N/A: Hola a todos, y bienvenidos a mi segundo fic de Miraculous LadyBug, bueno, esto llegó como una pequeña idea que luego se convirtió en algo grande. Espero que lo podáis disfrutar. Por cierto el fic es de MariChat, es decir MarinettexChatNoir. Si no os gusta la pareja no hace falta que leáis ni siquiera el prólogo. Pero aun así si os encanta esta pareja u os llama la atención. ¡Bienvenidos!

Fandom: Miraculous LadyBug

Disclaimer: Los personajes de ML, no me pertenecen, le pertenecen al gran Thomas Astruc, si me pertenecieran ahora mismo habría tanto MariChat en la serie que vomitarías arcoíris.

Advertencias: Está historia contiene escenas de violencia explícita, vocabulario ofensivo, futuros non-con( Violación entre otras cosas), mucho lemos y mucho salseo. Os advierto a los más jóvenes que aún quieren tener su inocencia intacta que no lean el fic. Como seguramente pasaréis de mi advertencia. Pasad y preparad la fregona porque va a ser un viaje muuuy movidito.


~Marinette~

Con lentitud movía el lápiz dejando que la mina acariciara la fina superficie del papel y plasmara la idea que tenía en mi mente en aquel momento.

Llevaba todo el día dibujando distintos tipos de estampados, diseños y conjuntos de ropa para poder crearlos. Tampoco es como si pudiera hacer mucho más, Alya estaba ocupada, decía que tenía que "estudiar" para un examen muy importante de su facultad de tecnología.

Pero la verdad era que estaba con su novio Nino Lahiffe, uno de los mejores DJs de Francia. No le culpo yo si estuviera con mi pareja también preferiría pasarla con ella que con mi amiga, lo siento mucho.

Tomé el móvil que estaba en la mesita de noche y suspiré, todavía era muy temprano para que mamá volviera a casa. Dejé el teléfono donde segundos antes había estado y volví a centrarme en lo que estaba haciendo... al menos eso intenté hasta que sentí como algo comenzaba a enrollarse en mi pierna.

- ¿Qué quieres? - hablé de forma seca y alcé mi vista para encontrarme con unos penetrantes ojos tóxicos.

- Me aburro princess~, divirtámonos ¿sí? - una sonrisa burlona que mostraba unos perfectos dientes con unos colmillos sobresaliendo, había hecho que dejara de dibujar inmediatamente.

Dejé mis cosas de lado y con lentitud comencé a alejarme del rubio- No te acerques... - dije echándome hacia atrás cada vez más, mientras que él se acercaba amenazadoramente a mí.

- Fuiste tú la que hizo el trato conmigo, atente a las consecuencias...- su cola la cual todavía estaba enredada en mi pierna, tiró con fuerza de esta y me dejó tirada sobre la cama. Un pequeño grito había escapado de mis labios, había cerrado mis ojos por la acción de mi "atacante".

Sentí como el cuerpo ajeno se posaba sobre el mío, su rodilla entre las mías y ambos brazos a los dos lados de mi cabeza impidiéndome movimiento alguno. Al abrir mis ojos me encontré con aquella intensa mirada, la cual no apartaba la vista en ningún instante - Y ahora... voy a cobrarme lo que es mió... - dijo acercándose demasiado a mi rostro.

Fruncí mi ceño- Gato malo - con mi mano que no estaba inmovilizada tomé el dije que llevaba en el cuello y lo acerqué hasta él. No pasó ni un segundo en que el chico estaba agarrado al techo mostrando sus colmillos.

- ¡Maldita, te dije que no llevarás eso mientras yo estuviera aquí! - me gritó furioso y frustrado por no poder completar lo que estaba planeando hacer.

- Jamás dije que pensaba permitirte hacerme nada - un siseó escapó de sus labios y al instante se transformó en un hermoso gato de enormes ojos verde vida que se tumbó cerca de la ventana con las orejas gachas - Así está mejor

Para dar un poco de luz al asunto, ese gato que hace segundos era un apuesto rubio con máscara, cuernos alargados, cola, colmillos afilados y orejas puntiagudas. Es un demonio y su nombre es Chat Noir...

El ¿cómo llegó aquí?... Es una historia demasiado larga que solo comprenderíais si os la cuento desde el principio... Jamás creí en la magia... Menos en los demonios...

Así que imaginad mi cara cuando de pronto este chico apareció frente a mí, para decir que concedería mi deseo. Y ahora por ser tan estúpida él está viviendo en mi habitación...

Realmente no tengo suerte en nada...