Pues aquí estamos. Mi primer fic escrito en un par de aviones, una lavandería y durante un montón de meses. Espero que no so parezca un rollo total. Y bueno como siempre nada de esto me pertenece todo es de Rowling. Para situar la historia hay que tener en cuenta que la guerra no ha termino, la batalla de Hogwarts tuvo lugar pero el resultado de muertes fue diferente sólo está explícita la de Ron, pero ha habido otros supervivientes.
Grief is like the ocean, is deep, and dark, and bigger than all of us.
(La pena es como el océano, es profunda, y oscura y más grande que todos nosotros.)
And pain is like a thief in the night. Quiet, persistent, unfair.
(Y el dolor es como un ladrón en la noche. Silencioso, persistente, injusto.)
One tree hill 6x03. Get cape. Wear cape. Fly.
No es que la quiera. Piensa en ella, en la mujer a la que ha dejado en la mansión. No está enamorado de ella o eso piensa él. Después de todo, una parte de él sigue creyéndose superior.
Está enfadado porque ella va a él por falta de alternativas, no porque ella signifique algo para él. Pero después de todo es bastante molesto ser el sustituto, el segundo plato. Y todo porque el primero ha desaparecido del menú. Como si ella hubiera pedido chuletas para comer en un restaurante y el camarero le hubiera dicho no quedan, a lo que ella respondería, entonces tomaré pollo. Y eso es él, pollo. Claro que desde su punto de vista comparar a Weasley con unas chuletas de cordero es insultar a las chuletas, al cordero y, probablemente, hasta a algún ganadero. Pero eso no es asunto suyo.
Lo más curioso de todo es que aquella situación debería parecerle ideal, ¿verdad? SI bien es cierto que él no establece jamás esos encuentros el hecho de tener a una mujer como ella decidida a meterse en su cama sin exigirle nada a cambio debería ser la situación ideal. Pero no lo es. Por supuesto sabe que aquello no durará para siempre. Antes o después ella decidirá que ha llegado el momento de seguir adelante, de encontrar un hombre con el que compartir su vida, que sea el padre de sus hijos… Y Zabini sabe que él ni siquiera será tomado en consideración, pero no le importa, claro. Es bastante irónico pero esta situación siempre le recuerda a un dicho muggle: Cuidado con lo que deseas, porque podrías conseguirlo.
La verdad es que todo aquello ha sido una locura desde el principio. Él y Granger trabajan juntos tanto en el Ministerio como en la Orden. Sí, por sorprendente que suene Zabini ha terminado siendo parte de la Orden, el hecho de que hubiera elegido no pelear en la batalla de Hogwarts no significaba que fuera un mortífago, no todo el mundo es tan heroicamente suicida por naturaleza como los Gryffindor, como Weasley. En aquel tiempo algunos sólo eran niños asustados y demasiado condicionados por su familia y su educación, aunque eso no sea una verdadera razón. Recordaba perfectamente ese día. Como algunos se limitaron a esperar en el salón del Caldero Chorreante a ver qué bando ganaba, cuando entraron en la habitación los miembros que quedaban de la Orden. Recordaba el modo en el que Potter y la pequeña Weasley se aferraban el uno al otro como si temieran no volver a verse si se soltaban. Todos los Weasleys lloraban. Y allí estaba ella, impasible, como si fuera de mármol y más hermosa a sus ojos que nunca. En ese momento Potter se acercó a la señora Weasley, dejó a su novia con ella y se acercó a Granger, se miraron y se abrazaron. Se abrazaron por la persona a la que habían perdido y a la que nunca recuperarían. Se abrazaron como los hermanos que eran. Más tarde Zabini averiguó que Granger y la comadreja se habían besado por primera y última vez antes de que él muriera a manos de Voldemort. Y eso era todo.
Desde entonces Granger se limita a ir al Ministerio cumplir su trabajo allí y volver a la Orden para aceptar otra misión, cuanto más suicida mejor. Y a acostarse con Zabin, por supuesto. Y esto nos lleva a donde estamos ahora. En medio de una guerra injusta en la que Zabini ha acabado participando porque, aunque no seas un héroe, hay cosas que un hombre no puede observar impasible y seguir considerándose a sí mismo como tal.
