Disclaimer.
Lo siguientes personajes no me pertenecen ni he participado en el
proceso creativo de estos:
-Ouran hostclub
-Ichigo 100
-Naruto
-Tenjou Tenge
-Hikaru, Davide, Yuusuke, son OC y
pertenecen a sus creadores
-Aya Hirano
Capitulo 1: Chico malo
La historia ya era conocida, mí madre molesta, yo sarcástico y un nuevo padrastro.
—Y bien, ¿Dónde planeas botarme esta vez mujer?
—Matthew, por el amor de Dios, compórtate, discúlpate con tu madre, ahora.
— ¿Quién dijo eso? —detestaba a este tipo, era tan falso —Mamá, me has dicho que no hable con desconocidos.
—Dios santo, Matthew, has el favor de comportarte con tu nuevo padrastro, cuantas veces debo decírtelo
Sigh, Claro como si me importase que estuvieses tras el dinero de este imbécil, o cualquier otro. Los dejé sumidos un momento en la molestia, y un silencio incomodo.
—New Heaven —solo por ese momento dije algo, la verdad se me escapo al leer el nombre en el enorme letrero, sentía que era una burla cuando leía eso, como si la ciudad completa se estuviese riendo del recién llegado. Pero solo era mi impresión, la verdad era descabellado el pensar eso. La camioneta pasaba sobre el puente, vi hacia abajo, el río llevaba abundante agua, pero se veía calmada y casi en reposo.
—Y bien ricachón, ¿Dónde van a botarme?, escuela publica, católica, ¿militarizada acaso?
La verdad solo se lo dije para que se enojase, al tipo este le salía una vena en la frente monumental, sobretodo por que estaba con una entrada muy escasa de pelo, la gente se notaba amable, como si todos se conociesen, bueno, tampoco es un pueblo muy grande, el letrero decía que tenia a lo mucho unos cincuenta mil habitantes, tiene un cine, así que podré pasarme por si encuentro algo que me interese, también el río se ve rico, voy a averiguar si se puede pescar o no aquí.
—Escucha Matthew, esto ha sido idea de tu padre, el ha hecho el papeleo de internarte aquí, esta vez no lo arruines, no pienso abandonar el crucero al enterarme de que a mí hijo nuevamente lo han expulsado de otro internado.
— ¿Internado?, demonios, no encontraron algún otro lugar donde irritarme más para vivir, sabes muy bien lo que pienso de aquellos —reflexioné por un momento la situación — ¿Acaso él vive aquí?
—Y yo como demonios voy a saberlo, no lo veo en años —colocó la mano sobre una pierna del calvo que trataba de concentrarse en el camino —solo envío la carta a casa y nos vino como anillo al dedo, ya que nosotros dos nos vamos de crucero por un año.
—Mientras yo me pudro en una mierda como esa verdad. ¿Y que pasó? Sufrió un ataque de paternidad e interés por su hijo.
—Ya te lo he dicho, no se que pretende, ni que planea, pero si piensa cuidarte, no me molesta.
Nos detuvimos, por lo visto este era el fin del viaje para mí, en la roca estaba esculpido "Internado Highland, forjadora de los lideres del mañana" Al ver eso casi me pongo a reír, de seguro aquí no disciplinan mas que en otras escuelas, no importa que caro sea el colegio, de seguro termina siendo igual que los demás.
—Muy bien campeón —bajó mis maletas a toda velocidad llamándome como si fuésemos conocidos o me cállese bien, pero lo que más me irrito fue que me pusiese la mano en la cabeza y me hiciese cariño —diviértete.
—Si, Matthew, nos vemos el próximo año, de seguro no se te hace tan largo.
—Al menos a nosotros no —se pusieron a reír de eso, cerraron las puertas fuertemente, y aceleraron como si se les fuese la vida en eso.
—Mamá, ¿Cómo has podido meterte con semejante tipo? —no tuve mayor tiempo para decirles algo mientras se alejaban, ya que tan pronto como se marchaban, apareció una mujer vestida de traje de 2 piezas y con el pelo hasta los hombros.
—Si no me equivoco usted debe ser el joven Hawkins ¿verdad? —Junto a ella apareció un tipo con cara de pocos amigos —Edward —se giro hacia el hombre con cierta autoridad —por favor lleva las maletas a su habitación, el Director me ha pedido expresamente que lleve al joven Hawkins ante él lo antes posible.
