Disclaimer: Naruto no me pertenece. Es propiedad de Masashi Kishimoto.
Bueno, ¡estoy de aventurera! ¿Por qué? Porque es el primer AU que escribo de Naruto D; Pero aquí estoy de todas formas, probando suerte :P
Antes que nada, este fic es NARUSASU. No me gusta y nunca me gustó el Occ, así que traté de mantener todas las personalidades. No me golpeen ._.
Cualquier semejanza con Hollywood Arts, es deliberado. Solo que le di mi toque xD
En fin, no se qué más decir. ¿Lean? ¿Dejen reviews? Solo espero que les guste, y desde ya se les agradece la lectura ;D
NAshe.
La brisa matinal era fría y seca. Aunque el día estaba despejado y sin rastros de nubes. Eran las siete y media de la mañana, cuando Naruto Uzumaki salió de su casa a las corridas, escuchando música con unos auriculares de copa gris y negro. Había olvidado que hoy tenía que estar temprano en la Universidad de artes dramáticas, "Konoha Geijutsu" de su ciudad. Recordó que todo el mundo le había hablado de ese prestigioso lugar. De lo complicado que era ingresar. Pero él iba preparado. O al menos, eso creía. Desde pequeño que sentía que la música era lo suyo. La actuación quizás no mucho, aunque nunca se le dio por intentarlo. Aquella era una buena oportunidad para averiguar de qué estaba hecho.
Naruto bajó el volumen de su MP3 cuando cruzó por la avenida repleta de gente. Caminó pausadamente por el pavimento, hundiendo la cabeza en su bufanda de lana naranja.
_ Madrugaste – le escuchó decir a alguien, cuando pasó por delante de su cafetería favorita, Starbucks.
_ ¿Shikamaru? – inquirió, con cierta sorpresa, bajando los auriculares al cuello – ¡Creí que ya estabas en viaje!
_ ¿Y perderme de tu primera audición? Vamos viejo, esto es importante – y le dio un sorbo a la taza de café que tenía entre sus manos café, que además emanaba un aroma exquisito – Vas temprano.
_ Por las dudas. Además, estoy ansioso'ttebayo – sonrió, llevando las manos a sus jeans oscuros.
_ Jamás escucharé de ti decir "Estoy nervioso", ¿verdad? – esbozó el mismo gesto - ¿Quieres sentarte? Acabo de empezar a desayunar.
Naruto accedió sin pensarlo demasiado. Había salido tan rápido de su casa, que ni siquiera le dio tiempo a desayunar, o a su madre de despedirse y desearle buena suerte. Una de las camareras que estaba allí se acercó cuando vio que se sentó. Naruto ordenó un capuchino grande y un Muffin con chispas de chocolate. Shikamaru Nara sonrió de medio lado. Un glotón como siempre. Si pudiera, Naruto viviría solo del capuchino. Era como su debilidad. Recordó las veces que le dijo que eso le haría mal en unos años, a pesar de que ambos cargaban con apenas diecinueve años de edad.
_ Y, ¿cómo va la cursada? – soltó Naruto, fijando sus ojos azules en la taza llena de capuchino caliente que la mesera acababa de dejar en la mesa.
_ Tengo un examen en una semana, de Redacción Audiovisual II – Naruto asintió consumiendo de su trago con cuidado – Aún no he tocado un apunte. Pero por lo poco que leí en las fotocopias y escuché en clase, no parece complicado.
_ No todos tenemos memoria gráfica como tú, Shikamaru – balbuceó, mordisqueando su Muffin - ¿Y tus clases de instrumentación?
_ Tengo que comprar palillos nuevos. Los míos están desgastados, mendokuse~na... – se quejó, terminando su café.
_ Y... – dudó un segundo, pero luego lo miró fijo - ¿... y las clases de actuación?
Shikamaru dejó la taza sobre la mesa.
_ Sabes que siempre me costó.
