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Declaro que los personajes no me perteneces, son propiedad de la grandiosa J.K. Rowling. Yo solo los tomo prestados para divertirme un rato, sin fines de lucro.

Esta historia esta terminada y consta de dos partes, la primera de 65 capítulos y la segunda de 41. Que ya han sido publicadas en su totalidad en otras plataformas; Potterfics y Wattpad. Decidí comenzar a subir los capítulos también a fanfiction conforme vaya editando la historia. Por lo que iré subiendo de uno a tres capitulo diario, pues estoy haciendo algunas pequeñas correcciones, que aunque no modifican el curso principal de la historia, son necesarios.

Esta ha sido la historia mas larga que he escrito hasta el momento y la única que tiene una segunda parte, por lo que le tengo un especial aprecio.

Como siempre agradezco profundamente sus comentarios. Espero que disfruten mi historia, tanto como yo disfrute escribirla.

Helena Grand

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Rencuentro

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Caminaba sin destino adentrándome en el bosque, los frondosos árboles dejaban filtrar un poco de luz por entre sus ramas llenas de hojas multicolores. Como cada otoño las hojas comenzaban a tomar diferentes tonalidades de café, amarillo y ocre. Se desprendían poco a poco alfombrando el camino de colores cálidos.

A cada paso se escuchaba el sonido de las hojas romperse bajo mis pies, parecía la niña de mis recuerdos, brincando entre montones de hojas para hacerlas crujir, pero me parecía divertido, me hacia recordar mi infancia en el jardín de mi casa y a mi madre. ¡Cuanto la extraño! Suspire con nostalgia por su recuerdo, a veces es difícil aceptar que ya no está a mi lado, que ya se ha ido.

Trate de sacar ese recuerdo de mi mente, aun me dolía mucho y prefería ocupar mi cabeza en otras cosas. Acostumbraba adentrarme en el bosque para encontrar un poco de paz. Mi casa estaba a poco distancia de este bosque por lo que lo conocía lo bastante bien para no perderme. Hoy era de eso días en los que tenia la necesidad de estar sola con mis pensamientos, era medio día por lo que el sol calentaba con su luminosos rayos dando una sensación sumamente agradable, aunque hacia algo de viento, los tupidos arboles me resguardaban.

Camine hasta llegar a mi lugar favorito. Un viejo árbol de raíces gruesas a la orilla del lago, era perfecto, podía pasar horas, sentada en aquellas raíces que formaban una cómoda silla de manera natural.

Me apetecía nadar un poco pero aunque traía mi toalla había olvidado mi traje de baño sobre mi cama, lo que recordé cuando buscaba en mi mochila y no encontré nada, además de un poco de comida, mi aparato de música y un libro que me había recomendado una amiga. Un poco decepcionada me puse los audífonos para escuchar música mientras leía un poco.

No dure mucho tiempo en mi lectura, en verdad deseaba poderme refrescar un poco, después de todo era una buena nadadora como decía mi padre.

Recordé a mi padre y otra vez sentí el punzante dolor entrando en mi pecho. El siguió a mi madre al año de que muriera ella. Ahora estaba sola. Me sorprendí al darme cuenta que lloraba. Recordarles me seguía doliendo demasiado.

Tengo que superarlo, a ellos no les gustaría verme así, con ese pensamiento me levante y tome una decisión.

Después de todo no había nadie cerca, estaba en un lugar alejado, así que, porque no nadar en ropa interior. Así que me deshice de la blusa de manga larga y la camiseta, así como del pantalón y el calzado deportivo que llevaba. Ate mi cabello en una coleta y me dispuse a entrar al agua.

¡Brrrrr! en verdad estaba fría, pero era algo delicioso ya que el cuerpo se acostumbraba.

Nade por largo rato hasta que comenzó a arrugarse la piel de mis manos. Me acerque a la orilla y estaba a punto de salir cuando escuche que alguien me hablaba, por lo que me sobresalte y me zambullí para que no me vieran en paños menores.

-¿Qué haces aquí?

Me pregunto un chico que por lo poco que pude ver ya que el sol me daba de frente y nublaba mi vista tendría unos 20 años. Enfadada por ser interrumpida le conteste. –No es obvio lo que hago.