Genial, seguro que va a darme un discurso del cual solo escuchare la mitad y recordare menos aún.
—Por favor joven, no ponga esa cara, el Director Bertrand se ha propuesto como meta moldear y educar a los jóvenes para que logren hacer algo productivo con sus vidas, y —hizo una pausa mientras me veía de arriba abajo —en casos especiales, decide enfocarse particularmente, él desea ver buenos jóvenes, aunque a algunos les tome más tiempo que a otros el comprenderlo.
Y por lo que veo aquí los últimos son la mayoría, bravucones, deportistas egocéntricos y los profesores que los defienden, niñas ricas y falsamente rubias que ven a los demás en menos, si me lo preguntan a mí, el tal Bertrand ha hecho un trabajo muy pobre aquí…
— ¿Acaso me acabas de escuchar?
—Pues no —no sacaba nada con mentir, la verdad no tenia ánimos de responderle —he dicho que debes pasar primero a la sastrería, el código de vestimenta es estricto con el uniforme, para chicos y chicas, no puedes ir por ahí con esta ropa.
—Y que tiene de malo mi ropa.
—La mezclilla y el cuero no conforman parte del uniforme, quizás si paseases por New Heaven pero las normas dentro del campus lo prohíben, y los inspectores están al tanto de faltas como esas.
Siguió hablando, veía como sus labios se movían, pero la verdad deje de escucharla después de decir esas cosas.
Con la costurera al menos no perdí tanto tiempo, era una señora desgarbada con una enorme y peluda verruga en la cara, como las típicas brujas de los cuentos. Es curioso, pero mientras más grande es la verruga, más ganas dan de sacarla a la fuerza, sea con los dedos, unas pinzas o incluso una lijadora, me tomó las medidas, incluso hasta zapatos me tuve que probar, pero los rechace, prefería seguir usando mis zapatillas. Al menos estaban bien provistos, tenia la ropa necesaria he incluso ropa extra por si pasaba algo, pero la verdad encontraba excesivo que tuviese el uniforme de primavera, de invierno, de gimnasia, nos diesen además un uniforme de gala, como si fuésemos a celebrar algo importante o para que nuestros padres viesen lo bien vestidos que nos mantienen dentro. Y todo esto dentro de un bolso con el logotipo del colegio.
Luego de subir al tercer piso y ver su nombre grabado en bronce, no me quedo nada más que entrar a su oficina, inspire hondamente y me armé de valor para escuchar el discurso de aquel tipo.
—Joven Hawkins, bienvenido a Highland, he visto su expediente… y la verdad me parece irreal: Expulsado de 7 colegios los últimos años, vandalismo, peleas, robo de autos, irrespeto a la autoridad, conductas violentas, fabricación de explosivos caseros, robos a casilleros, entrada forzosa a salas de clase, robo y mal uso de elementos de clases… Y la lista sigue
—Y por lo que noto aquí, esta puede ser su última posibilidad antes de caer en una correccional.
Se masajeo la frente tratando de digerir mentalmente todo lo leído, los segundos eran tensos mientras bebía su vaso de agua, solo para verme fijamente a los ojos y decirme con voz seria.
—Será muy difícil lidiar con alguien con su…. peculiar pasado joven Matthew, pero se lo digo y lo mantendré, Robert Bertrand no se rendirá. Te prometo que antes que termine el año, será ser un joven modelo en esta escuela, haré todo lo que este a mí disposición para que aquellos actos solo sean una mancha que será olvidada.
Vaya, no se si creer que es un mártir o el más grande de los idiotas por decir semejantes cosas. Decidí seguirle el juego, era muy pronto como para estar entrando en la oficina del director, y de esta manera por bastante mas tiempo siguió hablando hasta que por fin se secó de palabras.
—Antes de irse joven Hawkins, su padre ha dejado este paquete para usted.
Pero que podría ser, no lo veo hace años y de pronto toma demasiado interés en mí, pero sigue sin presentarse, aquel estuche de papel café tenia su peso, y parecía estar cerrado aún. Lo introduje con las demás cosas dentro del bolso de gimnasia.
Pero a la entrada del dormitorio un tipo me bloqueo la puerta, llevaba la camisa por fuera y bastante sucia.
