Gakuen Alice no me pertenece…


-oO08( Todo Comenzó con un Beso )80Oo-

por Kiray Himawari

Capítulo I Por San Valentín

Es un día tranquilo, el sol y algunas lindas nubes decorando el perfecto cielo azul. Todo mundo en Gakuen Alice está de buen humor, bueno, quizá haya sus excepciones…

Hyuuga Natsume es uno de esos casos, sino es que el único, que está encerrado en su habitación sin querer salir a pesar del agradable clima. Él adora salir, dar paseos solitarios por el bosque, en especial con días como ese, aunque el día no es precisamente de su agrado.

Lleva toda la mañana tratando de sacar de su mente todas esas cosas que leyó esa mañana, se arrepintió grandemente de haberlo hecho, ¿qué fue lo que leyó? Bueno, no fueron precisamente amenazas de muerte, todo lo contrario, fueron pequeñas y grandes cartas amorosas de un perfecto Día de San Valentín.

El porqué las había leído era lo de menos, sólo hubiera deseado no haberlo hecho. Eso sin agregar las innumerables cajas de bombones que justo ahora yacían sobre su escritorio, podría decirse que Natsume tenía una dotación para dos años de dulce pecado.

Miró las cajas con desdén, ¡cómo detestaba los bombones! Cada año era lo mismo: Toda niña en Gakuen Alice le enviaba notitas en donde declaraban su inmenso amor por él, acompañadas de cajitas de bombones bañados en chocolate amargo y un montón de ositos de peluche que a estas alturas no sabía ni dónde habían terminado.

El año pasado, luego de ser casi asfixiado por unos bombones introducidos a la fuerza en su boca y empujados en su garganta tomó la firme decisión de no salir de su habitación el Día de San Valentín. Prefería pudrirse de aburrimiento allí dentro a ser perseguido como rata por un par de chiquillas hormonalmente desequilibradas.

Suspiró en derrota, era aburrido estar allí sin nada mejor que hacer que recostarse en su cama, en el piso o bien tratar acercarse a la ventana, aunque eso no lo haría, estaba seguro y era real que todas las chicas estarían en espera de ver aunque sea un solo ápice de su cabello, eso significaba que habría gritos de: "te amo, Natsume", "cásate conmigo", "yo te doy los hijos que quieras" y otras cosas prefería no recordar.

Apenas eran las once de la mañana y ya estaba maldiciendo, ¿por qué no sólo lo dejaban en paz?, ¿por qué el destino lo torturaba de esa manera? Él no quería ser acechado por un par de mocosas sin el más mínimo sentido de lo que es decencia, dignidad y pudor, porque recordaba aquella vez en el que una de esas locas le envió un par de braguitas enfundando una caja de bombones, eso fue lo más repulsivo que pudo haber imaginado. Odiaba San Valentín…

Pero ahora estaba a salvo mientras se quedara asomarse a la ventara, quieto, sin hacer ruido y sin respirar… ¡Estúpido San Valentín!

-o-

Ruka estaba sentado junto con sus demás amistades: Permy, Anna, Linchou Kokoroyome, Mr. Bear, Tsubasa, Misaki, Youichi, Hotaru y Mikan, porque Natsume, su mejor amigo, se había atrincherado en su habitación desde el día anterior y claramente se veían sus intenciones de no salir de allí en lo que restaba del día. Ruka estaba contento pues hacía mucho tiempo no festejaba un día de San Valentín junto a otras personas fuera de Natsume, pero se preguntaba si había afectado tanto aquel incidente de las braguitas… La imagen vino a su mente y se estremeció, sí, había sido traumarte.

Ruka aún recordaba que Natsume ni siquiera tocó el "presente" lo quemó apenas lo vio… Dio gracias por ello, quién sabe qué hubiera pasado de haberlo visto alguien más, en especial Hotaru. Sacudió un poco esos recuerdos y se volvió a concentrar en lo que pasaba en esa pequeña reunión de día de campo en honor a San Valentín.

Los bocadillos eran sencillamente exquisitos, Permy y Mikan se encargaron de la comida y las bebidas, no había duda en que esas dos tenían un excelente sazón, lástima que Natsume no estaba allí para corroborarlo, aunque sabía que Natsume nunca lo admitiría, pero sería sencillo de comprobar cuando Natsume diera el siguiente bocado.

