3 de Diciembre del 2000

POV Brittany

Llevaba meses alargando este viaje, sabía que no podía seguir evitándolo más pero la verdadera razón de que finalmente lo hubiera hecho tenía que ver con un chico llamado Sam Evans; mi ahora ex-novio, por quién las ultimas semanas desde mi graduación de la Preparatoria había estado evitando ir a entrevistarme en dos Universidades que me habían ofrecido becas de estudio. Y ahora estaba aquí esperando por abordar en el famoso Queen Elizabeth II igual que un montón de personas más que impacientes esperaban abordar aquel trasatlántico.

Mientras analizaba cada detalle de la cubierta del barco, una mirada color chocolate llamó mi atención; no podía distinguir del todo a quién pertenecía pero si puedo decir que era intensa y misteriosa. En ese momento quise acercarme y conocer a aquel que poseía tan enigmante mirada, pero de pronto el pitido del silbato del capitán del barco llamó mi atención y la de todos los abordadores.

POV Santana

Era la primera noche abordo de ocho que estaría en aquel barco, el lugar era extraordinario considerando que yo era una joven enológa recién graduada de la Universidad de la Rioja en España y que estaba por regresar a mi hogar en Estados Unidos. Mis padres se habían esforzado por darme aquel viaje que era mi regalo de graduación y por ello estaba intentando disfrutarlo al máximo aún cuando tenía cierta inquietud por tomar aquel celular que había apagado desde mi abordaje, y llamar a la oficina de aquel viñedo donde había mandado mi curriculum con la esperanza de ser contratada.

Pensando en ello salí de mi habitación y cerré sin más mientras me colocaba mejor mi abrigo, voltee dispuesta a dirigirme al restaurante para cenar. Sin embargo, aquella conexión visual con esos ojos azules me hizo detenerme. Sonreí sin poder evitar mostrar aquella sonrisa seductora que solía utilizar con frecuencia mientras intentaba flirtear con alguien. Y sin caer en la cuenta de lo que hacía simplemente comencé a encaminarme hasta aquella rubia que parecía esperarme, justo enfrente de su puerta con una tímida y dulce sonrisa.

-Hola- saludé siseando con cierto deje de nerviosismo

-Hola- su acento notable de algún país europeo distinto a cualquiera que hubiese yo oído antes, me hizo mostrarme más curiosa por saber de quién se trataba mi interlocutora

-¿Sabes? Justo iba a la cena y ¡ka-boom! Me topo con tu hermosa mirada y me preguntaba ¿si quisieras acompañarme?- Santana después de soltar aquello se reprimió mentalmente; ella nunca se lanzaba a por las personas, las personas se lanzaban a por ella. Por otro lado, ni siquiera era del todo consciente que estaba básicamente aventándose sin más a una chica y no es que nunca hubiese salido con una pero regularmente era muy renuente y conservadora antes de siquiera invitar a cenar a una chica.

-Me estaba preguntando justo lo mismo... He estado buscándote desde nuestro abordaje... Te vi en el malecón, nuestras miradas se interceptaron por escasos segundos y yo solo quería tener la suerte de volverte a ver- la rubia sonrío con simpatía y sin más se lanzó a tomarme del brazo para después prácticamente arrastrarme hacia el comedor del buque

Después de eso todo fue tan rápido, una cena se convirtió en desayunos, comidas y cenas compartidas y luego sin más recuerdo que la penúltima noche saque de un estuche de terciopelo negro aquel anillo que había comprado hacia mucho tiempo con la esperanza de algún día regalárselo a alguna chica que lo valiera.

POV Brittany

Todo pasó tan rápido que cuando pude reaccionar ya llevaba seis meses de casada con aquella chica que había conocido en aquel buque y con quién me había casado después de seis meses de compromiso, compromiso que habíamos tomado desde la penúltima de nuestras noches a bordo del Queen Elizabeth II.

Mis días al lado de ella eran maravillosos, a pesar de que a menudo peleábamos o discutíamos por insignificancias al final del día nuestro amor prevalecía por que ella pertenecía a mi y así yo pertenecía a ella.

Recuerdo que aquel día era un magnifico día, el sol irradiaba en el cielo y parecía que el verde de los viñedos que rodeaban la finca (de la que Santana era supervisora) era más intenso que de costumbre. Miré por enésima vez aquel dispositivo que mostraba frente a mis ojos aquellas dos rayitas que había estado esperando aparecieran desde hacia unos tres meses.

-Britts, amor he vuelto- la voz de Santana resonó por toda la casa y yo lo único que podía hacer era dejar salir unas lagrimas que expresaban cuán feliz era en ese momento. De mi boca no salieron sonidos más que los necesariamente producidos por aquel repentino llanto incesante.

-Britts, ¿qué... qué está pasando amor?- Santana acababa de entrar al baño de nuestra habitación, al verme tirada en el suelo llorando era comprensible que estuviera tan asustada

-Santy, amor...- a pesar de esforzarme no pude articular palabras y solo deje que mi esposa viera aquel test de embarazo

-Diablos, ¿Brittany Susan Pierce es esto lo que parece?- yo asentí y ella solo me miró por un par de segundos sosteniendo mi cara entre sus manos logrando una conexión visual directa, pude ver como sus ojos brillaban intensamente y al mismo tiempo noté como las lagrimas amenazaban con salir

-Si, estas son dos rayitas... la cigüeña esta en camino...- Santana sonrío y yo solo atiné a deslizar mis dedos debajo de sus ojos limpiando las lágrimas que escapaban de sus hermosos ojos color chocolate, sonreí y después me acerque para besarla

POV Santana

Aquel día era un día lluvioso, recuerdo que desde la mañana había tenido un mal presentimiento que se intensificó con la pelea matutina que ya era una costumbre entre Brittany y yo.

