Hola! Bueno, este es un one-shot... espero que les guste, lo escribí para un desafío en Paraíso, pero al parecer no me fue del todo bien :p...
Bueno, sólo espero que lo disfruten, recuerden, todos los personajes son propiedad de JK Rowling, a excepción de unos cuantos :p...
HOW CAN I NOT LOVE YOU?
Cap 1 A World Without you
I try to be so strong, I try to carry on, but since you left the sun don't seem to shine
No sabía qué le gustaba más, si el invierno o el verano. Ya tenía tres años que se había graduado de Hogwarts y no debería preocuparse por eso, pues ahora podía ver a su familia cuando quisiera. Pero ahora era al revés, ya casi no veía a sus amigos y las únicas ocasiones en que lo hacía era en verano e invierno y eso comenzaba a preocuparle, pues sus visitas cada año eran más cortas.
A Ron lo veía ocasionalmente en la oficina, y sólo porque era laboralmente necesario. De vez en cuando se lo encontraba en su camino cuando iba con prisa a alguna reunión de última hora o cuando el pelirrojo iba retrasado a su trabajo.
Ese año lo vio antes de lo previsto, pues su hijo acababa de nacer.
Jamás se imaginó verlo casado, y menos como pap� y ahora era las dos cosas, un marido responsable y un cariñoso papá. Se había casado, un año después de su graduación, con Luna Lovegood.
Había sido demasiado extraño verlos comenzar a salir, porque Luna constantemente sacaba de quicio a Ron, pero la rubia, de una manera u otra, había logrado enamorarlo y se sentía incapaz de dejarla, hasta el grado de casarse con ella y ya haber formado una familia.
El pequeño Ronald apenas tenía unas semanas de nacido, pero no había perdido oportunidad de ir a visitarlos en uno de sus extraños días libres.
Flash Back
A penas comenzaba Noviembre y el invierno ya se hacía presente. Se reprochaba una y otra vez por no haberle hecho caso a Jess cuando le dijo que se pusiera otro suéter, pero ya era demasiado tarde para regresar a su casa, además, debía aprovechar aquella oportunidad, no podía dejar pasar más tiempo para ir a visitar al primer hijo de uno de los integrantes del famoso trío de Hogwarts.
Se detuvo frente a la cerca de una enorme casa y no pudo evitar sonreír a pesar del frío. Su amigo por fin había conseguido lo que tanto soñó, tenía una enorme casa en la cual podría criar a sus hijos y darles todo lo material que a él le había faltado.
Caminó por las lozas de piedra, que dirigían a la puerta de aquella casa, mientras se cerraba con ambas manos el abrigo, por la zona del pecho, intentando protegerse aún más del frío. Tenían un jardín enorme, el cual ya habían comenzado a adornar con motivos navideños.
Llamó a la puerta un par de veces y esperó en el porche rezando por no resfriarse, era lo peor que le podía pasar justo antes de tomar sus 10 días de vacaciones en el Ministerio de Magia. Si se enfermaba le quitarían esos días y no quería dejar de ver a sus amigos... necesitaba volverlo a ver.
– ¡Hermione!... no te esperaba hasta el fin de semana – la saludó un sonriente Ron.
Hermione sonrió temblando un poco – pensaba esperar hasta el fin de semana, pero me dieron la tarde libre y aproveche a venir... ¿Cómo están Luna y el bebé? – le preguntó intentando controlar el temblor de su quijada – ¿podríamos hablar adentro? – le preguntó sin poder controlar más el frío que sentía y Ron asintió un poco apenado.
Hermione entró rápidamente intentando refugiarse en el calor de la casa.
– ven... están aquí abajo... – dijo mientras la ayudaba a quitarse el abrigo, y Hermione no pudo evitar sonrojarse inmediatamente, deseando recuperar su abrigo para que no la viera en aquellas fachas, tenían cuatro meses sin verse y cuando por fin lo iban a hacer, ella se presentaba con la peor ropa que tenía.
Se pasó las manos varias veces sobre la falda y la blusa, esperando que así lograra verse menos vieja su ropa, e intentaba controlar el rubor de su rostro, pero el sólo pensar en la idea de verlo, la hacía sonrojarse de nuevo.
– ¡Hermione! –
Ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar cuando sintió unos brazos que la rodeaban en un fuerte abrazo. No sabía si emocionarse o desilusionarse al sentir el delgado cuerpo que abrazaba y ver el cabello pelirrojo que descansaba en los hombros de su amiga.
No tenía idea de cuándo había crecido tanto aquella pelirroja, todavía recordaba cuando la veía como una pequeña, y de un verano para otro ella había pasado a ser la pequeña.
– ?Cómo estás! – le preguntó Ginny emocionada, separándose de ella para observarla de arriba a abajo, esperando poder detectar algún cambio en su amiga – estás demasiado delgada... – le dijo con tono serio mientras observaba su delgada figura.
– no es nada... – le dijo sonriendo un poco apenada mientras buscaba con la vista a "la señora de la casa", y la encontró sentada cerca de la chimenea con un pequeño bulto en brazos.
Se acercó a ella con una enorme sonrisa en el rostro, mientras observaba a Luna arrullar a su hijo, y lamentándose mentalmente el no haberlo encontrado esa noche ahí.
