No podía creerlo, de nuevo estaba mi estupido vecino de al lado follándose alguna zorra que había encontrado por la calle. ¿Cómo podía ser tan sumamente asqueroso el tío ese? Bueno asqueroso no era la palabra exacta para describirlo, por que… era todo un adonis con pene movible y lo que parecia es que lo movia la mar de bien.

Desde que me había mudado a este bloque de apartamentos en Chicago, las noches, bueno casi todas las noches, mañanas, tardes… se habían convertido para mí en un completo infierno. Todo gracias a mí querido vecino…

Me concentre de nuevo en mi ordenador a seguir editando el nuevo libro que me habian encargado en la editorial donde trabaja desde hace unos meses, al haber cesado los golpes y gritos provenientes del otro lado de la pared.

-Oh si Edward-escuche de nuevo un grito que hizo que mis nervios se crispasen de nuevo. Bufe bastante molesta por el incesante ruido...

Era el quinto que se escuchaba de la putilla esa. No podía mas, no podría concentrarme en el trabajo si seguía escuchando los gemidos descontrolados y golpes de la cama en la pared. Suspire cabreada. ¿Es que no podían ser silenciosos? Tampoco era tan complicado, yo solía ser bastante silenciosa. Aunque por un motivo totalmente distinto. No era muy aficionada al sexo, con todos los tíos con los que había estado, había disfrutado más bien poco en la cama.

El vecino parecia muy bueno en lo suyo, sino no se escucharian tan satifechas y llenas de gozo a todas y cada una de las chicas que pasaban por ahi. Solo de pesarlo me ponia nerviosa.

Algún día llamare a la policía y se le cortara el rollo al chulo putas este. Era un autentico golfo, pero en toda regla vamos. No había coincidido con el mucho por la escalera o por el ascensor, menos mal, por que las únicas veces había estado a punto de caer a su sonrisa toda bonita que tenía. No iba a mentir en una cosa tan obvia.

El chico podía ser todo lo golfo que quisiera pero lo tremendo que estaba no se lo quitaba nadie. Alto, de cuerpo atlético y bien marcado en las camisas y camisetas que llevaba. El tío sabía como sacarse partido, aunque iba un poco desaliñado para el gusto de algunas pero irresistible para otras. Como para mí. El pelo lo tenia desordenado, dándole un aspecto mas descuidado aun y todavía mas sexy. Tiene unos ojos de un perfecto verde esmeralda y unas facciones cuadradas y bien marcadas, que si te despistabas te sorprendías babeando con solo mirarlo.

Por eso mismo se follaba a toda cosa con patas. No me extrañaría nada que también lo hiciese con animales. Vale, lo último no, lo digo mas que nada por rencor. Se me nota a kilómetros…

-Dame duro, oh si-volvió a gritar la muchacha.

Deje el portátil violentamente a un lado en el sofá y me puse de pie como alma que lleva el diablo. Me acerque a la pared y comencé a golpearla fuerte para llamar su atención y que callasen, pero en lugar de ello escuche una risita tonta de parte de aquella zorra. Escuche al pegar mi oreja a la pared, como susurraban y reían dentro. Los golpes no se hicieron esperar, esta vez con mas fuerza y mas rápidos.

El aire se quedo atorado en mis pulmones al escuchar a la chica gemir descontroladamente. ¿Pero que le estaba haciendo este chico para que gimiese de esa forma? Mi boca se abrió lentamente y comencé a hiperventilar sintiéndome cada vez mas cachonda.

-¡Voy a llamar a la policía!-grite a todo pulmón para que el estupido me escuchase y para cortar el calenton que me estaba dando de escucharlos.

-¡Los estaremos esperando!-me respondió el riendo.

Pero… me sentía muy pero que muy furiosa. ¿Qué se creía este para reírse así de mí?

Busque algo fuerte y resistente para poder dar golpes en la pared y llamar su atención. Cogi una de las sillas que estaban alrededor de la mesa del salón y me acerque a la pared para comenzar con el espectáculo.

Quería estropearle el polvo y haría todo lo posible. No podía más, era superior a mis fuerzas. No trabajar un día y tener que escuchar los berridos de dos o tres guarras bueno, pero tener que estar escuchando cada día por lo menos dos o tres polvos no. Eso si que no. Hasta aquí habíamos llegado.

Comencé a dar golpes sin parar a la misma vez que ellos lo hacían. Ella comenzó a gemir mas fuerte, seguramente el querría seguir mi ritmo, pero no lo conseguiría.

Me eche un poco hacia atrás y con todas las fuerzas que tengo le di un buen golpe a la pared al mismo tiempo que el vecino daba otro.

No supe como, ni cuando, ni nada de nada, simplemente supe que un ruido ensordecedor y una neblina de lo que parecía humo apareció de la nada.

Mi boca se abrió por el asombro de ver lo que acababa de pasar. ¿Qué cojones? En mi pared había un gran agujero ¡Un puto gran agujero! Que comunicaba mi casa con la del follador. Y ahí estaban los dos, desnudos, el encima de ella con una cara tan sorprendida como la que tendría yo ahora mismo. ¿Cómo se había podido hacer este tremendo agujero en la pared? ¿No se supone que las paredes son duras y resistentes?

-¿Qué has hecho?-me dijo quitándose de encima de la muchacha y acercándose a la pared.

-No…no se… simplemente estaba…-solté sin saber muy bien que decir.

- Joder-dijo el asomando la cabeza por el hueco-Esto es mas grande de lo que pensaba. ¡Ey! bonita television-me sonrio torcidamente haciendome perder el hilo por un momento.

-¿Qué crees que estas haciendo?-espete enfadada una vez que sali de su embujo y empuje bruscamente su cabeza hacia el interior de su vivienda.

-Solo quería explorar. Desde que te mudaste he tenido deseos de conocer tu casa-dijo el insinuante. Lo mire con cara de asco.

-¿Edward que ha pasado?-dijo la muchacha enrollándose en la sabana. En ese momento me di cuenta de que mi vecino el follador estaba completamente desnudo hablando conmigo, como si fuera algo normal.

-Por dios tapate asqueroso-le dije medio gritando mirando hacia otro lado. Para evitar tentaciones.

-Asqueroso no, Edward. Me llamo Edward Masen y creo que debemos de hablar de lo que vamos a hacer con este pequeño problema-dijo señalando con una sonrisa el destrozo que habíamos ocasionado.

Suspire frustrada y me controle para no echarme a llorar en ese mismo momento. ¿Qué se supone que iba a hacer con un agujero en mi pared y encima comunicando con el apartamento de lo que parecía ser un putero de tres al cuarto?

No he podido resistime Jojo

Esta no es la historia que os comente que tenia en mente y de la cual llevaba unos cuantos capitulos escritos, es otra, pero de esta tambien tengo capitulos adelantados, por lo que "Los viernes de Paramon" no quedara abandonada (lo prometo).

Espero que os guste, espero vuestra opinión.

Mil besitos de chocolate jiji.