Realmente era un día agradable, incluso las locas perseguidoras de Natsume no habían rondado el sitio, claro, porque sabía de antemano que estaban al pie de la ventana de Natsume en espera de su aparición, lamentaba que su amigo tuviera que pasar por eso. Se rió para sus adentros, las cosas que hacían esas mujercitas hacían sonrojar a Hyuuga Natsume, dio gracias por no ser él.

Las cosas iban bastante bien, pláticas sobre lo que habían hecho en días anteriores, sobre los festejos que pronto se vendrían, los exámenes, los valores de la amistad y todas esas cosas fueron llenando el día, mientras más y más compañeros se iban agregando al pequeño pero significativo grupo.

Así fue como llegó Tono hasta ellos. Tono era ya un adulto joven en esos momentos, así encajaba bastante bien en sus pláticas, siempre lograba comentarios un tanto graciosos y un tanto fuera de lugar, más si se trataban de jovencitos pudorosos como ellos.

Tono tomó asiento entre Ruka y Mikan, ambos se encontraban sentados juntos, pero Tono se abrió espacio…

— Hola, Mikan, ¿dónde está tu parejita Natsume? — preguntó mientras con el brazo intentaba asfixiar a la chica, bueno pretendía ser un abrazo amistoso.

Mikan y Natsume habían logrado medio llevarse bien y realmente era a la única que no le había causando tantos conflictos, pues los intentos de fuga fueron apaciguados sin la posibilidad de usar su Alice. Un poco pálida por la falta de aire, una vez que logró soltarse de ese "abrazo" respondió.

— No he visto a Natsume desde ayer — respondió entre risas nerviosas, mientras sus manos sobaban la garganta adolorida.

— ¡Qué mal, Mikan! — habló con indignación falsa — Tú y Natsume deberían dormir juntos. — esa declaración provocó que los que estaban comiendo se atragantaran y los que bebían escupieran sus bebidas — Digo, porque ¿qué mejor manera es que lo tenga bien firme? —

Mikan se sonrojó mucho, Tono era una gran persona, pero a veces sus comentarios eran… ¿Fuera de lugar? Bueno, el punto es que Tono parecía un joven en plena edad en que las hormonas aún no saben qué está bien y qué no… Como sea…

— ¡¿Qué? — medio articuló luego de escupir su refresco.

— Claro, que lo tenga bien firme — habló con una sonrisa, sabía lo que había provocado — Natsume debe seguir las reglas de Gakuen Alice y específicamente dice allí que los alumnos deben convivir en pareja, ya sabes lo que hacen las parejas, ¿no, Mikan? —

Ruka sintió pena por Mikan y el momento tan bochornoso al que Tono la estaba sometiendo.

— Sakura-san, ¿Por qué no nos platicas qué estás planeando para al cena de hoy por la noche? — trató de desviar el tema, aunque no resultó muy bien que digamos.

— Sí, Mikan, ¿qué le vas a dar a cenar a Natsume, eh? Ya sabes los Gatos son un poco ariscos, no les gusta cualquier cosa, si sabes a lo que me refiero — le dio un codazo y guiñó el ojo en complicidad.

Un rato más y Tono siguió haciendo comentarios de todo tipo, muchos rieron y otros más, que fueron en su mayoría, se sonrojaron mucho. Mikan estaba un poco apenada con la situación porque si bien entendió algunas cosas, otras tantas no y fue entonces que resultó un poco incómodo no saber de lo que los demás reían, así que decidió dar por terminado el día de campo para ella, entregando los presentes que había elaborado con sus propias manos.

Así Mikan prosiguió a entregar pequeñas bolsas hechas a mano de color rojo con pequeños caramelos, chocolates y bombones dentro, la pequeña bolsa estaba acompañada con una tarjeta escrita a mano en donde agradecía la amistad que le habían brindado a lo largo de todo ese tiempo. Todo mundo recibió una, todas las bolsas eran iguales, pero la tarjeta era el distintivo, era increíble que Mikan recordara a cada una de esas personas allí.

