Disclaimer: Ni Dragon Ball ni sus personajes me pertenecen...

Kuririn: Sólo humano

(Kuririn: Only human)

Un fic de tim333

Traducción por Apolonia


Dedicación

A Son Goku - que siempre ha sido nuestra mayor esperanza.

Prólogo:

Bueno, no estoy exactamente seguro de por qué estoy escribiendo esto, pero supongo que es mayormente por razones egoístas. Todavía estoy terriblemente sacudido por los acontecimientos de hace un año (si no saben, no se preocupen, estarán aquí.) y tuve que encontrar alguna manera de trabajar todas las fuertes emociones que he estado sintiendo últimamente. Espero que sea de interés para ustedes, y les prometo que voy a intentar no sólo contar la historia que todo el mundo ya conoce. Gracias por leer.

-Krillin

Sólo Humano


~ Capítulo Uno: Mis primeras etapas de la vida ~

Cumplí 50 la semana pasada.

Yo. Cincuenta años de edad. Apenas puedo creerlo. Ahora, pueden escuchar esa misma declaración de casi cualquiera, pero realmente difícilmente puedo creerlo - yo estaba totalmente seguro de que hubiera estado muerto para siempre por ahora. En el curso de mi vida, he sido golpeado, volado, convertido en piedra, convertido en chocolate, casi matado más veces de las que puedo contar, y de hecho asesinado por lo menos cuatro veces, por lo que considero que es bastante sorprendente que estoy actualmente en una sola pieza. Por supuesto, esto no es nada en comparación con Goku, que probablemente tuvo cada hueso en su cuerpo roto más de cinco veces, así que realmente no debería quejarme.

Lo que sigue es básicamente la historia de mi vida desde tan lejos como puedo recordar ahora. Mucha de ella pueden conocer, algo no, pero creo que todo eso vale la pena contarlo.

Mi primer recuerdo es de la selva. Recuerdo que los árboles eran gruesos y que sólo dejaban entrar un hilo de luz solar. Yo era muy joven, pero no estoy seguro de cuan joven. Por lo que puedo recordar, no estaba seguro de cómo me había metido allí o qué estaba haciendo. Recuerdo claramente que alguien me levantó en sus brazos.

Eso es sólo un ejemplo de los destellos de los primeros recuerdos que tengo. Me gustaría poder decirles quienes son mis verdaderos padres, o por qué hay tantas pequeñas cosas raras acerca de mí, como que no tengo nariz, pero el hecho es que yo no lo sé. Realmente no tengo ningún constante recuerdo hasta que tenía alrededor de 5. Ya había sido aceptado en el templo Orinji, y ya tenía al menos una de las quemaduras de incienso en mi frente. El lugar estaba rodeado en la mayoría de las partes por bosques, y al menos para mis ojos infantiles, era majestuoso. La estructura era simple y no monstruosamente grande, pero tenía una cierta apariencia sobre ella que casi parecía decir "Este es un lugar de aprendizaje y disciplina, un lugar de cuidado para el cuerpo y el alma. Este es el hogar."

Tuve todo del el templo. Aprendí a leer y escribir allí, y fue allí que recibí mi primer entrenamiento en las artes marciales. Me sentí como en casa allí durante mucho tiempo. Como un niño pequeño, tenía un enorme respeto de sus enseñanzas y sus pacífica aún difícil forma de vida. Habían algunos pocos rituales que iban con ello, como afeitarse la cabeza y las quemaduras de incienso, destinados ambos como un signo de fe y para ayudar a mantener la mente clara y enfocada. Las quemaduras picaban un poco, aunque no tanto como piensan, pero viví con ellas sin quejas en mi devoción al templo. Ellas dejan una marca permanente en tu cuerpo, no pueden ser borradas por ningún tipo de medicamento conocido por la ciencia o la magia, o incluso con la muerte y la reencarnación. Ahora que lo pienso, si hubiera sabido eso entonces probablemente no le hubiera dejado acercarse a mí. Oh bueno.