-Santana no puedo seguir aquí ¿entiendes? Esto es estúpido tu podrías estar en una oficina trabajando en una verdadera empresa vinatera pero sigues apostando a esta maldita empresa en quiebra y yo solo quiero ser capaz de cumplir mis sueños, ir a Nueva York y estudiar diseño de modas- aquel era nuestro tema de discusión desde hacia semanas, mi esposa llevaba deseando mudarse a la ciudad desde un par de semanas atrás. Yo no pensaba dejar la empresa que había apostado por mi cuando yo apenas y era alguien y eso no lo entendía Brittany que siempre me tachaba de mal postor por seguir al pie del cañón de una empresa que efectivamente estaba por desaparecer.

Después de aquello salí a las caballerizas y monté mi caballo para ir a supervisar los viñedos, recuerdo que estaba furiosa porque se suponía que Brittany debía apoyarme y en cambio solo se comportaba como una adolescente encaprichada. Estuve más tiempo de lo normal fuera de casa y cuando me sentí lista para volver ya era casi la hora de la cena, pensé que eso me atraería más discusiones y consideré la idea de entrar por la puerta trasera y encerrarme en mi oficina el resto del día; sin embargo, sabía que no podía hacer algo así, no había visto a Mackenzie ni a Madison desde la mañana y extrañaba poder cargar a mis adorables y dulces hijas.

En cuanto llegué y a pesar de haber entrado por la puerta trasera me dirigí enseguida al piso de arriba y sin más me introduje al cuarto de las niñas. Allí estaba Quinn, una publicista de la empresa, quién vivía en la misma finca con nosotros, y la persona que de vez en cuando se hacía cargo de las niñas cuando Brittany tomaba la ducha o realizaba otras actividades.

-Hola- saludé a la rubia que me sonrío mientras se acercaba a mi y sin más me entregaba a una de mis hijas

- Kennyesta dormida... pero parece que Adissi es más Lopéz que otra cosa y simplemente se ha estado resistiendo a dormir a pesar de todos mis esfuerzos- Santana sonrío y sin más tomo a su hija entre sus brazos permitiendo que Quinn se retirará de la habitación

POV Brittany

Baje del caballo, había ido a buscar a Santana por todos los terrenos del viñedo sin éxito alguno, había ido en busca de una charla en son de paz y lo único que había logrado había sido escuchar los rumores acerca de que Santana pasaba tiempo de más con una de las recolectoras del viñedo. Estaba furiosa, todo apuntaba a que mi esposa me estaba engañando... esta vez no había vuelta atrás, estaba dispuesta a tomar mis cosas y largarme de la finca. No podía seguir con esto más.

Entré a la habitación y allí estaba ella durmiendo en una mecedora con Adissi en brazos, por un momento quise recapacitar todo aquello que venía pensando en decirle a Santana. Pero mi sangre hervía y comencé a gritarle haciéndole despertar.

-¡Ya lo sé todo Santana!-

-¿De qué... de qué diablos hablas?-

-Lo sé, me lo han dicho... Es por eso que vienes tarde a casa todos los días ¿verdad? Por eso te la pasas en tu oficina evitándome, por eso no me tocas hace semanas...¡ME ESTAS PONIENDO LOS CUERNOS!- Santana me miró confundida y yo no supe como descifrar eso

-Brittany... necesitas relajarte y hablemoslo- dijo mientras ponía a Adissi en la cuna junto a Kenny

-No... yo no necesito nada... Hemos estado hablando y hablando desde hace semanas y nunca llegamos a nada. Estoy hasta la coronilla, ya estoy determinada empacaré y me voy- salí de la habitación y entre a nuestra alcoba allí tomé una maleta y comencé a meter mi ropa una tras otras de forma desordenada.

-Brittany por favor...- le oí decirme al oído mientras enredaba sus manos en mi cintura

-Por favor nada... Suéltame por favor- la empujé lejos de mi y salí con aquella maleta rumbo a la habitación de las niñas, abrí la cajonera donde estaba guardada su ropa y comencé a meter algunas prendas en una pañalera

-¿Te piensas llevar a las niñas?- preguntó Santana desde la puerta

-No, no puedo ser tan inhumana y no dejarte disfrutar de ellas... Así que solo me llevaré a Kenny, tu te quedarás con Adissi y tema resuelto-

-Ellas no son cualquier cosa que puedes partir y repartir- dijo ella mientras se acercaba a la cuna de las niñas

-Pues tampoco puedo quedarme más aquí así que es eso o me llevó a ambas- Santana suspiró resignada y asintió sin más. Tomé en mis brazos a la pequeña Kenny y la puse en uno de los dos porta-bebé que habían en la habitación, después me acerqué de nuevo a la cuna y miré a Adissi sabía que Santana amaba a las niñas y por ello estaba segura que cuidaría de nuestra hija, solo me acerqué y deposité en beso en su frente para después salir de la habitación

-Le pediré a uno de los empleados que bajen las maletas y le pediré a Mathew que me llevé al aeropuerto- declaré mientras salía de la habitación intentando contener mi llanto, intentando ser lo suficientemente fuerte para no destrozarme y llorar frente a ella.

POV Santana

Habían pasado tres meses desde la partida de Brittany, estaba frente a una abogada para terminar con el proceso de divorcio. En un porta-bebé junto a mí yacía la dulce Adissi de tres años y medio que jugueteaba con una sonaja, le sonreí melancólica. Después sin más firmé aquel papel. El acuerdo era que cada una se haría cargo de una de las gemelas, para evitar los ajetreos de tiempos compartidos no nos buscaríamos entre nosotras... simplemente seguiríamos con nuestras vidas y como ella se había regresado a Europa era prácticamente imposible que las niñas algún día coincidieran.