Disclaimer: Ninguno de los personajes de OUAT me pertenece, y cada una de las canciones presentadas son de sus respectivos autores.

"Notas Difusas Entre Mundos Discordantes"

Esto sucede después de Actos de Valentía cuando Rumple y Belle se reúnen en otra dimensión. Ellos deberán trabajar juntos a fin de salvar su matrimonio y saber si realmente pueden estar juntos.

Además ahora que Rumple trabaja para la bruja de las Dimensiones tendrán que viajar constantemente entre mundos paralelos lo que les enseñará lecciones valiosas y a veces dolorosas.

Ahora para los que no han leído AdV, no se preocupen trataré de no hacer referencia a lo que pasó en mi fic anterior y pueden leerlo como cualquier oneshot. Cada capítulo de ésta historia tendrá el título de la canción que lo inspiró y explorará un mundo paralelo o completamente nuevo.

He terminado con mis explicaciones así que espero que este nuevo proyecto les guste y me apoyen con reviews y sugerencias en caso de que deseen algún mundo con el que podamos trabajar. Por el momento seguiré con el universo de Clamp.

The Garden Of Everything

Así que aquí estamos, los amantes de dimensiones perdidas,

Supernovas ardiendo de todo el sonido y la vista,

cada roce, una tentación y por cada sentido, una sensación.

Ojos puros de un profundo azul

Absolutamente increíble.

Hija del Sol, que ha sido hecha para no desvanecerse.

Un amor como el nuestro,

A través de estaciones y siglos,

Hecho de milagros, emociones, hojas de cristal, para cubrirnos en la eternidad.

Cada átomo nos canta a través de la sangre,

El amor es un milagro,

Canta suavemente, canta suavemente.

Así que aquí estamos, estrellas gemelas de un brillante resplandor,

Amantes de dimensiones perdidas,

Donde cada día nos devolverá a los brazos del siempre

Eterno…

(Maaya Sakamoto y Steve Conte)


"¿Deseas el poder?"

"Recíbeme y obtén el poder"

"No temas"

"Seremos uno"

"¿Qué es lo que más deseas?

"Yo seré tu fuerza y tú serás mi sustento"

La oscuridad era densa y asfixiante, aquella voz aterciopelada susurrando en su oído no hacía las cosas más fáciles, la preocupación en su vientre crecía a cada segundo.

"Recíbeme y obtén el poder, ese es el trato"

"Trato", "Poder" el pánico ante aquellas palabras hizo que su corazón palpitara frenéticamente, trató de respirar pero el aire no parecía llenar sus pulmones, la temperatura de su cuerpo subía haciéndola sudar, entonces de la nada se vio rodeada de un fuego azul que amenazaba con consumirla, los susurros se convirtieron en palabras claras: "Recíbeme y obtén el poder, ese es el trato"

-¡NOOOOO! –gritó con terror al sentirse paralizada e impotente.

-¡Belle despierta! –la voz preocupada de Rumpelstiltskin la sacó de la pesadilla, al abrir los ojos y encontrarse con los suyos suspiró aliviada arrojándose a sus brazos tratando de controlar los sollozos, él sólo la aferró acariciando su cabello acompañando el gesto con palabras suaves –Fue sólo una pesadilla mi Belle, estás conmigo, no dejaré que nada te pase.

Rumpelstiltskin miró el rostro enrojecido de Belle, parecía un poco afiebrada así que con un paño frío secó el sudor de su frente preocupado de que hubiera cogido algún virus de esta dimensión; entonces sus arraigados temores se hicieron presentes como un torrente de agua helada.

El día anterior había rayado en lo perfecto, sólo ellos dos en esa habitación con el mundo detrás de la puerta, Belle no había parado de hablar sobre lo que pasó después de que él cayera por el vórtice, la despedida de Kurogane, su soledad en aquellos meses separados, la ayuda de Henry y los inesperados aliados que encontró en Ruby, Víctor y Jefferson.

