Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! No me pertenece ni sus personajes, es propiedad de Akira Amano.

Advertencias: Universo Alternativo. Un Hibari seis años menor que Tsuna, un Tsuna total y completamente uke, con problemas en la escuela y un tanto promiscuo (al principio no). Un poco de OCC (pss… creo que mucho OCC), participación de la primera generación Vongola, los Millefiore y la familia Shimon. Esta historia es Yaoi, clasificación M, pareja principal 1827, con ligeros toques de, 6927, D27 y 10027 (si, todos con Tsuna) y por supuesto, la pareja que me encanta poner junto con el 1827, 8059 (sin ellos dos Tsuna no sería nada, jajaja).

Aclaraciones:

.

Flash backs (los recuerdos se notaran porque comienzan y terminan con un punto y todo se escribe con letra cursiva).

.

-Pensamientos-. (Letra cursiva en vez de letra normal).

-Hablan los personajes-. (Bueno, esto ya lo saben).

Summary: Inconsciente de su edad, Tsuna piensa que el chico que esta frente a él es la persona más hermosa que había visto y sin poderlo evitar su primer amor surge, un amor a primera vista.


Yunmoon Projects

Presenta:

Six centimeters

Parte 1: Once años

Capitulo 1: Mi primer amor.

.

::


La noche en la que se encontraba era húmeda, con el calor que había hecho en la tarde Tsuna realmente esperaba que el clima se refrescara en la noche, pero en vez de calor el clima estaba húmedo, y eso le resultaba aún más molesto que el calor de la tarde. Sudando y realmente irritado pagó a la tendera y dijo un hosco 'buenas noches' para salir del lugar. La humedad y el calor no era algo que le gustara, se irritaba demasiado.

Queriendo llegar más rápido a su casa tomo el atajo por el callejón, realmente no le importaba la oscuridad, solo quería llegar pronto a casa y disfrutar del aire acondicionado, realmente estaba irritado. Cuando se adentro al callejón tuvo un mal presentimiento, pero prefirió ignorarlo para no sentirse temeroso, decidió pensar sobre la humedad, la humedad de ese momento fácilmente podía ser juzgada como la cercanía de lluvias, con la sequía que había esas lluvias serían convenientes, además que traerían un clima menos húmedo y su irritación bajaría, probablemente.

Recordaba vagamente que debido a su irritación un par de chicos en el instituto le habían dicho que parecía estar en sus días del mes, sin entender a lo que se referían, le había preguntado a su hermano mayor y este le había dicho que se referían a los días del mes de una mujer, aún sin entender le había preguntado que era eso y su hermano le había dicho una palabra: menstruación.

Y luego había oído una platica informativa –que realmente no quería escuchar- sobre la menstruación y lo importante que era para poder procrear seres humanos, paro sus pensamientos al notar que se estaba desviando del tema y se estaba enojando de nuevo, aunque pensar en la humedad tampoco lo ponía de mejor humor, pero al menos le hacía olvidar que ese callejón era tenebroso.

Decidió mejor pensar en los acontecimientos de hoy y entonces se enojo más al recordar el suceso malo del día. Alguien lo había llamado a la sala del comité escolar, el vicepresidente, un chico agradable, de cabello dorado brillante, aunque un poco raro al ser extranjero, su nombre era Dino, no sabía mucho de él, pero podía decir que a su llegada se había vuelto muy popular, era guapo, muy sociable y caballeroso, un chico perfecto en pocas palabras. El punto era que todos pensaron que tomaría el puesto de presidente escolar, claro que por asares del destino su mejor amigo –el mejor amigo del castaño- había quedo como presidente dejando a Dino como el vicepresidente.

El punto era que este le había llamado al comité a la hora del almuerzo, Tsuna había ido, después de todo probablemente era obra de su amigo que quería verlo. Cuando llegó al comité solo estaba Dino, cosa a la que no le tomo importancia, si lo llamaban debía de ser por algo importante. El chico de cabellos dorados se había mostrado bastante amable, tan amable que Tsuna debió de haber notado lo que planeaba, pero esa misma amabilidad no le había permitido desconfiar.

