Capítulo único
+*+*+Summer Wine+*+*+
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"Fresas, cerezas… y el beso de un ángel en primavera.
Mi vino de verano
…realmente está hecho de todas esas cosas"
El verano es la estación más bonita del año. Es la estación en donde nacen los bebés atrasados de primavera, los calurosos hijos del sol y las niñas de la lluvia. El verano es mucho más alegre que la primavera, tan nostálgico como el otoño y de climas tan extremos como el propio invierno. El verano es sencillamente maravilloso, lleno de recuerdos y dulces épocas, pertenece totalmente a la juventud, a los romances, a la aventura. Por eso se dice que los mejores vinos resultan de esta maravillosa estación
Y este es el día más caluroso del verano, y se ha tornado especialmente vehemente desde el amanecer, el ardiente sol inunda a todos con sus rayos, el agotamiento y la deshidratación son de lo más normal.
Un sorbo más a mi inmejorable néctar, ya son varios, un sorbo más, sólo uno más a mi precioso vino color bermellón, que con su sabor dulce y fresco me permite no resentir tanto el calor del momento, el haber abandonado mi uniforme ninja ciertamente es una ayuda, mis ropas actuales aminoran un poco más el golpe de calor, (apenas unos shorts de mezclilla mostrando mis- hasta entonces- blancas piernas, con mis botines beige). Reí ¿Qué otra cosa podía hacer? Era lo más cercano a la felicidad que tenía, incliné mi sombrero al estilo vaquero.
¡Qué curioso! …. Curiosísimo
Cuando era apenas una niña mi padre y yo solíamos acampar en el patio, siempre imaginándonos que era un inmenso bosque lleno de peligros, nos refugiábamos bajo una mantas que fungía como tienda de campaña, y entonces me contaba historias tan fantásticas y bohemias sobre unos valientes hombres montados a caballo que no le temían a nada y se dedicaban a establecer el orden que el sheriff no podía.
¡Vaqueros caza-recompensas!
…Un sorbo más
Yo imaginaba todas esas historias, las coloreaba con mis crayolas desgastadas, las recordaba en pequeños cantos hacia el cielo, y las estrellas me ayudaban a ser los protagonistas.
Me fascinaban esas historias; y yo dormía con una enorme sonrisa soñando con esos lindos cuentos…anhelaba más allá de cualquier deseo sobrecogedor que algún día pudiera ser tan valiente como cualquiera de esos hombres a caballo.
La nostalgia me sobrecogió, se me olvidaba que en este mundo ya no había lugar para los vaqueros. El mundo moderno no se permite esa clase de nostalgias…en verdad lo más cerca que pude llegar fue a enlistarme como ninja.
Mi cabello largo y suelto golpeando mi cara por el inclemente viento, me hizo recordar que tenía asuntos pendientes, guardé mi botella en la bolsa cruzada que solía usar y seguí mi camino.
¿Seguir a donde? ¿Hacia dónde, con qué rumbo? … ¿Con qué propósito? No tenía un hogar, todo lo que alguna vez había conocido y llegado a amar se había desvanecido en el aire, como un espejismo en mitad del desierto. Ahora sólo arrastraba los pies hacia una próxima misión, una sin sentido, como todas las demás. Y de pronto, como tantas veces otras, los recuerdos volvían como flashes, fantasmas atormentadores del pasado cercano.
¿Qué me quedaba ahora? "La Guerra" es un poderoso monstruo, un huracán, es igual a la explosión furiosa de un volcán, que se lleva todo consigo. Mi familia había muerto durante el ataque. Durante la batalla pelee valientemente, pero a su término me había quedado sin casa y sin familia.
La vida me había arrebatado todo lo que amaba y mi amor por Sasuke no era la excepción, después de ver en lo que se había convertido, después de ver ese ser oscuro y sin alma en el que se había convertido, ya no toleraba verlo. Aquel día cuando me atrapó en un genjutsu algo en mí murió, vi un vacío en los ojos de Sasuke, vi que sólo había frío en su interior y entonces lo supe, yo ya no amaba a Sasuke, esa parte mía destinada a amarle fervorosa e irremediablemente se había apagado para siempre.