—He tú, él nuevo, veo que aún no te han dado la bienvenida —el tipo empezó a tronar los dedos mientras dos tipos detrás de mí, tomaron mi bolso y se lo empezaron a tirarse el bolso, uno al otro, mientras el de la puerta me hablaba —En Highland debes de obedecer lo que los alumnos mayores hacen, y como buen chico cumplirás sin protestar —sí solo esto tenia que decirme no valía la pena, di media vuelta por los cabrones que me quitaron el bolso, lo siguiente que sentí fue mi cuerpo contra el cemento—¿Qué pasa?, ¿aun no entiendes? Aquí hacemos lo que queremos, ni los jodidos inspectores nos detienen.
—Tú, no debiste hacer eso —Me incorpore y me quite el polvo de encima, mientras los otros dos dejaron de hacer el tonto y nos prestaron atención
—Y quien demonios te crees para… —No lo deje terminar la frase, solo mandé un buen golpe a su mandíbula y cayó fácilmente
—Sus puños no eran tan grandes como su boca, denme el bolso, y no terminaran como él —por desgracia solo se pusieron a reír y tiraron el bolso al suelo para atacarme al mismo tiempo. El primero en llegar fue un tipo negro que trato de arrancarme el aro de oro de la oreja, peleaba mejor que el primero, lo esquive un par de veces al mismo tiempo que al otro tipo, un pelirrojo lleno de pecas que la verdad hasta asco daba solo de verle. Los tomé por sorpresa, al pelirrojo lo cogí de la camisa y lo tire a uno de los botes de basura con los brazos dentro y sin poder mover las piernas, eso al menos me daba tiempo para encargarme del otro en solitario.
—Dame el dinero que tienes y te dejare en paz.
—No, mejor lárgate, antes que descanses en paz —pero en esos momentos y a toda velocidad una enorme mole embistió contra el chico de color, y se detuvo frente a mí.
—Chico nuevo golpeo a los amigos de Russel, Russel golpeara al chico nuevo —luego de eso se golpeo el pecho como si fuese un gorila, aunque la verdad, al verlo así, poco le faltaba, la altura y los gestos los tenía, pero de seguro olía peor que uno y se notaba que la inteligencia no era una virtud muy cultivada —prepárate para sentir los puños de Russel—me tomó de la garganta y estampó contra la reja metálica, y de no ser por uno de los inspectores de seguro me encaja a golpes en aquellas celdas. El hombre mono escapo rápidamente de él, me había salvado pero solo para que me cayese otra bronca encima.
—Que haces vestido así, colócate el uniforme ahora y ve a cortarte el pelo —al menos tuve suerte de que no me viese el pendiente, por que de seguro me lo quita en el instante. Menuda amabilidad hay en esta escuela, y dice que "forjando líderes del futuro, o mañana", o como demonios diga el slogan del colegio.
Me quedé sentado un rato, en ese lugar, sin pensar en nada la verdad, solo sentado ahí, es una lastima que el zippo y los cigarros estuviesen en mi maleta.
—Deberías tener cuidado, no es bueno crearse tantos problemas con el gran simio que habla en tercera persona.
—Quizás, supongo que para la próxima vez, golpeo primero y pregunto después—con mucha confianza este tipo se sentó a mi lado: tenia los pantalones negros de la escuela, sin corbata, con el botón del cuello desabrochado y las mangas a la altura de los codos, no me dio la cara en ese momento, pero tenia el pelo de un color castaño bastante débil, casi amarillo.
—Así que eres el nuevo ¿no?, del que todos están hablando.
—Y se puede saber que es lo que dicen
—Que has robado autos, bancos, que le prendiste fuego a un ratón y causaste un incendio, que te acostaste con una profesora….
—… que mate su ganado, queme sus cosechas, y contamine su agua también —típico, no llevaba aquí un día, y ya tenia la jodida imagen de uno de los jinetes del apocalipsis.
—Pero son solo rumores, Evan Daniels, y tú eres… —se presentó para hacerme una pregunta retorica, creo que el tipo es menos listo de lo que cree.
—Matthew Hawkins —no tenía la verdad muchos deseos de hablarle a este tipo.
—Vamos Matthew, te enseño la escuela —no me emocionaba la idea, pero era mejor que ir deambulando por ahí solo sin saber bien donde esta cada cosa.
—Si tú insistes. Pero primero necesito saber donde voy a quedarme.
—La verdad eres el más afortunado del dormitorio, tu compañero se desquicio, lo encerraron en el sanatorio mental. Tienes una habitación para ti solo, está a mano derecha subiendo por la escalera al tercer piso, en el fondo.