Ella se quedaba en silencio esperando que dijera algo pero él aún no estaba listo, así que suspiraba con resignación y le besaba tiernamente para después fundirse con él en un abrazo desesperado, así habían pasado casi todo el día. Sin embargo hoy tenían qué seguir adelante y cruzar la puerta hacia un futuro desconocido.

-Rumple ¿vas algún lado? –Belle trató de distraer su mente observándolo, él ya estaba vestido en traje y corbata aunque… pasó una mano por la tela del saco y frunció el ceño, no era la habitual textura fina a la que estaba acostumbrada.

-Un simple profesor no puede permitirse llevar camisas de seda y trajes costosos a las aulas de estudio querida –con sólo una mirada Rumple había leído su mente dando una explicación antes de que la pidiera, ella sonrió intrigada.

-¿Profesor?

-Necesitaba un trabajo y el Campus Clamp es un lugar bastante interesante.

-Voy contigo –Belle estaba por levantarse cuando Rumple la detuvo con pánico en su rostro.

-No, no creo que sea una buena idea, acabas de llegar y no sé si estés enferma…

-Rumple sólo fue una pesadilla, las he tenido antes además no puedes tenerme encerrada aquí –ella sonrió en broma pero él se quedó callado, ¿de veras creía que la podía encerrar con un mundo desconocido afuera?

-Por favor, sólo quédate aquí hasta que vuelva y…

-No, no vas hacerme esto otra vez –la voz de Belle resonó con fuerza mirándolo con disgusto.

-Pero Belle… -él la miró desconcertado.

-Cuando se rompió la primera maldición me mantuviste prácticamente secuestrada en tu casa sin saber si mi padre o amigos estaban bien.

-No sabía si era seguro.

-Te pedí salir a la ciudad y tenías miles de pretextos, pretextos que ingenuamente creí.

-Yo sólo quiero protegerte…

-¡De lo único que tengo que protegerme es de tus engaños y mentiras! –Belle espetó furiosa perdiendo rápidamente la paciencia, sin embargo la mirada dolida de Rumpelstiltskin detuvo sus reproches, un segundo después él apartó la vista.

-Haz lo que quieras –susurró casi para sí mismo tomando un portafolio y saliendo por la puerta sin mirar atrás.

Ella se dejó caer en la cama otra vez cerrando los ojos para no dejar escapar las lágrimas, ¿qué fue esa explosión? Su mente volvió a revivir los sentimientos que la pesadilla le habían provocado haciendo que arremetiera contra él sobre un asunto que se suponía era tiempo pasado.


Sorata Arisagawa caminaba con un café en la mano hacia su oficina cuando vio la temible figura de Rumpelstiltskin acercándose con aura de depresión a su alrededor. Suspiró rogando por no ser asesinado dejando viuda a su joven y hermosa esposa.

-¡Hey Gold! ¿Tan temprano en el Campus? –saludó con todo el optimismo que pudo recibiendo una mirada mordaz de su colega.

-Siempre llegó temprano –gruñó entre dientes.

-Lo sé pero… supuse que teniendo una bella esposa con quien despertar bueno… -Sorata se quedó mudo ante la mirada helada que le propinó.

-Escúchame bien, no estoy de humor para soportar tu molesto parloteo así que por tu bien no te cruces conmigo de nuevo –susurró amenazante y luego entró al salón que le correspondía gruñendo sobre un examen sorpresa a los aterrorizados estudiantes.

Sorata casi deja caer su café pero se apartó de inmediato agradeciendo no ser parte de su clase.

Cuando estuvo a salvo en su oficina marcó a su casa para saber qué habría de cenar, una idea estaba trabajando en su mente.


A pesar de su innata curiosidad Belle se resistió a salir de la pequeña casa en la que Rumpelstiltskin vivía. Para distraerse hizo lo que siempre le pareció una actividad calmante, ordenar y limpiar, en los primeros días de su estancia en el Dark Castle fue una especie de terapia para no abandonarse a la tragedia de su nuevo destino, luego en la primera maldición hizo lo mismo cuando Rumple la dejaba sola mientras él salía a la ciudad. Por un tiempo fue bueno conocer cada rincón de su casa sin embargo después fue creciendo el aburrimiento y la desconfianza hasta que todo estalló y ella lo abandonó.