Todo después de la guerra tomó su cauce, se iniciaron nuevas familias, hubieron nuevo nacimientos bajas, altas civiles…todos tenían a donde volver, alguien que aún les esperaba. Todos los que alguna vez conocí tenían alguien por quien sacudirse las cenizas de sus ropas, dejar de llorar a sus muertos y construir de nuevos sus casas todos… menos yo
Mis amigos poco a poco se fueron alejando: Naruto encontró el amor al lado de su bellísima y siempre dulce Hinata, él y Sasuke se la vivían peleando por el título Hokage, Sai volvió como líder ANBU, y así todos y cada uno de ellos logró hacer una vida aparte. Me alegre por ellos, era más de lo que yo podía pedir, todos los que alguna vez había amado y que por siempre serían parte de mi corazón, ahora estaban seguros y felices. Sin embargo paulatinamente me di cuenta que no encajaba más en la hoja.
Me di cuenta de repente que nadie me esperaba a mí, ya no tenía familia y no era imprescindible… Nada me ataba a esa tierra a la que tanto protegí. Era el momento de buscar mi propio rumbo.
Un sorbo más
Ya pasaron 6 años de la guerra y ahora era una "ninja trotamundos". Sí, bueno, no era todo lo que esperaba pero era una forma de ser libre, trabajar para cualquier aldea que me pudiera contratar "una caza-recompensas" que pagaba su sombrero de vaqueros y su desgastada camisa campirana atrapando delincuentes.
-Jajaja cuánto se hubiera reído la pequeña Sakura-
…no he vuelto ver a mis amigos
…
Suspiró ahora tenía que dirigirse al árido camino que la llevaría a la aldea entre las rocas, tenía una misión "Atrapar a la sombra silente" un afamado roba-tesoros, un ninja desertor que se había llevado el jarrón de jade del señor feudal de aquellas tierras. Se sentía hipócrita por tener que cazar a un forajido ¿Acaso ella no lo era también? Supuestamente el criminal había sido también un ex soldado de la milicia que custodiaba el castillo. Como quiera que fuera, estaba segura de poder atraparlo.
Pero el calor era tan abrasador que tuvo que buscar algún sitio con sombra, llevaba muchos días caminado y sólo había dormido en el suelo del desierto, sintió su garganta arder, ese en definitiva no era su clima. Localizó a unos cuantos metros una cantina de bajo nivel, le pareció un lugar encantador para poder pasar el rato.
-Bastante pintoresco-. Dijo por lo bajo
Entró allí mismo apenas tuvo oportunidad, todas las miradas repararon en ella, no era precisamente el ambiente propicio para una dulce niña de aspecto frágil y cabello rosa en donde la clientela era claramente masculina. No le tomó importancia, no era la primera vez que alguien la subestimaba. Entró sin tapujos y se sentó en una silla frente a una pequeña mesa redonda, sobre la que puso a descansar sus botas. Bajó su sombrero y prendió su infaltable tabaco. El cantinero se acercó a ella
-¿Desea algo señorita? – Ella levantó la cabeza, y con su sonrisa más inocentona le dijo…
-Lo más fuerte que tengas cariño- Mientras le guiñaba un ojo. El cantinero se desconcertó, a ella le encantaba confundir a las personas con esas actitudes puritanas y todo su aspecto diciendo lo contrario. Él se retiró y la chica exhaló el humo de cigarro que venía conteniendo
Un tipo alto y pesado se acercó a su mesa con pasos seguros, su sombra cubrió a Sakura, pero ella no volteó.
-Hola preciosura ¿Puedo sentarme? – le dijo señalando a la otra silla restante de la mesa, la joven estaba harta de todos esos tipos arrogantes y altaneros, con la bota izquierda ella tiró la silla al suelo.
-No lo sé ¿Puedes?- Ni siquiera lo miró. Quería dejarle claro que no era bienvenido, y no tenía ganas de perder el tiempo hablando con él
-Lindura, deberías ser más amable ¿No sabes con quien estás hablando?- Le sonrió descaradamente, cosa que notó por la variación en su voz, escuchó a dos hombres más sumar sus pasos a los costados del que se dirigía a ella.
-Preciosa, haz caso a lo que te dice- dijo uno de ellos, como si en realidad se preocupara por la ojos jade. Ella sonrió y apagó su cigarro dispuesta a levantarse.
-Tienes razón.- Dijo ella-No sé quién eres-
Respiró hondo y se dio la media vuelta, no tenía ganas de empezar allí mismo una pelea, debía concentrarse en su próxima misión, era importante quería cobrar la jugosa recompensa y emprender un nuevo camino a algún destino inhóspito, a un lugar tranquilo, libre…paseando entre sorbos de vino y sus queridos recuerdos.
Tenía como única regla pasar desapercibida y no llamar la atención, debía irse pero aquel sujeto la haló del brazo hacía si
- ¿A dónde crees que vas preciosa?- La cuestionó lascivamente. Sakura hizo un gesto de repugnancia ¡Cómo detestaba de verdad a esa clase de tipos! Éste se iba a enterar.
