Disclaimer: Ninguno de los personajes que reconozcan es mío, son propiedad de J.K. Rowling. En cuanto a la canción, se llama "Vestido azul" y es del grupo musical La Oreja de Van Gogh. No gano nada por hacer esto.
Vestido azul
"Amy, no podemos seguir con esto" anunció el joven Black a su novia luego de esquivarle un beso.
Era un sábado por la noche y habían salido a tomar algo a un pub tranquilo donde podrían conversar.
"¿De qué hablas, amor?" preguntó, confundida. Sólo le bastó con verle las facciones para saber lo que venía después.
Era muy bueno para ser verdad…- se dijo a si misma, desde que había comenzado a salir con Sirius que temía ese día. Su fama de Don Juan lo perseguía donde quisiera que fuera, aún fuera de Hogwarts.
"Amy, no quiero lastimarte… No podemos seguir juntos" se lo veía serio, era una decisión tomada. Puso un dedo sobre los labios de ella para evitar que lo interrumpiera, sabía que iba a rebatirle "Son tiempos difíciles…"
"Yo quiero luchar junto a ti, Sirius" intervino, a pesar de todo. Sabía que se refería al creciente movimiento de aquel conocido como el Innombrable.
"No comprendes, no podemos seguir juntos" suspiró "Yo… quiero a alguien más"
Amy abrió los ojos como platos mientras se repetía que no lloraría… no enfrente de él. Habría puesto las manos al fuego por Sirius y por defender ese amor que sentía, y que había creído correspondido.
Regresa a la realidad… Él no cambió… Sabías que saldrías destrozada y aún así… ¡LO AMO!-
"Vamos, te llevaré a tu casa" dijo mientras le tendía una mano para que ella la tomara.
"Vete solo, puedo aparecerme" respondió seca y cortantemente, sin atreverse a levantar la mirada. Las palabras de él aún quemaban en sus oídos: '…quiero a alguien más'.
Sirius no tuvo más remedio que pagar la cuenta y salir de allí. Tenía ganas de correr hacia ella y abrazarla, decirle que todo eso era por su bien, y sabía que de seguir allí no podría resistir el impulso. Deseaba decirle que aún la amaba, pero no podía, y eso le dolía.
Sólo una palabra se hubiera llevado el dolor.
Con el beso amargo de aquel licor,
hubiera bastado, mi amor.
Sólo una mentira se viene conmigo a pasear.
Sentirme querida en aquel abrazo en el mar.
Caminaba lentamente por la acera, dejándose despeinar por la brisa nocturna. Llevaba puesto aquel vestido azul que a Sirius tanto le gustaba y encima un grueso sobretodo marrón, con las manos enfundadas en los bolsillos. Apenas una semana atrás habían estado caminando por allí sin dejar de bromear y disfrutar de la compañía mutua pero ahora todo era distinto. Él no estaba a su lado y, lo que era aún peor, sabía el motivo. Había encontrado a otra. Otra que ocupara su lugar, recibiera las caricias que un día fueron para ella, sus besos, su amor… Todo. Unas cuantas lágrimas cayeron por sus mejillas, lo había perdido. Sirius era el amor de su vida, y se le había escapado.
Mientras tanto él no podía dejar de pensar en ella y menos aún podía creer lo que había dicho. Sí, era cierto que él había tomado la decisión de dejarla, pero la idea era que no sufriera y sabía que, cegado por las ansias de que ella fuera feliz y pudiera rehacer su vida sin él, la había herido profundamente, y eso era algo que no podría perdonárselo jamás.
Con el vestido azul que un día conociste
me marcho sin saber si me besaste antes de irte.
Te di mi corazón y tú lo regalaste,
te di todo el amor que pude darte y me robaste.
Sirius clavó los frenos, que sonaron estruendosamente contra el pavimento, para evitar darse contra el paragolpes del auto que iba delante. Al parecer algún distraído había cruzado la calle sin reparar en el tránsito siquiera. Él bajó de su moto para asegurarse que no había ocurrido nada, dado que el auto no avanzaba. Y al parecer varias personas más habían tenido la misma idea de acercarse a ver qué ocurría. Por suerte no había sido nada muy grave, el conductor había bebido y se había quedado dormido al volante pero no había pasado de eso.
Amy le tocó el hombro a un señor que estaba frente a ella para saber si había ocurrido algo grave dado que su baja estatura le dificultaba la observación pero perdió el habla al ver quien era el que se daba vuelta. A pesar de estar agitada, tener los ojos colorados y el cabello despeinado se la veía tan hermosa como siempre, -y a la vez tan frágil- pensó, sin poder evitarlo. Él estuvo a punto de responderle cuando una joven algo histérica (aunque bastante llamativa) para su gusto lo abrazó. Amy salió caminando velozmente de allí. No resistía ver eso.
"¿La conozco?" preguntó rápidamente Sirius luego de observar alejarse a su ahora ex novia con tristeza e intentando zafarse de las garras de aquella mujer.