Sintió el enfado regresando a ella mientras abría el armario, suspiró mirando los pocos trajes que estaban aún en la bolsa de la tintorería, trataba de no encontrar un paralelo entre esto y lo que pasó antes pero él seguía con ese odioso hábito de no cuidar de sí mismo, abrió la pequeña nevera encontrándose con sólo una comida refrigerada y un cartón de leche caducado. Ya sospechaba que no estaba comiendo como debía desde el primer momento en que lo abrazó y sintió lo delgado de sus músculos.

Sus sentimientos contradictorios la estaban impacientando, por un lado la hacía enfadar hasta la pérdida de la paciencia y por otro la hacía preocuparse por él hasta la locura.


La jornada escolar al fin había terminado con un suspiro de alivio colectivo por parte de los estudiantes del Campus Clamp. Rumpelstiltskin ajeno a las demás personas a su alrededor se dirigió a su casa dejando que su auto desprecio lo consumiera, sin saber muy bien cómo enfrentar a Belle abrió la puerta para encontrarla sentada en el único sofá que estaba disponible, ella jugaba con sus manos como siempre que estaba nerviosa, sus ojos se encontraron y estaban a punto de pedir disculpas cuando…

-Rumple qué bueno que te alcanzo –la estridente voz de Sorata rompió la tensión como si se tratara de un cristal, él se metió a la habitación dirigiéndose a una confundida Belle –creo que no nos han presentado adecuadamente Señora Gold, mi nombre es Sorata Arisugawa y trabajo con su esposo en el Campus Clamp -dijo inclinándose respetuosamente, Belle se puso de pie imitando el gesto.

-Mucho gusto, pero puedes llamarme Belle –Sorata se iluminó y miró a un Rumple todavía atónito –¿así que también eres profesor?

-De Historia, llevo años enseñando en el Campus Clamp y recomendé a Rumple para que ingresara. Como su casero es conveniente para mí que tenga un trabajo para sustentar esta bonita vivienda independiente.

-¿Ahora tienes casero? Vaya que las cosas cambian –dijo ella tratando de bromear para atraer la atención a sus ojos, sin embargo él se veía incómodo y abochornado.

-Sí, mi esposa Arashi y yo manejamos una posada cerca de aquí. Ella insistió en invitarlos a cenar por cierto.

-No creo que se buena idea… -comenzó Rumpelstiltskin pero Belle estaba cansada de estar todo el día en ese pequeño espacio.

-Yo diría que lo es tomando en cuenta la ausencia de comida en la nevera Rumple –no había querido que sonara como reproche pero parecía que su impaciencia estaba dirigiendo sus acciones hoy.

-Bien, vamos entonces –Rumple asintió dejando su portafolio. Sorata sonrió aliviado y abrió la puerta de par en par presentado la ciudad frente a ellos.

-Bienvenida a la República de Hanshin –Belle se sorprendió al ver el sinnúmero de altos edificios con grandes ventanales, en algunos establecimientos comerciales brillaban anuncios LED, ella recordaba haber visto fotografías en libros y por algunas referencias en las memorias de Lacey podría jurar que estaba viendo la ciudad de Tokyo frente a ella.

-¿Qué le parece nuestra ciudad? –Sorata sonrió orgulloso.

-¡Impresionante! –Sonrió ante las posibilidades de esta nueva aventura, miró a su esposo pero él seguía con esa mirada sombría que le irritaba tanto –Supongo que me dará un recorrido en un momento adecuado –sonrió a Sorata.

-¡Por supuesto!, ahora vamos a casa mi dulce esposa debe estar esperándonos y me muero de hambre.

Belle sonrió caminando a lado de Sorata poniendo atención a sus explicaciones sobre la ciudad tratando de recopilar toda la información que podía mientras Rumpelstiltskin les seguía unos pasos atrás.

Sólo fueron unas cuadras más adelante llegando a una casa más grande con múltiples habitaciones estilo japonés que daban un aspecto antiguo a la posada.

