Disclaimer: Naruto no me pertenece. La historia es mía.
Cap.1. ¿Quién eres?
Seis en punto, eso le dice el radio despertador al encenderse.
"La situación meteorológica seguirá siendo inestable. Las fuertes precipitaciones pluviales continuaran en los próximos días. Si sale, conduzca con cuidado."
- Malditas lluvias… como sí mi vida no fuera gris, el clima continua de gracioso... - masculla Sasuke mientras se levanta.
Es muy temprano pero la necesidad de un cigarro no perdona. Se dirige hacia la puerta. Antes de llegar a abrirla percibe de nuevo esa extraña sensación en su piel. No lo sabe definir pero es como un cosquilleo en su nuca. Echa una última ojeada al sitio y sale.
En la penumbra y sobre la pared, ella lo ve abandonar el apartamento. Desde hace un buen tiempo que le sigue. Sabe cada movimiento, cada detalle mínimo de su vida y es que para alguien como ella no hay secreto que pueda ocultarse.
Enfundada en su típico traje gris, Hinata le sigue hasta la calle. No es que le guste, ni que represente algo para ella, es sólo que así debe de ser. Es tan sólo eso: su Deber. Pero sin duda Sasuke Uchiha ha sido de uno de los trabajos más viables que ha tenido. Con él todo es… No sabe cómo expresarlo. No encuentra la palabra. Es mala para las definiciones.
Hinata conoció a Sasuke a los seis años, en un día igual de lluvioso que el que se vive afuera. Un día en que el pequeño Sasuke junto con su madre y su padre, despedían a su hermano mayor. Pero no fue hasta hace cinco meses en que supo que tendría que estar con él.
El tiempo pasaba rápido. Cinco meses. Ese era el periodo de tiempo en que sus padres se habían separado de él. Así que según, la medición habitual cronológica, Hinata llevaba en total tres meses y veintinueve días siguiéndole.
Itachi se había equivocado, su hermano pequeño no era un débil que necesitara protección. Claro, había estado lo del asunto de la navaja, pero afortunadamente esa amiga suya, había intervenido.
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Sin importar el clima que se precipita en forma de diluvio, Sasuke se dirige en su auto a la tienda más cercana para comprar una caja de cigarrillos. Tiene buena suerte, los semáforos se muestran en verde a su paso. Sí, el verde puede ser bueno a veces.
Recorre las calles aun sin el transito del fin de semana, el que seguramente todos ocuparan para escapar del temporal insufrible de la ciudad. Las vacaciones de verano han comenzado. Y aunque él odie estar de ocioso no puede hacer nada, es obligatorio en donde trabaja que tome los días. Tal vez, debió haber escuchado a Suigetsu y alcanzarle en la isla en la que vive. Pero no, nunca ha sido muy fanático de los lugares soleados.
Aparca el auto en el estacionamiento vacío. Entra a la tienda y toma la cajetilla. La cajera le lanza una mirada sugestiva al verle.
- ¿Es todo, cariño?… - dice con tono chillón.
Él sólo se limita a asentir. Hinata desde los pasillos de comida chatarra mira con indiferencia la escena. Tal vez si no fuera tan duro consiguiera una linda chica que le iluminara un poco su gris vida.
Sasuke le da el dinero a la chica tras el mostrador y recibe el cambio.
- ¿No checarás si no te robe, guapo? – pregunta juguetona la cajera con ese tonito que tanto detesta él.
- Confiaré en que sabes de matemáticas más que de buen gusto.- contesta mirando con cierto desdén el escote exagerado.
Hinata mira fijamente el perfil de la chica. Pide para sus adentros que mejor calle y no siga insinuándosele a Sasuke. Él puede ser bastante hiriente.
- ¿Te gusta lo que ves? – dice la cajera elevando el pecho, al parecer no captó la ironía de su cliente.
- Qué se supone debo decirte... "¿Cuánto?"- ella pestañea sin entender. - Si el trabajo de callejera se te da mejor, ¿Qué haces aquí? - suelta con menosprecio.
