EL INGREDIENTE SECRETO
Por Cris Snape
Disclaimer: El Potterverso es de Rowling.
Este fic participa en el minireto de noviembre para "La Copa de las Casas 2014-15" de foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black".
Helga llamó a la puerta con suavidad y esperó unos segundos. Tal y como se temía, Salazar no respondió. Cualquier otro en su lugar se hubiera marchado por donde había venido, pero no ella. Cuando quería algo no se detenía hasta lograrlo y esa noche deseaba hablar con él. Así pues, agitó la varita y se adentró en las estancias privadas de su amigo.
—Mis sospechas se han visto confirmadas, Helga. Sois la bruja más maleducada de este castillo.
Salazar estaba sentado frente a la chimenea, con los pies descalzos hundidos en la alfombra y los ojos cerrados.
—La mayoría de la gente opina lo contrario.
—Porque no os conocen tan bien como yo —sin moverse, su voz se tornó autoritaria—. Cerrad la puerta y dadme esa tarta de una vez, mujer.
—Os haré caso sólo porque me lo habéis pedido con gentileza.
Efectivamente, obedeció. El portazo resonó por toda la estancia y la tarta cayó sobre el vientre del brujo.
—¡Helga!
—Decidme, querido amigo.
Salazar ya se había incorporado. Tenía el ceño fruncido mientras recomponía el dulce y disfrutaba de su aroma.
—Manzana.
—Es vuestra favorita. Pensé que os vendría bien.
Esa noche Salazar había vuelto a discutir con Godric. Sus gritos se escucharon en cada rincón del castillo y el duelo dialéctico estuvo a punto de convertirse en algo más violento. Helga supo enseguida que tendría que dar lo mejor de sí para animar a su colega.
—No cambiaré de opinión respecto a los hijos de muggles.
—Lo sé. Comed de todas maneras.
Dudó un instante, pero finalmente dio buena cuenta del pastel. Helga le observó en silencio, satisfecha con el trabajo bien hecho.
—Ya podéis iros.
Salazar nunca le daba las gracias. Solía comerse sus tartas y después la echaba sin ninguna consideración. Con el tiempo, Helga aprendió a leer entre líneas y sabía muy bien que el brujo la consideraba una excelente cocinera y que le gustaba tenerla a su lado cuando las cosas se torcían.
—Tenéis razón, es tarde. Que durmáis bien, Salazar.
—Sí, ya. Fuera.
Helga abandonó la estancia con una sonrisa en los labios, ansiosa porque la paz en Hogwarts perdurara. Odiaba las peleas entre Godric y Salazar y temía que algún día sus tartas no bastaran para apaciguar los ánimos y la historia tuviera un pésimo desenlace. No perdería la esperanza mientras fuera la mejor entre los fogones.
Según Word, son 396 palabras.
No sé por qué me ha venido a la mente la imagen de Helga haciendo tartas deliciosas y he decidido usar la idea. Espero que os haya gustado.
Besetes y hasta pronto.