- Pedazo de…-Y cuando estaba a punto de patearle, la puerta se abrió. Y entro él
Caminé en la ciudad con
Espuelas de plata que tintineaban
Todo el local guardó silencio de inmediato, aquellos hombres se apartaron de la pelirosa sin decir más. Todo parecía haber vuelto a la normalidad, la misma normalidad que la chica había interrumpido al entrar. El cantinero se acercó al nuevo intruso y le escoltó hacia una mesa, allá al rincón apartada de todos. Al volver le trajo a Sakura la bebida que había ordenado antes. Ella la tomó de un solo tajo sin hacer gestos. Miró a aquellos hombres que la habían atajado y ellos no la miraban ni de reojo ¿Qué pasaba? ¿Tanto miedo inspiraba aquel sujeto?
Un cambio sumamente brusco no podría ser sino el resultado de la presencia de aquel hombre ¡Diablos era pena que no hubiera conseguido verle bien el rostro!
No había otra explicación, aquel silencio tendría que estar relacionado con ese hombre. Sakura lo miró era alto, de tez cubierta, y aura enigmática, parecía estar sumergido en alguna especie de lectura ¿Quién leía en estos tiempos? Su interés fue cada vez a más, sus movimientos parecían simples, naturales, nada ensayados pero exactos, con una soltura y elegancia natas. Su cabello era… gris.
Vio dos cascabeles plateados brillar a la tenue luz del bar y sus ojos se abrieron en sorpresa. Ella sonrió cómo pudo ser tan tonta
Una canción que solo
había cantado a algunos pocos
Se acercó sin timidez a aquel hombre
-Mucho tiempo ¿Verdad? – y se tomó el trago que estaba destinado para él
-Bastante, según veo- le respondió ¿Era una pisca de resentimiento en su voz eso que notó? Él no bajo su vista del libro
-Cuando terminó… no te volví a ver-
-Ni yo a ti- Aquel hombre seguía tan igual, tanto que ella se avergonzó de no haberlo reconocido antes, solo sus ropas había cambiado, al parecer él también había adoptado el estilo vaquero en aquellas tierras.
¡Fascinante!
Sakura se olvido en un segundo de donde estaba, esos hombres que la habían molestado antes ya no existían para ella, el calor se disipo y de pronto tuvo doce años otra vez y el tiempo no había transcurrido. Se le quedó viendo por demasiado tiempo, examinando los estragos del tiempo en él ¿La guerra lo había cambiado tanto como a ella? ¿Sería el mismo que conoció?
Él notó su mirada examinadora y por fin cerró el libro. Siguió su vista hacia donde se dirigía su mirada y notó que veía directo a esos cascabeles con los que los había puesto a prueba la primera vez que conoció al equipo siete, y sonrió melancólicamente
-Vámonos de este lugar ¿quieres?- Todos los recuerdos, la perdida y el dolor volvieron de golpe para ambos, pero también la sensación de tranquilidad, de familiaridad y cariño arraigado en lo más profundo de sus almas.
Ella vio mis espuelas de plata
y dijo: "Vamos a pasar el rato…
Sakura se veía alegre, saludable, llena de vida , él no pareció convencerse de su sonrisa. Recordó ese día en el que después de regresar a la aldea tras haber estado lejos durante meses por una peligrosa misión de infiltración, la Hokage le llamó a su oficina para informarle que Sakura había desertado de la aldea, su corazón se heló ¿Porqué Sakura haría algo así?
No estaba claro, nadie sabía la razón y ella no se despidió de nadie, dejó su aditamento ninja y una carta en el escritorio de Tsunade y esa fue la última vez que la vieron en la aldea. Kakashi entendía que para la joven era necesario encontrar alguna especie de paz, de equilibrio, ni él ni nadie la busco, había sufrido ya bastante y perdido lo suficiente, en honor a sus servicios prestados a la aldea, está le dejo ir sin tratar de seguirle el rastro.
Kakashi no estaba seguro de que algún tipo de recuerdo pudiera llegar a ser beneficioso para alguno de ellos, sólo sabía que aquella sensación de tranquilidad no la había tenido en mucho tiempo, y se sentía bien poder sentir un poco de normalidad.
…Y te daré vino de verano"
-Anda- Le apremió ella guiñándole un ojo seductoramente. Se acercó hacia él, y se inclinó para verlo cara a cara, él tuvo una vista generosa del nacimiento de los senos de la chica - Tengo algo más fuerte que cualquier cosa en este bar.- Y él consiguió levantarse de la mesa sin poner peros. Ella pasó por la mesa que originalmente ocupaba, dejó algo de dinero y ambos salieron.