– Harry vino hace unas horas... –
Al escucharlo Hermione sintió como si le hubieran echado encima un cubetazo de agua fría, no sabía qué era peor, si haberse cruzado con él en el camino sin siquiera haberse dado cuenta o estar sin saber nada de él.
– él ya sacó su papelito del saco... ¡te toca a ti! – le dijo Ginny emocionada acercándose al sillón que estaba frente a ella y Luna, mientras Hermione negaba.
– no puedo creer que sigas con eso – le decía Hermione mientras se sentaba al lado de Luna para ver al pequeño Ronald – ¡está hermoso! – dijo sonriendo ampliamente al ver al pequeño, que, como buen Weasley, era pelirrojo, no podía ver sus ojos pues el bebé estaba dormido, pero no dudaba que fueran azules – se paree mucho a ti, Ron – le dijo sin apartar la mirada del bebé, hasta que Ginny se acercó a ella plantándole un saquito frente a ella.
– eres la última... – le dijo sin dejar de sonreír mientras Hermione desistía a su rechazo por aquel juego muggle que tanto le gustaba a Ginny, y tomaba el último papelito que quedaba en el saco – bien... ¡revísalo! – la apremió al ver que sólo había sacado el papelito y no se había preocupado por abrirlo – tenemos que estar seguros de que lo revisaste – le dijo con desconfianza fingida mientras se daba vuelta para dejar el saco junto a sus cosas.
Hermione prefirió ahorrarse el pleito que se vendría si le llevaba la contraria a su amiga y desdobló desganada el papel.
"¡Oh, Dios!"
End
I'm going crazy, I am missing you, baby
Can't imagine all I go through when I'm living in a world without you
Al principio le había parecido genial la idea de irse a vivir a otra ciudad y ser un jugador de Quidditch profesional, pero con el tiempo; a pesar de ser un fanático de ese deporte; comenzaba a cansarse y a extrañar a sus amigos. Los veía sólo dos veces al año y en raras ocasiones los visitaba a mediados de semestre.
Sabía que ellos tampoco mantenían el contacto y eso le preocupaba, pues con el paso del tiempo se iban alejando más y más.
Y lo que más le pesaba era que poco a poco sabía menos de su amiga. Ron de vez en cuando le escribía o lo iba a visitar, pero ella no se comunicaba con él, y no la culpaba, sabía que estaba muy ocupada en su trabajo y que rara vez le daban algún día libre; y no dudaba que los pocos días libres los ocupaba en cosas realmente importantes para ella, talvez aprovechaba para visitar a su novio, hablar con su familia o simplemente descansar; pero no podía negarle a nadie que realmente la extrañaba, con cada día que pasaba la extrañaba más.
Necesitaba salir de aquella habitación, había sido mala idea no salir con el equipo a festejar su victoria, no era que no se llevara bien con ellos, era sólo que ya no se sentía bien en el equipo, extrañaba demasiado a sus amigos y esa habitación, por más elegante y grande que fuera, lo deprimía, sólo conseguí extrañarlos más... sólo la extrañaba más.
Y le dolía el hecho de haberse acostumbrado a recibir una llamada de ella, siempre que tenía algún partido, para saber qué tal le había ido y si no se sentía muy solo, demostrándole lo preocupada que estaba por él y lo mucho que le importaba todo lo que le pasaba, pero conforme pasaba el tiempo, ella había disminuido las llamadas hasta hacerlas nulas, y temía tanto que eso se debiera a que ya no le interesaba o que hubiera alguien a quien quisiera más de lo que lo quería a él.
Y la culpa era de él, si se sentía así era sólo su culpa, sabía que jamás debió aceptar el reto que le habían puesto sus amigos.
Flash Back
Cuando los escuchó proponérselo le había parecido una idea estúpida, pero con el paso de los días la idea comenzaba a agradarle, no sabía porqué, pero el sólo pensar en eso lo hacía sonreír.
Hermione había sido su amiga por mucho tiempo, eran ya casi 7 años de amistad, y no lo supo hasta el día en que sus amigos le pusieron ese reto. La quería, no sólo como su amiga, la quería como mujer que era, le gustaba más de lo que él hubiera deseado, y no se había dado cuenta de cuándo había pasado eso.
Ella siempre había sido especial para él, y cómo no serlo si ella siempre había estado ahí, era su amiga y consejera, podía hablar de todo con ella sin preocuparse porque sólo le estuvieran siguiendo la corriente, sabía que ella siempre ponía toda su atención en lo que estaba diciendo, por más simple que pareciera. Y con Ron era diferente, también era su mejor amigo, pero con él sólo se la pasaban de broma en broma, también habían momentos serios y problemas que superaban juntos, pero con Hermione era completamente diferente.
– ¿Hermione? – preguntó al ver a una chica cargada de libros que se acercaba a él.
La chica se detuvo en cuanto Harry habló y no pudo evitar que un libro se le cayera, dejando ver sus ojos, provocando una sonrisa de Harry.
No lo dudaba, esa era la Hermione que le gustaba, la chava sincera y de un enorme corazón, que no se preocupaba por lo que el de a un lado pensara de su apariencia o de sus acciones.
