DISCLAIMER: Los personajes de InuYasha no me pertenecen, son propiedad intelectual de Rumiko Takahashi. La obra es mía, escrita sólo con el fin de entretener – a ustedes y a mí. Sin fines de lucro. Este fic participa de la actividad "¡¿Alguien quiere pensar en los niños?!" del foro "¡Siéntate!".
— Childhood's Winks —
— I —
— El espíritu perro del bosque —
Las risas de los niños se mezclaban con el trinar de las aves mientras los cálidos rayos del sol aún regalaban algo de luz y calor en el patio del Palacio. Las madres, nodrizas y niñeras llamaban presurosas a sus pequeños, pues debían entrar a la seguridad de sus hogares antes de que el sol se ocultara por completo y la noche cayera oscura e imponente.
Como todas las demás madres, la Princesa del palacio llamaba a su pequeño hijo, con gestos y una tranquila sonrisa en sus labios. El niño se acercó corriendo a ella, su cabello plateado ondeando tras de sí mientras sus extrañas orejas de perro se movían al escuchar su dulce voz. Dejó que ella lo cargara en brazos mientras ingresaba en el salón donde tenía preparado el material con que lo entretendría hasta que fuese hora de ir a dormir.
— ¿Qué me enseñarás hoy, mami? — Preguntó con curiosidad, llevándose el dedo índice a la boca y mirando extrañado los implementos que había sobre la mesa.
— Hoy, pequeño InuYasha, te enseñaré a escribir tu nombre — contestó ella, su sonrisa aún más radiante y los ojos despidiendo con fuerza el cariño que sentía por su hijo.
— ¿Mi nombre? ¿Como el tuyo, que está escrito fuera de tu cuarto?
La joven princesa asintió y ambos se sentaron frente a la mesa, Izayoi pasándole lo necesario para que él comenzara a ejercitar los trazos, para luego guiarlo en las líneas, mostrándole las curvas y signos que representaban cada una de las sílabas de su nombre. El pequeño seguía sus instrucciones, aunque torpemente podía copiar los diseños, pero se esforzaba en hacerlo. Su madre le enseñaba con paciencia, hasta que el pequeño logró por fin escribir su nombre sin errores.
— ¡Fantástico, InuYasha! Ha quedado hermoso — lo felicitó, mirando con alegría el trabajo realizado por su pequeño.
— ¿Tú crees, mamá?
— Claro que sí. ¿Sabes lo que significa tu nombre? — La pregunta fue respondida con un movimiento negativo, Izayoi sonrió melancólica antes de contar la historia. — Es una de las cosas que te heredó tu padre… Él me pidió que te llamara así. "Inu" significa "perro", que es el linaje de dónde vienes, por parte de tu padre, ya que él era un poderoso Inu-daiyōkai… y "Yasha" quiere decir "espíritu del bosque".
— Entonces… ¿soy el espíritu perro del bosque? — El pequeño arrugó las cejas, intentando encontrarle sentido al significado de su nombre. — Eso no suena muy bien.
Su madre soltó una risita, acariciándole la cabeza al pequeño y negando con un gesto, provocando que él simplemente arrugara más su semblante y se enfurruñara.
— Algún día, pequeño InuYasha, entenderás que tu padre vio un gran futuro en ti y por eso, escogió un nombre tan poderoso. Quizá ahora no lo parezca, pero tiene un gran significado.
Aunque su nombre seguía sin parecerla la gran cosa, el infante asintió aún confundido, antes de voltear la cabeza y mirar en dirección a la puerta que daba al exterior, los rayos del sol habían desaparecido y la oscuridad ya comenzaba a reinar en el lugar. Sintió esa extraña sensación de una brisa fría atravesarlo desde los pies hasta la cabeza y, de pronto, los brazos de su madre lo rodearon, estrechándolo en un abrazo protector, como si supiera que él sentía frío en esos momentos y entendiera que necesitaba su compañía, aunque no lo dijera. Se dejó abrazar, apoyando su cabeza en el pecho de su madre y viendo como en esos momentos, su cabello ya no se distinguía del de ella, porque ambos tenían ahora el mismo color. Cerró los ojos, sintió su respiración e intentó escuchar sus latidos, calmándose del repentino miedo que sentía cada noche de luna nueva, al poder escucharlo en su pecho.
— Mamá… ¿por qué no puedo ser así todos los días?
— Porque eres diferente. Naciste para ser alguien especial, InuYasha. Nunca te lamentes de lo que eres, mi pequeño… y nunca temas mostrar el maravilloso corazón que posees.
El pequeño sonrió, abrazando de vuelta a su madre y asintiendo con un gesto. Sabía que no era igual a los otros niños, pero también conocía las grandes hazañas y lo poderoso que había sido su padre y sentía el amor inmenso y profundo que tenía su madre por él. Y no necesitaba nada más, su corazón se sentía pleno así, sin importar lo que los otros adultos dijeran. Él era feliz con lo que la vida le había dado hasta ese momento.
Prompt 1: Los protagonistas como niños.
Palabras: 741, sin incluir disclaimer ni título
Y como ven, no puedo decirle que NO a las sexy actividades del foro. Esta vez le toca a los niños, porque ya era hora de que alguien pensara en ellos.
Bueno, si les interesa la actividad, pasen por el foro (sexy-link en mi perfil), pueden animarse a este o muchos otros retos que tenemos en el barco. Si les gustó el corto, ¿dejarían un review con su apreciación? Son gratis y nos ayudan a crecer como fickers.
Desde ya, agradezco su lectura, nos leemos en el próximo, o ya saben, por ahí :)
Yumi~
Por la campaña "Con Voz y Voto": porque leer y/o agregar a follows/favs sin dejar reviews, es como manosearme una nalga y salir corriendo.
