Descripción: ¿Y si bella no estuviera sola? ¿Y si ella Tenia un don diferente? ¿Que pasaría la primera vez que se encuentran ella y Edward?
Descargo de responsabilidad: Casi todos los personajes pertenecen a la talentosa S. Meyer, xD
Esta historia pertenece a mi mejor amiga Claudia, la cual por algunas personas que la criticaron y no le dieron la posibilidad de corregir sus errores, dejo abandonada. Yo la estoy corrigiendo y intentando mejorar, pero si sabéis como mejorarla dejar comentario, plis xD esque la pobre esta pasando una muy mala fecha( su madre esta enferma, y hace un mes sus padres se divorciaron,...) Me gustaría poder ayudarla :)
Gracias algunas personas, que con sus comentarios, me han dado ideas para mejorarlo. Gracias.
Mi nombre es Bella Swan vivo en California. Mi vida es un desastre: no como casi nada, tampoco duermo mucho y lo que más me molesta es esta estúpida voz en mi cabeza. Todo esto tiene una simple explicación, y esta se remonta a un mes más atrás.
—Bella corre vamos a llegar tarde al colegio, y tu tendrás que pagar las consecuencias -— me grito Elisabeth desde el coche.
Su coche, era un descapotable color rojo intenso, demasiado chillón para mí, pero me tenía que conformar, si no quería ir andando y no, por supuesto no me apetecía.
-—ya voy, no te pongas así, conduces como una loca, llegaremos pronto -—le conteste cogiendo mi mochila y despidiéndome de mis padres. Rápidamente corrí hacia el coche, donde ella me esperaba mientras se ponía pintalabios, todo el mundo me envidiaba ya que la chica más popular del colegio era mi mejor amiga. Ella era: rubia con el pelo hasta la cintura, de un liso espectacular, casi sacada de una revista y además la más alta de todo el colegio, aparte como no, es la capitana de las animadoras. Yo por supuesto soy todo lo contrario: pálida como un fantasma, con un color castaño muy normal exactamente esa es la palabra que me define "Normal".
Lo que más destacaban en mí eran mis rizos, lo demás bueno, no estaba mal, para la capitana de los empollones o como ella me llamaba. Odiaba ese mote, y siempre me lo recordaba.
-—Bella, te tengo dicho que no subas con esas pintas a mi coche- me dijo mirándome fijamente.
-—Y yo te tengo dicho que como vallas enseñando más, te van a confundir con una chica de carretera —la observe de arriba abajo para recalcar mis palabras.
—-Ja, esa es buena—-me respondió abrazándome, y arrancando el motor del coche.
Hiendo hacia el colegio, se nos cruzó un tío con una Harley súper grande. O eso creía yo, ya que de motos y coches se menos que un niño de primaria.
Se nos quedó mirando fijamente bueno más que a mi miraba a Elisabeth, Solo le faltaba babear, en serio, un asco valla.-—Eli, ese tío está babeándote todo el cristal—le comente intentando no reírme del pobre señor.
Elisabeth tan Orgullosa se giró y con una sonrisa empezó a hacerle gestos cariñosos provocando a más no poder.
-—Estas loca Eli, ese tío es asqueroso además te podría sacar 30 años.
Sujete uno de sus brazos para que dejara esas estúpidas insinuaciones y entrara en razón, aunque tengo que admitir que por dentro me causaba bastante gracia la situación.
—-Tranquila bella, solo me estoy divirtiendo, tendrías que hacer lo mismo, vamos, no seas una aburrida.
-—Estas loca, si no fueras como mi hermana, me bajaría del coche ahorita mismo-— dije dándole un pequeño empujón.
Lo que hizo a continuación me dejo petrificada, se levantó del coche y empezó a enseñarle el sujetador soltando las manos del volante por lo que rápidamente lo cogí mientras que no podía evitar reírme del pobre hombre que al ver tal acción se cayó de la moto.
-—Ves bella, así las chicas como yo enseñamos lecciones a los hombres como él.
-—Eli estás loca en serio háztelo mirar, pero en serio si seguimos en esa postura las próximas en caer seremos nosotras.
-—Vale, vale, aunque tienes que admitir que ha estado bien -—me contesto poniéndose al volante otra vez.
-—Tienes razón en eso Eli. No obstante, mejor será que no lo vuelvas a hacer, No sé si lo sabes, pero enfrente tuyo tienes a la hija de un policía -—le advertí mientras soltaba una pequeña risita.
-—Está bien, hija de poli, espero que no digas nada a nadie, si no, tendré que matarte y esconder tu cadáver en el lago-—amenazó soltando una carcajada.
—En fin inténtalo si te atreves señorita, pero mejor otro día que hemos llegado al colegio y como tú comprenderás, no me gustaría que me vieran con la capitana de las animadoras —concluí saliendo del coche dignamente o lo mejor que pude aunque no podía no reírme de la cara de pasmada que se le quedo a Elisa.