No pude evitar reírme, mal por el pobre fulano, pero al menos no compartiría habitación con nadie. Seguí las indicaciones, encontré mis maletas y la llave del cuarto. No había mucho aquí la verdad, dos escritorios, dos camas y sabanas de cambio, un estante para libros, y la puerta que conducía a un baño personal
—Nada mal, con algo de suerte, esto será habitable —me tiré sobre el colchón, que más parecía colchoneta por lo flácida y blanda. Este problema lo resolvería a la vuelta, por el momento para ahorrarme problemas lo mejor seria, colocarme el uniforme e ir a inspeccionar los alrededores.
—Así que ya estas listo Hawkins —efectivamente, aunque el uniforme estaba un tanto tieso por el almidón, no podía quejarme, no era ropa de calle pero tampoco era incomodo, chaqueta, pantalón, y mis zapatillas blancas, junto a una camisa del mismo color y una corbata roja, de no ser por ese pequeño detalle estaríamos todos vestidos como agentes del gobierno. Salí de la habitación y me encontré a Daniels que me esperaba
—Perfecto, empezaremos el recorrido aquí, en el salón principal del dormitorio – unas mesas plegables, una televisión que de antena usaba un gancho de ropa, un sofá viejo, y la pared adornada por todo tipo de mocos y bolas de papel secas —empecemos por él —cogió a un chico enclenque y me lo mostró —Te presento a Sidney Pointer el chico más afeminado de todo el dormitorio.
—Que no lo soy, y tú eres un maldito sociopata
—Ve a fastidiar a alguno de tus amigos imaginarios mejor, antes de que te use de destapa caños —La verdad no me pareció bien el modo en que lo trato, que sea más pequeño o débil no es razón para tratarlos mal o pisarlos como si fuesen bichos.
—No canses su mente Evan, creo que le iría mejor al nuevo, si alguien… no tan buscado como tú le muestra las instalaciones.
A regañadientes Daniels le hizo caso al recién llegado y se marchó al segundo piso a hacer quien sabe que idiotez.
—Ignóralo, pocos lo aguantan, y menos quieren estar con él, digamos que tiene unos cables cruzados.
— ¿Está loco?
—Casi, se medica claro, pero tiene algunos trastornos.
—Es curioso, a la mayoría de aquí parece que le falta un tornillo.
—Vamos, soy Davide Natsume, te voy a enseñar las cosas buenas de Highland —Vi al recién llegado, el mismo uniforme, una sonrisa de bobo, algo más alto que yo, cabello negro, parecía un buen tipo, aunque algo crédulo.
Lo seguí fuera del dormitorio por el camino que conduce a la entrada del internado.
—Si vas por este camino directamente llegaras al dormitorio de las chicas, la verdad no te lo recomiendo, hasta donde han llegado han visto a tres inspectoras merodeando y viviendo ahí. Pase lo que pase, que no te vean cerca de ahí, lo mas probable es que por eso, te pongan a cortar el césped del campo de futbol. Pero si aún así deseas visitar a las chicas, hay una enredadera que lleva al entretecho del tercer piso, siempre esta abierto.
No se por que, pero Davide parecía muy bien de lo que hablaba, de seguro ya se ha infiltrado algunas veces.
—Nuevo, despierta. Te estaba diciendo que por este sendero el camino se divide, al frente esta el edificio principal, ya sabes, aulas, enfermería, sala de maestros, auditorio, cafetería. De esta última cuídate en especial, la comida es peor que la señora que la prepara.
—Sin mencionar la oficina del gran bufón y su secretaria.
—Cierto. Siguiendo con el recorrido, al ir por la derecha nos encontraremos con la biblioteca y la casa Croft.
— ¿La casa Croft?, y que hay ahí que me pueda interesar.
—Muy poco si no eres chica. Digamos… que es el dormitorio de los hijos de papi, esta plagado de niñatos mimados, engreídos y odiosos. Se llama Casa Croft porque Tadeusz Croft fue quien puso el dinero y la mano de obra para que ellos no tuviesen que vernos tanto y así fomentar las relaciones de negocio por medio de los hijos.
—Ya, pero eso que tiene que ver con las chicas.
—Pues que un grupo de payasos, ha puesto un club de anfitriones donde muchas de las chicas van a pasar el tiempo y perder el dinero con alguno de sus "galanes"
No pude evitar reírme, me daba gracia no solo la manera cizañera como hablaba de ellos, si no además, la graciosa manera que tiene para hacer las comillas con los dedos.
