La noche, velocidad, personas, autos y una larga vía. Era todo lo que había todo lo que me rodeaba, pise el acelerador más a fondo y a mis laterales solo se veían sombras y flashes de luces. El casco amortiguaba los sonidos mientras que la chaqueta evitaba el contacto del viento frío contra mi piel; eso todavía no hacia que parara de temblar, deseaba que el causante fuera el frío, el sereno de la noche, pero no era así, lo que causaba esa helada sensación era la misma cosa que reproducía de manera casi involuntaria las imágenes en mi mente, escenas que deberían ser parte de las mejores películas de terror. Para mi mala suerte más allá de imágenes pintadas en rojo y negro eran recuerdos, retazos de mi pasado.

Me cuelo entres los carros, es la facilidad de andar en moto, y trato de enfocarme en las bocinas, maldiciones y demás cosas que los conductores gritan cada vez que los rebaso. Me tranquilizaba saber que aunque mi vida fuera verdadera mierda en mundo seguía su curso, significaba que en alguna parte iba a poder ser libre y sentirme segura, quien sabe hasta quizás aprenda a nadar con la corriente, intentar ser "normal" y mientras pienso en eso logro ver un aviso en verde brillante con letras blancas Bienvenidos a Cuidad Gótica.