Renuncia: Gangsta es propiedad de Kohske.
Parejas: Mikhail/Erica.
Beat on the brat
Mikhail es solo un niño.
A veces pinta las paredes con el rojo del suelo, y otras le gusta acercar, en medio de la noche, el conjunto de placas hacia su oído y disfrutar de su sonido al golpearse unas a otras. Le gusta porque es más bonito que el ruido cuando arrancan gritos al arrebatarles sus cadenas y su vida.
Es solo un niño, piensa la noche oscura. Y él camina entre los pasillos cantando una melodía improvisada, arranca pulmones y explora entre la piel de papel de sus víctimas (que gritan, gritan y gritan). Le gusta hacer gritar porque así es más adulto.
Y le gusta Erica. Le gusta mucho.
Ella no se ríe ni pinta con él, ni se ocupa de limpiarse las manos o de cantar divertida sobre los gritos de los demonios asesinados. Su rostro es fantasmal y sus labios, callados, pueden soltar un infierno entero. Los ojos de Erica son perezosos, y guardan tanto odio que el amor dentro de ella jamás existió. Le gusta Erica…le gusta mucho. A veces entre los cadáveres mugrientos la ve, sonriente, y descubre en ella una mirada nostálgica y melancólica, una que él jamás podrá poseer.
Porque su cabeza está llena de Erica, quien siempre está con él.
Le gusta tenerla rota, le gusta mucho. Y aunque su cabello de paja y su cariño vacío le haga temblar por las noches (¿de amor? De amor), es su voz sepulcral la que le hace llorar. Llorar mientras se ríe. Y le gusta Erica aún más cuando atraviesa la garra humana por el pecho de un demonio y le arranca ramos de súplicas y regalos envueltos en sangre. Le gusta Erica, le gusta mucho.
–Ericaaa.
– ¿Qué?
–Me gusta tu blanco de rojo.
Antes de que muerda los dedos y ella arranque otro corazón, sus miradas, iguales de podridas (iguales de ignorantes) se cruzan y entonces el callejón y todo lo gris explota. Mikhail la mira, y ante los ojos de Erica, se enamora más. Erica es la nada misma, le gusta mucho.
Es que a veces en la noche quiere colgarle las ochocientas treinta y dos cadenas sobre su cuello y escucharla gritar, quiere romper con su nada y romper su cabeza de piñata con un bate de bésibol. Quiere mancharla en rojo porque Erica es muy bonita, y le gusta, le gusta muchísimo.
Mikhail es solo un niño.
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