– ¿a dónde llevas tantos libros?... – le preguntó mientras tomaba todos los libros de manos de Hermione – nos graduamos en menos de tres días¿para qué necesitas todo esto? – le preguntó sin dejar de sonreír.
– ¡gracias!... – dijo aliviada mientras recogía el libro que se le había caído – convencí a Madame Pince de que me los prestara para estudiar en el verano... – le dijo mientras intentaba quitarle los libros a su amigo – ¡oh, vamos! Te aseguro que puedo llevarlos – le dijo logrando recuperar sólo tres de los más de 10 libros que llevaba.
– yo también puedo llevarlos... – le dijo Harry sin dejar de sonreír – mejor dime¿para qué quieres estudiar en el verano, si ya nos vamos a graduar? – le dijo bastante confundido mientras comenzaba a caminar al lado de su amiga.
Hermione le sonrió "¡Dios, esa sonrisa!" – a mediados de Julio iniciaré mi curso de Auror – le decía mientras caminaban por el pasillo que dirigía al aula de Transformaciones – aún sigo pensando que debiste seguir ese sueño... – le dijo con tono serio.
– lo sé... yo también lo he pensado, pero después de lo que pasó en la última batalla... creo que tuve suficiente de Aurores y Mortífagos... y con la oportunidad que me dieron los Appleby Arrows puedo olvidarme de todo eso... – le dijo Harry con calma, pero su tranquilidad no evitó que Hermione se preocupara por lo que acababa de decir.
– lo siento, Harry... ¡en verdad, no quería que te acordaras de todo lo que pasó... – le decía apenada, deteniéndose delante de él.
– ¡no te preocupes! – le dijo Harry sonriendo – sólo quiero olvidar por un tiempo lo que pasó – le dijo sosteniendo los libros con un solo brazo – además, tú eres la buena para esto... tu me enseñaste todo lo que sé – le decía sin dejar de sonreír, logrando que Hermione se sonrojara.
– ¡no digas tonterías! – le dijo Hermione sonriendo completamente sonrojada "¡No puedo más!" – yo sólo... – decía, pero no pudo continuar hablando pues Harry se había abalanzado sobre ella acariciando su mejilla con su mano libre y acariciando sus labios con los suyos.
Jamás se creyó capaz de hacer algo así, era demasiado torpe para eso, pero Hermione tenía la culpa de todo, por su culpa él comenzaba a sentir más que amistad por ella y su sonrisa se le hacía irresistible. Y ahora su sabor lo embriagaba.
Hermione intentó separarse de él colocando sus manos en su pecho, pero no podía, había algo más, aparte de la fuerza de Harry, que se lo impedía.
Había intentado aventurarse dentro de la boca de su amiga, pero ella se lo impidió, estaba yendo demasiado aprisa. Acarició sus labios un par de veces más, mientras bajaba su mano de su cuello a su cintura acercándola más a él y sintiendo el leve temblor de su delicado cuerpo, logrando que Hermione comenzara a corresponder a su beso, dándole permiso de adentrarse a su boca, comenzó a jugar con su lengua y a disfrutar más de su sabor, provocando un débil gemido de su amiga.
En un intento de acercarse más a ella, con la única esperanza de sentirse más unido a su amiga, dejó caer los libros que tenía en la mano, haciendo que Hermione se separara rápidamente de él.
– ¡No, Harry!... – le dijo visiblemente asustada, con la respiración agitada y los ojos llorosos – no debiste... no debimos... – decía nerviosa, dando cortos pasos hacia atrás y Harry intentó acercarse a ella con la intención de explicarle todo lo que pasaba, el porqué de aquel beso, pero Hermione se lo impidió – no debió pasar... – le dijo con tono serio antes de alejarse de él con pasos apresurados.
End
Después de eso, Hermione había intentado evitarlo, hasta que se dio su inevitable encuentro en la cena de graduación y ahí le pidió y le hizo jurar que olvidaría lo que había pasado, y por más que le costara aceptarlo, tenía que admitirlo, su amiga tenía razón, las cosas podrían salir mal si iniciaban una relación, además, él no estaba seguro de lo que sentía.
Hasta ese momento.
Aún podía recordar el sabor de sus labios, todavía podía sentir sus manos sobre su pecho pidiéndole que se alejara pero a la vez que permaneciera junto a ella, y lo estremecía el sólo recordar el temblor de su cuerpo. Y se daba cuenta de que desde entonces había dejado de verla como su amiga... ¡había sido un tonto!.
Shadows are falling all over town
Another night the blues got me down... Oh misery!
– ¡No puedes lamentarte por eso toda tu vida! – la reprendía Jess mientras desayunaban – no fue sólo tu decisión, él también lo quiso así – le decía con tono serio, observando a Hermione revolver su desayuno.
– ¡No tienes idea de lo bien que me hace sentir eso! – le dijo Hermione con tono sarcástico mientras se levantaba de su lugar – sabes... después de aquel beso me enteré que Seamus y Dean lo habían retado... – decía con tristeza mientras recogía sus trastes – llámame loca, pero yo no sentí ese beso como un simple "beso"... bueno, talvez estoy alucinando... – dijo encogiéndose de hombros mientras le daba la mitad de su desayuno a su fiel Crookshanks.