…
Él la siguió un largo trecho a las afueras del pueblo, donde la vegetación comenzaba, las ramas se alzaban imponentes hacia el cielo cubriéndolo casi por completo, sólo dejando unos pocos rayos filtrarse. Llevaban un par de horas caminando y el atardecer comenzó a bajar al igual que el calor, el atardecer traía consigo un frescor que rayaba en el frío. Pero ninguno de los dos dijo nada, ella seguía fumando y cantando a pedazos y él solo leía y caminaba a su lado. A ninguno de los dos les importó no tener rumbo, no necesitaban siquiera platicar, se sentían cómodos el uno al lado del otro.
Sakura había cambiado en todo ese tiempo, era más alta y más esbelta, de figura más delicada y fina, y cuando el viento soplo –y sólo entonces- Kakashi pudo reparar en que ahora la joven llevaba el cabello largo y terso hasta la cadera.
Sakura se había vuelto toda una mujer, de porte delicado pero de figura dadivosa, caderas semi-generosas con largas piernas, cintura reducida hasta niveles poco sanos, y unos senos bastante agradables a la vista. Ciertamente todos aquellos detalles encajaban perfectamente con aquella dulce cara, con esas inocentes facciones y esos enigmáticos ojos gatunos, cristalinos y verdosos enmarcados por esas nuevas ojeras oscuras
Sakura era joven, realmente preciosa, y por primera vez Kakashi pudo notar ese aire de seguridad en los gestos de la chica, esa libertad exhalando de sus poros, esa sensualidad y magnetismo emanando de su ser con cada paso. Esa niña temerosa y llorona, se había transformado radicalmente, dejando ese recuerdo borroso de la niña caprichosa atrás en el tiempo y había sustituido indudablemente la imagen que Kakashi pudiera tener antes de ella. Esta Sakura era mucho más atrayente, él quería estar con ella sin importarle que el tiempo siguiera transcurriendo para todos los demás excepto ellos.
Cuando por fin ella se cansó se sentó cerca de un árbol y Kakashi se inclinó a su lado
Ella sacó una botella transparente de entre sus cosas y se la mostró a Kakashi
-Recuerdo que tu no bebías- le sonrió – Vamos al menos brindemos por este encuentro. Fresas, cerezas y…- dijo pausadamente y enumeró todas y cada una de las cosas, mirando con fervor la botellita aquella. Ella le guiñó un ojo.- Esos son los ingredientes ¿Sabes? Es un vino de la cosecha del verano pasado.
"Quítate tus espuelas de plata
y ayúdame a pasar el tiempo…
Le acercó un poco más la botella para que pudiera apreciar su contenido rió ante la idea de beber él ya no estaba en edad para aquello, pero igual le causó curiosidad, parecía un típico vino tinto desgastando por una mala cosecha, apenas pareciéndose a un intento de vino rosado, pero Kakashi era curioso y quiso probarlo, eso ni en broma podía ser más fuerte que el whisky del bar. Para cuando él intentó tomar la botella entre sus manos ella se lo negó
-Ah ah- dijo ella señalándole con el dedo- Aún no es hora, sensei... Y con esa última palabra le había provocado escalofrío a lo largo de toda la columna vertebral tenía tanto morbo que apenas y pudo volver a regular su respiración ¿En qué estaba pensando?
-Debes contarme primero una historia. –prosiguió ella y tomó del vino como si de agua se tratará-Una buena o no cuenta- Sentenció
…Y te daré mi vino de verano"
Kakashi accedió, no sabía por dónde comenzar así que le contó cómo estaban todos en la aldea, todo era bastante "estable" allá. Sakura se sintió melancólica en el fondo se alegraba de que reinara la paz en su aldea natal, sin embargo sintió un vacío al saber que la vida seguía su curso natural sin ella. El tiempo no se había detenido sólo porque ella no estuviera, había tenido razón no le hacía falta a nadie.
No era momento de sentirse triste o no importaba, ahora estaba ahí junto a Kakashi, y el tiempo se había detenido un rato para ella, sólo para que él pudiera contarle sus historias
Sakura quiso saber más… y le dio vino.
