A/n: Me dieron ganas de escribir otra vez y probar suerte aquí, sinceramente jamás tuve muchos reviews, así que no espero tampoco tanta atención por un fanfic así. Siento si este capítulo es largo.
Si lo desean hago el próximo más corto -si es que quieren continuación también, claro-
[Death Note no me pertenece, solo el plot de la historia, pues de así serlo Mello estaría vivo ;_;]
...
Introducción
..
..
Uno en realidad no sabe la importancia del tiempo, no la mide y casi no la calcula. Uno no sabe cuanto puede cambiar en el mundo que se haga una acción u otra, medio minuto de distancia podría ser suficiente incluso para detener una muerte en la acción más tonta de todas.
Para presentarles mi punto, me gustaría que leyeran este caso, no se aburran, es necesario que lo hagan para más tarde entender el por qué de muchas cosas que les explicaré. Parecen ser personas inteligentes, así que deducirán a donde va todo antes de que termine mi explicación.
El caso a expresar es el siguiente:
4:00 p.m. : Mrs Petterson, jovencita de 30 se maquilla a pesar de que le quedan pocos minutos para comenzar a abarcar la línea de tiempo de retraso, no le importa, es una mujer demasiado superficial y NECESITA el maquillaje para sentirse bien.
Entre tanto, Mr Backer de 46 se acaba el café rápidamente y sale de su casa con la ropa a medio arreglar, su jefe le dijo que si llegaba tarde una vez más sería despedido, pero él necesita café pues no pudo dormir por quedarse trabajando hasta muy tarde.
En la mitad de la ciudad, Molly de 5 años toma la merienda en casa de su madre, para luego salir a jugar con su pelota favorita, la que le regalaron de cumpleaños. Su mamá en realidad parece muy ocupada con una llamada de negocios, pero le prometió que la entretendría un rato, así que espera pacientemente a que termine el aperitivo.
4:05 p.m.: Pasa un taxi vacío, sigue su camino, Molly ya terminó de merendar.
4:10 p.m. : Mrs Petterson sale corriendo de su habitación de hotel con portafolio en mano, está llegando definitivamente tarde y se arrepiente de haberse maquillado, o eso dice entre jadeos mientras se para en la esquina de la calle y detiene a un taxista que aparentemente iba derecho por la calle de Backer Street
En la otra punta de la avenida, Mr Backer maldice que ese taxi no le paró, mirando su reloj con un suspiro, va a ser despedido, así que simplemente se regresa tristemente a su casa.
Así junto a eso Molly sale al jardín con su madre a jugar con una pelota, esta está hablando por celular.
4:20 p.m. : La madre de Molly arroja la pelota muy lejos, esta rebota en la calle y se queda rodando levemente hasta llegar al medio del camino, la señora ocupada con el celular no nota este hecho, y Molly, lentamente se pone de pie y avanza por el verde jardín lleno de flores, observando su pelota favorita esperarle allí, sobre una extraña superficie.
El primer taxi que Mrs Petterson no alcanzó a tomar debido a que se maquillaba, trae dentro a un conductor que viene ocupado charlando con un amigo al que está llevando, son un par de adolescentes casi, tan solo de 20 años de edad. Discuten a carcajada limpia de asuntos de la vida, no parecen muy concentrados en el camino.
4:28 p.m. : Mr Backer recibe la llamada de su jefe y es despedido, Molly por su lado ya está en medio de la calle.
Desde la punta un auto -específicamente un taxi- se acerca a mucha velocidad, Molly es muy bajita y difícil de ver, así que al agacharse para tomar la pelota queda desaparecida por completo del campo visual...
4:29 p.m. – Mrs Petterson llega al trabajo, Mr Backer prepara sus maletas, la madre de Molly corta la llamada, y, al mismo instante, el taxi de ambos amigos golpea a la chiquilla que intentaba recuperar su pelota.
¿Comprendieron la relación?