Todos estaban complacidos y muy agradecidos, pues las tarjetas contenían mensajes sobre lo valiosos que eran en su vida, resaltaba sus cualidades y le brindaba cosas positivas a los defectos. Mikan resultó muy hábil con las palabras.

Llevaba un buen rato entregando sus presentes, únicamente le faltaban dos, así que se dispuso a entregarlos antes de que la hora de la cena-baile llegara.

-o-

Poco después de la llegada de Tono, Youichi decidió que era suficiente de estar con los feos, como denominó al grupo fuera de Natsume y Ruka, y emprendió el camino en busca de su oniichan. Y justo cuando estaba a punto de llegar al edificio de los dormitorios fue víctima de un secuestro…

-o-

Natsume únicamente pudo escuchar los gritos de pánico de las jóvenes poseídas por el dios de las hormonas. Era obvio que algo o alguien las había asustado y, si estaba en lo correcto, ese debió haber sido Youichi.

-o-

El pequeño Youichi se sacudió y se limpió el labial de las mejillas, esperaba que nadie más se volviera a meter en su territorio, como llamaba Natsume a su propio espacio personal, o tendría que hacer uso de algunas de las técnicas que Natsume le había enseñado y no era precisamente mirarlas con desprecio, porque eso sólo las ponía peor…

Emprendió otra vez su marcha hacia la habitación de Natsume cuando sintió que alguien alcanzaba su hombro, se giró y recibió una sorpresa.

-o-

Natsume esperaba ansioso en su habitación, iba a felicitar a Youichi por deshacerse tan efectivamente de esas jóvenes pervertidas. Ahora podría salir de su sofocante habitación para poder tomar un poco de aire fresco. Eso merecía algo especial…

Tocaron a la habitación y a sabiendas de que era el único en el edificio y que era Youichi el que tocaba, abrió y sin más lo recibió con un fuerte abrazo…

-o-

— You-chan — escuchó el pequeño luego de sentir a alguien tocar su hombro.

— Fea — dio por respuesta con su incambiable mirada indiferente.

— ¡You-chan! — hizo un puchero por el nombre con el que Youichi la recibía. — ¡Feliz Día de San Valentín! — olvidó momentáneamente el berrinche para darle un abrazo al pequeño, aunque éste no le correspondió y únicamente tomó el presente que le dio Mikan.

— ¿Qué es esto? — inquirió mientras observaba con detenimiento la pequeña bolsa roja.

— En un pequeño regalo por el Día de San Valentín, You-chan — Mikan sonrió al ver que el pequeño sacaba de la bolsa uno de los chocolates que le había puesto.

— Oniichan dice que no debo consumir azúcar — dijo sin la más mínima expresión en su rostro.

— No te preocupes, You-chan, — sonrió — son dulces sin azúcar, justo para ti — volvió a sonreír graciosamente.

Youichi miró a la bolsa y a Mikan una y otra vez…

— Gracias… — Mikan estaba feliz, era la primera vez que Youichi decía esas palabras — Fea — y siguió su rumbo, claro que después de que Mikan lo estrujara en sus brazos.

-o-

— ¡¿Natsume? — trato de articular por la sorpresa que recibió.

Inmediatamente, al notar su error, se alejó con un sonrojo indescriptible, ésa no era Youichi, ésa era Mikan. Sí, había abrazado a Mikan por accidente… ¿A dónde había ido Youichi?

-o-

Youichi iba caminando tranquilamente hacia su dormitorio, era un estorbo cargar con esos dulces, porque Mikan se había esforzado mucho y le dio una bolsa más grande a él. Además a su oniichan no le parecía muy bien que consumiera tantos dulces, así que mejor los conservaría en secreto. Ya luego iría a ver a Natsume, un bombón antes no le haría daño o ¿sí?

-o-

Mikan estaba aún parada en la puerta mientras Natsume trataba de ocultar sus expresiones de ¿por-qué-rayos-tuve-que-abrazar-a-Mikan-en-vez-de-Youichi? La chica estaba sorprendida, ¿acaso era un abrazo por el día de San Valentín?

— Natsume… — trató de articular algo, pero nada venía a su mente, únicamente tenía la sensación del abrazo.

— ¿Qué haces aquí? — intentaba sonar amenazador, sin embargo su voz parecía temblorosa.

