Título: Don't Disturb.

Sumario: Haruno Sakura. No se me parece, no me le parezco. Ignora a todos, no se me apetece hablarle. No la conozco y no me llama la atención. ¿Entonces por qué debo seducirla? Era la apuesta más estúpida y humillante que pudiera existir.


Don't Disturb / No Molestar

SasukeSakura

Rissa


·

"Uchiha, apuesto todo, a que no llegarás a seducir a Sakura, y aún más mi vida a que nunca podrás salir con ella, héhé."

Así comenzó todo. Una apuesta. Una apuesta completamente estúpida. Y con todo, Dios sabe que no soy de los que responden a esta clase de idioteces. Pero esa noche, en la habitación del internado de Kiba y Shikamaru, el cansancio y algunas cervezas que habíamos ocultado, hicieron efecto en mi.

Sakura Haruno, la muchacha más extraña de todo el colegio. Todo el mundo es distante con ella, millones de rumores corren de ella. Personalmente, nunca he pretendido saber más. No tengo mucho que saber, para ser sinceros. Es una chica que tiene largo cabello y rosado, cuyo origen se ignora del todo. Grandes ojos verdes esmeraldas, y brillantes. Posee un corte de pelo poco común, se distingue mucho de los otros. Está todos los días completamente sola, no le habla a nadie - nadie le habla, más bien, y es una excelente alumna, extremadamente inteligente.

Esa noche, Naruto – una persona que hago llamar mejor amigo, y yo, salimos secretamente de nuestra habitación, como internos del colegio de Konoha, para ensartarnos en los pasillos y volver a entrar en la habitación de Kiba y Shikamaru (como ya dije) allí donde nos esperaban, en compañía de Neji y Lee, quienes ya bebían cerveza.

Naruto Uzumaki, el más juguetón y seguramente más estúpido de entre nosotros, después de su tercera cerveza se lanzó a las apuestas. Y le lanzaba apuestas a Lee superando todos sus límites, para probarse que se es capaz de hacer tal o cual cosa. Lo que para mi, es completamente idiota e inútil. Además aquí, avanzada la noche, y en mi cuarta cerveza en camino, no tenía ya la fuerza de contestar cualquier cosa lógica y de peso contra su juego estúpido.

Kiba se levantó, era demasiado aficionado al alcohol, estaba ya entre su quinta o sexta lata. Alzó su mano al aire, la que tenía firmemente agarrada la cerveza, luego la bajó repentinamente, señalándome con el dedo.

–¡Eh! ¡Sasuke! ¡Aún no te dimos apuesta! – gritó a los demás.

Todas las miradas se posaron en mi. Es necesario reconocer que había preferido guardar silencio hasta ahora, esperando que eso no les permitiera fijarse en mi. Eso sin contar la atención que me tenía el borracho que ahora era Kiba.

Hice entonces mi rezo, vuelto en esta fase de la noche, me esperaba la peor de las torturas. Shikamaru tenía que beber de un inodoro, Neji debía hacer creer a su grupo de fans que era gay, Lee le debía besar a la primera chica del club de lectura con la que se cruzara - sabiendo que no eran muy sociales, y él... no muy agradable a la vista, y Kiba, debía conseguir pasar una noche en el edificio del internado de las muchachas, sin hacerse notar.

Me habré esperado todo, o al menos casi, pero no eso.

–¡Uchiha! – gritó Kiba. – apuesto todo, a que no llegarás a seducir a Sakura, y aún más mi vida a que nunca podrás salir con ella, héhé.

–... – cerré los ojos para entender el punto, 'no tiene' me dije.

La mayoría de la gente habría creído que era algo bastante simple, puesto que todas las chicas estaban estúpidamente enamoradas de mi. Y créanme, no hay nada más irritante. Cualquier chica hubiese reído ante la apuesta, porque incluso ellas saben que quieren salir conmigo, no importa el concepto, cualquiera, excepto Sakura.

