Capítulo 1
Aquel día no podía haber empezado peor. Se había dormido gracias a la estúpida fiesta a la que le había obligado ha asistir su amigo Neville la noche anterior ¡Claro! Como su trabajo de paisajista no le hacia trabajar los sábados, aquel chico de cara redonda creía que todos tenían su buena suerte. Lo siguiente del desastroso comienzo de su día había sido el cortocircuito que había provocado la cafetera, obligándolo a tener que tomar un rápido desayuno con un insípido café instantáneo. Y el broche de oro de las primeras horas de la mañana había sido sin duda el estúpido motor de su automóvil, que había muerto súbitamente sin mostrar forma alguna de poder ser reparado por él mismo. Gracias a todo esto por poco había llegado catastróficamente tarde a su compromiso… a su aburrido compromiso.
Sacó de la funda una de sus cámaras fotográficas mientras maldecía su mala suerte. No había cosa en el mundo que Harry Potter odiara más que tener que dejar de fotografiar situaciones impactantes en las calles de Londres, para internarse en lugares frívolos como eran el torrente de estupidez humana e hipocresía que ofrecían las bodas. Para él una boda en el siglo XXI era el suicidio a toda felicidad, el principio del fin.
Pero a pesar de todas estas ideas que estaban firmemente metidas en su cabeza, no le quedaba de otra que asistir a una que otra boda cuando su jefe se lo mandaba. En aquella ocasión una famosa modelo francesa iba a tirarse a la piscina sin fijarse sí había agua, contrayendo matrimonio con un exitoso actor británico. Si alguien buscaba su opinión, Harry estaba seguro de que aquello no duraría ni tres meses antes que alguna de las partes pidiera el divorcio.
A Potter no le quedó de otra que hacer tripas corazón a todo aquel espectáculo meloso, y con su mejor sonrisa falsa comenzó a tomarles fotografías a los novios y a todos los demás colados de nariz respingona. Él era el único fotógrafo de prensa que había en toda la fiesta, y eso era gracias a su jefe, el editor de "El Profeta" uno de los diarios mas importantes de Inglaterra, que había logrado conseguir la exclusiva de la boda. Así pues, Harry estaba solo en aquella fiesta con un par de columnistas del periódico.
— ¿Ya has terminado?— le preguntó el encargado del artículo principal de la sección de sociales cuando se encontró con él en un rincón del salón, después de haber sacado tantas fotos que sus manos comenzaba a estar entumecidas.
—Creo, me falta sacarle una a la abuela, pero no me pareció apropiado, ya que esta roncando. — sonrió perezosamente Harry.
Colin Creevey rió de buena gana haciendo que el fotógrafo borrara todo rastro de simpatía. ¡Como detestaba que Colin riese como desquiciado cada vez que escuchaba uno de sus chistes malos!
—Respira ¿quieres?—le previno Harry antes de seguir su camino para continuar con su labor.
Aquel trabajo había comenzado muy mal y aburrido, pero la frutilla de la torta había sido la torpeza de un chiquillo mal educado de quince años que había tropezado con él, con tal fuerza que le hizo tirar su cámara nueva al suelo.
Gracias a alguna entidad superior, Harry había utilizado más de una cámara en aquella ocasión y la que ahora estaba hecha pedazos en el piso del salón apenas la había utilizado. Pero la salvación de muchos momentos importantes de la fiesta no evitó que Harry se acordara de toda la familia de aquel mocoso, que sin decirle ni un lo siento, había seguido camino a la pista de baile. La cámara estropeada le había salido una fortuna y en el poco tiempo en que había gozado de ella, esta se había vuelto su favorita.
Con ganas de estrangular a alguien, tomó la cámara del suelo y la puso en un bolsillo de su saco mientras se dirigía al baño. Al encontrarlo vacío, no pudo evitar soltar una fuerte palabrota que fue ahogada por la música de la fiesta.