La chica se sonroja, para luego llevarse una mano al pecho y cubrirse. Parece ofendida. Hinata camina hacia la salida. Esas chicas que se dejan llevar por un rostro atractivo nunca entienden.
Sasuke sale del autoservicio, una vez afuera, enciende el cigarro, el cual termina en seis inhaladas. Harto de la mirada iracunda de la cajera, él sube de nuevo a su auto pero no con dirección a su casa. Irá a uno de los miradores que seguramente a esas horas se encontrara en completa soledad.
Llega a las inmediaciones del mirador, ha sido muy fácil atravesar la ciudad para salir de ella. Bien, un punto para los días de vacaciones. Mientras recorre la carretera mira la serie de anuncios espectaculares que adornan ambos carriles. Solía divertirse con Itachi adivinando sobre qué nuevo producto anunciarían cuando veían que uno era desarmado.
Itachi. Si no fuera por su hermano, y por Karin, él ni siquiera estaría. Sus ojos miran de refilón la piel algo fina de su muñeca izquierda.
"Nunca serás más inteligente que yo, Otouto"
Al parecer así era, eso que había hecho demostraba cuan estúpido podría ser.
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El mirador está en penumbras. Sasuke baja del auto. La lluvia es menos intensa, sólo parece una brisa continua. Aún así humedece todo su cuerpo. Espera no pescar un resfriado, sería lo último que le faltara. Recuerda entonces que trae un paraguas en la cajuela. Pero de última instancia decide no sacarlo, se siente idiota por alejar la gripe usando un paraguas y no hacer algo por evitar el cigarro y que sus pulmones algún día colapsen por el humo.
Con la llovizna fría cayendo sobre su cabello negro, saca otro cigarro. Inhala con fuerza, saturando toda su cavidad torácica de ese humo que le hace sentir mejor.
Hinata le mira desde un árbol cercano. Ve a Sasuke sacar el humo en pequeñas formaciones circulares, que se disipan casi de inmediato, y se pregunta por primera vez qué se sentirá fumar, si ella podría hacer esos mismos circulitos de humo. Ella baja la mirada, no debe pensar en esas cosas mundanas.
Sasuke mira las pequeñas fumarolas que se extinguen. En lo alto el cielo es gris, de un gris frío. Llueve casi como aquel día. El humo se escapa por sus fosas nasales. Raspa un poco, pero no lo suficiente para dejar de hacerlo.
"Sabes que odio que fumes, Sasuke-kun… Enfermarás a tus pulmones"
Sonríe al recordar el hablar de su madre.
Hinata le mira. Sasuke Uchiha está sonriendo. Bien, por lo menos, es como cualquier humano normal. Pero el hecho es que nunca le había visto hacerlo.
"Sasuke ya es un hombre, si quiere acabar con los dientes amarillos por el cigarro,… allá él."
Un gesto nostálgico se dibuja en su rostro al oír en sus pensamientos la voz de su padre.
Hace cinco meses que no les escucha, y que por más que intente no les volverá a oír. Porque verlos y escucharles en su cabeza, puede ser bonito momentáneamente, pero no es suficiente pasado el tiempo. Y él quisiera que sus padres siguieran en su vida, atosigándole con preguntas sobre sus relaciones, o regañándole por su vicio al tabaco, quisiera que siguieran metiéndose en todo eso. Pero ya no lo harán.
- La vida continua, Sasuke…- se dice convencido.
Hinata le escucha. Sus ojos cremosos no reflejan nada. Mira a Sasuke y su piel tan blanca. Ella recuerda por unas fotografías que la piel de él solía ser, antes de cinco meses, ligeramente bronceada. Pero ahora recluido en cuatro paredes, las de su trabajo y las de su casa, su piel esta pálida. Hinata piensa que por la piel y el sometimiento de emociones, Sasuke hasta pareciera uno de los suyos.