No hace mucho tiempo que sabía eso, algunas de las chicas que Naruto comúnmente llama mis "groupies-histéricas" habían querido integrar a Sakura en el grupo, y transformarla finalmente en una más de ellas, lo que fue totalmente idiota e inútil, fueron hasta ella, acercándose como si tratase de un animal salvaje – ya que su mirada podía espantar a cualquier persona – y se habían presentado una por una, como si eso pudiera facilitar la cosa. Luego decidieron tocar un tema simple, que según ellas tenían todas en común, es decir, comenzaron una conversación con un único centro de interés: yo.

Y fue ese día en que llegaron a mi, llorando, diciendo que Sakura estaba loca y que era completamente inhumana, además de demente. No les presté atención, diciendo con mi rostro que no sabía porqué de nuevo se habían acercado a mi, ignorando el 'rechazo'. Un poco más tarde, Naruto corría desesperado hacia mi, diciendo que por fin había encontrado a una muchacha completamente indiferente a mi - desde un tiempo hasta ahora, él quería demostrar que no todas las chicas estaban locas por mi persona. Y sin que pudiera añadir cualquier cosa, anunció "¡Sakura! ¡La muchacha del cabello rosado, la chica rara! ¡Dijo a tus groupies que era completamente indiferente a tu super encanto! ¡Ahaha!". Luego del grito, me dije a mi mismo que si existía una chica razonable, pues yo no había hecho absolutamente nada para que todas "cayeran ante mi encanto", y no le di más vueltas al asunto.

Podrían comprender ahora porqué esto era una total estupidez, y porqué no debía aceptarla.

–¡Sí! – gritó Naruto – Si Shikamaru puede beber de un inodoro, tú puedes conquistar a Sakura -

–Ella es completamente indiferente mi ¿por qué querría salir con ella?, es tonto. -

Por fin lo había dicho, era estúpido. No hay mejor palabra para calificar esta apuesta, es profundamente estúpido. No se interesa por mi, no me intereso especialmente por ella, ¿por qué iría más lejos?

–Salir con ella mínimo dos días, eso es – añadió Lee.

–No es una cuestión de lógica, en mi opinión... – añadió repentinamente a Neji. – Esta niña es muy complicada, todo el reto de esta apuesta reside en el hecho de encantarla, y es prácticamente imposible.

–Tiene razón – dije.

–Pero después de todo, yo debo hacer creer a un grupo de fans histéricas que soy gay, y asumir todas las consecuencias durante dos días, entonces ¿por qué tu tendrías el derecho a elegir otra apuesta? -

Cuando comenzó a defenderme, pensé que era bueno, pero en realidad, era malo, maldito bastardo. Si seguía de esta manera, me vería obligado aceptar esa idiotez. Lo que no prefería hacer, realmente.

–Además, no es tan malo, no es como si ella fuera fea – dijo Kiba.

–Sakura es linda, pero es rara... – Naruto me miró – ¡Y no se siente atraída a ti! ¡Ahaha! – apuntó.

–De hecho no se te da elección, Sasuke, te obligaste. El punto de la apuesta es eso, que es una apuesta – conluyó Shikamaru

–¿Y se dan cuenta de que es idiota, pues no voy a perder el tiempo ni a poner esfuerzo para conseguirlo? – planteé.

–No duras ni un día – dijo Naruto provocándome.

–Naruto, callate.

Naruto era irritante la mayoría de las veces.

–¡Sasuke! – siguió. – ¿No quieres seducirla porque pasa de ti, cierto? – río.

Él solo reía, había bebido demasiado y decía cualquier cosa.

–¿Por qué lo haces callar, Sasuke? – preguntó Shikamaru – prueba al menos que eres capaz de hacerlo.