¿Y luego sus amigos le preguntaban porque odiaba ese tipo de eventos? La experiencia le había demostrado mas de una vez que en festividades de aquel tipo él nunca terminaba bien parado. Su nombre y la palabra "boda" no combinaban a menos que estuvieran las palabras "no asistirá"
Después de asegurarse que la cámara estaba tan rota que ni la garantía le serviría, la tiró a la papelera del baño y con movimientos excesivamente lentos se enfrentó al espejo, al mismo tiempo que abría la llave. Al instante se encontró con un hombre de gafas redondas muy bien vestido, con alborotado cabello negro –herencia familiar - y unos brillantes ojos verdes que en aquel momento despedían chispas.
En las últimas horas su lista negra había crecido considerablemente. En primer lugar estaba Neville y su fiestita cervecera, su maldito auto, Colin Creevey con su desesperante e infinito buen humor y aquel mocoso que lo había chocado.
El moreno bufó antes de echarse un poco de agua en la cara, tratando de controlar su pésimo humor.
—Nada puede ser peor.—se dijo a sí mismo en voz alta al tiempo que salía del baño. Fuera de este, se tropezó con un anciano de impecable apariencia y de expresivos ojos azueles que le sonrió de manera divertida.
—¡Pero muchacho! ¿Acaso no has aprendido nada de las películas?— se rió el hombre alegremente.— Cuando dices: "Nada puede ser peor" ¡El universo entero se encargara de demostrarte que estas equivocado!
El fotógrafo lo miró por un momento, rebatiéndose entre mandarlo al diablo o no, al final optó por sonreírle de la forma más educada y seguir su camino.
Harry no comprendió la gran sabiduría en las palabras de aquel desconocido hasta que llegó aquella tarde a su apartamento en el centro de Londres y se encontró con un inesperado mail de su prima Hermione Granger.
Querido Harry:
¿Cómo estas? Espero que bien.
No sabes lo feliz que estoy en este momento. ¡En un mes me caso! ¿Puedes creerlo? Seguro que no entiendes nada ¿a que si? Pues veras, Draco Malfoy me a pedido matrimonio hace unas semanas, y sabes lo impulsivo que es, así que ya tenemos fecha para dentro de un mes. Estoy que podría bailar de alegría.
Tengo mil cosas que contarte, pero mejor las guardo para cuando podamos vernos.
Dentro de poco te llegara la invitación para la boda, pero te mando este mail para advertirte que mis padres y tíos han planeado una reunión en la casa de tus padres, será toda la semana antes de la boda y espero que puedas ir (en realidad lo exijo) ya que me encantaría que en esa oportunidad tu y Draco se conocieran mejor y así eliminaran todos esos conflictos infantiles que tienen.
Por cierto, tu madre espera que traigas acompañante, pero si no la traes creo que es mejor que comiences a temblar. ¡Te lo digo en serio! ¡Porque a invitado Luna, a Cho y creo que también a Pansy! Creo que quiere asegurarse de que la siguiente boda sea la tuya (sabes lo mucho que desea un nieto. ¡Ella y tío James están desesperados!)
Como sea, no te negare que estoy feliz de que tía Lily invitase a Luna. Pero aun no entiendo que pinta aquí Parkinson y mucho menos Chang. ¿Acaso no se ha enterado de que con estas dos últimas terminaste muy feo? Sin ofender primito, pero tu madre esta loca si desea que tú vuelvas a ser novio de Pansy o, dios nos libre, de la niña mimada de Chang. Bueno, espero verte pronto. ¡El Valle de Godric no es lo mismo sin ti!
Muchos besos.
Hermione.
PD: En serio Harry, creo que lo mejor que puedes hacer es aparecerte por aquí con alguna chica (o otra medida desesperada podría ser vestirte de rosa y decirle a tus padres que eres gay) Te lo digo porque acabo de escuchar a Chang decir que quiere echarte la soga al cuello otra vez ¡Y sabes como es esa chiquilla cuando quiere algo!
Harry pasó saliva.
No sabía que era peor, enterarse que una de sus primas más querida se iba a casar con el chico que mas había odiado en su vida o que la desequilibrada mente de su madre pretendía encerrarlo siete días en la mansión de la familia rodeado de dos de sus ex más locas.