Bien, probablemente están pensando en este momento como un lugar como ese pudo posiblemente formar a una persona como yo. Bueno, tengo que ser honesto con ustedes - mis intenciones eran buenas, pero yo no vivía tan puramente como se suponía. Honestamente, ¿pueden culparme? Yo era un niño, y me inquietaba fácilmente. (En realidad, la mayoría de los jóvenes en el templo actuaban sobre todo como niños normales; eran escandalosos y a menudo crueles entre sí. La mayoría de los monjes de más edad, sin embargo, eran muy diferentes. Parecían haber encontrado algún tipo de paz. Tal vez si me hubiera quedado, la hubiera encontrado también. Creo que nunca lo voy a saber.) Así que cuando me volví un poco más grande empecé a salir a la ciudad a veces con algunos otros. Se suponía que me cuidaban pero por lo general estaban ocupados haciendo sus propias cosas, así que me fui a pasear por la ciudad. Tenía curiosidad acerca de todo - del espectáculo de incluso un pueblo que era realmente emocionante para un niño que apenas había abandonado el templo antes. En la ciudad tuve mi primera exposición a la gente real, verdadera comida y cultura pop. Me convertí en una vista semi familiar en el pueblo y algunos de los habitantes de la localidad me permitían andar por ahí y ayudar con las tareas a cambio de comida, a veces dinero, y conversación. Yo era muy amable y una persona habladora, lo que me sorprendió. Disfrutaba estar con la gente, pero nunca sentí como que pertenecía allí, y no hice ninguna amistad duradera en ese momento.

En uno de esos viajes, noté una chica linda y medio que la adulé por un tiempo, pero realmente no podía funcionar como para hablar con ella. Uno de los otros monjes notó que yo estaba haciendo esto y me dijo que no moleste, que ella nunca se interesaría en un extraño renacuajo como yo. Por supuesto que tomé esto como un desafío.

Así comenzó la primera gran ambición de mi vida: conseguir una novia. Creo que fue una cuestión de orgullo más que de soledad al principio, pero se fijó en mi mente de cualquier manera. Estoy haciendo hincapié en esto porque tiene que ver en una manera grande en mi decisión de abandonar el templo y volverme tan fuerte como podía.

El entrenamiento de artes marciales que recibí en el templo incluían algunos entrenamientos de fuerza, pero la mayoría se centraba en la velocidad, agilidad, y sobre todo, enfoque. Pasábamos mucho tiempo en meditación y otros ejercicios de concentración, y por primera vez aprendí a sentir y controlar un poco el ki, probablemente antes que cualquiera de los que acabaría convirtiéndose en parte del 'equipo'. Tomé de inmediato a los combates, y una gran fuerza y velocidad parecía venir naturalmente hacia mí. Mi primer sensei, Orin, vio un gran potencial en mí, pero yo no podía verlo yo mismo. Siempre me sentía muy nervioso cuando llegaba el momento de entrenar con mis compañeros. Yo era mucho más pequeño que cualquier otro - no debí haber tenido mucho más de dos pies, y no parecía estar creciendo mucho. Era burlado y molestado mucho, y no tenía absolutamente ninguna confianza en mí mismo. Perdí mucho. Esto realmente frustró al Maestro Orin, quien me dijo que la falta de confianza en mí mismo era mi mayor debilidad, y era algo que tenía que superar. Uno de los monjes le gustaba especialmente mofarse de mí. Su nombre ahora se me escapa, pero yo le tenía miedo hasta la muerte en aquel entonces. Él era el mejor luchador entre nosotros, mejor que yo, y le gustaba alardearlo. Me llamaba un renacuajo, un llorón, y un débil, y me golpeaba sin piedad. Me hizo querer huir, esconderme, arrastrarme en una esquina y morir, en cualquier orden. Entrené y entrené, pero era inútil en lo absoluto - nunca sería capaz de ganarle.

Un día, cuando tenía 13, me decidí que había tenido suficiente. La primera vez que alguien se burló de mí ese día exploté. Salí corriendo y recogí todo lo que me pertenecía, luego grité delante de todos que yo no iba a ser presionado más.

"Me voy," grité, "¡y cuando vuelva, voy a ser el más fuerte luchador que el mundo haya conocido jamás!"

Bueno, quizá mentí un poco bastante. De todos modos, me fui de allí lleno de rabia, dolor, y un intenso deseo de llegar tan lejos como podía posiblemente desde el lugar que yo había llamado a casa con gratitud en los últimos ocho años.