–Y no es mucho esfuerzo, después de todo con tu devastador encanto, seguramente lo conseguirás en poco tiempo. – añadió Lee


Di un profundo suspiro de desesperación. Y es así como consiguieron hacerme aceptar esta apuesta estúpida, sin realmente tener mi consentimiento, además. Esta apuesta que, mañana tendría que cranear por como llevar a cabo. Mientras buscaba pertinentemente un modo de esquivarla hoy, Naruto se levantó de buen humor, recordando absolutamente todo acerca de la apuesta.

-Así que hoy es el gran día, ¿eh? -

Ahogué un suspiro y lo ignoré como se debía. Después de tomar mi ducha, mi desayuno y aspirina también, el primer curso comenzó, seguido del segundo. Todo el día se desarrolló así. Hasta la noche, no me había cruzado ni una vez, gracias a Dios, con Sakura.

–Sasuke – me llamó Lee, mientras se acercaba.

–¿Mh? – me di la vuelta, cansado.

–No me he topado con ninguna chica del club de lectura – parecía decepcionado.

–¿Y?

–¡Si no vienen mi, entonces yo iré a ellas! – exclamó, alzando un brazo en el aire, y con llamas en los ojos.

Lo observé, alzando una ceja. Era estúpido. Al igual que estas apuestas que teníamos en la espalda. El día de curso acababa apenas de terminarse, así que Lee tuvo tiempo de cambiar su uniforme por su ropa deportiva. Y, debo reconocer, no hacía especialmente resaltar su aspecto viril. ¿Después de todo, atrae un chico vestido de chándal y pantalones raros de color verde, además de pobladas cejas? Él y su instructor, que no sólo es nuestro profesor deporte, si no su ídolo, y quien dio indicio a este aspecto poco admirable.

–Genial – añadí con tono aún más desinteresado. – Pero, ¿Por qué me lo dices a mi, Lee?

–¿Cómo que por qué? ¡Tu apuesta Sasuke, tu apuesta se encuentra en la biblioteca! ¡Por eso! – anunció.

-¿Hablas de Sakura?

–Sí, Sakura, tu apuesta.

Suspiré, por milésima vez en el día. Era estúpido.

–Sakura no es mi apuesta. – cerré los ojos, y le di la espalda – Mi apuesta es seducirla, punto. – comencé a caminar.

–¡Acompáñame, Sasuke! – gritó, cuando sólo me alejé apenas dos metros.

–Hago lo que quiero, y no tengo porqué hacerlo ahora – respondí fríamente.

–¡No hagas mañana lo que puedes hacer hoy! – gritó en tono serio.

–... – bufé. – No lo dejaré para otro día, debo ir a… la enfermería.

Para que me dejara por fin tranquilo, era necesario inventar una excusa. Entre otras cosas, la de la enfermería me parecía buena. Aunque se nos dice cuando pequeños que mentir no es bueno, en realidad mentir es el único método de supervivencia. Y ante un Rock Lee decidido, estaba en estado crítico, era pues, mi último recurso.

Asombrado de no oírlo responder cualquier estupidez, me volteé, para mirarlo, su boca estaba abierta, sus ojos estaban salidos de orbita, y me examinaba con exageración. Idiota. Luego se puso a farfullar.

–¡Sa-Sa-Sasuke! No me digas que... ¡La llama de la juventud se apaga! –

Lo observé durante más o menos 3 segundos. Parpadeé dos veces, para ver si lo que acababa de ver estaba bien… si era real. Permaneció en la misma posición, de un aire chocado. He aquí la estupidez que me esperaba. ¿Qué tiene de exuberante ir, después de los cursos, a dar una vuelta a la enfermería? Luego de una sacudida, posó su eterna posición, que además de darle un aire terriblemente estúpido, era terrible. Haciendo un guiño de ojo y mostrando todos sus dientes blancos, hizo "La Pose Cool" como algunas personas la nombraban. ¡Era tan ridículo, cualquiera habría estallado de risa viendo eso!