_ Eso sí me da un poco de... nervios, sabes – admitió, con temor – Si llegase a ingresar a la Universidad, ¿crees que tenga que cursarla si o si?
_ Es una materia obligatoria, Naruto. Te lo he dicho un millón de veces – el aludido hizo un mohín – Y si te preocupa al loco que tenemos como profesor, entonces debiste pensarlo dos veces antes de postularte.
_ No dejaré que eso me detenga, dattebayo – arrugó el ceño – Pero de todas maneras, y después de todo lo que me contaste... pues, me da algo de nervios.
Shikamaru se encogió de hombros. Ambos se conocían desde niños. A pesar de eso, Shikamaru fue el primero en ingresar a Konoha Geijutsu luego de dar una excelente audición con un solo de batería impecable el año pasado. Naruto no estaba listo en ese entonces. Sabía que aquel lugar se tomaba muy en serio a los aspirantes. Debías ser bueno cantando, tocando algún instrumento o actuando. Y si eran buenos en las tres, era muchísimo mejor. Naruto, al igual que su amigo, no había actuado jamás. Y eso le preocupaba un poco. Las historias sobre el profesor que daba esa materia lo habían espantado, pero aún así decidió seguir adelante.
_ ¿Qué pasó con tu motocicleta? – preguntó de repente Shikamaru, y Naruto se acarició el cabello rubio.
_ Está en el mecánico, ¡y no sabes lo molesto que me pone tener que caminar a todas partes'ttebayo!
Shikamaru llamó a la mesera para que le diera la cuenta. Naruto no iba a ningún lado sin su Ducati negra. Su estilo rocker era lo que caracterizaba su persona, y enamoraba a las chicas. La chaqueta de cuero negro que llevaba puesta, tenía una cubierta de corderoy interna, muy abrigada para esos días de frío. Todo lo contrario a Shikamaru, que tenía un estilo más resguardado, pero con personalidad propia. Luego de terminar el desayuno, ambos se dirigieron hacia la estación de trenes. Tomaron el primero que vino, lleno de gente. Apretados y como pudieron, se subieron al segundo vagón. Naruto sintió que alguien le había tocado el trasero, y se dio vuelta con brusquedad. Sakura Haruno sonrió con anchura.
_ Mira no más que nos trajo la marea – rió la chica, y Naruto le acarició la cabeza, despeinando su cabello rosado.
_ ¿A qué no sabes a dónde voy, Sakura-chan?
Sakura lo miró con extrañeza, quitándole la mano de encima de su cabeza. Luego abrió grande los ojos.
_ ¿¡Vas a audicionar!?
_ Al fin se animará – sonrió Shikamaru.
Pero su sonrisa desapareció cuando siguió entrando más gente al vagón, dejándolos a los tres casi pegados a la puerta.
_ ¡Ya era hora, Naruto! Verás que es genial, aunque hoy tenga que exponer mi cortometraje, ¡después de que me dieron solo dos semanas para prepararlo! – exclamó, con un suspiro.
Naruto rió con júbilo. Sakura era una amiga tan lejana como Shikamaru. Fue su primer amor en la preparatoria, aunque las cosas entre ambos no funcionaron muy bien poniéndose de novios. Se conocían demasiado bien, y el vínculo era más fraternal de lo que pensaban. Naruto estaba muy contento de que siguieran siendo amigos luego de eso, a pesar de que les costó un poco salir de aquella extraña relación. Sakura ingresó al Konoha Geijutsu el año pasado junto con Shikamaru. Su audión fue una representación perfecta de una escena de su película favorita. Sakura también sabía que para Naruto era muy importante pasarla, así que lo ayudó en lo que pudo.
Al llegar a la estación deseada, el trío se bajó del tren empujando a las personas que estaban saliendo al mismo tiempo que ellos. El edificio era enorme y pintoresco. Naruto lo miró como si se tratara de la octava maravilla del mundo. Sakura lo jaló hacia el lugar, sacándolo de su ensoñación. Habían varias personas que estaban ingresando al lugar por la puerta principal, mostrándole algo al que vigilaba la entrada. Shikamaru y Sakura entraron sin problemas, sin embargo una mujer alta y delgada no dejó pasar a Naruto.