Para empezar, el chico le había dicho amablemente que pasara, mientras colocaba una mano en su espalda, cosa a la que Tsuna le había restado importancia. Luego le había dicho que tenía que informarle de algo importante, Tsuna se había puesto serió, si era algo para llamarlo a esa hora debía ser realmente muy importante. Dino lo había sentado en el sofá y luego había soltado un suspiro que había asustado a Tsuna, pero en vez de decirle algo el rubio se había acercado al castaño.

Tsuna se había preocupado por lo que le fuera a decir, pero cuando menos se lo esperaba Dino se le había arrojado encima recostándolo en el sofá y luego lo había besado. Aturdido Tsuna se había quedado quieto sintiendo que la lengua del rubio se paseaba por su boca, pero seguía muy aturdido como para alejarlo. Dino se había separado apenas lo suficiente para abrir la boca y le había dicho, me gustas unas tres veces y lo había vuelto a besar.

Eso había sido desconcertante, pero aún no salía de su aturdimiento, no podía creer que 'el delirio de todas las chicas de Namimori' le hubiera atacado, el chico más perfecto de su instituto –según los rumores-. Con mucho esfuerzo se lo había quitado de encima al sentir que el rubio realmente se estaba pasando, después de todo Dino le había comenzado a abrir la camisa blanca y los pantalones, Tsuna realmente se encontraba desconcertado. Trato de relajarse pero realmente estaba agitado por la molestia que comenzaba a recorrerlo, comenzó a limpiarse las babas del rubio con el brazo, sonrojado y perturbado le había gritado a Dino que nunca estaría con alguien que era capaz de atacarlo de esa forma.

Recordar eso ahora le hacía enojar mucho más. El problema en si no era que Dino fuera un chico, de hecho en algún momento llego a pensar que era atractivo y en lo lindo que sería tener un poco de la atención de aquel rubio, pero que le atacara sin si quiera decirle la razón o al menos esperar que el castaño le dijera si le correspondía, era algo que Tsuna no podía aceptar, además que ese había sido su primer beso, estaba realmente enojado.

Aclaraba que no era como si no le gustaran las chicas, pero los chicos tampoco le eran indiferentes, probablemente era lo que la gente llamaba bisexual, aunque realmente las chicas le gustaban más, a ellas si se les podía llamar lindas y suaves, a los chicos no… Aunque pensándolo bien a él le habían llamado lindo y suave muchas veces… y eso que tenía dieciséis años.

Además, ¿A qué chico le gustaría que lo llamaran lindo? De una chica tal vez lo aceptaría, pero quienes lo llamaban lindo siempre eran los chicos, su mejor amigo le había dicho que tenía que ver con su físico, era esbelto y pequeño y que a simple vista parecía una chica, eso era algo que ya sabía y para ser sincero de cierta forma se aprovechaba de esa ventaja, pero de ninguna manera iba a aceptar ser atacado.

-Hey nena, es algo tarde para salir-.

Soltó un fuerte jadeo de susto mientras tiraba las bolsas de sus compras, trato de agacharse para levantarlas pero alguien le sostuvo la muñeca y se la apretó fuerte, Tsuna se sintió intimidado, no se había dado cuenta que alguien estaba cerca, si lo hubiera notado hace mucho que habría escapado.

-Es un chico-.

Dijo el chico que le sostenía la muñeca, bueno, al menos ya se habían dado cuenta que era un chico, eso significaba que lo dejarían. Miro atrás del chico que le sostenía la muñeca y pudo ver fácilmente a dos chicos más, se veían mayores, probablemente dos o tres años más grandes, le daban temor.

-Y eso que importa, es lindo-.

-Bueno… realmente si es lindo…-.

-Huele bien-.

Dijo el que le estaba sosteniendo, que en algún momento había acercado la cabeza al cabello del castaño.

Tsuna sintió su cuerpo temblar, debían de estar bromeando, ¿solo por ser lindo ya podían acosarlo? Se molesto bastante.

-Hey, soy un chico, déjenme tranquilo… homos-.

Soltó con furia, no iba a aceptar ser molestado, no cuando acababan de acosarlo en la mañana, es más, jamás lo aceptaría, una cosa era que lo llamaran lindo y otra que lo estuvieran acosando, era molesto y más para un chico ser acosado por otros chicos.

El que le sujetaba le soltó la muñeca y viéndose libre suspiro, pero fuera de lo que imaginaba sintió que le propinaban un puñetazo en la cara, sorprendido perdió el equilibrio y cayo al suelo, miro a su agresor desde el suelo.