–¡Sasuke! ¡Recupérate! ¡La fuerza de juventud está en ti! – añadió, orgulloso de si.

–Si tu lo dices.

Me di vuelta para salir de allí. Nuevamente, sin llevar dos metros más de distancia, me cogió del brazo con una boba sonrisa en los labios.

–Déjame acompañarte, Sasuke – dijo, para aumentar mi desdicha.

Sabía que, de cualquier forma, no me liberaría de todo, visto el giro que esto tomaba. Y me habló de tomarse las cosas con sabiduría, o incluso de que su instinto le decía que seguirme le contestaba cualquier cosa que le hubiese dicho dos minutos antes, pensaba ir a la biblioteca luego. Preferí entonces no decir nada, bufé con molestia y le miré con cansancio, después lo dejé acompañarme en silencio.


Llegando a la enfermería, abrí la puerta sin preocuparme de golpear, aunque ignoraba si la enfermera estaba allí. Al ir hasta ese lugar, había tenido tiempo de reflexionar sobre la razón que me impulsaba a venir aquí.

–¿Shizune-sensei? – llamó a Lee al vacío.

–No está – sentencié.

–¡Pero, Sasuke! ¡no te sientes bien, es necesario que te de algo! – reclamó repentinamente preocupado por mi.

Solté otro suspiro, más profundo que los otros. Me se desesperaba. ¿Al no estar con los demás, no comprendió que quería estar solo? Me acosó para que lo acompañara a esa desagradable biblioteca, para comenzar mi estúpida apuesta con Sakura. Luego quería acompañarme a la enfermería, y ahora toma un aire excesivamente preocupado, hablando de mi salud.

–Está bien – dije – voy a recostarme en una de las camas – lo calmé.

–¿Estás seguro? – insistió.

–Sí.

Entonces tiré la de cortina, pues detrás se encontraban dos camas para los enfermos. Y en ese instante, Lee dio una clase de grito inaudible. Seguí su mirada, contemplando a Sakura.

Sí, ella estaba recostada sobre una de las camas, y leía tranquilamente un libro, no teniendo el aire de estar enferma o cualquier cosa. Y no estaba en la biblioteca. Volvió la mirada hacia nosotros, arrugando ligeramente las cejas, luego observó detenidamente a Lee, que permanecía con un aire sorprendido. Arrugó más aún las cejas y soltó un bufido, antes de volver a sumergirse en su lectura.

–Shizune está en una reunión. Volverá de nuevo de aquí en una hora y veinte minutos – anunció, sin alejar sus ojos del libro.

–Oh, Sakura-san, puedo confiarte Sasuke? – imploró repentinamente el imbécil junto a mi.

–¿Disculpa? – murmuré.

–… Él está bastante grande para ocuparse de sí mismo sin hacer idioteces. – añadió secamente.

–Bien, le dejo entonces – dijo Lee con una gran sonrisa.

Antes de pudiese decir o añadir cualquier cosa la puerta de la enfermería ya había sido cerrada, y Lee estaba ya lejos. Suspiré, el más grande de todos mis suspiros en el día. Mientras me disponía a salir, ella se levantó de la cama, después de haber terminado su libro. Se dirigió bajo mi mirada fija, hasta un pequeño estante repleto de libros de medicina al parecer. Luego buscó otro dejando al mismo tiempo el suyo, y suavemente se dirigió a mi.

–Puedes acostarte sobre la segunda cama, si no te sientes bien.

–Hn. –

Y lo hice. ¿Por qué hacía eso? No era capaz de responder. Mi cuerpo actuaba por impulso sin que mi cerebro pudiera reflexionar. En realidad me imagina lo que Naruto diría en esta situación "esta es la oportunidad de tu vida" y en realidad, lo habría gritado, tan entusiasta. Debo reconocer que no creo en eso de las coincidencias, así que en este caso, quise rápidamente terminar con la apuesta. Me acomodé sobre la cama.. Crucé los brazos detrás de mi cabeza y desde mi lugar me puse a contemplar la habitación. No muy bonita, a propósito.