Ella nunca ha visto sus ojos. Ni debe. Puede mirar los de cualquiera excepto los de él. Es una de las reglas que no deben romperse en su actividad como guarda. Y tampoco es que quiera verlos, sabe que en los ojos de alguien como él no habría algo que ver. Ha escuchado que son negros, mucho; más que el plumaje de los cuervos.
La lluvia arrecia por momentos. Bajo un arbol, Hinata está tan seca como si se encontrara en algún cobertizo. Cree que tal vez, al fin pueda dejar su labor con Sasuke. Él ya parece normal. Aunque ella puede aceptar que los días que ha conocido a Sasuke han sido fáciles pero no aburridos. ¿Aburridos? ¿Será esa la palabra? La gente común tiene una serie de vocablos infinitos para definir cada simple agitación que experimentan.
Entonces el tímido gimotear a unos pasos, saca a Hinata de sus divagaciones. Sasuke está llorando. Al principio ella cree equivocarse, pero es verdad. Él llora. Ella no desea hacerlo pero se acerca.
- ¡Maldición! ¡Maldición! – reclama él golpeando con sus puños el tronco de un árbol.
Sasuke no lo puede evitar. La lluvia, el cielo gris, la soledad, los recuerdos… Su hermano perdido hace tanto, ahora sus padres que no volverá a ver. Hacía quince años cuando la muerte de Itachi, no había soltado una sola lagrima por respeto a él. Cuando la muerte de sus padres, hacía apenas cinco meses, no se permitió llorar. Como hombre se dijo que con llorar como magdalena no arreglaba nada. Era un Uchiha, debía ser fuerte.
Pero ahora por los recuerdos, todo se le cae encima, como el diluvio que se cierne sobre él. Pero a diferencia del agua, lo que siente pesa como placas de hierro.
Después de tanto suprimirlo, de evitarlo con orgullo, sin previo aviso su dolor se apodera de él. Sale reflejado en un llanto doloroso. Porque Duele, tanto que siente que no podrá soportarlo; duele de forma tan intensa que cree que nunca antes nadie ha sentido tanto dolor en su cuerpo.
Las lágrimas se escapan por sí solas de sus ojos. Se deja caer desecho en el suelo enlodado. Sus nudillos están rojos, la sangre comenzó a brotar en ellos. Las lágrimas siguen cayendo necias, mezclándose con la lluvia.
De pie Hinata le contempla. Algo, algo pasa en su ser al verlo. De nuevo no encuentra palabras para definirlo. Pero algo pasa en ella al verlo suelto en llanto. ¿Por qué lloras Sasuke? Le dan ganas de preguntar. Él parecía estar bien, estar convencido de seguir con la vida. ¿Por qué ahora parece abatido? ¿Por qué tiembla como un niño perdido?
- Los… los extraño…- dice él, sus palabras se pierden con la lluvia. La cajetilla de cigarro cae al suelo. Se sorbe el llanto llevándose las manos al rostro para ocultarlo.
Hinata se inclina. Sabe que puede susurrarle algo que le aliente pero no sabe qué. Un "Tranquilo" es lo único que brota de sus labios.
- Me hacen falta… Mucha. – gime él, recargado sobre el árbol que golpeara y tapando con una mano los ojos llorosos. Ahora un "Estarás bien" es lo que se limita a decir ella.
De pronto parece avergonzado de sí mismo por la escena que acaba de hacer. Tras del árbol en que él está sentado, Hinata, recargada en el tronco, escucha que ha dejado de llorar. La lluvia no escampa. Sasuke está completamente mojado.
Con apremio, Sasuke levanta la cajetilla que esta tirada en el suelo, y aun puede recuperar un cigarro seco. Vuelve a encenderlo, lo fuma a grandes hondadas. Será el último cigarro de su vida, a partir de ese momento, se ha prometido hacer a un lado su afición al tabaco.
Lo termina y se encamina al auto. Regresara a casa antes de que la tormenta se desate y los caminos se vuelvan intransitables. No quiere aceptarlo pero después de llorar, se siente mejor. Es irónico pero después de esa debilidad, se siente más fuerte. Los ojos vuelven a sentirse húmedos en sus cuencas, pero esta vez es el agua de lluvia que cae y le escurre del cabello la que los moja.