Quizás todo eso se podría haber prevenido si Mrs Petterson hubiera salido más temprano para tomarse el taxi que pasó a las 4:05, evitando que este más tarde impactara con la pobre niñita de 5 años, dejándola en coma. Y de paso salvando el futuro de Mr Backer, que ahora vivirá de la basura pues el estado en el que vive no se responsabiliza mucho de los civiles sin trabajo.
El tiempo es un juego peligroso, un minuto más o un minuto menos define absolutamente todo a tu alrededor. Y mientras analizo todo esto me pregunto que, qué habría pasado si el día en que Yagami Light encontró la Death Note, este hubiera enfermado, para haber faltado al encuentro...
¿Me encontraría yo como cabecilla de la SPK? ¿Habrían habido tantos homicidios como los hubieron por Kira?
¿Estaría Mello muerto ahora?
Podría preguntarle al Mello que yace en mi memoria, con el cual hablo en mis momentos de soledad, después de todo, incluso en mi mente, Mello siempre me desobedece mucho.
Conociéndole se habría reído ante toda esta explicación, sus brillosos ojos azules quizás me habrían observado con shock primeramente, pero demás estaba decir que no faltaría esa mueca burlona y el comentario mordaz a continuación. Pero dejemos solo al fastidiado Mello que yace deambulando en mi cerebro, y regresemos al asunto.
Todo esto que les he explicado a ustedes, ha sido para que comprendan lo que ocurrió a continuación, lo que me hizo tomar, quizás, un riesgo irracional, un plan que no tenía fundamento ni que yacía escrito con todos los pasos a la perfección.
Una táctica muy... Mello.
...Y por qué sigo insistiendo con él, se preguntarán...
En mis solitarias noches me di cuenta de que estar solo simplemente comenzaba a afectarme, de verdad, y mucho. Mi sistema cognitivo ya era deplorable, mi propia mente era un enredo.
Y no podía evitar quedarme observando su fotografía, fuera cual fuera la razón.
Sabía que me sentía culpable de su muerte, pues era aún más evitable que el asunto previamente presentado con respecto a Molly y el taxi, pero jamás habría imaginado que me carcomería tanto hasta el punto de recordar episodios de la Wammy's House desde hace tres años.
Quizás que si todo se hubiera retrasado cinco minutos... absolutamente todo desde el principio de la historia, desde la caída de la Death Note hasta ahora, tan solo quizás, en estos momentos estaría sentado junto a Mello... discutiendo de alguna tontería, como por ejemplo, cual equipo local sería el ganador la próxima semana.
Pero estaba solo.
Fue así como una de esas noches solitarias en la azotea, una luz se despidió del farol que iluminaba mi cabeza y una criatura de apariencia viscosa se hizo ver en el borde del barandal, su piel amarilla y sus ojos hechos por blancos huecos observándome fijamente -si es que podían- con clara altanería en su pestilente ser.
Normalmente un humano habría gritado del miedo, pero de saber de la existencia de estos seres -crédito que le dejo a Mello- me encontraba tranquilo mirándole con ojos entornados.
-¿Qué trae a un shinigami por aquí?- Fue mi pregunta directa, que pareció hacer pensar a la criatura antes de retorcer su asquerosa forma de reptil gordo por la baranda. Asumo que se encontraba algo molesto -o molesta, difícil de saber- pues yo había quedado en completa calma frente a un dios de la muerte.
-Me llamo Midra y vengo por la Death Note que haz guardado... la que ese chico... Yagami Light tenía... -
-No te la devolveré.- Decreté descaradamente sin cambiar mi tono de voz, los shinigamis no podían llevarse una Death Note perteneciente a un humano, y yo me había hecho cargo de ser el propietario ni bien me había hecho con esta.
Aquél dios de la muerte no pareció feliz con mi respuesta obviamente, se hizo invisible unos momentos y reapareció al otro costado de la baranda, a mi izquierda, haciendo que tuviera que ladear la cabeza hacia ese lado para mirarle, expectante a su próximo movimiento de persuasión.