_ ¿Tu credencial?
_ Vengo a audicionar. Tengo una cita – afirmó, con seriedad.
_ Ya veo, permítame que lo acompañe...
_ Naruto Uzumaki, señorita... – sonrió, con su encanto de siempre.
La mujer devolvió el gesto.
_ Shizune – lo dejó pasar y luego miró a los otros dos – Y buenos días, por cierto.
_ Buenos días, Shizune-san. ¿Podemos ver la audición de Naruto? – dijo Sakura, como suplicando.
_ Aún no comienzan las clases, así que supongo que sí – comentó.
Luego de pasar por el estrecho pasillo, y de que Naruto pudiera ver con sorpresa y fascinación el interior del lugar, que parecía cálido y acogedor. Shizune los acompañó hacia la sala de audiciones. Allí había un escenario enorme, asientos negros en hileras, y a los pies del escenario, estaban tres personas hablando a viva voz. Shizune se adelantó a los chicos para avisarle a los demás de que había llegado un nuevo postulante. La directora, Tsunade, miró de arriba a bajo al rubio recién llegado. Iruka Morino y Kakashi Hatake, dos profesores altos y aparentemente normales, llamaron a Naruto.
_ Suerte – susurró Sakura, con dulzura.
_ Estaremos viéndote en los asientos – dijo Shikamaru, dándole una palmada en el hombro.
Naruto asintió, y corrió hacia el escenario. Le entregó una solicitud a Tsunade, quien la miró con atención. Kakashi saludó a Naruto con un suave apretón de manos.
_ Bienvenido, ¿tú debes ser Naruto, verdad?
_ ¿Nervioso? – preguntó a su vez, Iruka.
_ Algo – admitió el otro asintiendo, y Tsunade carraspeó.
_ Te daremos un minuto para que te prepares, y comienza cuando gustes – dijo la mujer – Dijiste que también tocarías el piano. Puedes utilizar el que tenemos – señaló al mencionado, enorme y reluciente. Luego bajó del escenario junto a los dos profesores, para situarse en una de primeras bancas del lugar.
En una de las esquinas del escenario, Rock Lee, Ten Ten y Chouji Akimitchi espiaban el lugar.
_ ¡Miren, una nueva audición! – exclamó Lee, emocionado.
_ Es guapo – observó Ten Ten.
_ Es el amigo de Shikamaru – dijo Chouji, masticando unas papas fritas, y los demás lo miraron, asombrados.
En el centro del escenario, Naruto le dio la espalda a los profesores, y tomó una bocanada de aire. Luego se sentó en la silla que estaba frente al piano negro de cola. Uno de los tantos instrumentos que sabía tocar. Puso las manos sobre las teclas, y pronto comenzó a tocar una canción muy conocida. Naruto cantó su versión de "Man in the Mirror" , haciendo uso de su amplio registro vocal. Los presentes escucharon con atención cada nota, cada escala, cada afinación. Sakura y Shikamaru sonreían. Los tres chicos en la esquina del escenario miraron a Naruto con ensoñación. Los rostros de los profesores eran indescifrables. Sin embargo, Naruto cerró los ojos y se dejó llevar por la canción, como siempre solía hacer, de tantas veces que lo había practicado.
Un grupo bastante numeroso de alumnos apareció por la entrada principal del auditorio casi al mismo tiempo, y se situaron en los asientos, en la mitad de la canción.
_ Es la mejor versión que he escuchado en mi vida – había admitido un joven luego de que la interpretación estuviera por acabar.
_ Ese chico es un sueño – dejó escapar una chica, hacia su amiga.