"No, pero podríamos hacerlo, guapo" fue todo lo que obtuvo por respuesta junto con una sonrisa que no le gustó en absoluto.
Negó con la cabeza antes de alejarse de allí en su moto, en un intento de alcanzar a Amy, pero ya era tarde. La muchacha había desaparecido.
He rasgado mi vestido con una copa de vino,
hoy tu amor corta como el cristal.
Se quitó los zapatos a fuerza de talones y se dejó caer en la cama, rendida y con el rostro surcado por muchas lágrimas. Lo único que atinó a hacer fue abrazar su almohada y continuar con las lágrimas silenciosas mientras en su mente se repetían entre recuerdo y recuerdo aquellas palabras tan duras: 'Yo… quiero a alguien más', acompañadas por la imagen de esa mujerzuela abrazándolo. ¿Podría ser que Sirius ya estuviera saliendo con 'esa' antes de terminar con ella? Eso la convertiría en una cornuda… además de que hacia todo el doble de doloroso. No creía a Sirius, a SU Sirius, capaz de algo así, pero se encontraba tan confundida que ya no sabía a que atenerse. Y así pasaron lentamente los minutos para ella mientras se preguntaba si algún día podría superar aquello pero la única respuesta que encontraba era un rotundo NO.
En el cielo hay playas donde ves la vida pasar,
donde los recuerdos no hacen llorar:
vienen muy despacio y se van.
Sólo una caricia me hubiera ayudado a olvidar
que no eran mis labios los que ahora te hacen soñar.
James sintió el ruido de una aparición y no dudó que fuera Sirius el causante pero algo andaba mal, su amigo no era de los que llegan silenciosos a una casa… menos que menos a la de su mejor amigo.
"¿Qué ocurrió, Padfoot? Te ves fatal…" preguntó al tiempo que se acercaba al recién llegado, quien lo abrazó.
"Lo hice, Prongs… Terminé con Amy…" anunció con tristeza.
Lily, que había escuchado desde la cocina, fue a recibir a Sirius mientras le tendía un café a él y otro a su esposo. "Siéntate, nuestra casa es tu casa" lo invitó con una sonrisa mientras señalaba un sillón grande y ella misma se sentaba, sujetándose el vientre.
"Hola Lils… Harry" saludó con la taza en mano y esbozando una triste media sonrisa antes de sentarse junto a la embarazada.
A continuación Sirius les contó toda la historia, por qué lo había hecho y todo lo que había sucedido después mientras sus amigos oían atentamente.
"Deberías hablar con ella… Merece saber la verdad" comentó Lily, mientras sujetaba la mano de James. Se imaginaba en la situación de Amy y no le gustaba nada.
Con el vestido azul que un día conociste
me marcho sin saber si me besaste antes de irte.
Te di mi corazón y tú lo regalaste,
te di todo el amor que pude darte y me robaste.
He rasgado mi vestido con una copa de vino,
hoy tu amor corta como el cristal.
Y Amy no pensaba muy distinto, estaba realmente desilusionada y no se sentía capaz de seguir soportando eso. Si no podía estar con Sirius no estaría con nadie, y tampoco quería verlo con alguna otra. Lo mejor sería acabar con eso de una buena vez, cerrar ese capítulo de su historia definitivamente para no poder volver a abrirlo. No podía soportarlo, la herida provocada por él había sido profunda y certera.
El filo emitió un pálido destello cuando se prendió la luz del pasillo y ella se revolvió nerviosa en su lugar para toparse cara a cara con Sirius.
Buena suerte en tu camino yo ya tengo mi destino,
con mi sangre escribo este final
"Amy… he venido a decirte la verdad" se lo notaba decidido y con una fuerza renovada. Definitivamente la charla con los Potter le había ayudado mucho.
Lástima que era tarde, ante el brusco movimiento que había hecho Amy se había provocado una herida que era capaz de acabar con su vida. El líquido rojo goteaba sobre la alfombra y ella no atinaba a hacer nada. Se encontraba allí, parada, sin saber que hacer. Realmente quería escuchar lo que él había venido a decirle pero se le comenzaba a hacer difícil, ver sangre la mareaba y fue cuestión de minutos antes de que cayera al piso, inconsciente. Sirius corrió hacia ella y la tomó en brazos.
"¡No, Amy¡¡¡Por favor, no me dejes!" gritó, desesperado, antes de desaparecerse.
Creo que el final quedó algo trágico… Tengo algunas ideas para otros capítulos pero estoy sumamente escasa de tiempo… Se supone que estoy estudiando química pero es que me inspiré y no pude evitar venir corriendo a escribirla. Quedó más corta de lo que imaginé. Espero que les haya gustado y, aunque no sea así, se animen a dejarme reviews que siempre es bueno saber lo que piensan las personas que leen mis historias, al menos para mí es importante. ¿Creen que merezca un 2º capítulo o les gusta más el final abierto?
Saludos desde Argentina
Angie Crowe
