Capítulo 1: Las Fieras

{Narrado por Cris}


Buf, otro día de verano. Pero hoy está bien. Acabo de salir de clase de alemán y voy a casa de Esther ya que las Fieras nos vamos a reunir para cenar. Sí, 13 chicos cenando distintas comidas de distintos países en el pedazo jardín de Esther, bueno solo en el lugar donde está la parrilla, al que ella le puso el nombre del "Rincón del Chouri" (n/ ni me preguntéis el xk dl nombre xk ni sikiera yo lo se).

Ah, se me pasó. Yo soy Cris, bueno Cristina Tsukino, tengo 14 años, el pelo negro y los ojos marrones. Vivo en Ryuusei (n/ no real) en Asturias, en el noroeste de España y me encanta el fútbol. Esther Hanatsuki es una amiga y compañera de clase muy charlatana, por decir algo, y con pasión por el fútbol y la música. Las Fieras somos un equipo de fútbol recién creado. Ya tenemos campo para jugar pero no entrenador.

Esther: ¡Cris! ¡Llegaste!

Cris: Sí... (Que os dije, es muy charlatana, bueno gritona)

Esther: Bien, porque las costillas están casi listas. Solo queda que lleguen los demás

Sí, las demás Fieras. Hoy decidimos hacer nuestra primera reunión en mucho tiempo. Dos semanas...

Al tiempo, llegaron los demás... con comida. Decidimos traer comida de cada uno de sus países. Nosotras, con la ayuda del padre y de Fernando, el hermano de Esther, hicimos costillas y de postre, venera (no soy de las que cocina pero poder, puedo ayudar). No es que sea un plato típico (el postre sí), pero aquí se prepara mucho.

Bien, ahora los demás...

Lucía, la rubia argentina, Annika, la meninha medio portuguesa medio brasileña, Mairo, el rubio estonio, Daria, la pelirosada letona, Sora, el rubio nipón de familia materna china, Dani, la morena catalana (única española aparte de nosotras 2), Alex, mi amiga inglesa, Fidio, el pelicafé italiano y los 3 futboleros alemanes, León, Fabi y Markus.

Sí, cada cual de su país, cada cual con su comida.

Esther: Hola, chicos. Bienvenidos ¿Qué trajisteis?

Lucía: No se suponía que lo diríamos al comer. Fue lo que vos dijistes.

Esther: Ah, sí. Se me pasó.

Quedamos en que nadie diría nada hasta que fuésemos a cenar (o sea, hasta que se destapen todos los platos, porque los tapamos para que no los vean). Así que le dejamos los platos a los padres de Esther y fuimos a revolver en la casa laberíntica de Esther. Pero, no pasaron ni cinco minutos...

Madre Esther: ¡A cenar!

Bajamos todos.

Fernando: Bien, a revelar todas las comidas.

Bueno, ya os podéis imaginar. Un montón de comida. Un plato y un postre de cada país.

Lo nuestro ya lo mencioné.

Dani trajo pa amb tomaquets, que en catalán significa pan con tomates y de postre, crema catalana.

Mairo, brawn, un plato estonio que consiste en carne picada en gelatina y de postre, kringel, que es un pan dulce al estilo alemán que se come en cumpleaños estonios y también en el norte de Alemania, según Fabi.

Lucy (Lucía) trajo choripán (vamos, una especie de lo que aquí llamamos bollos de chorizo solo que se les puede echar chimichurri) y de postre, dulce de leche.

Annika trajo feijoada (plato nacional de Brasil hecho con frijoles y cerdo...) y pasteles de Belém o de nata (portugueses)

Sora trajo onigiris (bolas de arroz) y takoyaki (bolas de pulpo) junto con mochis (pastelitos de arroz) (siempre quise probar la comida japonesa)

Daria llevaba bigos de ternera y de postre, kohuke.

Tanto Alex como Fidio trajeron pizzas, ya que las pizzas que hace la madre de Alex están muy buenas (aunque no sea un plato inglés) pero pican mucho (nada más darle un mordisco tuvimos que ir todos a por agua, menos Alex que está acostumbrada). De postre, Alex trajo apple pie (tarta de manzana) y Fidio... gelato de chocolate (helado, vamos. En verano es lo mejor)

Los alemanes trajeron wurst (salchichas) y brezel, un postre también existente en USA pero distinto, típico de la zona de la que venían (Baviera o Bayern, en concreto Munich o München)

Después de la comilona, hablamos de nuestras cosas. De lo que habíamos hecho durante aquella semana separados. De repente, entró en escena el padre de Esther que se había ido durante un segundo.

Padre Esther: Ey, chicos ¿Sabéis lo del torneo de Luarca?

Fernando: Pues sí (aunque algunos lo miraron confundidos), donde van muchos equipos de toda España a jugar.

Padre Esther: Sí y va a haber un mini-torneo de infantiles (nuestra categoría, al menos hasta que empecemos curso), así que...

Esther: No tenemos entrenador

Nuestro mayor problema. Si lo tuviéramos, ya estaríamos compitiendo. Para ese campeonato lo necesitabamos, no ibamos a perder esa oportunidad ¿no?

Los demás pensaron lo mismo.

Fernando: Pero podéis intentar conseguirlo. Pensadlo... no vais a perder tal oportunidad ¿no?

León: Pues claro que no (¡ese es nuestro capitán!)

Decidido, encontraríamos entrenador y participaríamos.