En la entrada se quitaron los zapatos poniéndose otros más cómodos para entrar en la casa, junto al pasillo había un pequeño lavabo donde se lavaron y siguieron a Sorata hasta una cocineta con un comedor pequeño. Para Belle la sensación de conocer algo nuevo siempre fue emocionante y alentadora.

-Mi dulce Arashi ya llegamos –Sorata se derritió ante la mirada oscura de una hermosa mujer de largo cabello negro, aunque su rostro podía verse serio sus facciones se relajaron al ver a su esposo –traje a Rumple y su esposa como me pediste –dijo después de besarla ella se inclinó ante Belle.

-Bienvenida, mi nombre es Arashi y espero que su estancia sea placentera –su formalidad puso un poco nerviosa a Belle pero asintió con la misma educación.

Después de eso la cena pasó con normalidad, a Belle le sorprendió el tipo de comida servida sin embargo Sorata y Arashi se encargaron de presentarle cada uno de los platillos mostrándole la forma correcta de comerlos, después de eso ella quería probarlo todo. Le sirvieron también un peculiar licor de arroz que probó apenas mientras que Rumple parecía ser lo único en lo que prestaba atención. Sorata trataba de distraerla hablando sobre la ciudad, sus aspectos comerciales, deportivos e históricos. Sin embargo a la siguiente vez que él tomó la pequeña botella, ella le tomó del brazo sutilmente.

-Rumple, ambos sabemos que no surtirá efecto –le susurró irritada.

-Jee supongo que con los exámenes en puerta fue un día difícil, hasta Keiichi me preguntó si algo te sucedía, parecía preocupado –dijo Sorata tratando de justificarlo.

-Tal vez debería centrarse en sus notas en lugar de preocuparse por los demonios de otras personas –gruñó Rumpelstiltskin mirando a Belle, lo cual la enfureció como si fuera una mecha de pólvora.

-¿Por qué te irrita tanto que se preocupen por ti? Es obvio que tú no lo haces.

-¡Nunca te lo pedí! –dijo en voz alta azotando las manos en la mesa y saliendo de la habitación hacia el frescor de la noche. Belle estaba por seguirlo pero sintió la mano de Sorata en la suya.

-Yo iré, sólo está algo alterado –Belle asintió, sin embargo el enojo parecía estar creciendo en sus entrañas y el calor estaba empezando a asfixiarla.

Sorata se dirigió afuera viendo a Rumple mirando hacia abajo respirando pesadamente.

-Hey, ¿estás bien?

-Yo… simplemente no sé que estoy haciendo mal…

-Mira Rumple…-comenzó Sorata sin embargo un fuerte estruendo en la cocineta los hizo mirarse con pánico y entrar corriendo.

Cuando llegaron la mesa estaba volcada y en medio se encontraba un lobo de fuego azul gruñendo peligrosamente hacia Belle.

-¡¿Qué demonios?! Eso es es…–Rumple trataba de entender la situación mientras Arashi alcanzaba a Sorata sin problemas.

-Ese Kudan le pertenece a tu esposa –explicó Arashi –ella tiene miedo y se lo transmite haciéndolo inseguro y amenazante.

Rumpelstiltskin podía ver a Belle hecha un ovillo en un rincón con los ojos cerrados y temblando descontroladamente, a su vez el lobo azul era más inestable, gruñía hacia ella como si ella fuera a hacerle daño.

-Belle mírame –trató de hablar suavemente a pesar del peligro –tienes que tranquilizarte y mirarme.

-No, no puedo… -susurró con voz entrecortada y fue como si lanzara un comando de muerte a la bestia, la cual saltó hacia ella pero antes de que pudiera tocarla, sus colmillos se clavaron en otra cosa, se escuchó un aullido lastimero y Belle abrió los ojos con pánico justo para ver que el lobo de fuego azul tenía atrapado entre sus fauces el costado de otro lobo hecho de humo negro. En ese momento ambas criaturas se desvanecieron y ella cayó inconsciente.

