Bueno, no me conocéis, así que me presento. No soy nueva en esto, no es mi primer fic, aunque sí es la primera vez que publico en esta página, y no sé muy bien como va. como ya sabéis por mi nick, me llamo Lydia, y bueno, me encanta escribir, sobre todo sobre Ron & Hermione, que será básicamente la pareja esencial en este fic. Intentaré ir haciendo los capítulos cada vez más largos. Me gustaría recibir algún tipo de comentario, tanto bueno como malo, para saber si os va gustando como va el fic. Muchas gracias de antemano :)
Prólogo
A 120 por hora, casi ni nota la velocidad, solo sabe que su cabello, su rojo cabello, se mueve a mayor velocidad según aumenta el cuenta kilómetros de su moto. Mira durante medio segundo alrededor, la ciudad está completamente desierta, pero no se extraña, estaba más que acostumbrado a verla así. Gira hacia la derecha sin señalizar y recibe un pitazo de un coche, el único coche que podía haber a esas horas en Londres. Niega con la cabeza y decide pasar de aquel hombre. Aparca la moto y se baja de ella. Mira su muñeca izquierda y ve que son las 5:52 de la madrugada, suspira y como puede saca las llaves de casa del bolsillo trasero de su pantalón vaquero y la mete en la cerradura. A la primera no abre, a la segunda tampoco, a la tercera…
- ¡Ronald Bilius Weasley!
- Hola mamá… - baja la cabeza e intenta apartar a su madre con delicadeza, pero ella permanece como si tuviera los pies pegados al suelo.
- ¿te parecen horas de llegar a casa? - por su tono de voz, parecía enfadada. Ron retrocedió y decidió mirarla, aunque no a los ojos
- Me lié con Harry… estuvimos hablando, fuimos a…
- Mientes… - lo mira con gesto severo - Harry llamó hace más de 4 horas para saber si habías llegado bien a casa
- Esto… bueno sí… me lié con Harry hasta hace 4 horas, pero después llegó Neville y estuvimos juntos hasta ahora, jugando al futbolín y esas cosas… en fin, ¿puedo irme a dormir ya? - intenta pasar del umbral de la puerta, por segunda vez, y su madre se lo vuelve a impedir
- ¿es ese tal Dex, verdad?, no me gusta nada ese chico… - hace un gesto de negación con la cabeza - cada vez empeora… no quiero que te juntes con él - se aparta y le deja el paso libre a su hijo, que todavía con la mirada fija en el suelo sube hasta su habitación sin mediar palabra.
Suena el despertador. Al contrario que otros días, aquel era especial. Un día normal se habría tapado con las mantas hasta arriba para no ver la luz que su madre estaba a punto de encender, y se taparía los oídos para no escuchar la horrible música que pondría su hermano. Esta vez, en cambio, al sonar el despertador, sonríe feliz. Son las 11:45 de la mañana, una hora perfecta para ir de compras, ¿no? Se levanta de la cama con una sonrisa y se dirige al armario. Blusa blanca y pantalones cortos vaqueros, se coloca la ropa por delante y se mira al espejo, hace una mueca de desagrado. Mira hacia la mesita y ve un sobre, donde pone en letras doradas "Hermione Granger". Ayer le había llegado una carta de Hogwarts diciéndole que la aceptaban en la facultad de derecho, lo que siempre había querido estudiar, y en la universidad más prestigiosa del país, ¿qué más podía pedir? Vuelve su vista al armario y finalmente se decide por una camiseta negra con un gran corazón rojo en el medio, siempre le había gustado esa camiseta.
Bip,bip
"hallo, baby!Q tal dormiste?Solo era para recordarte que nos vemos hoy a las 2 y media en el callejn diagn, ok?Tequiero boba. Lavender"
Sonríe y tira el móvil de nuevo encima de la cama. Lavender era su mejor amiga desde los 6 años, y nada entre ellas había cambiado, aunque bien sabían, muy a pesar de ambas, que las cosas a partir del mes de septiembre iban a ser muy diferentes. Por primera vez en todos esos años se iban a separar. Lavender se iba a estudiar veterinaria a fuera del país, ese era su sueño, y ella no pensaba quitárselo por el simple miedo de perder su amistad. Siempre habían dicho que iban a ser amigas para siempre. Sin darse cuenta, una serie de lágrimas se le cuelan en sus preciosos ojos color miel, pero consigue controlarlas con una hermosa sonrisa. Está feliz, nadie puede hacer que ese día deje de ser perfecto.
- Idiota - y en el caso de que alguien pudiera hacer que el día dejara de ser perfecto, ese era su hermano.
- ¿qué quieres? - lo mira con cara de desagrado, casi fulminándolo para que saliera de su habitación
- Dinero, sé que mamá te dio a ti más paga este mes por haber aprobado y yo necesito Money - hace un gesto con las manos señalando el dinero - para arreglar la moto
- No pienso dejarte nada, y menos para arreglar ese trasto, algún día te matarás encima de esa mierda - deja de mirarlo y comienza a coger todo lo necesario para la ducha, primero el gel, luego la esponja, el champú olor a té verde…
- ¡uh! La intelectual de la familia diciendo "mierda", como se entere mamá… - vuelve a fulminarlo con la mirada, pero finalmente desiste y continúa con lo que estaba haciendo - está bien, entiendo que no me vas a dejar nada, ¿no?
- Estás en lo cierto, y ahora, si no te importa… - cierra la puerta dejando a su hermano al otro lado.
hasta aquí el prólogo. Me gustaría saber que os ha parecido. Sé que es corto, pero solo pretendía introducir un poco la historia. Subiré pronto, aunque todo depende de los comentarios que reciba, si os gusta o no os gusta el fic, porque es algo que no tengo muy claro todavía. Estoy bastante ilusionada y bueno... que espero alguna respuesta por vuestra parte.
Gracias por leer :)
Lydiiia !
