Descargo de responsabilidad: ni Skip Beat ni sus personajes me pertenecen. Pero eso ya lo sabemos todos XD


CON GUSTO NO HAY DISGUSTO

Hizuri Kuu jamás había despreciado un plato preparado por su esposa. Un pozo sin fondo en lugar de estómago y un amor infinito habían insensibilizado su cuerpo a los efectos tóxicos de los atentados culinarios de Julie.

"Lo que se cocina con amor, se come con amor…", esa era su máxima.

Así que una noche llegó a casa con hambre —no había cenado más que tres chuletones y un par de costillas (un par de docenas)—, y se dirigió directamente a la cocina. Era ya tarde, pero encontró la mesa bien dispuesta y se sentó a cenar (otra vez).

Pero ¡ah!, maravilla de maravillas, resulta que esta vez no necesitó el tenedor para comer la sopa de miso. ¡Era líquida, suave y deliciosa! Además, extrañamente, el arroz era blanco y no negro carbón. El pescado asado aún conservaba la forma que la naturaleza le dio, los fideos udon no eran una masa informe y compacta, ¡y las verduras eran reconocibles! ¡Zanahorias, daikon, setas! ¡Por los dioses! Eso solo podía significar una cosa…

—¿Kyoko-chan? —preguntó a voz en grito—. ¡Kuon! ¿Dónde está mi pequeña? ¡Kuon! ¡Kyoko-chan!

Y fue entonces que la cocina se llenó de exclamaciones de alegría, de besos, de abrazos de los que escachan huesos, pero sobre todo, se llenó de amor. Porque Kuu tenía en una misma habitación a las tres personas que más amaba en el mundo.

Pero no piense el lector que la comida se desperdició. No, señor… Entre risas y parloteo con sus hijos y su esposa, Hizuri Kuu dejó los platos y calderos bien limpitos.

Y bien podía él disfrutar de la cocina de su nuera, porque en cuanto sus hijos marcharan, su arroz volvería a ser negro, su sopa, una cosa sólida y sus verduras, un puré de color horrible.

Aunque debe aclararse que con gusto, no hay disgusto.

Y a Kuu le gusta comer.

Corrección: a Kuu le gusta mucho comer… Muuucho.