– pues sí... tienes razón¡estás loca! – le decía Jess con tono molesto – debiste haberle dicho lo que sentías en lugar de salir corriendo! – la reprendía mientras la observaba salir de la cocina, pero enseguida volvió a entrar.
– ¿cómo querías que le dijera lo que sentía?... él sólo me besó... por primera vez no pude pensar en nada más... – decía entre enojada y dolida, sintiendo cómo las lágrimas se acumulaban en sus ojos – creo que todo el castillo sabía que yo lo quería desde hacía años... talvez por eso lo retaron Seamus y Dean... – le dijo sintiendo la primera lágrima rodar por su mejilla – y ahora tendré que volver a plantarme frente a él, como cada año, como si nada pasara... como si fuéramos los mismos buenos amigos de siempre... – dijo con tono irónico, evitando que las lágrimas siguieran fluyendo.
Jess negó en desacuerdo – sabes lo que pienso... jamás te voy a compadecer, porque en parte tienes la culpa... si Harry es como me lo has pintado¡ese tipo está enamorado de ti! – le dijo con tono serio, y Hermione intentó negar, pero la interrumpió – ¡No! Ahora no me salgas con eso de que Harry sólo te ve como una buena amiga... ¡además, todas sus fotos lo delatan!... ¡te ve como si estuvieras en un altar! – le decía mientras se acercaba a ella, quien negaba cubriéndose el rostro con ambas manos.
– no... no me hagas pensar cosas que no son... ya es suficiente con haberle regalado mi primer beso sólo por un reto... – decía sintiendo las lágrimas inundar su rostro y cuando sintió los brazos de Jess rodearla por la espalda, se alejó rápidamente y corrió a refugiarse en su habitación, dispuesta a no salir de ahí en todo el día.
Since he's been gone I ain't been the same
Guess It's all meant to be... for love to cause me misery
Era su primer día de vacaciones y lo iba a aprovechar estando encerrada en su habitación toda la mañana y tarde, en lugar de salir a conseguir el regalo para su "amigo secreto". Pero no podía, eran demasiadas cosas, y por más que quisiera lo contrario, comenzaba a llegar al punto en el que empezaba a cansarse de esperar a que él notara algo, comenzaba a cansarse de esperar que él la quisiera.
Deseaba tanto sólo mandar el regalo disculpándose por no poder ir y no volverlo a ver, pero sabía que si hacía eso terminaría con todos sus amigos en su casa preocupados por su ausencia y eso era lo que menos quería.
Estaba acostada en su cama intentando olvidar aquel amor imposible, aquel beso, pero un recuerdo saltó a su mente.
"¡Llegaré a tu casa en cuanto salgas de vacaciones para arreglar todo!"
La voz de su mejor amiga resonaba en su cabeza produciéndole una punzada en el corazón, esa navidad se reunirían en su casa, pasarían más de la mitad de sus vacaciones ahí. Desde que se graduaron de Hogwarts habían acordado reunirse cada navidad o verano en casa de alguno de ellos, para recuperar todo el tiempo que habían estado separados, y ese año les tocaba llegar a su casa.
Se levantó rápidamente de su cama y se terminó de arreglar y ordenó un poco su habitación, al salir de ahí se dirigió al cuarto de Jess para preguntarle si se quedaría en la casa, pero el dormitorio estaba vacío, así que no perdió demasiado tiempo y arregló el cuarto de huéspedes; lo poco que se podía arreglar, pues ese cuarto nadie lo usaba; para después subir al ático y transformar un viejo sofá una cama matrimonial para Ron y Luna, y una mecedora en una cuna para el pequeño Ronald.
Conforme con el rápido aseo de las habitaciones, bajó a la cocina a preparar un poco de comida para ofrecerle a su amiga cuando llegara, pero no tuvo ni tiempo de abrir la puerta del refrigerador cuando sonó el timbre. Se dirigió a la puerta sin saber porqué se sentía nerviosa y al abrirla se encontró con unos hermosos ojos verdes que la hicieron flaquear por unos segundos.
Lo observó completamente sorprendida, mientras el chico le sonreía nervioso, mirándola directamente a los ojos, pero una voz los hizo romper su contacto visual.
– Hermione, nos... ¡oh, tienes visitas!... ¡Hola! – dijo Jess sonriendo ampliamente, pero ninguno de los dos dijo nada – bueno, tengo que ir a trabajar... nos vemos más tarde – se despidió, no sin antes darle a Hermione un rápido beso en los labios, haciendo que todas las intenciones de Harry se desvanecieran.
Hermione observó a Jess alejarse, sin saber qué decir ni qué hacer, pero de nuevo una voz rompió el silencio.
– ¡Hola, Hermione! – la saludó Ginny sonriendo ampliamente mientras le daba un beso en la mejilla – ¿oye, quién era ese chico tan guapo? – le preguntó antes de entrar a la casa con un par de cajas en brazos.
Hermione volteó a ver a su amiga y enseguida volteó a ver a Harry – ehm... pasa... – le dijo sin poder evitar sonrojarse, y el chico entró sin siquiera dirigirle la mirada.
Cerró la puerta con nerviosismo intentando encontrar una forma de explicar lo que acababa de pasar, pero la actitud de Harry le quitaba cualquier oportunidad que tuviera, ella buscaba su mirada y él le rehuía fingiendo ayudar a Ginny u observar algún adorno de la casa.