El sabor era dulzón y tremendamente refrescante, en verdad tenía ese gusto a mmm ¿frutos rojos? El líquido se deslizo suavemente por sus labios hasta encontrar camino en el estómago del peliplata donde se volvió fuego puro. Pero le agrado. Sakura tenía razón, era bastante fuerte
En mucho tiempo Sakura no se había sentido tan segura y desinhibida con nadie, la verdad es que había estado muy sola, se había apartado del mundo por voluntad propia, ella sabía que podía permanecer sola sin perderse en el abismo de la oscuridad, pero estar así tan cerca de alguien, sentirse tan cómoda a su lado, era agradable, nostálgico, se sentía totalmente…bien. No quería que ese momento terminara nunca. Kakashi seguía siendo el hombre fuerte y maduro que conoció en su infancia, su aroma varonil comenzaba a marearla ¡Dios lo había extrañado tanto! Y ahora era como si nunca se hubiera separado. Él seguía siendo amable, atento, y los años le habían sentado muy bien, no se veía más viejo no, sólo sus rasgos se habían acentuado más en él, su mirada era más firme, su gesto más masculino y su cuerpo mucho más trabajado por los entrenamientos ninja.
Ella siguió curiosa e interesada en la bellísima forma que tenía Kakashi de contar historias, su voz era tan encantadora, sentía como los latidos de su propio corazón se diluían en las notas graves de su voz. Ella siguió interrogándolo, mientras el cielo se cubría de estrellas.
Ese hombre se había aparecido ante ella como una ilusión producida por la mente, y su presencia le ofrecía consuelo. Seguía igual de enigmático que siempre, y solo ahora –quizá debido al vino- un poco, solo un poco más abierto a una conversación. Sakura se preguntó si siempre había tenido un cuerpo tan…atlético, quiso comprobarlo al tocarle "por accidente" el brazo, sus ojos estaban un tanto cansados, pero aún conservaba esa aura sexy y desinteresada que siempre poseyó. Él, "Hatake Kakashi", era todo un hombre en la extensión de la palabra
Él le contó que pasó después de que dejará Konoha, le contó también como fue que se convirtió en gennin, sus primeras misiones, y sin darse apenas cuenta, mientras ella le daba más y más vino, él iba develando cada vez más su alma, la muralla del ninja que copia por fin había caído y nada menos que para su pequeña y antigua alumna Sakura Haruno
Mis ojos se pusieron pesados
y mis labios no podían hablar
Él la miraba como una hermosa visión, no podía creer que ella estuviera ahí frente a él, tan linda con sus facciones finas, y su desbocada risa cantarina, sus preciosos ojos verdes engatusándolo sin pausa. Se sintió caer poco a poco en un poderoso embrujo. Para cuando el portador del sharingan izquierdo detuvo un momento su relato y quiso aferrarse a la realidad, el piso se movió. Sí, y todo daba tantas vueltas que le fue difícil seguir respirando con normalidad. Se reconoció a si mismo sentado en el suelo recargando su espalda en un frondoso árbol que cubría entera su persona con sus largas hojas, pero no solo a él sino también a una dulce joven que se aferraba a su torso, a sus brazos en un abrazo, una caricia, un mimo casi intimo. Ella le miraba atenta a que siguiera su historia
¿Cuándo se había acercado ella tanto? Él se sonrojo porque sin quererlo se daba cuenta de sus formas de mujer. Se avergonzó, pero ¿De qué? Estaba perdiendo el hilo de la realidad
Traté de levantarme,
pero no pude encontrar mis pies
Trató de reincorporarse, ese vino le estaba haciendo daño, empezaba a no recordar cómo es que él también había abrazado a la joven con su brazo izquierdo, cuando había decidido estrujarla contra sí con tanta posesividad, cuando había decido recargarse en aquel árbol, ¿qué es lo que había estado hablado?
Pero en aquellos momentos donde el mundo te traiciona sus pies no le respondieron y sólo logro caer en el sitio exacto donde había estado sentado. Se sujetó la cabeza con ambas manos tratando de evitar que su cordura se le escapara, pero estaba siendo inútil todo intento por mantener sus sentidos
Ella me tranquilizó
con una frase poco familiar
La joven lo miró con ternura y comprensión, se acercó a él tan protectoramente como antes, y tomó sus confundidas manos y las besó suavemente
-Shh tranquilo, Kakashi- Ella nunca lo había llamado así antes
-No…. Pue…do…- balbuceó pero la frase se desvaneció incompleta en el aire
-Quédate conmigo - le sonrió ella
La joven quiso ofrecerle más vino pero esta vez él era incapaz de aguantar el horrible mareo del que era presa por intentar levantarse, ella se sentó a horcadas sobre aquel hombre y tomó un sorbo de vino entre sus labios, los juntó suavemente con los de él e hizo que éste bebiera a través de ella ese delicioso néctar
Y entonces ella me dio más vino de verano
Él volvió a beber pero ya no hubo más historias. De repente se sintió tan joven, tan vivo, tan lleno de vida, volvía a sentirse joven y apasionado, tan increíblemente bien que era una tortura no poder moverse a su antojo. Era como si una neblina hubiese enceguecido sus emociones, cosa que sin embargo lo mantenía alerta de todo cuanto acontecía, ahí a la expectativa, como un público que no participa del todo en la obra
"Quítate tus espuelas de plata
y ayúdame a pasar el tiempo…
-Extraño Konoha ¿sabes?- la joven se entristeció un poco- esas tardes tranquilas comiendo con el equipo siete…te extraño a ti.