-Cállate, niñito… Si no quieres ser tratado bien entonces te romperemos la cara, idiota-.

La valentía se le fue tan rápido como ese chico termino la frase, se cubrió la cara y el pecho al sentir a los chicos acercarse, sinceramente había pasado tiempo desde la última vez que le habían propinado una golpiza. Si recordaba bien, la ultima paliza había sido antes de terminar la secundaría media, después de salir de la secundaría media extrañamente había crecido solo tres centímetros, se había puesto más delgado y su cuerpo había adquirido una forma demasiado afeminada, su rostro que siempre había sido lindo casi no había cambiado, era un rostro aniñado como una linda chica y su cabello largo solía despeinarse mucho por el largo, adquiriendo el estilo de una chica linda y torpe, al cambiar y volverse lindo los chicos ya no lo veían como alguien a quien golpear, lo trataban como se trataría a un chica, así que las palizas habían terminado.

Y después de tanto tiempo iban a golpearlo de nuevo y todo por culpa de su gran boca, oh, si no tuviera esa gran boca al menos solo se hubiera llevado un par de acosos y punto, pero no, tenía que abrir la boca y provocar a esos gamberros.

Odiaba los días húmedos, la violencia y los callejones obscuros… y a los chicos abusadores también. Sintió la primera patada cerca del rostro, gracias al brazo que tenía ahí pudo evitar que el golpe realmente llegara a su rostro.

-Mierda… me quieren matar-.

Pensó cuando sintió una patada en el abdomen, una fuerte patada, rayos, realmente le estaban golpeando duro, ojala no hubiera tomado la ruta corta.

-Tú tuviste la culpa, niño bonito-.

Cierto, tuvo la culpa por haberse metido a esa callejón, por estar tan sumergido en sus pensamientos que no los había notado, por insultarlos, ¡Por imbécil! Por eso había tenido la culpa, ahora se arrepintió de no haber cargado el spray de pimienta que le había dado su hermano mayor.

Si su hermano mayor estuviera ahí y lo defendiera, sin duda su hermano mayor era más fuerte que todos esos tipos, su hermano mayor era cientos de veces mejor que eso imbéciles abusadores, aunque…

Sintió una patada tan fuerte en el brazo que sintió que le rompía el hueso, soltó un grito de dolor y escucho las risas de los otros. Diablos, no era divertido, realmente lo estaban lastimando.

-Vamos, grita mejor y te dejaremos tranquilo-.

Sintió algo cálido en la pierna, algo cálido que escurría, se alarmo, seguro era sangre, lo estaban lastimando enserio, oh rayos, esto era lo peor.

-Suéltenlo, herbívoros-.

Escucho una voz, una vos suave, algo burlona y enérgica, como la voz de un niño, pero estaba muy aturdido como para notar esos detalles. Solo notó que dejaban de golpearlo.

-No te metas mocoso-.

Escucho un "wao" y lentamente se quito el brazo del rostro.

-¡Escucha niñato, no es tu problema, date la vuelta y lárgate si no quieres que te demos también una paliza!-.

Y cuando Tsuna abrió los ojos sintió una descarga eléctrica que le recorría de pies a cabeza.

Ese chico era… hermoso.

Era la única palabra que Tsuna podía decir sobre él.

Su piel se veía blanca y suave, su cuerpo no era robusto, era delgado pero para Tsuna era perfecto, sus ojos plata con un toque azul, brillantes, adornaban su hermosa cara, y su cabello era como un delirio, tan negro que remarcaba más la blancura de su rostro y el color plata de sus ojos, era hermoso, sencillamente hermoso. Tsuna estaba cautivado, juraba que era amor a primera vista, estaba enamorado. Su primer amor.

-Inténtelo, herbívoros-.

Los chicos dejaron a Tsuna en segundo plano y se acercaron al pelinegro, Tsuna tuvo miedo, por el chico, porque lo lastimaran por defenderlo. Trato de levantarse y no lo logro, oh rayos, estaba totalmente destrozado, le dolía el cuerpo y al apoyarse con el brazo había notado que le dolía horrores, probablemente le habían roto el hueso.