Naruto terminó de tocar lentamente, hasta terminar. Se escuchó una oleada de aplausos, que no se esperó. Sakura se había levantado para aplaudir con fuerza. Los profesores se miraron un momento, y anotaron algo en sus fichas. Naruto tragó saliva. Se levantó de la silla y se aproximó hacia ellos.
_ Estuvo excelente – dijo Tsunade, con tanta seriedad, que Naruto no la notó muy segura – En verdad, fue una muy buena interpretación.
Naruto comenzó a sonreír poco a poco.
_ ¡Increíble! – exclamó Iruka.
_ Impecable – añadió Kakashi, aunque su cara demostraba todo lo contrario.
Naruto lo miró dubitativo. Además de la máscara que le tapaba la boca, el tipo parecía más raro de lo normal.
_ ¡Muchas gracias'ttebayo! – y luego sintió que el corazón latía más rápido - ¿Esto significa que...?
_ Bienvenido a Konoha Geijutsu – sonrió finalmente Tsunade.
Naruto soltó un grito de alegría, que casi dejó sordos a los presentes. Festejando como pudo, se aproximó a sus amigos y los abrazó. No podía creerlo. Todos esos años había soñado con ingresar, y pensó el complicado que sería. Pero fue sencillo. Demasiado. Y pensó que quizás se debía a que tenía talento de verdad, aunque también no podía evitar pensar en que fue solo obra de la buena suerte, o del mismísimo destino. Tsunade sonrió, algo asombrada por la desenvoltura del chico.
_ Los demás postulantes, acérquense – anunció, y un grupo de jóvenes se aproximaron al escenario.
Naruto se dio cuenta que no era el único que estaba allí, con esos deseos y ansias de poder ingresar. Sin embargo todo había salido bien para él. Ahora solo quedaba un pequeño detalle.
_ ¿Cuándo empiezo? – preguntó, a Iruka, quien estaba más cerca suyo.
_ Hoy mismo, si quieres – sonrió, y el rubio lo miró atónito – Yo soy el consejero escolar. Puedes encontrarme merodeando por los pasillos si algún día me necesitas o tienes alguna duda.
_ Pues créame que ahora mismo las tengo'ttebayo – rió, acomodándose el nudo de la bufanda – No traje nada como para empezar.
_ Puedes pedirle a tus amigos algo para anotar. Como estamos a principios de cuatrimestre, no tendrás problemas al ponerte al corriente con las cursadas de este año.
Naruto asintió mecánicamente. Shikamaru y Sakura lo acompañaron hacia sus casilleros. El área central del lugar, ya estaba repleto de estudiantes. Naruto caminó sin problemas por allí, como si aquel lugar lo conociera desde toda la vida. Algunas chicas se le quedaron viendo, con una sonrisa lujuriosa. Naruto las miró un poco, asombrado. Shikamaru abrió su casillero y sacó un par de carpetas de espiral y algo para anotar. Sakura se dirigió al suyo, y se colgó una cámara de fotos en el cuello, mientras sacaba una gran carpeta llena de apuntes organizados con colores.
_ ¿Cuál es la primera clase? – quiso saber el recién ingresado.
_ Actuación – dijo Shikamaru, y Naruto sintió que la sangre desaparecía de su rostro.
_ Jiraiya-sensei es todo un personaje – comentó Sakura, cerrando su casillero de un portazo – Te acostumbrarás.
Shikamaru y Sakura caminaron con él por el pasillo, hasta que Naruto los miró con extrañeza.
_ ¿Y cómo es que tenemos materias compartidas?
_ Actuación no es una materia dividida por niveles. El sensei nos aprueba la cursada una vez que sepamos desarrollarnos bien en la mayoría de las especialidades de aquí – explicó Shikamaru, con parsimonia.
_ ¿Cuánto tiempo lleva eso? – titubeó Naruto.
_ No lo sé, años – supuso Sakura, sin mostrarse realmente preocupada por ello.