Sí, ahora recordaba porqué había leído todas estúpidas cartas esa mañana, lo había hecho con la esperanza de encontrar la de Mikan entre ellas. Sin embargo se equivocó, Mikan era mucho más valiente y había ido hasta allí por él, porque iba por él ¿cierto?

— Vine a traerte tu regalo de San Valentín — ahora podía observar una pequeña bolsita negra en sus manos.

— ¿Por qué? — pregunta estúpida, lo deseaba, sí, pero no estaba de más poner un poco de resistencia.

— Porque eres alguien especial — sonrió, sintió maripositas en el estómago, había estado planeando esto todo el día, pero no había tenido la oportunidad de verlo y decidió buscarlo entonces, tomando la excusa de los diálogos de Tono.

Como no queriendo tomó la bolsita negra que Mikan le había ofrecido. Luego de decirle que era especial Natsume sintió un hormigueo en las plantas de los pies, quizá sentía que levitaba.

— ¿Qué es esto? — dijo luego de ver un poco la bolsita.

— Ábrela — ordenó mientras ocultaba su mirada, sentía la cara arder, pero estaba segura de que valdría la pena.

— ¿Un cuarzo? — extrajo un cuarzo rojizo.

— No es un cuarzo… — susurró apenada.

— ¿Entonces? — estaba confundido por lo que tenía en las manos, incluso había olvidado un poco lo del abrazo.

— Es una piedra Alice… — dijo más quedamente.

Natsume miró la piedra con extrañeza.

— ¿Eso qué significa? —

Mikan intentaba buscar las palabras exactas para lo que quería decir, sin embargo ninguna venía a su mente…

— Es para que puedas controlar mejor tu Alice — evadió la pregunta.

¿Por qué Natsume recibía esa piedra Alice? No es que no apreciara el hecho de que esa piedra le ayudara a controlar su propio Alice, sino que obsequiar una piedra Alice era ir más allá de querer ayudar a alguien… Aún más sabiendo que venía de ella. Trató de no figurar ideas en su cabeza pero… Una sensación en sus labios lo dejó aturdido he imposibilitado para reaccionar debidamente… ¿Acaso fue lo que pensó?

-o-

La cena baile se estaba llevando a cabo, elegantes mesas compartidas entre parejas y amigos, entre conocidos y amigos de antaño, era un perfecto día de San Valentín. Unos comían y otros bailaban, era un día para celebrar.

Ruka estaba sentado junto a Hotaru y Youichi…

— Youichi, ¿has visto a Natsume? — inquirió Ruka, lo había ido a buscar a su trinchera, pero no lo encontró.

Youichi no respondió, no porque no supiera o porque quisiera ser grosero con Ruka, pero sentía la necesidad de dejar fluir las cosas…

~ [ o ] ~

Después de dejar su bolsa de dulces en su habitación, emprendió el camino hacia la alcoba de su oniichan. Una vez que llegó a su destino se detuvo con una escena difícil de describir… Natsume era besado por Mikan, sus orbes rojizas abiertas considerablemente y un rubor en sus mejillas no mejoraban su situación… E incluso podría decirse que vio cierta alegría mezclada con confusión…

Youichi continuó su camino como si no hubiese visto nada, ya habría tiempo para extorsionar a su oniichan… Bueno, Hotaru le había enseñado un par de trucos y le había obsequiado una cámara… Sí, eso serviría.

Aunque repensó la posibilidad de utilizar los trucos de Hotaru con su oneechan y oniichan luego de ver a Mikan correr pasándolo sin siquiera mirarlo… ¿Iba llorando?

~ [ o ] ~

En el bosque Este con la luna brillando en cuarto menguante estaba allí tratando de alejar sus pensamientos, quería relajarse luego de lo que hizo… ¿Por qué había besado a Natsume?

— Mikan… — llamó una conocida voz — Necesitamos hablar… —

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Gracias de antemano por la lectura

Contribución al Día de San Valentín

Dedicación a todas las fans de NatsumexMikan y todas las personas que dejan un lindo Review en mis otras historias y que además las agregan a sus favoritos :3 y a Dany [persona encargada de poner a este cerebro a trabajar xD]¡Gracias!

Dudas, comentarios, sugerencias, ideas, etc. ¡Bienvenidos!