-Vengo a hacer un trato contigo, Nate Rivers...- Explicó, un tinte rojo adueñándose de sus ojos, advirtiéndome que algo en eso no me gustaría o me haría alguna clase de daño. No obstante no me achiqué ante su presencia y hasta me digné a dejar de mirarle unos momentos, simplemente pronunciando por lo bajo un: "Adelante"
-Tú me darás el Death Note, y yo a cambio te daré un boleto casi gratuito hacia unos años atrás... - Ronroneó de forma extraña, acercándoseme un poco mientras buscaba aclarar su idea - Sé que te lamentas por la pérdida de ese novio tuyo... desde hace mucho... mucho tiempo.-
La palabra novio en realidad me hizo levantar una ceja, sonriendo sin poderlo evitar al imaginar que el cadáver de Mello se habría retorcido bajo la tierra al escuchar semejante difamación, apostando a que incluso quizás de seguir vivo, habría vomitado y espetado furioso lo imposible de eso.
Sin decir más me quedé meditándolo, reincorporándome pasados unos segundos de forma sumamente calma.
-Puedo hacer que vuelvas a verle.-
-Pues no te creo.-
Respondí más rápido de lo que yo mismo había querido y seguramente exterioricé sin notarlo algo de mi perturbación ante la idea, ver a un muerto... ir al pasado... eso no resultaba algo convincente.
Pero de por si, los shinigamis no lo eran tampoco.
-Puedo dejarte modificar la historia, a cambio de que me devuelvas el cuaderno. Pero no te ayudaré, que puedas o no cambiar la realidad dependerá de ti mismo, y si no puedes, entonces nos reencontraremos en otra situación durante esta mismísima fecha, pues a los shinigamis el tiempo no nos afecta después de todo.
-¿Y qué se supone que haga?- Pregunté no muy confiado, Midra río sin cambiar esa mueca plastificada que llevaba mientras se amoldaba en su lugar.
-Tienes que escribir tu propio nombre en la Death Note... y poner que la causa de muerte ha sido por que Kira te ha escrito en su cuaderno. -
-¿Por qué esa causa de muerte?-
Estaba muy a la defensiva, y no podía evitar cuestionarlo todo, pero podía escuchar los latidos de mi propio corazón aumentar una milésima de segundo más de lo normal.
-Por que Kira ya no existe, pero si existió, y si no consigues cambiar la realidad, ese es el pequeño precio, cuando regreses a este mismo año morirás, y aparecerás escrito como otra víctima del cuaderno de Kira, y ahí la realidad cambiará en tu contra, pues Yagami Light no habrá sido detenido. ¿Te arriesgas?-
Midra disfrutaba de jugar con el tiempo, era sin duda más lista que cualquier otro shinigami que hubiera tenido el placer de conocer, pues era aún más divertido viajar hacia atrás y observar como intentaba salvar la vida de mucha gente por mi interna desesperación que simplemente llevarse el cuaderno. Pero era egoísta, muy egoísta arriesgar al mundo entero a cambio de un intento, deshacerme de mis principios por desear verle de nuevo, era en realidad algo que me asqueaba.
Pero antes de darme cuenta, estaba regresando frente a Midra con mencionado cuaderno, mi cuerpo temblando ante la sola idea de sentir la piel viva de varias personas, la forma de evitar muchas de esas muertes, de poder hacer tantas cosas que desee haber hecho...
Y esa fue la táctica muy 'Mello', que utilicé, pues si bien no había nada garantizado, en unos segundos ya estaba todo escrito en la Death Note, y allí yacía yo, de pie, esperando los cinco minutos de vida que me quedaban, guiándome por mis emociones por primera vez.
Mientras bajaba la mirada hacia la lapicera en mi mano, pensé en todo lo que haría una vez de regreso, tendría que tratar el asunto con delicadeza... pues quisiera o no, modificar mucho la historia podría llevar a catástrofes...
No podía simplemente ir y decirle a Mello que venía del futuro...
Ni yo mismo me lo creía.
..
..
A/N: Okay... ¿Sigo este fic o lo dejo? Los reviews hacen felíces a los autores~
Otra cosa, mucha información que puse ahí fue inventada, aunque creo que ya se dieron cuenta. xD Pero solo para que no me reclamen aviso.