Naruto tragó saliva. De todas las materias que vio en su cronograma, Actuación era la única que le preocupaba. Al llegar al aula, se sentaron en la primera fila. Las personas iban llegando poco a poco, cuando Naruto se vio rodeado repentinamente por un grupo de chicos, que lo miraban con verdadera emoción.
_ Mi nombre es Rock Lee. Estuviste genial en tu audición, debo admitirlo – dijo, estrechando su mano – Ellos son Ten Ten y Chouji Akimitchi - añadió, y los aludidos sonrieron cordialmente.
_ Es el chico del que me hablaste, ¿verdad Shikamaru? – inquirió Chouji, a su amigo.
_ Así es.
_ Soy Naruto Uzumaki – se presentó, dejando la chaqueta en el respaldo de su silla, dejando a la vista su pullover de lana azul de cuello escote en V, tapado con su bufanda.
_ Esta silla esta pegajosa – observó Sakura, asqueada.
Lee la observó detenidamente.
_ Parece que le volcaron limonada.
_ Iré por una, Sakura-chan – se ofreció Naruto, y al darse vuelta bruscamente, se chocó contra otra persona.
_ Fíjate por dónde vas – se quejó un joven apuesto de cabello y ojos oscuros, con desdén.
_ Lo siento, viejo, no fue mi – y se le quedó viendo - ... intención.
El chico lo miró de la misma manera, aunque extrañado.
_ ¿Eres nuevo?
_ Ah, qué tal – exclamó Sakura, interviniendo – Naruto, él es Sasuke Uchiha. Uno de los mejores actores que tiene el Konoha Geijutsu.
Naruto notó como Sasuke lo escrutó con la mirada, como si lo estuviese analizando bajo rayos X. Observó que el Uchiha tenía pinta de pocos amigos, y una seriedad en su rostro que parecía estar adherida allí de por vida. Traía un saco negro y largo abrigado, un pantalón de vestir y unos zapatos oscuros. Su piel nívea contrastaba del color negro de su vestimenta, como si fuese una especie de vampiro. ¿Acaso era Dark o algo así?
_ ¿Naruto qué?
_ ¿Eh? – se despaviló.
_ ¿Qué no tienes apellido?
Naruto terminó de caer en la realidad.
_ Uzumaki – farfulló, y sonrió sin proponérselo.
Sasuke alzó una ceja. La luz que irradió ese simple gesto lo deslumbró. El chico rubio de piel trigueña era un encanto. Nada comparado con él. Parecía simpático y alegre. El naranja y el azul marino de su vestimenta combinaban perfectamente. Incluso sus ojos expresivos y profundos le daban la sensación de que podía llegar a perder en ellos si no se controlaba. No había notado que tenía las mangas arremangadas, y que se veía una muñequera negra con tachas a la altura de su mano derecha. ¿Acaso era un rockero drogadicto y sexópata?
_ Sasuke-kun – pronunció una voz femenina con sensualidad a sus espaldas, rodeándole la cintura con ambos brazos - ¿Por qué no me esperaste?
_ Te tardaste mucho, Karin – la miró de soslayo.
La chica sonrió zorrunamente, y luego miró a Naruto.
_ Nunca te había visto aquí, ¿eres nuevo?
_ Al parecer todos se conocen aquí – observó el rubio, con un cierto toque de ironía – Soy Naruto Uzumaki. Ingresé hoy'ttebayo.
_ Soy Karin, mucho gusto – sonrió, con encanto.
Naruto sintió el aroma de su perfume dulce, y esbozó el mismo gesto. La joven pelirroja era casi de la misma estatura que Sakura. Tenía un cuerpo delgado y esbelto, y unos ojos rojos ocultos bajo unos lentes de marco marrón. La chica se acomodó su blusa blanca, y se acercó a Naruto hasta estar cerca de su cuello.
_ Pero que perfume más delicioso usas – le dijo, y este sonrió aún más.
_ Gracias – fue lo único que pudo articular.