-¡Rumpelstiltskin! –Sorata gritó preocupado al ver que se agarraba el costado izquierdo y la sangre empezaba a mojar su camisa, pero él se fue directamente hacia Belle sin importar nada.

-Está ardiendo en fiebre –dijo al sostenerla en brazos.

-¡Tenemos qué bajar la temperatura! –dijo Arashi llevándolo hasta el baño donde la metieron a una tina llena de agua fría para estabilizarla.

-Ella se está resistiendo a su kudan, tiene demasiado miedo de él –explicó Arashi.

-¿Miedo? Pero Belle es la persona más valiente que conozco –Rumple miró a Arashi desconcertado, pero ella no dijo nada más.

Después de un rato la llevaron a una de las habitaciones de la posada y aunque permanecía inconsciente ya no tenía fiebre, Sorata aprovechó para limpiar la herida de Rumple insistiendo en que debería dormir algo pero él se negó permaneciendo al lado de su esposa hasta que su cuerpo se rindió al alba.


Belle despertó con los primeros rayos del sol, trató de moverse pero su cuerpo estaba terriblemente adolorido y su cabeza parecía que estallaría en cualquier momento.

Miró hacia un lado encontrando a Rumpelstiltskin dormido en un sillón en una posición incómoda, su mente comenzó a recordar los sucesos de anoche provocando un dolor agudo que la hizo gemir. Eso sirvió para tenerlo despierto y alerta junto a ella.

-Belle, ¿cómo te sientes?

-Sólo tengo un dolor de cabeza terrible –susurró con la voz ronca.

-Toma esto, te ayudará con el dolor –le dio dos pequeñas pastillas y agua.

Él la ayudó a incorporarse y tomar los analgésicos, entonces se dio cuenta de la mancha rojo oscuro en su camisa.

-Te lastimó –su voz entrecortada lo asustó poniéndose el saco del traje.

-No es nada, sólo un rasguño.

-Pero…

-¡Te dije que no es nada! –dijo a la defensiva pero tomó otro respiro y su voz sonó más suave –Es necesario que te explique lo que sucedió, la verdad creo que es mi culpa por no hablarte del kudan en cuanto llegaste.

-"Kudan" –repitió la palabra para sí misma tratando de encontrarle significado.

-Cuando viajas entre mundos y dimensiones la manifestación del poder es diferente. Así que cuando llegaste aquí y te convertiste en un ciudadano, este mundo te proveyó de un kudan.

-¡Magia! –interrumpió Belle con una mueca de desconfianza.

-No, no… -suspiró Rumple tratando de encontrar la forma de explicarlo -el kudan es la fuerza de tu espíritu materializado, entre más grande es la fuerza de tu corazón más fuerte será tu kudan –él sonrió satisfecho pero la expresión de Belle no había cambiado.

-Esa cosa casi nos mata ayer, no intentes justificarlo. El poder es poder y siempre viene con un precio.

-Pero… -unos golpes en la puerta interrumpieron la discusión –Pasen –Rumple suspiró cansado.

Sorata y Arashi traían té y unos bollos de canela deseándoles buenos días, Arashi comprobó el estado de Belle mientras ella trataba de disculparse por las molestias.

-De veras no es nada –decía Sorata sonriendo –sin embargo voy a tener que llevarme a Rumple, estamos en temporada de exámenes y no podemos faltar.

-Lo sé pero…

-No te preocupes yo cuidaré de ella mientras ustedes van a tu casa, allí puedes prepararte y luego irse directamente al Campus. –ofreció Arashi.

-¿Estás bien con eso Belle? –ella asintió tratando de sonreír, él la miró con la culpa dibujada en su rostro y salió de la habitación.

Sorata dio un rápido beso a su esposa y se despidió de Belle.


A pesar de su seriedad, Arashi demostró ser una compañía reconfortante, casi maternal. Fue muy amable ayudándola con su actual estado de debilidad. Después de unas horas y gracias a sus cuidados Belle se sentía considerablemente mejor. Harta de estar en cama salió para ver si podía ayudarla en algo, la encontró en la cocineta cortando algunos vegetales.

