fueran y tampoco que no lo estuvieran.

—Sigo esperando que me cuentes lo que paso con la "viuda" que llegó a buscarte hoy. —cambió de tema el rubio.

—No te diré nada. —sonrió al recordar lo bien que se la había pasado con Anko y su jueguito de la viuda caliente.

—No es justo. Siempre te cuento sobre mis encuentros.

—Recuerdo que siempre te pido que no lo hagas. —y es que Naruto daba hasta el más mínimo detalle aunque nunca mencionaba los nombres de las mujeres con las que estaba, que era algo que Sasuke tenía que reconocerle.

—No te hagas. Sé que te gusta, escuchar sobre mis encuentros sexuales te pone cachondo. —Naruto se rio de esa forma tan característica suya.

Sasuke guardó silencio, y prestó mayor atención al espectáculo. Claro que le ponía cachondo escuchar las historias de su amigo, pero, nunca lo aceptaría.

—¿Podemos pedir un baile privado?

—Claro, hermano. ¿Cuál quieres, y la pediremos exclusivamente para ti?

—La de rosa. —respondió sin apartar la mirada de ella.