Pero para su sorpresa, el pelinegro saco de quien sabe donde un par de tonfas, y sin piedad comenzó a golpear a los chicos que le estaban golpeando a él. Se sorprendió, el chico pelinegro se movía ágil, se movía rápido y sus manos parecían saber utilizar muy bien ese par de tonfas y sin duda, se veía más hermoso con todos esos movimientos asombrosos, estaba cautivado por ese pelinegro.

Como decirlo, era un chico cautivante con una voz preciosa.

Tsuna logro sentarse, se sostuvo el brazo herido con el otro y miro la escena, el chico pelinegro golpeando fuertemente a uno de los chicos y derribándolo, los tres habían sido derrotados, el chico pelinegro sonrió mientras guardaba sus tonfas en el cinturón de sus shorts, había ganado y lo había hecho tan rápido.

-Eran más débiles de lo que pensé… herbívoros tontos-.

Era hermoso incluso cuando se mofaba de esos tipos que ahora estaban en el suelo inconscientes, por Dios, nunca había visto a un chico tan hermoso y cautivante como ese pelinegro.

Aunque ahora no sabía si agradecerle por haberlo salvado o sentirse aterrado por el hecho de que ese chico había derrotado a tres de una forma tan abrumadora.

El pelinegro lo miro y sonrió como un gato astuto, sus manos sacudieron polvo imaginario de sus shorts y playera y comenzó a caminar hacia el castaño.

-Wao…-.

Soltó cuando quedo de frente al castaño, se hinco frente a Tsuna y le tomo la mejilla derecha, Tsuna soltó un jadeo, le dolía.

-Esos herbívoros te lastimaron más de lo que pensé. No pude llegar antes, pero me he vengado por ti-.

Tsuna se sintió cautivado, pese a que las palabras no eran románticas ni dulces, pero la forma en que lo decía era tan… suave y linda.

-Gracias-.

Soltó vagamente mientras miraba fijamente al pelinegro, sus ojos plateados azulosos eran atrayentes como la luna, exacto, sus ojos tenían ese toque enigmático que poseía la luna y su color era similar al color azul claro que proyectaba.

-No haría esto por cualquier herbívoro, solo por ti-.

Soltó el pelinegro y Tsuna se sintió extraño, un rubor cubrió sus mejillas sin darse cuenta.

-¿Cómo te llamas?-.

-Tsuna… Tsunayoshi-.

El pelinegro sonrió de lado mientras deslizaba su mano por el cuello del castaño hasta colocarla en su hombro.

-Adecuado, te queda perfecto-.

Dijo el pelinegro comenzando a levantarse y extendiendo la mano para ayudar al castaño a hacerlo, Tsuna no dudo en tomar su mano y se levanto con su ayuda, oh, era fuerte además de guapo. Cuando estuvo de pie se dio cuenta de un detalle, ese chico era un poco más bajo que él, y eso que el castaño apenas y media un metro sesenta y dos.

-Yo soy Hibari Kyouya, llámame como te plazca… Amore-.

Tsuna se impresiono por eso, no estaba seguro pero creía que eso era italiano, y el acento al parecer era bueno.

-A partir de ahora… me perteneces, después de todo-.

Tsuna se sorprendió por la revelación.

Un momento, algo de ese pelinegro le pareció malo, muy malo, ¿su timbre de voz parecía agudo?

Oh no.

-Uhm… Hibari… ¿Cuántos años tienes?-.

El pelinegro le sonrió.

-Once años-.

Debía de ser una broma.

Tsuna afirmo que odiaba los días húmedos, la violencia, los callejones obscuros, los chicos abusadores…

Y lo fácil que era caer en un amor a primera vista.

.


Yupi! Nueva historia. Me gusta, realmente me gusta como esta la historia.

Nuevo fic, realmente me emociona escribir este fic, me parece divertido un Hibari joven y un Tsuna mayor, sobre todo si Tsuna sigue siendo un lindo uke –estoy obsesionada con Tsuna uke, creo que es al que mejor le queda ese roll-.

Bueno, como habrán notado al principio del capitulo dice: "Parte 1: Once años". Esto se debe a que este fic se dividirá en partes, digamos que sería algo similar como los arcos, este sería el primer arco, el arco de Once años, cuando terminen ciertas aventuras cambiara eso y dirá ahora: "Parte 2:…". Los capítulos seguirán siendo consecutivos, lo importante es que siempre se fijen que parte es, porque cada parte tendrá diferentes progresos.

Disfruten este nuevo fic.