La cabeza le daba vueltas al hombre, conservaba perfectamente el buen juicio, pero era como si su cuerpo estuviera anestesiado y no pudiera moverlo, ¿Por qué a Sakura no le pasaba lo mismo? Ella también había bebido bastante y ahora lo que lo pensaba ¿Por qué no se había acabado aún la botella?
La miró, sólo entonces puso atención a su figura, era realmente hermosa, con sus mechones rebeldes, con su sonrisa sincera, con esa aura de sencillez tan pura y virginal, esos cristalinos ojos de gruesas pestañas
-Aunque supongo que lo que más extraño es sentirme parte de algo- Le sonrió de nuevo triste, bebió más vino y le hizo beber más a él a través de sus labios. Fue entonces cuando el peliplateado se dio cuenta de cuánto le gustaban sus besos, de lo frágil que era su figura, de las formas curvilíneas que había adoptado.
- Extraño sentir- susurró ella
-Hace…calor- logró articular el peliplata. Ella no dijo nada, solo asintió, poco a poco le quitó la ropa, muy lenta y tortuosamente al ninja, ella también comenzó a quitarse la blusa, él se sorprendió, no era lo que él había implicado. Lo abrazó, se sentía tan natural estar con él
Una coqueta sonrisa fue la única respuesta que ella le dio
…Y te daré mi vino de verano"
Ella lo besó sin vino en los labios, con más pasión, con más soltura y las antes anestesiadas manos del shinobi comenzaron a cobrar vida, le recorrieron la cintura, la besó con frenesí, con necesidad…con sed.
¡Cuánto la había extrañado! y apenas se había dado cuenta ¿Cómo es que pudo sobrevivir todos estos años sin Sakura? ¡Cuánto le dolía el cuerpo por haber estado alejado de ella! Cuántas ganas tenía de perderse en ella, la necesitaba…la necesitaba más que nunca para llenar definitivamente ese vacío que no lo dejaba respirar.
Nunca sintió una necesidad tan grande por estar con alguien, quería estrujarla tan cerca de él que nadie pudiera separarlos de nuevo, quería besar cada parte de su ser hasta que su sabor quedará impregnado para siempre en sus labios, quería respirar su aroma hasta que éste se volviera familiar e inseparable en sus recuerdos
La quería a ella, toda, completamente suya, quería todas esas sonrisas rotas, su seguridad, su fuerza, su coraje…su soledad. Y le besó cada centímetro de piel,
Sakura lo besó apenas en un suave roce, pero él estaba hambriento de ella, la jaló hacia donde él estaba recostado y no la dejo romper el beso, siguió lento, con calma, prolongando ese hermoso beso, sus labios se sentían tan suaves y húmedos todavía con un poco de sabor a vino, sus verdes ojos estaban cerrados y sus mejillas sonrojadas, Kakashi entremetió sus manos en sus cabellos abrazándola más a él todavía, su boca se abrió buscaba mas de ella y con suaves mordidas el beso se profundizó, las manos de ella se paseaban por su torso tan masculino y tentador, teniendo a Kakashi tan cerca se sentía tan querida, sentía sus fuertes brazos alrededor de ella y quería quedarse así para siempre.
La boca de Kakashi empezó a bajar por su cuello, su clavícula, la suavidad de sus besos estaba haciendo perder a Sakura la sensatez, suspiraba queriendo más. Kakashi le quito la blusa lentamente mientras le miraba a los ojos, Sakura no opuso resistencia, el peligris tenía el rostro descubierto y Sakura le miraba prendada de esa hermosa imagen. Kakashi llevo sus labios hasta el principio de sus senos y los beso delicadamente guardando distancia de sus pezones erectos, Sakura comenzaba a soltar leves gemidos de impaciencia, de pronto Kakashi unió sus manos a la desesperación de la joven, y comenzó a masajear los pezones de la chica, apenas los tocaba, luego los estrujaba y volvía dejarlos quietos, ese hombre sabia como y donde tocar; y cuando su boca se acopló ¡Oh dios! Sentir las pequeñas mordidas era…era increíble ¿Cómo podía hacerla sentir tanto con tan simples movimientos?