— ¿Amo del calabozo, nos juntaremos antes de que comiencen las clases? —escuché una voz y al ver que era me sorprendí, era un tipo que olía raro y se veía peor, la cara cubierta de chocolate, el pelo rizado y rojizo, y una mancha en sus pantalones que goteaba aun… creo que eso podría explicar el olor desagradable.
Davide no le respondió, solo apresuro el paso diciéndome que aun me quedaban cosas por ver.
—Tú… ¿eres uno de ellos verdad?
-¿Are?, de que hablas.
-Tú… estas con los nerds —al decirle esto su rostro casi se cae en pedazos, parece ser que no tenia como escapar a eso —pero hay algo que no encaja, los que he visto en esta escuela, o están muy flacos, o muy gordos, no se meten contigo como lo hacen con ellos, y mucho menos vistes como ellos.
—Para ser nuevo eres bastantes perspicaz, y por favor, no lo menciones, soy demasiado grandioso cómo para que me vean a luz del día con ellos, pero si, hay cosas que me gustan, como el coleccionar cartas, y los juegos de rol.
—Muy bien gracioso, deja de decirme "nuevo" a cada momento, es bastante molesto, por si no te lo dijeron me llamo Matthew.
—Vale, vale, no hay para que molestarse Matthew —al terminar este pequeño comentario, nos encontrábamos frente al edificio principal nuevamente —recuerdas lo que te dije, ¿no es así? Que en esta parte el camino se divide, por el lado izquierdo tenemos el estacionamiento de profesores y el taller de mecánica, ten cuidado, los cabeza de tuerca son muy territoriales.
—Claro y se ven como tipos de los años cincuentas, con el pelo engominado, y las chaquetas de cuero.
—Claro y si molestas a uno, los demás no dudaran en meterse contigo.
—Entiendo, no meterme con los de chaqueta de cuero.
—Hemos visto algunos lugares y te he advertido o has conocido los grupos dominantes, bravucones, niñatos mimados, nerds. En especial no te confíes de ellos, ya que son muy ratas y cobardes para pelear. Y por sobre todo, Cuídate de los deportistas.
—Está bien, no necesitas decirme nada de ellos, son iguales en todos lados, idiotas musculosos que creen que pueden hacer lo que quieran, no necesitan estudiar mientras su equipo este bien posicionado, el profesor de educación física siempre los apoya e intercede frente a los demás profesores.
—Correcto, has acertado un cien por ciento, y si esto no fuera suficiente, tenemos a los inspectores que son unos…
— ¿Que pasa con los inspectores Davide? — ¡Tetas!, es fue la primera cosa que se me vino a la mente, frente a mí, en una camisa escotada y de botones que difícilmente hacen su trabajo, con medias que le llegaban hasta las rodillas y una falda a cuadros negros y azules nos veía amenazante — ¿qué haces todavía aquí? te toca cocinar a ti y Aya debe de estar en casa ya —parecía mosqueada y sobre su cabello púrpura dos largos mechones se movían como si fuesen las antenas de una cucaracha.
—Nee… Neesan, he tenido algo más importante que hacer —me arrastro frente él, no se si para exhibirme o como escudo —este es un nuevo alumno, se llama Matthew y le estaba mostrando las instalaciones —conclusión: me usaba de escudo, ya no tenía dudas, temblaba ante su hermana, supongo que mientras no se mease encima esto no seria un problema para mí.
—Será mejor que te des prisa Davide. Espero que tú te portes mejor que Davide —me acarició la cabeza para luego marcharse.
—Ma…Matthew, será mejor que me vaya, no quiero tener más problemas y ya sabes más o menos donde quedan todas las cosas —su cara estaba pálida, como si hubiese visto o un fantasma o tuviese una experiencia cercana a la muerte, ¿acaso tan temible sería su hermana?
—Suerte Davide, con la comida, y con recuperar tus pelotas.
Ya era de noche y estaba sentado cerca de la ventana, el viento del verano duraría poco, aspire una bocanada de humo mientras reflexionaba sobre lo ocurrido desde que llegué aquí, que la gente hable sobre mí me molesta, de ser posible quiero tener un bajo perfil, que el director, los profesores y los inspectores ya me tengan un ojo puesto no es un buen inicio, y parece que esta escuela esta plagada de idiotas, sádicos, maniacos… y tan solo este es el principio. No valía mucho seguir despierto, ese había sido el único cigarro del día, pero la verdad me ha ayudado mucho.