– no me has contestado... – le dijo Ginny sin dejar de sonreír, mientras sacaba los adornos navideños que llevaba en las cajas – ¿quién era ese chico guapo que se despidió de ti? – le preguntó volteándola a ver con una mirada ansiosa.
Hermione la observó nerviosa – Jess es... – decía, pero Harry la interrumpió.
– esta foto es de la navidad de sexto año¿verdad? – le preguntó observando una foto donde estaban él, Hermione, Ron, Luna, Ginny y Malfoy. Luna era abrazada por Ron, mientras él, de vez en cuando le daba un beso en la sien, haciéndola sonreír; Ginny y Malfoy estaban tomados de la mano, pero el Slytherin constantemente intentaba salir de la foto mientras Ginny lo reñía; y Harry abrazaba a Hermione por detrás, apoyando su cabeza sobre el hombro de la chica, ambos sonreían ampliamente.
– eh... sí... – le respondió Hermione totalmente confundida – eh... yo... ¡Harry, no! – le pidió al ver que había tomado una foto en la que estaban ella y Jess en una fiesta a la que el chico la había invitado.
Tell me why does my Herat make a fool out of me
Seems It's my destiny... for love to cause me misery
– parece que se la estaban pasando muy bien... – le dijo Harry con tono despectivo – supongo que te gusta más ir a fiestas con él que con nosotros... – le reclamó mientras volvía a dejar la fotografía en donde estaba, pero poco le faltó para ponerla completamente volteando hacia la pared.
– Harry, no es eso... Jess me invitó y... – decía Hermione intentando explicarle desde la foto hasta lo que había pasado hacía unos minutos en la puerta de su casa, pero Harry volvió a interrumpirla.
– no podías negárselo... lo sé... él es muy especial para ti¿no? – le decía con enojo mientras seguía observando las fotos.
– ¡es tan especial como ustedes lo son para mi! – le dijo Hermione comenzando a cansarse de la actitud de Harry, mientras tomaba la foto que el ojiverde acababa de dejar.
– ¡ahora nos comparas con alguien a quien seguramente acabas de conocer! – le decía Harry cada vez más enojado, pero sin voltear a ver a su amiga.
Hermione lo observó enojada – ¡tiene años que lo conozco! – le dijo con tono serio y Harry le iba a contestar, pero alguien más los interrumpió.
– ¡que bonita forma de volver a ver a mis amigos! –
Ron estaba parado en la entrada a la sala, observándolos con una amplia sonrisa, y hasta ese momento se dieron cuenta que la menor de los Weasley también los observaba sonriendo.
Harry intentó sonreír y se acercó a saludar a su amigo mientras Hermione los observaba aferrando la foto por el marco, intentando calmar su enojo.
– les preguntaría cómo están, pero por lo que vi, parece que muy bien – les dijo Ron sin dejar de sonreír, acercándose a su amiga para saludarla – tu casa es muy bonita – le dijo observando a su alrededor – no dejes que te saque de quicio... sólo está actuando como un tonto... – le dijo en susurro mientras la abrazaba y Hermione lo observó confundida, pero la ignoró completamente – Luna les manda saludos... no puede salir de la casa hasta dentro de unos días, así que no podremos quedarnos hasta noche buena – les informó mientras se sentaba en el elegante sillón individual que estaba frente a la chimenea.
Harry y Hermione lo observaron bastante sorprendidos – entonces sólo... yo... Ginny tampoco va a quedarse... – dijo Harry dirigiéndole miradas preocupadas a su amigo, pero el chico volvió a ignorar aquellas miradas significativas que le dirigían sus amigos.
– no, pero tu sí... a menos que quieras quedarte en un hotel... Luna y yo estamos demasiado ocupados con el bebé y dudo que quieras quedarte con Ginny... – le dijo dirigiéndole una corta mirada burlesca a su hermana, pues Harry siempre se quejaba; tanto como él; cuando iban a casa de Ginny, pues vivía con Malfoy.
Harry intentó argumentar, pero nada salía de su boca, él no podía quedarse en una casa sólo con Hermione, sería demasiada tentación, pero estaba olvidando algo... o más bien a alguien.
– yo no quiero ser una molestia... – dijo con tono serio, sin atreverse a voltear a ver a su amiga.
– no eres una molestia... si lo deseas puedes quedarte... – le dijo Hermione con tono amable, volviendo a dejar la foto sobre la repisa de la chimenea.
Harry le dirigió una corta mirada, sin darse cuenta que ya estaba sonriendo, volvía a ver a la Hermione que tanto quería, volvía a escuchar la dulce voz de la chica que tantas veces le había quitado el sueño, tantas noches en vela; desde sus años en el colegio hasta ese momento; sólo recordándola.
Y Hermione no pudo evitar sonrojarse al sentir la mirada de su amigo y verlo sonriendo hacia ella. No entendía cómo podía cambiar todo de un segundo a otro, primero peleaba con ella y ahora le sonreía. Pero aquella tonta discusión había perdido toda importancia al volver a ver su sonrisa, esa sonrisa que tantos suspiros le había robado y que tantas veces había logrado que perdiera su concentración causándole muchos problemas.