Sasuke frunció el ceño. También se había percatado de la esencia varonil y dulce de Naruto cuando lo tuvo cerca. Cosa que lo embelezó, pero ni siquiera hizo el ademán de demostrarlo.
_ Por cierto, él es mi novio, Sasuke Uchiha – agregó, con mucho orgullo.
Naruto se sintió extrañamente dolido por ello.
_ Ya nos habíamos presentado – intentó sonreír con naturalidad.
_ Bueno, vamos a los asientos – interrumpió Sasuke, tomando a Karin del brazo.
Naruto los observó irse, olvidado por un instante por qué se había chocado contra aquel joven. Entonces vio un asiento libre y limpio, y lo recordó. Con agilidad, lo agarró y se lo ofreció a Sakura. Minutos después, el profesor ingresó al aula. Naruto lo vio, con pánico y hasta horror. ¡¿Qué clase de profesor era ese?!
_ ¡Buenos días! – saludó el hombre de cabello blanco y alborotado – Por lo visto hoy tenemos un sorpresivo nuevo ingresante – todos miraron a Naruto - ¿Quieres venir aquí al frente y presentarte?
Naruto hizo un mohín.
_ Por supuesto, Jiraiya-sensei – respondió, y se levantó de su asiento.
_ Veo que te han hablado sobre mí – sonrió el hombre corpulento.
_ No se imagina cuánto – musitó para sí, y luego miró a todos en general – Eh... soy Naruto Uzumaki, tengo diecinueve años, vivo con mis padres... estudié varios instrumentos desde pequeño...
_ ¿Con qué especialidad audicionaste? – interrumpió una joven rubia atrás de todo.
_ Ino, por favor – la miró Sakura.
_ Es curiosidad – se defendió, sonriente.
_ Hizo una versión bastante buena de un conocido tema de MJ en el piano – dijo Jiraiya, y Naruto lo miró – Sí, lo escuché.
_ Entonces... ¿también cantas? – quiso saber un chico sentado en la fila del medio.
_ Qué pregunta, Neji, es obvio – le recriminó Lee, dándose la vuelta para verlo.
_ ¿Y qué tal actúas? – exclamó otro chico, al final de la fila.
_ Jamás lo intenté – admitió Naruto – Pero supongo que no será complicado.
El chico rió alto y claro.
_ Buena suerte con eso, amigo – sonrió con altivez.
_ Suficiente, Kiba – intervino Jiraiya – Naruto, vuelve a tu asiento, tenemos mucho que ver hoy – el aludido obedeció y regresó a su silla – Bien, ¿cómo van las improvisaciones?
_ ¿¡Más improvisaciones!? – se quejó Karin.
_ ¡Por haber hablado primero, intuyo que se muere por participar!, ¿verdad? - Karin apretó los labios – Pase al frente.
_ Pe-pe-pero...
_ Pe-pe-pero nada, pase.
Karin refunfuñó y obedeció.
_ Sasuke, Sakura y Kiba, ustedes también – los señaló, y los tres asintieron con desgano – ¡Vamos a mostrarle a nuestro nuevo alumno cómo nos manejamos en esta clase! Lee, ¿qué propones?
_ ¡Discusión!
_ ¡Discusión matrimonial! – optó Ino, y Jiraiya sonrió aún más.
_ ¡Bien bien! ¿Qué más? ¿Ten Ten?
_ Amantes.
_ Interesante, ¿Neji?
_ Em... embarazo fingido – dijo, para luego sonreír con malicia.
_ ¡Excelente propuesta! – rió Jiraiya – Entonces tenemos, una pareja de casados, con una discusión de por medio. Además alguno de los dos tiene una amante... ¡embarazada!
_ ¿Qué diablos es todo esto? – balbuceó Naruto, a Shikamaru.
_ Acostúmbrate – bostezó, cruzándose de brazos.
Las representación estaba a punto de empezar, y al parecer, Naruto tenía mucho que aprender. Y eso solo era el principio.