La llovizna se ha convertido en una lluvia torrencial. Sasuke conduce con lentitud, los limpiaparabrisas apenas da abasto para quitar el agua que pareciera cae a cubetadas sobre el vidrio. Las luces del resto de vehículos apenas se notan. Los caminos están anegados.
Y entonces un monstruo azul lo embiste. Un camión fuera de control se estrella directamente sobre él. El auto vuela fuera de la carretera, da un giro espectacular y se estampa en el suelo.
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Prensado dentro del auto, Sasuke siente sacudido. Un dolor en la cabeza le picotea. No lo sabe pero tiene un fuerte golpe justo en la sien. Se queja apenas cuando al respirar percibe que algo se entierra en su costado. Frunce la boca con dolor, al ver un pedazo de metal retorcido incrustado justo entre sus costillas. Está por completo cubierto de sangre.
- G-Genial…- dice.
Dentro de todo lo dramático del caso, Sasuke aun se mofa. Aunque no muriera por el cigarro, sabía que de algún modo u otro lo haría. Pero definitivamente no contaba con que la hedionda vida le mataría a tan corto plazo y de esa forma tan catastrófica.
- Vas a estar bien, Sasuke…- escucha que le dice una voz suave.
Sasuke medio sonríe, la muerte se acercaba, comenzaba a escuchar voces.
Pero no. No piensa morir ahí. Con valentía, jala su cuerpo hacía afuera y logra salir del auto. Múltiples rasgones deshilachan su ropa. Intenta ponerse de pie pero no puede, la pierna izquierda le duele un infierno. La tiene fracturada. Aguantando el dolor, repta cuesta arriba alejándose lo más que puede del auto. Teme que pueda explotar.
Empieza a costarle respirar y los ojos comienzan a pesarle.
- Justo cuando pensaba que esto terminaría…
Sasuke vuelve a oír y voltea en dirección a donde proviene la voz. A unos metros de él, una mujer de traje gris, cabello largo y piel blanca está sentada en una piedra. Ella mira en dirección al auto que empieza a incendiarse. Parece calmada, sin embargo un aire melancólico ronda sus facciones finas. A Sasuke le parece un fantasma. Tal vez sí lo sea.
- ¿Q-Quién eres tú? – pregunta.
Ella gira y rompe la primera y básica regla. Sus ojos se encuentran, se miran directamente. Por primera vez, ve a uno a su cargo a los ojos.
- C-Contéstame…- exige él al mirar esos ojos como lunas llenas en otoño.
Hinata no sabe que decir. No es posible que le hable a ella. Gira a todos lados esperando que alguien más se encuentre allí pero no sólo están ellos dos.
Pero ¿Cómo puede...? Es… imposible que la vea.
- ¿E-Eres la muerte? - dice contrariado a la chica que frente a él no deja de mirarle.
Hinata se levanta dispuesta a desaparecer. Eso no está bien. A lo lejos las sirenas de la ambulancia se escuchan.
- Q-Quédate… - le pide.
- Y-yo… - no sabe que decir.- Tú no… no d-deberías verme…
- E-Eres bella, para ser la P-Parca…
Es lo último que escucha decirle, para luego quedar inconsciente. Segundos después la ambulancia aparece. Los paramédicos se apresuran a darle auxilio al herido. En su andar, atraviesan una y otra vez, el cuerpo etéreo de una mujer de cabellos largos que sólo se dedica a mirar al chico de pelo negro que atienden.
Dos palabras que ha escuchado una y otra vez entre los de Sasuke, aparecen en la cabeza de Hinata. "Estoy jodida." No sabe por qué pero cree que en este caso se pueden aplicar.
Bien, pues este es un proyectito que se me ocurrió apenas ayer y decidí escribirlo. ¡Estoy emocionada porque es mi primera incursión a un UA!
Espero guste a alguien. Gracias por leer.
Si me dejan un review, Sasuke sanará más rápido. ^_^