– ¡Muy bien! Entonces en eso quedamos... – dijo Ron sin dejar de sonreír mientras se levantaba del sillón, recibiendo miradas confundidas de sus amigos – ¿Dónde está tu cocina? – le preguntó asomándose al pasillo que dirigía al recibidor y las escaleras.
Hermione no pudo evitar sonreír – no cambias¿verdad? – le preguntó mientras se acercaba a él, y Ron la rodeó por los hombros.
– ¡oh, sí! Yo sí he cambiado, aunque no lo crean ya maduré, es sólo que el hambre nadie me la quita – dijo sonriendo mientras caminaba al lado de su amiga alejándose de la sala.
Harry los observó alejarse sintiéndose vacío, cada que la veía partir; aunque fuera sólo a otra habitación; era lo mismo, sentía como si la fuera a perder para siempre, y eso le dolía más que nada. Pero no se sentía capaz de poder hacer nada al respecto, ella ya tenía su vida hecha y él no quería llegar a revolver su vida perfecta.
– ¿porqué no la dejaste explicar quién era Jess? – le preguntó Ginny en susurro acercándose a él.
– era más que obvio quién es ese tipo... y yo no tengo intenciones de sufrir por gusto – le dijo Harry con tono serio mientras sacaba un pequeño pino de una de las cajas y lo puso en el rincón de la sala que estaba al lado de la entrada a la misma – Engorgio – dijo apuntando al árbol, que enseguida creció quedando por varios centímetros más alto que él.
– ¡tú sigues sufriendo por gusto! – le dijo Ginny con tono molesto, sin preocuparse por moderar su voz.
– ¿qué pasa? – preguntó Hermione entrando a la sala, recibiendo una mirada completamente sorprendida de su amigo – ¿tienes problemas, Harry? – le preguntó visiblemente preocupada, mientras se acercaba a él.
Harry negó nervioso – no pasa nada... Ginny inventa cosas... – le dijo intentando parecer sincero, pero de antemano sabía que difícilmente podía engañar a Hermione, talvez le podía ocultar cosas, pero engañarla¡jamás!. Y el verla tan preocupada por él dificultaba más las cosas.
– está bien... si... si no quieres decirme qué es lo que pasa, yo lo entiendo... – le dijo Hermione observándolo dolida. Ella no era nadie para exigirle nada, con el paso del tiempo había aprendido eso, si él no le quería decir lo que tenía, ella no podía obligarlo. Se dio media vuelta y se dirigió a las cajas que había llevado su amiga, para comenzar a adornar el arbolito de navidad.
Harry la observó sintiéndose culpable, no quería hacerla sentir excluida; a pesar de haberse enterado, de aquella manera, que tenía pareja; pero no podía decirle que actuaba como tonto celoso porque la quería más de lo que él mismo quisiera.
Intentando ignorar aquel incidente, todos se dedicaron a adornar el árbol con colores plateado y azul, ya fueran moños o esferas, todo era en esos colores, al igual que las lucecitas. Minutos después de que habían comenzado a arreglar todo, Ron regresó con un gran emparedado y un vaso de limonada, que comía mientras los observaba trabajar o veía las fotos que tenía Hermione.
– ¿quén es ete ico? – le preguntó Ron con la boca llena, mientras tomaba la misma foto que había visto Harry, haciendo que Hermione se sonrojara completamente al recordar la discusión que había tenido con Harry casi una hora antes.
– es Jess... – le dijo hablando casi en susurro, sin atreverse a apartar su mirada de la esfera plateada que acababa de colgar.
Ron la observó confundido – ¿Jess?... ¿ese quién...? – decía desorientado, pero se detuvo al recordar algo – ¡oh, es Jess! – dijo sonriendo de nuevo, logrando captar inmediatamente la atención de Harry; quien lo observó con el entrecejo fruncido¿cómo podía nombrarlo con tanta alegría siendo que estaba más que enterado de lo que sentía por ella?.
– ¿lo conoces? – le preguntó Harry aún frunciendo el entrecejo, apartándose del árbol con la excusa de tomar los adornos que quedaban en el sillón.
Ron asintió sin dejar de sonreír – es un chico que trabaja en el departamento de deportes... es bastante raro, porque es Muggle, pero es muy inteligente – le decía sin apartar la vista de las demás fotos.
– ?un muggle en el ministerio! – le preguntó Harry bastante sorprendido, al punto de parecer molesto por aquello, aunque no era el hecho de que el chico fuera sólo un muggle, el problema era que Jess era la pareja de SU Hermione.
La castaña lo volteó a ver bastante molesta – ¿qué tiene de malo que sea un muggle? – le preguntó frunciendo el entrecejo mientras se levantaba de la alfombra, recibiendo una mirada apenada de Harry; que había olvidado completamente que los papás de Hermione eran muggles, al igual que había olvidado que su mamá era hija de muggles, por aquel arrebato de celos; – ¡el es un gran chico!... ¡no importa que sea un muggle! Puedo asegurarte que es mucho más inteligente que muchos magos que conozco – le decía bastante enojada mientras Harry la observaba sorprendido, pero al escuchar los halagos que le hacía a Jess, no pudo evitar ponerse más celoso.