-Hey –ella le sonrió indicándole que podía entrar y tomar un asiento frente a ella -Todo está reparado –Belle miró con culpabilidad a su alrededor.

-Rumple se encargó de dejar todo como estaba antes de salir –ante la mención de su esposo bajó la mirada –Toma –dijo Arashi acercándole un tazón de arroz preparado –Haz pequeñas bolitas del tamaño de una uva.

Belle agradecida de tener algo qué hacer, hizo exactamente lo que Arashi decía, después de un rato se encontró con que estaban preparando un "Bentō" comida para llevar que acomodó ordenadamente en dos cajitas de madera, era tan meticulosa la forma en que lo hacía que Belle no podía creer que se lo fueran a comer, cuando terminó había todo un festín en miniatura que consistía en vegetales y arroz en forma de pequeños pandas que Arashí creó con las bolitas de arroz que había hecho.

-Es adorable –susurró emocionada como si tuviera diez años.

-Gracias a ti terminamos justo a tiempo para llevarlas al Campus, de lo contrario esos dos son capaces de no probar bocado hasta que termine su jornada laboral.

-¿Crees que sea buena idea que te acompañe?

-Por supuesto, es casi una hazaña hacer que Rumpelstiltskin coma algo.

-Lo sé, a veces Rumple podía encerrarse a trabajar en su torre durante días y noches enteras, siempre fue muy enérgico e hiperactivo. –Belle sonrió ante el recuerdo de sus días en el Dark Castle, realmente extrañaba esa camaradería que habían disfrutado aun siendo criada y empleador, ahora parecía como si Rumple tuviera miedo de hablarle y ella se sentía herida por ello. –Sorata y tú parecen entenderse muy bien –comentó Belle deprimida.

-No siempre fue así, cuando nos casamos prácticamente éramos dos adolescentes sin la más mínima idea de lo que era vivir juntos. Ambos habíamos sido criados en templos con un destino qué cumplir y el amor no era una opción.

-Supongo que eso es algo que entiendo muy bien.


Ambos caminaban por los amplios corredores del Campus Clamp en silencio hasta que Sorata preguntó bastante más serio de su habitual carácter.

-¿Estás bien?

-Lo suficiente

-¿Aún no logras curarte?

-En el estado en el que me encuentro usar magia curativa podría matarme.

-Supongo que no le has dicho a tu esposa –Rumple negó con la cabeza y Sorata se adelantó para estar frente a él -¡Tienes que dejar de hacer la cosas tú sólo! Especialmente cuando ella está aquí dispuesta a hacer que las cosas funcionen.

-Precisamente es eso lo que me aterra –gruñó Rumple odiando admitir frente a este sujeto sus temores, Sorata suspiró mirando al cielo –No quiere saber nada acerca del kudan porque tiene miedo, lo cual es mi culpa. Ella siempre sale herida por los efectos que la magia causa en mí.

-Creo que esa es tu ventaja en este asunto.

-¿A qué te refieres?

-Tú entiendes su temor, pero ella no entiende lo que es verte en peligro.

-Ella me ha visto morir.

-Pero ella no entiende tu temor de perderla sin que puedas hacer nada, tu vida nunca ha dependido de las acciones que ella realice.

Rumpelstiltskin se quedó absorto en sus pensamientos mientras caminaban frente a la biblioteca, un anuncio de vacantes llamó su atención.

-¿Quieres otro trabajo para huir de tu esposa Rumple? –Sorata se burló en un primer instante pero al verlo, se encontró con un Rumpelstiltskin erguido, su mente tejiendo miles de conexiones a la vez y una sonrisa ladeada digna del famoso Tejedor de Ofertas.


Wow, después de tantos meses al fin les traigo esta nueva serie de historias que espero les guste. Este sólo es el primer capítulo donde tenemos que estos dos aún tiene muchos lastres que tienen que ir resolviendo, en el siguiente veremos cómo se resuelve esto y si Belle logra entender un poco más a Rumple y lo que su magia significa para él.