Hola! soy nueva escribiendo fanfics así k a ver como va la cosa...
sólo decir que es una mezcla entre Inazuma Eleven y Naruto así k no se sasusten...xd ;)
espero que les guste:
Capítulo 1
Era por la tarde, el sol pegaba fuerte en la ciudad Inazuma.
Un chico de piel morena y pelo rosa salmón caminaba sin rumbo por las calles. Sólo quedaba una semana para el comienzo de las clases, pero para él era una eternidad echaba de menos esa sensación de frescor que le producía el agua al chochar contra su piel mientras surfeaba en las islas del sur.
No muy lejos de allí:
Dos personas se encontraban de pie frente a un alto muro. El primero, era un chico muy pálido, de pelo blanco y ojos lilas con el peinado hacia atrás que vestía con unos vaqueros rotos y una camisa desabrochada. La segunda, era una chica de piel rosada, pelo negro muy oscuro y unos ojos azules cristalinos. Vestía con una camiseta amarilla y unos shorts negros y llevaba un colgante con su nombre al cuello.
Ambos eran de la misma edad, pero el chico era algo más alto.
Al parecer, discutían por algo.
-Hidan, estás loco? Nome subo ahí ni muerta
-Joder, por qué?
-Este muro mide más de 3 metros
-Ah, eres una caguica, no es eso?
-Joder contigo
-Oye, esa frase es mía. Y ya se me acaba la paciencia, si no te subes, Jashin te mandará al infierno
-Claaro…mira como tiemblo
-Oh, Jashin – dijo poniéndose de rodillas y juntando las manos – no escuches a esta pagana. Jashin que estás en el cielo, santificado sea tu…
-Vale, vale. Subiré, sólo para que te calles.
Se subieron con facilidad, y comenzaron a andar. Todo iba bien, hasta que la chica pisó una piedra del muro que estaba suelta y perdió el equilibrio. Su compañero logró agarrarla por un pie.
-Por lo que más quieras, no me sueltes
-Eso intento – dijo mientras intentaba tirar de la chica hacia arriba
Pero el tenis de la morena empezó a ceder, hasta que finalmente quedó en la mano de Hidan mientras miraba horrorizado como su compañera caía directa al suelo, pero milagrosamente, no llegó a tocarlo.
Un chico pelirrosa salió de la nada y la cogió antes de que pudiera lastimarse.
La dejó con cuidado sentada en el suelo y le preguntó si estaba bien. La chica estaba algo confundida y desorientada, y tardó en asimilar lo ocurrido.
-S, sí. Creo
El albino bajó del muro de un ágil salto y la ayudó a levantarse.
-Ah, toma tu zapatilla
Le quitó la zapatilla de la mano bruscamente y se la calzó. Justo cuando iba a decirte un par de cosas, apareció otro individuo.
-Que narices estáis haciendo?
-Oh, Kuzu-Kun – balbuceó la chica
-Joder, Kakuzu, sólo paseábamos
-Pasear? Llamas pasear a estar apunto de caerse de un muro de 3 metros? Podríais haberos matado
-Kakuzu se preocupa por nuestra salud? – le susurró el peliblanco a su amiga
-No lo creo, conozco bien a mi hermano
-Vosotros no sabéis lo caros que son los funerales hoy en día…
Aquel sujeto parecía mayor que ellos, tenía el pelo negro y vestía con ropa del mismo color. Tenía los ojos verdes.
-Ya decía yo...
-Además, ya es tarde, nos están esperando
-Pero
-Moveos! – ordenó el mayor
Los tres se marcharon deprisa, dejando desconcertado al pobre pelirrosa, que no entendía nada.
Cuando iba a marcharse, vio algo brillante en el suelo. La cogió y vio que era un colgante.
La cadena era larga y tenía en el centro un rectángulo negro con la palabra "Umi" escrita en azul.
-Umi? – se preguntó (en japonés significa mar) – Será de esa chica?
Tsunami se quedó mirando en dirección hacia donde se habían marchado los tres sujetos, pero no quedaba ni rastro de ellos.
Tomó el camino hacia su casa, pensando en lo sucedido, pensado en si volvería a ver a aquella linda chica a la que había salvado y (seguramente) propietaria de aquel collar. Se lo guardó en el bolsillo hasta llegar a su casa.
Nada mas llegar, fue directo a su cuarto. Dejó todo por el suelo, y se echó en la cama a dormir la siesta.
Justo cuando estaba apunto de quedarse profundamente, su madre interrumpió su sueño.
-Hijo, tienes visita – le gritó desde fuera del cuarto.
-Pues que pase
La puerta se abrió lentamente, y pasó a la estancia un chico más joven que él, de pelo rubio acastañado y ojos azules.
-Ah, eres tú Tachi-Kun
-Hola Tsunami-san
-Pasa, hombre. No te quedes ahí
-Claro!
El pelirrosa se incorporó en la cama y el joven se sentó a su lado.
-Dime, Tachi. Que has estado haciendo?
-Pues… - dijo algo sonrojado – He estado con Endo…
-Parece que lo vuestro a bien
-Si – le dijo sonriendo
-Oye, Tachi. Dime una cosa. Cómo…cómo es el amor?
-Y… eso a que viene?
-Pues… es que hoy, he conocido a una chica, y aunque sólo la vi un momento estoy sintiendo cosas muy extrañas. No es un poco ilógico?
-Para nada. El amor es así, ilógico. No escoges de quién te enamoras, simplemente pasa, y punto.
Tsunami se llevó una mano al pecho.
-No tiene lógica – repitió para si mismo.
-Pues menos mal que te as enamorado de una desconocida, tenía miedo de que Rika tuviera razón y te gustara Toko.
-No, que va! No es mi tipo
-Además…no me gusta las confianzas que tiene con mi Endo
-Estás celoso de Toko?
-No… es sólo que … bah, déjalo. Además, ya me tengo que ir. Tengo que ayudar a mi madre y quedé con Endo para ir por la noche a la Torre Inazuma.
-Pues nada, hombre! Hasta luego
La habitación volvió a quedar vacía. Había pasado la última semana de vacaciones y había perdido la esperanza de volverla a ver.
Las clases comenzaron temprano. Tsunami estaba aburrido en su clase todavía no había llegado el profesor. Cogió un papel y un Boli y se puso a garabatear.
Al rato, entró el profesor junto con tres personas. Cuando el pelirrosa levantó la vista, reconoció al instante a dos de ellos.
Los dos del muro. El corazón le dio un vuelto al volver a ver a la chico de pelo oscuro.
El profesor dejo que se presentaran solos.
-Yo me llamo Umi! – dijo alegremente la chica tomando la iniciativa.
-Yo soy Deidara – dijo el chico al que no conocía.
Este era rubio con un largo cabello, una parte recogida en una coleta. A Tsunami le recordó un poco a Kazemaru, porque llevaba el ojo izquierdo tapado por un mechón de pelo.
El último en presentarse fue el albino, que, por alguna razón, no parecía estar de muy buen humor.
-Hidan – dijo simplemente
A continuación, el profesor, les dijo que tomaran asiento.
Tsunami se fijo en que a su lado había un pupitre vacío.