Esa calma estaba desquiciando a la chica, se armó de valor y lo separó, lo beso desesperada y torpemente mientras le quitaba la ropa superior, le acaricio el rostro y le miro era el hombre más guapo que había visto en su vida, lo deseaba, deseaba con toda su alma unirse por completo a ese hombre. Kakashi la atrajo hacia si de nuevo, mordisqueo un poco el lóbulo de su oreja y las caricias empezaron a bajar, el ninja introdujo un par de dedos en su intimidad y sintió lo húmeda que estaba, Sakura respingo y soltó un gemido más fuerte que Kakashi se apresuró a callar con un beso. El movía sus dedos dentro de ella haciéndola mojarse aun mas, de forma brusca ella separo el beso
-Kakashi por favor- su voz se oyó suplicante, él volvió a besarla y se fue deshaciendo de sus pantalones, ella hizo lo propio y cuando estaba por quitarse su última prenda esta vez fue él quien la detuvo
-No, déjamelo a mí, es mi parte favorita- la tumbó en el suelo pastoso y separándole un poco las piernas le quito las bragas de la forma más lenta y tortuosa posible, mientras veía el deseo en los ojos de la joven, él vio la piel tersa de su rostro, sus facciones suaves, esa mirada verde llena de lujuria…lujuria dirigida únicamente hacia él y esta vez la besó con más fuerza mucho más posesivo que hace unos momentos y eso a ella le encantó, ella mordió su labio un poco, de forma juguetona y él le regresó el desafío con más rudeza. Ambos se miraron y Kakashi acarició la mejilla de la chica…estaba lista
El miembro de él estaba en su entrada, palpitante, esperando, ella sujetó su cabello y lo atrajo hacia sí con un beso, el comenzó a entrar y cuando la punta estaba tan cerca de ella y sintió su calor ahogo un suspiro se introdujo del todo en ella, y esta vez no pudo contener el sonido gutural que escapó de su ser, Sakura estaba tan apretada y se sentía tan bien.
Su intimidad recibió de la mejor forma su miembro. Ella estaba tan húmeda, tan dispuesta, todo su ser se abría ante el dándole la bienvenida. Ella gemía y suspiraba a la vez, mordía su propio labio para calmarse un poco, pero era inútil ese hombre la hacía sentir cosas increíbles; dentro, fuera, dentro, fuera, tan cerca, tan dentro…la mirada de Kakashi sobre ella, sus fuertes brazos estrujándola, sus besos recorriéndola, esa sensación era la cosa más maravillosa del mundo.
Él se unió tantas veces a ella y ninguna le bastó, quería más, más…desesperadamente más
Sakura no sabía cuando tiempo había pasado, él la volteó de espaldas y sintió sus manos sobre su trasero, sentía a Kakashi tan dentro suyo los gemidos subieron de tono, él sujetaba su melena rosada, las piernas le temblaban su frente estaba impregnada de sudor, su interior se removía en espasmos Kakashi tocó algo en su interior y sin restricciones la humedad dentro de ella se derramó, su cuerpo se tensó y sintió una corriente eléctrica nacer de su acelerado corazón y recorrer cada parte de su sistema nervioso hasta concentrarse en un solo punto, su mundo tembló y se le nublo la vista… la sensación de alivio llegó finalmente, grito sin contenerse
-Sí, Sakura llega- escucho gruñir al hombre, era la tercera vez que veía arcoíris en el cielo pero esta vez Kakashi no se detuvo no la dejo descansar, no la dejo recuperar el aire de sus pulmones, siguió golpeando su interior con más rudeza, acarició su espalda, dejo llegar sus manos hasta sus caderas y apoyado en estas unió con más potencia sus cuerpos. Sakura se estaba volviendo loca, todo su cuerpo temblaba, estaba enceguecida de placer y cuando su cuerpo se arqueó otra vez en un grito involuntario…
-Sensei-
-Sakura- se quejo los espasmos vieron lo recorrieron a él esta vez. Cubiertos en sudor, con las respiraciones agitadas y una sonrisa en el rostro ambos se separaron, decir que aquella noche había sido increíble era poco…
…
….
Cuando desperté,
el sol brillaba en mis ojos
La bruma del sueño se levantó poco a poco…Los inclementes rayos del sol, lo cegaron a pesar de estar aún con los ojos cerrados, el calor había vuelto su piel ligeramente pegajosa. Le dolía la cabeza y casi todo el cuerpo, sintió escocer sus ojos cuando los abrió.