Y eso le ha llevado a donde estaba ahora, donde estuvo entonces. Recuerda la primera vez que estuvieron juntos como si hubiera sido ayer. Era un día lluvioso de Noviembre en el que el resto de la Orden había salido a sus diferentes trabajos y misiones, por lo que estaba solos en casa. Ella había cogido una especie de palo muggle que según ella se usaba para jugar al fútbol, o al béisbol o algo así… lo cierto es que a Zabini todos los nombres de deportes muggles le suenan más o menos igual. El caso es que allí estaba ella nada más y nada menos que en la habitación del árbol genealógico de los Black golpeando las paredes con su palo. Lo primero que pensó fue que había perdido el juicio, lo siguiente que tendría que pararla antes de que se hiciera daño. Y el hecho de que pensara que estaba preciosa gritándole al mundo no influyó para nada, ni el que últimamente se pasaran horas el uno en compañía del otro a altas horas de madrugada porque ambos padecían insomnio. No le quitó el palo de las manos porque le gustara el modo en que ella jugueteaba con el pelo delante de una taza de té mientras hablaban a las cinco de la mañana. Ni siquiera está seguro de lo que pasó, recuerda que la cogió por los brazos que ella le golpeó, que él la sacudió y ella susurró que lo único que quería era sentir algo diferente a aquel dolor oscuro, cualquier cosa que no fuera ese vacío inmenso, cualquier cosa, aunque no fuera un sentimiento mejor. Lo siguiente que sabe es que se estaban besando y que, aunque su vida dependiera de ello, no podría decir quién empezó el beso. Sólo sabe que a partir de ese momento todo fue saliva y piel contra piel. Y una indecente exhibición de, parafraseando a la comadreja, confraternización con el enemigo, ante nada más y nada menos que el legendario árbol genealógico de los Black. Aquello era irónico hasta lo indecible. Y ese fue el principio de una espiral en la que ella iba a él cuando su pena era más profunda que su férreo autocontrol.
Porque Zabini sabe que no quiere a esa mujer. Aunque sus ojos sean preciosos, su piel la más suave que haya tocado jamás y su piel blanca como el alabastro… no significa nada. Porque ella es de Weasley como lo es desde que tenía once años. Aunque, curiosamente, Zabini sabe, que en el fondo, con cada beso, con cada centímetro de su piel que lame, Granger es un poco más suya. De él que dejó que ella se deshiciera de su virginidad con él como quien se deshace de una camiseta vieja, como si no significara nada. Pero hay algo más que preocupa a Zabini y es que, aunque no está enamorado de ella sabe que su sonrisa es tan radiante como el sol, aunque cada vez sonría menos, que es hija de muggles y aun así es la más pura de las mujeres con las que ha estado, que cuando duerme se acurruca inconscientemente contra él y que siempre que están juntos así ella siempre se las arregla para estar siempre tocándolo como si intentara convencerse de que es real. Sí, Zabini sabe muchas cosas preocupantes, pero hay una en concreto que le aterra. Y es que, a cada minuto que pasa, ella le pertenece un poco más, el problema es que es un sentimiento arrolladoramente recíproco. Así Zabini empieza a estar orgulloso, orgulloso de ser el único que le aportaba algo de paz, orgulloso de llevar sus marcas en la piel.
Y pensando en todo ello Zabini llega a la Mansión Black, a las cuatro de la mañana, una hora en la que, en principio, no debería haber nadie despierto pero así no es como funcionan las cosas en la sede de la Orden. Así que va a la cocina y allí está ella con su libro, su té y su sonrisa tan radiante como el Sol. Empezaba a preocuparme le dice ella. Y entonces Zabini decide hacer algo que no ha hecho nunca. Se sienta a su lado, la coge de la mano y le asegura que se quedará con ella todo el tiempo que le deje.
Zabini sabe que decirse que no está enamorado de Granger no es más que una una mentira a estas alturas pero también que ella no está preparada para oírlo así que se quedará y será todo lo que necesite. Ni más. Ni menos. Y vivirá con la esperanza de que, tal vez, algún día tenga la oportunidad de convencerla de que él puede ser todo lo que necesita el amigo, el compañero, el marido, el padre de sus hijos. Sí, tal vez.
Grief is like the ocean, is deep, and dark, and bigger than all of us.
(La pena es como el océano, es profunda, y oscura y más grande que todos nosotros.)
And pain is like a thief in the night. Quiet, persistent, unfair.
(Y el dolor es como un ladrón en la noche. Silencioso, persistente, injusto.)
Dimished by time, and faith, and love.
(Disminuidos por el tiempo, la fe y el amor.)
Espero que no os haya parecido horrible. Sé que no hay ni un solo diálogo pero tengo cierta tendencia a escribir sólo diálogos así que decidí probar algo diferente. Toda crítica constructiva será bien recibida aunque sea para decir que el fic apesta. Gracias por llegar hasta aquí.