– cómo yo¿no? – le preguntó cambiando su mirada sorprendida por una ofendida – ¡para lo único que serví fue para matar al desgraciado ese¡para que todos estuvieran tranquilos y tú te pudieras venir a vivir con el muggle ese! – decía bastante enojado.
– ¡no digas tonterías! – lo reprendió Hermione intentando controlar su enojo, aunque en su mirada ya se notaba lo enojada que estaba – y por favor deja de referirte a él como si ser muggle fuera algo horrible¡estás peor que Malfoy! – decía sin poder controlar el tono enojado de su voz – ¡a demás¿porqué te molesta tanto que él viva conmigo! – le preguntó parándose delante de él con las manos en la cintura.
Harry la observó sorprendido, intentando encontrar las palabras para contestarle, deseando poder gritarle que la quería, que se estaba muriendo de celos sólo de saber que eran novios y no quería imaginarse qué tan lejos podrían ya haber llegado si vivían en la misma casa.
– ¡muy bien!... supongo que has de creer que no merezco hacer mi vida... que no merezco tener más amigos que ustedes¡pues quiero decirte que estás muy equivocado!... ¡tengo tanto derecho como tú de hacer mi vida! – decía levantando cada vez más la voz mientras sus ojos se llenaban de lágrimas – tengo derecho a ser feliz... – le dijo bajando la voz, mientras comenzaban a correr lágrimas por sus mejillas, sintiendo una fuerte opresión en el pecho.
– Hermione... yo... – decía Harry intentando disculparse por todo lo que había dicho, pero Hermione le impidió acercarse siquiera a ella y la vio alejarse de la sala justo como cuando la había visto alejarse de él en el pasillo de Transformaciones.
Harry volteó a ver a sus amigos bastante preocupado, intentando que le dijera qué hacer, pero ambos pelirrojos lo ignoraron completamente, fingiendo su atención en otras cosas, aunque Ron no lo podía engañar, alcanzaba a ver su rostro completamente rojo, sabiendo que estaba enojado con él.
– ve a hablar con ella... – le dijo Ron entre dientes, intentando controlar sus deseos de golpearlo por ser tal idiota. Y Harry lo observó confundido.
– ve a hablar con ella, no a reclamarle – le dijo Ginny con tono serio – ella tiene razón en muchas cosas – lo reprendió sin siquiera voltearlo a ver, y Harry asintió saliendo de la sala.
Pero no sabía a dónde ir, Hermione podía estar en cualquier parte de la casa, en cualquier sitio que talvez jamás encontraría él. Y aún no sabía en donde buscarla, pero sus piernas ya lo habían llevado hasta la planta alta, caminó por el pasillo y tocó un par de veces la primera puerta que vio, pero al no escuchar respuesta entró a la habitación, pero esta estaba vacía; aunque eso no evitó que se sorprendiera, había varios afiches de Quidditch pegados en las paredes, supuso que Hermione había preparado ese cuarto para él pensando que aún era un fanático del Quidditch, sin saber que su única afición era pensar en ella.
I'm not a perfect person
There's many things I wish I didn't do
Salió del cuarto cerrando la puerta tras de sí y se dirigió a la siguiente habitación esperando ahí encontrar a su amiga. Llamó a la puerta un par de veces y pudo escuchar cómo caía algo al piso, aunque la alfombra había amortiguado el sonido.
– ¿quién? –
Escuchó la voz débil de Hermione al otro lado de la puerta, deseando más que nunca que le abriera, quería disculparse con ella por todo lo que le había dicho.
– ¿quién? – volvió a preguntar Hermione, pues Harry aún no le contestaba.
– !Hermione! – dijo Harry con tono ansioso – por favor, déjame entrar... – le decía suplicante, pero Hermione no le contestó y tampoco le abrió la puerta. Entendía que estuviera enojada con él, se había portado como un verdadero tonto, pero quería arreglar las cosas con ella, si no podía tener una relación con ella, por lo menos quería conservar su amistad.
Esperó un rato a que le abriera, no quería molestarla más, pero tampoco quería dejar las cosas así, necesitaba hablar con ella y suplicarle, si era necesario, que lo perdonara, que él jamás había querido gritarle ni hacerla enojar, necesitaba decirle que la quería demasiado como para concebir la vida sin ella.
– ¡Hermione...! – le volvió a hablar tocando la puerta un poco desesperado, era el momento, le diría todo lo que sentía por ella, no le importaba ese tal Jess, si quería, que siguiera trabajando en el ministerio, pero no permitiría que le quitara a Hermione sin siquiera haberlo dejado hacer el intento – por favor, Hermione, hablemos... – le pidió pegando su rostro a la puerta e intentando escuchar lo que pasaba adentro, pero un sonido metálico lo hizo alejarse rápidamente.
La puerta se abrió dejando a la vista el rostro triste de Hermione, quien veía directamente a la alfombra como si ahí pudiera encontrar su felicidad de nuevo, y Harry se acercó a ella con pasos lentos, tomándola con suavidad por la barbilla para hacerla levantar la vista, pero ninguno de los dos pudo evitar que un escalofrío les recorriera el cuerpo al recordar el único momento en el que Harry había tomado con tanta suavidad su rostro, y a pesar de los deseos que tenía por repetir aquel momento, Harry decidió esperar un poco más antes de acelerar tanto las cosas como la última vez.