Me pareció que el chico sonreía, le puse más atención aunque el sol se negaba a colaborar, lastimando mis ojos, parecía que era alto, pero fuera de su silueta no podía distinguir claramente como era.

-Vaya que sigues teniendo mal carácter. -me dijo con burla.

-¿Nos conocemos? -Pregunte vencida por la curiosidad, tratando de enfocar mi vista para descubrir de quien se trataba.

-Soy Zabini, para ser quien eres Granger tiene una memoria terrible. –Era evidente en su voz que parecía divertido por la situación, lo que solo logro enervarme mas.

Sentí palidecer cuando escuche el nombre, hacia ya tantos años que no veía a nadie del colegio, aparte claro de mis amigos más cercanos, que nunca imagine toparme con una serpiente y menos en estas circunstancias. No sabía qué hacer Zabini no parecía tener intenciones de irse y yo ya empezaba a congelarme en el agua. Pero decidí contestar.

-No es mala memoria Zabini, es solo el sol que me da de frente. Tú que hace por acá. –Dije en tono casual, lo más tranquila que pude dadas las circunstancias.

-Rentamos una cabaña cercas de aquí, es algo así como un rencuentro Slytherin. Draco se alegrara bastante de verte. -Dijo con sarcasmo para después llamar a gritos a su amigo.

No tenia opción si no salía de inmediato pronto llegaría Malfoy y compañía y menos podría salir. Sin más opciones y tomando valor salí del agua ante la mirada asombrada de Zabini. No se que tanto me miraba pero parecía que su mirada me traspasaba, ni siquiera me seque me coloque el pantalón y la camisa sin abrochar, recogí rápido mis cosas para emprender la retirada cuando los vi llegar.

Era Malfoy y Nott, deje cerca mi varita por si llegaba a necesitarla.

-Vaya mira que suerte encontrarte acá Granger. -Dijo con sarcasmo el estúpido Huron, con sus ojos fijos en mí.

-Lo mismo digo. -Contestes con todo desprecio.

No recordaba que llevaba la blusa desabrochada hasta que sentí sus miradas bajar, por lo que la abroche rápidamente.

-Si que has cambiado mucho Granger. -dijo Zabini. -No saben que espectáculo acabo de presenciar, quien diría que la come libros por excelencia tendría un cuerpo tan exquisito.

Eso me hizo enfurecer, por lo que sin pensarlo lance un hechizo que lo hizo volar, tenía claro que los otros dos no se quedarían tranquilos, pero no les tenía miedo.

-¡Vas a pagar! -Me amenazo Draco sacando su varita.

Pero no lo iba a dejar reaccionar, tenía bastante más práctica que los tres juntos y no me fue difícil dominarlos. Ate con cuerdas mágicas a los tres, espalda con espalda.

-No se preocupen en cinco minutos las cuerdas los soltaran. -Les dije para tranquilizarlos, aunque me miraban con profundo odio, a lo que ya estaba acostumbrada tras 7 años de lidiar con ellos.

-¡Nos la vas a pagar inmunda sangre sucia! -Escupió con rabia Draco. -Sigues siendo la misma patética e insípida sabelotodo.

Sinceramente no se porque pero lastimo mi ego con sus estúpidas palabras. Desde el colegio me había hecho inmune a sus insultos, pero en esta ocasión simplemente no me apetecía dejarlo pasar

-Insípida y patética, ¡Pues veremos! - Me les acerque a los tres con mi mejor pose de mujer fatal, pero me pare frente a Draco, lo mire a los ojos hasta que logre llamar su atención, me le acerque a un mas a su rostro y lo bese. Al principio se resistió e intento morderme, pero al final sucumbió ante mis encantos.

-Pues creo Malfoy que no soy ni tan Patética, ni tan insípida ¿Verdad? –Le dije al terminar el beso y sin esperar respuesta me desaparecí.

Me aparecí en el patio de mi casa, con la ropa mojada y a medio poner, abrí la puerta y me dirigí a bañarme, había tenido una gran aventura al encontrarme con ese trió. Aunque lamentaba profundamente que por un buen tiempo ya no podría regresar al lago.

Cansada decidí que lo mejor era dormir, mañana me esperaba un nuevo trabajo en el ministerio. Pero por mas que lo intentaba el sueño no llegaba, no podía dejar de pensar en los bien que besaba el maldito Huron.