Al recuperarse de mi intrépida acción "intrépida para mi" rápidamente vino detrás mío e hizo algo que me dejo pasmada a mí, me beso y no un beso en la mejilla sino que me pego un pedazo de beso en los labios que hasta tenía la certeza de que me había pintado los mis labios con su pintalabios, me quede allí plasmada mientras todo el mundo me miraba con una mueca algunas de asco y algunos de deseo, pero eso no fue lo más humillante sino que después de eso se atrevió a irse corriendo por el pasillo gritando que la estaba acosando, será perra la tía está, Como la pille la mataría.
Pero eso ya no podrá ser, Ella había muerto por causas desconocidas un mes atrás, Cuando me entere de la noticia estaba sola en casa mi madre i Phil había salido a comer fuera. Era un sábado y la estaba esperando para comer como Todos los sábados ya que era nuestro día de las pizzas y cotilleos. Nos quedábamos todo el día ablando de chicos haciéndonos peinados y otras cosas de chicas. Era nuestro día especial y ella llegaba tarde, lo que no me extraño ya que muchas veces se quedaba ablando con su novio el capitán de fútbol. Era un panoli, aunque era guapo todo ay que decirlo.
Mientras recordaba cómo me había insistido en que le diera clases al tonto de su novio, puse las pizzas en el horno, luego me puse a ver las noticias. Mientras miraba las noticias sonó el teléfono, el indicador decía que era Eli.
-—Al habla, Bella Swan, la que se teme que la dejaste abandonada. ¿Dónde estás?-— le pregunte, casi sin respirar.
-—Bella, lo siento —-me contesto con un tono de voz muy débil.
-—Eli, que te pasa. Por favor, estás en tu casa-— le dije parando el horno i cogiendo la chaqueta, en el otro lado no se escuchó respuesta, lo que me puso más nerviosa de lo que ya estaba.
-—Eli voy hacia allá, tu tranquila, esperarme.
Corrí hacia la puerta y allí estaba ella, con un pantalón corto y una camisa azul sin mangas. Pero no es eso lo que me llamo la atención sino su pelo, que en vez de llevarlo liso lo llevaba enmarañado y con hojas, además su cara era diferente, estaba más pálida de lo normal tenía unas grandes ojeras y restos de sangre por todo el cuello. Lentamente se acercó a mí. Yo asustada no reaccione, hasta que se apoyó en mi hombro y me susurro unas débiles palabras que no entendí, luego se dirigió al sofá y se tiro sobe él.
-Eli que te pasa, háblame por favor-— Grite mientras me acercaba a ella.
Tenía miedo de tocarla, parecía que se rompería si lo hiciera, rápidamente me dirigí hacia la cocina. Cogí un cacharro con agua y empecé a lavarse el cuello con cuidado. Me di cuenta de que tenía más sangre en las manos, y me dirigí a ese lugar para poder limpiarlas y así buscar la causa de esa sangre.
Eli no me contestaba aunque savia que estaba viva, porque aun respira. Cuando me asegure de que estaba bien y que la sangre no era de ella, me dirigí hacia la puerta para llamar a la vecina, ya que mi estúpido teléfono había fallecido después de la llamada de Eli. Cuando estaba a punto de abrirla, me encontré cara a cara con mi madre, que parecía apenada y triste. Rápidamente le conté lo que me paso y le apremie para que ayudara a Elisabeth que estaba herida en el sofá. Pero ella no hacía nada, no se movía, solo se quedaba mirándome con lágrimas en los ojos lo que me asusto más, estaba al borde del ataque de nervios y mi madre se quedaba ay mirándome, que no me entiende, Mi mejor amiga, se está muriendo y ella se queda allí plantada.
-—Mama, Eli está muy mal, tienes que llamar a la ambulancia-— Le dije agitándole el brazo para que reaccionara.
Después de eso, mi madre lo único que hizo es abrazarme, diciendo palabras que ni yo entendía. -—Hija, Siento mucho lo de Eli-—dijo abrazándome aún más fuerte.
-—mama ella está bien solo hay que llevarla a un hospital-—le conteste dirigiéndola al sofá.
No la moví porque tenía miedo.
-—mira mama, ella está aquí, pero tenemos que llevarla a un hospital rápido—-le comente señalando a Eli, que seguía donde la deje.
-—hija—-dijo mirándome fijamente y poniéndose a llorar.
-—mama no hay tiempo date prisa, no la podemos dejar ahí-— grite tumbándome junto a Elí y cogiéndole de la mano, A lo que mi madre rompió a llorar.
-—hija-—me dijo débilmente-—Elisa ha muerto en su casa, la han encontrado esta tarde, sus padres me lo han dicho.
No podía ser, Eli estaba aquí, a mi lado. Me quede un rato mirándola a ella y a mi madre. Por qué me dice eso, Eli está aquí en mis manos. Por qué no la ve. ¿Me está gastando una broma en estos momentos?
-—Mama Eli está aquí en el sofá que no la ves, mira -— dije mientras la empujaba en su dirección, a lo que ella lloro más, mientras me abrazaba.
-—Bella, allí no ay nadie, no hay nadie, lo siento-—me susurro rompiendo a llorar.
No, no podía ser. La estaba viendo. Ella estaba allí. Lo sé, lo sé -me dije, mientras me quedaba en shock.