– Hermione, por favor, perdóname... nunca quise lastimarte y menos hacerte llorar... yo... es sólo... – se disculpaba Harry, pero no sabía cómo explicar sus acciones, temía demasiado a su reacción cuando le dijera que había dicho todo aquello porque estaba celoso, que la quería tanto que no soportaba pensar en que otro chico la tenía en sus brazos todos los días y la podía besar cuando quisiera.
Hermione le sonrió débilmente – no te preocupes... no es tu culpa que yo sea una chillona¿no? – le dijo sonriendo más ampliamente y Harry correspondió a su sonrisa brindándole un abrazo, que la sorprendió tanto como se sorprendió él al sentir un escalofrío recorrerle la espina dorsal.
– te quiero, Hermione... no me gustaría que nada nos separara y menos una idiotez mía – le susurró Harry al oído sin dejar de abrazarla, mientras acariciaba su cabello, y le dio un beso cerca de la oreja.
Hermione sintió un nudo en la garganta mientras su barbilla comenzaba a temblar, y abrazó con más fuerza a Harry – yo tampoco quiero separarme de ti... – le dijo con la voz entrecortada mientras comenzaban a fluir lágrimas de sus ojos.
– ¡no, Hermione, no llores, por favor! – le pidió Harry separándose un poco de ella, sólo lo suficiente para ver su rostro, y enjugó con una mano sus mejillas – no vuelvas a llorar, por favor... no me gusta verte sufrir – le dijo antes de volverla a abrazar, para evitar el error de besarla y romper aquel perfecto momento.
I've found a reason for me, to change who I used to be
A reason to start over new and the reason is you
Hermione se aferraba con fuerza de su tórax, deseando nunca tener que separarse de él. Aspiró su aroma, ese aroma que la volvía loca siempre que lo tenía cerca; sintió la calidez de su abrazo, se sentía tan protegida estando así entre sus brazos; y no podía evitar estremecerse al sentir sus manos acariciar su espalda con tanta delicadeza. No tenía duda, lo que sentía por él iba más allá de un querer.
Acariciando suavemente su cabeza, Harry se separó un poco de ella para ver su rostro y asegurarse de que ya no estaba llorando, pero al ver una lágrima solitaria bajar por su mejilla, no tardó en enjugarla con su pulgar, y no pudo evitar fijar su vista en sus labios, estaban húmedos por un par de lágrimas que habían ido a para en ellos. Pudo ver claramente cómo se había sonrojado Hermione; a pesar de no apartar la mirada de sus labios; y con nervios se mordió el labio inferior, provocando que los deseos de Harry por besarla crecieran. Se acercó a ella acariciando su cuello con una mano, mientras que con la otra la rodeaba por la cintura y Hermione lo tomaba por los costados de la camisa, estaban a unos centímetros de sus rostros, podían sentir sus respiraciones agitadas...
– ¿Harry, encontraste...? – los interrumpió la voz de su mejor amigo – ¡demonios! – se quejó al ver lo que acababa de interrumpir – lo siento... ¡de verdad!... ustedes sigan con lo suyo, yo me voy – dijo bastante rojo, caminando con pasos cortos hacia atrás.
Hermione se alejó de Harry para acercarse un poco más a Ron – no te preocupes... ¿necesitabas algo? – le preguntó acomodándose el cabello detrás de la oreja e intentando que el rubor de sus mejillas disminuyera.
– no te preocupes... regresa con Harry... – le decía Ron negando, intentando alejarse de ella, pero Hermione fue más rápida que él y en cuanto estuvo a unos pasos de él tomó su mano.
– ¿cuándo vendrá Luna? – le preguntó, pues fue lo primero que le había llegado a la cabeza, se sentía mal por actuar de esa manera, pero tenía miedo, no quería ilusionarse y que al final sólo fuera un juego o algo pasajero para Harry.
Ron abrazó a su amiga por la cintura mientras caminaba junto con ella hacia la planta baja – necesitas hablar con él... – le dijo en susurro mientras bajaban las escaleras, Hermione se iba a negar, pero Ron la interrumpió – dile lo que sientes y dile quién es realmente Jess... – le decía mientras Hermione lo abrazaba por la cintura recostando su cabeza en su hombro.
– no es tan fácil... – le dijo susurrando – él... no sé qué es lo que quiere... a veces siento que hay algo más de su parte, pero luego lo veo actuar como si siguiera siendo su amiga de siempre... hoy... bueno¡tú lo viste!... actuó como... como... – decía entre desesperada y confundida, deteniéndose frente al comedor.
– como si estuviera celoso... – completó Ron su frase – por eso mismo creo que necesitas hablar con él, necesitan aclarar lo que ambos sienten – le dijo con importancia – lo digo en serio, necesitan hablar – le dijo con tono urgente mientras se acercaba a la puerta de la casa, pero Hermione lo detuvo.
– ¿y qué hago si él no siente nada por mi? – le preguntó con gesto preocupado, sintiendo de nuevo ese nudo en la garganta.
Ron le sonrió – si te dice eso te prometo que yo mismo lo golpeo – le dijo mientras bajaba las escaleras hacia la calle.
Hermione le sonrió negando y lo observó alejarse.