Entonces ella volvió a recostarse, con un nuevo libro en mano.

Después de algunos minutos, ya había leído una buena cantidad de páginas. Un libro de medicina, no es, sin embargo, de los más apreciados en el mundo de la lectura.

–¿Realmente te gusta la medicina, o sólo quieres matar el tiempo leyendo? – pregunté, hastiado.

–¿Y a ti, realmente te importa mi vida, o sólo quieres matar el tiempo rompiendo el silencio? – respondió fríamente.

¿Cómo quieren que intente algo si es tan malditamente difícil hablarle? No soporto a las personas como ella. Si es así con todo el mundo, no es poco creíble, asombrarse de que las personas no se le acerquen, podrían tener un contacto si fuera amistosa.

–Entonces ¿Tendrías la amabilidad de responder? – pregunté en su mismo tono.

–… Yo… Quiero estudiar medicina, ser doctora.

Después de haber respondido tímidamente, a pesar de tener un aire distante, volvió la cabeza y se puso a mirarme profundamente. Sus ojos esmeraldas no eran comunes, nunca antes los había visto de cerca. Sin ningunas insinuaciones, debía reconocer que eran espléndidos. ¿Y qué tanto me miraba? Me observaba de un aire de verdad, incomprensible. Comprendía también porqué la trataban de rara. Su comportamiento lo era.

–Uchiha. – dijo, bajando nuevamente los ojos – Uchiha Sasuke, ¿no es así?

–... – asentí.

La miré sin comprender, arrugué ligeramente las cejas. Luego de un hojeo suspiré, mientras el silencio se volvía extrañamente agradable, la puerta se abrió de un golpe, y en un estruendo infernal, vi a Naruto entrar por la puerta. Sakura se dio la vuelta, y lo miró, Naruto abrió los ojos de golpe, aún más grandes que los de Lee hace un rato. Después pasó su mirada de mi a Sakura, sin siquiera respirar.

–¿Qu-qué es lo que pasa aquí? – balbuceó.

–Nada excepcional, tu amigo se sentía mal y se recostó – respondió, levantándose y saliendo de la enfermería. Naruto, después de asentir, dirigió su atención hacia mi, una sonrisa provocadora fue dibujándose sobre sus labios. Sonrisa que no me gustaba en absoluto.

–¡Saaaaaaaaasuke! – dijo en un tono divertido.

Sólo suspiré, no añadí más.

Luego me di la vuelta y salí de la enfermería, dejándolo solo, y pensando un poco más tarde, las numerosas ideas que hubiese tenido Naruto, sobre lo que había visto.

Salí del edificio. Tenía un largo camino que cruzar antes de llegar al otro lado del internado, donde se encontraba mi habitación, y la de Naruto. Y mientras el viento revoloteaba en mis cabellos, un pensamiento desagradable vino de repente, al mismo tiempo que recordaba los ojos verdes de Sakura.

Esta apuesta no iba a resultar simple. Y me lanzaba en ella sin pensar en las consecuencias que podría traerme.


¿Ven? Lo prometido es deuda, no pude terminar dos historias, pero empezaré subiendo otras nuevas, de las cuales ya llevo escritos algunos capítulos.

Sasuke es tan Sasuke, en serio, no sabía como plantearlo. Y menos a una "rara Sakura no atraída hacia él" es bastante extraño expresarlo de esta forma. En fin, esta historia es intensa y triste, pero tiene su lado dulce y romanticón. Muchos secretos se vienen y a lidiar con la apuesta, simple cómo eso, Hahá, sí claro .-

Espero que me entiendan, y no se olviden de que cada vez que no me dejan un review, un gatito muere. Lalalá. okey, no. Pero sería cruel, así que házlo, sí, tú, HÁZLO. xD

Besos,

Rissa.