Recordó de golpe todo lo que había pasado la noche anterior, él llegando a la cantina, Sakura invitándole a beber y luego…
Kakashi siempre había sido un hombre recto y ahora cargaría en su consciencia el haber tomado como mujer a su alumna, aquella dulce criatura se había entregado a él totalmente y él no hizo nada para detenerla pero ¿Qué podía hacer? Sakura parecía tan frágil, tan dulce y tan joven y llena de vida, él solo quería abrazarla quería protegerla y hacerla sentir amada, quería llenarse de ella para aferrarse a esa energía, esa fuerza, toda esa vitalidad hecha mujer. Ser parte de ese recuerdo que le pertenecería a ambos para siempre.
Aquella noche había sido realmente preciosa, habían pasado muchos años desde la última vez que el solitario ninja que copia se había sentido tan cercano al calor de alguien más, por una noche se había olvidado de su rango, de su edad, de su soledad y todas sus heridas, había hecho algo por amor, por simple y puro cariño. Hacía mucho que no había necesitado con tanta desesperación a una mujer… pero ella se había ido. Había sido una noche sin ataduras.
¡Dios que jaqueca!
¿Dónde podría estar ahora? Desde que Sakura dejara la aldea tras la reconstrucción él había entendido que Sakura no era una chica que podía ser atada. Kakashi entendía el sufrimiento que había pasado, entendía que su corazón necesitaba sentirse completo, su corazón necesitaba la adrenalina de sentirse libre, sentir en la piel la emoción de vivir aventuras. Sakura era un alma errante que buscaba desesperadamente su lugar en el mundo, no podía pretender que fuera alguien diferente solo para quedarse a su lado. La vida ya le había regalado un momento con ella un precioso momento que atesoraría con él y nada más. Pero todos los cuentos de hadas terminan y se tiene que continuar viviendo, era hora de seguir
Se levantó con el pantalón medio desabrochado en busca de su mochila, mientras se vestía pudo notar que en su cinturón ya no estaban aquellos cascabeles plateados ¿Se le habrían caído?
¡Oh y aquel maldito dolor de cabeza!
Mis espuelas de plata se habían ido,
mi cabeza se sentía el doble de su tamaño
Trató de buscar como pudo en medio la confusión sus cascabeles ¿Se le habrían caído? Rebuscó cerca del lugar en busca de alguna pista, y regreso al árbol donde había estado, al lado de donde había dormido junto a Sakura, podía jurar que entre el viento aún respiraba el aroma cítrico de aquella joven.
Sólo encontró una botella transparente, un flash vino a él y la recordó como la botella de la que Sakura y él habían estado bebiendo. Dentro tenía un pequeño papel, la puso de cabeza, era de ella…
Ella tomó mis espuelas de plata,
un dólar y un centavo
"¿Recuerdas nuestra prueba como equipo con los cascabeles? Yo no la he olvidado, quién iba a decir que ese iba a ser el día más importante de mi vida, en donde todo mi mundo cambiaría. Odio las despedidas, pero no tengo que decírtelo ¿cierto? Tú me conoces mejor que nadie…Gracias Kakashi, Por recordarme mi antiguo hogar.
P.D: Por fin pude quitarle sus cascabeles al famoso ninja Kakashi Hatake la leyenda sharingan, pongo que ahora me pertenecen
El hombre recordó a aquella dulce niña en sus inicios de ninja.
"Mi nombre es Sakura Haruno y lo que me gusta…las cosas que me gustan... bueno, el niño que me gusta…"
¡Vaya que había cambiado!
La cabeza no dejó de taladrarle, aunque el dolor físico era o de menos, su corazón sintió un vacío enorme, así de repente… ¿Qué sería ahora de Sakura? ¿La volvería a ver?
Sakura ya no era aquella chiquilla que él había conocido, ahora era una mujer libre, ese era el camino que había escogido, no atarse a algo que pudiera ser arrebatado de sus manos, sin interesar cuando le importe. Porque nadie la volvería a dejar, él lo sabía perfectamente porque ese era el mismo camino que él había tomado
Kakashi se tocó los labios, y sonrió del lado
"fresas, cerezas… y el beso de un ángel" -eso era lo que ella había dicho- Todo sobre aquel vino era verdad
Y me dejó con más ganas
de vino de verano
Dio un largo suspiro, cerro sus ojos dejo que el aire llenara sus pulmones y los abrió lentamente, ahora él debía partir en busca del ladrón del jarrón de jade
